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domingo, 31 de marzo de 2013

SERMÓN DEL DOMINGO DE PASCUA, POR EL PADRE BASILIO MÉRAMO


Amados hermanos en nuestro Señor Jesucristo:

Este Domingo de Resurrección, Domingo de Pascua, es el día más solemne, la fiesta más importante de todo el año litúrgico; aunque quizás no sea la más popular como lo es la Navidad, pero en sí misma es la principal y por eso está rodeada de la octava, de las pocas octavas que han quedado, dado el recorte litúrgico que hacía de éstas el esplendor de la fiesta, pero con la modernización se fueron recortando.

Por eso este día queda aún, a pesar de todo, con su octava, es decir, el festejo reiterado durante ocho días consecutivos. Es una lástima, dicho sea de paso, ver que aquí en Colombia y sobre todo en Santander la Pascua no tiene ninguna impronta familiar, no hay una reunión, un agasajo, una comida, nada que de modo un poco más ordinario y explícitamente así lo demuestre, como sí lo hay en Europa y me duele decirlo, a mí, que me ha tocado pasar muchos años la Pascua en el viejo continente. Allí, en Francia, en Italia, en España, existe la costumbre, muy arraigada, de festejar la Pascua. Claro está que aquí la gente vive la Semana Santa, pero ésta queda trunca sin el Domingo de Resurrección. Toda nuestra religión quedaría en el vacío sin la Resurrección de nuestro Señor. Toda su divinidad queda consignada, afirmada, proclamada, evidenciada y demostrada con la Resurrección.

Nadie es capaz de resucitar de la muerte; por eso el Único que podía decir que iba a morir y a resucitar por sus propios y exclusivos medios es Cristo nuestro Señor, porque es el Dios Encarnado, hecho carne, hecho hombre; por eso es verdadero Dios y verdadero hombre.

Toda su persona es divina, es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad la que se ha encarnado y, por eso, no obstante el estar muerto como hombre, separándose su alma de su cuerpo, Él es y sigue siendo el Dios vivo; porque ese cuerpo humanamente muerto, sin alma, era sustentado por la persona divina, por eso no era un cadáver como acontece con nosotros; no era un cuerpo en estado de putrefacción sino que en ese cuerpo estaba presente la divinidad aun en la tumba durante los tres días, y por eso su alma también estaba sustentada en su existir por el Verbo. Si bajó a los infiernos, es decir, al seno de Abraham, allí donde iban los justos del Antiguo Testamento para abrirle las puertas del cielo que estaban cerradas, su alma tenía la presencia de la divinidad de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad; misterio que no entendemos pero que conocemos por la revelación, por la fe.

Por eso en el Domingo de Resurrección de nuestro Señor, es el día más importante de la semana, justamente, y por eso se le llama al domingo día del Señor, porque fue el día en que se reúne su alma nuevamente con su cuerpo, con la manifestación y el esplendor del cuerpo glorioso. Sin embargo, nuestro Señor resucita y se queda durante un tiempo, cuarenta días, instruyendo a sus discípulos, adoctrinando a sus apóstoles, instituyendo las bases de su Iglesia católica, consolidándola, dándole toda su estructura sobrenatural hasta que venga a coronarla, a completarla, a perfeccionarla la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, el día de Pentecostés a los cincuenta días de la Resurrección de nuestro Señor. Díez días después de su Ascensión a los cielos, porque para que bajara el Espíritu Santo, tenía que enviarlo nuestro Señor junto con el Padre Eterno y por eso tenía que elevarse a la gloria.

Es muy importante que lo tengamos, porque la Iglesia católica no está en el aire; está fundada sobre la piedra angular que es nuestro Señor y por eso no todo está en las Escrituras sino que la Revelación está también en esa transmisión oral y por tanto ésta no puede ser desechada, pues es la mitad de la verdad revelada, si así se puede decir. Esto lo hacen los protestantes, que tienen una revelación amputada por la mitad porque desprecian la Tradición, y sin ésta, la revelación escrita queda mal interpretada, distorsionada, por lo que ellos predican un Cristo mutilado, cercenado.

Debemos, pues, hoy más que nuca, meditar siempre en estos principios, en estas verdades, porque están siendo sacudidas al igual que la Iglesia, como no lo ha sido nunca ni lo será jamás. Por tanto, para mantenernos firmes en la fe y en los fundamentos de la doctrina católica, apostólica y romana, tenemos que instruirnos y meditar en la oración, para que vivamos de estas verdades sobrenaturales como católicos y cristianos que somos.

Aunque también los protestantes han usurpado el nombre de cristianos, no lo son; protestan contra la enseñanza de la Iglesia; ese es su nombre, no lo olvidemos. La meditación de estos principios fundamentales, de estas verdades, nutre nuestras almas para que vivamos de la fe y la esperanza sobrenatural, bajo la coronación de la caridad sobrehumana; que no que sea filantrópica, masónica, terrena, como una cruz roja, un Gandhi, unas Naciones Unidas o Unesco, que no sirve para nada, porque esa es una parodia de altruismo, ya que la única caridad entre los hombres está fundamentada en el amor a Dios. No hay amor entre los hombres si no lo hay a Dios; ese es un principio categórico.

Por lo tanto, fuera de la religión católica no hay amor entre los hombres como no lo hay entre los judíos, entre los musulmanes, entre los protestantes, entre los budistas, ni entre ningún miembro de esas falsas creencias y religiones que ni lo son, porque religión es lo que religa, lo que une a Dios; el error de esas falsas creencias no puede jamás unir al hombre con Dios.

Pidamos a nuestra Señora, a la Santísima Virgen, que tengamos presente el significado de la Resurrección para que nosotros, con la mirada puesta en lo de arriba, en lo de Dios, podamos transitar a lo largo de esta corta o larga vida que nos toque a cada uno, sin perder la finalidad y el motivo de ella, que no está aquí en la tierra sino en Dios, que es Cristo nuestro Señor resucitado
+ PADRE BASILIO MÉRAMO
20 de Abril de 2003

miércoles, 27 de marzo de 2013

CARTA "De Passio", DEL SIERVO DE DIOS JORGE DE LA COMPASIÓN Y EL FRATER JORGE

Carísimos hermanos, la bendicíon de Dios Nuestro Señor y la Santísima Virgen siga con todos vosotros.

Estas cortas líneas son por causa del Sagrado Triduo Pascual (Jueves y Viernes Santos y Sábado de Gloria). Debido a que estos días son de luto por la muerte en la Cruz de Jesucristo Nuestro Señor y las angustias indecibles de María Santísima por esta razón, estos tres días no publicaremos absolutamente nada, excepto los sagrados Oficios de la Misa que corresponden a estos días.

Para el Domingo de Resurrección, sólo publicaremos un sermón selecto. El lunes siguiente, retomaremos las publicaciones habituales.

Espero comprendáis este silencio, como a buen seguro la Resistencia Católica lo apoya y recomienda. Meditad en la Pasión de Cristo y en los Dolores de Nuestra Señora.

In Christo Jesu et María Immaculata,
+Jorge de la Compasión.

+Frater Jorge

Año del Señor 2013, a 27 de Marzo, XXXIV de la Santa Cruzada.

domingo, 17 de marzo de 2013

FRANCISCO I (JORGE MARIO BERGOGLIO): NUEVO PAPA EN LA IGLESIA CONCILIAR

Desde MILES CHRISTI
 
A ojos de muchos, esto no es ya una novedad, y de hecho, LO ES. Pero, la reflexión y el análisis prudente de los hechos es incompatible con la prisa mediáitica o la filosofía de “la chiva periodística” (como se dice en algunos países). Luego de 13 días de Sede vacante (en la secta vaticana, VALE ACLARAR), y cinco votaciones en el cónclave, fue electo el cardenal arentino Jorge Mario Bergoglio, S.I. (arzobispo de Buenos Aires) como Francisco I.

Otra vez, en el Remanente Católico, nos queda el sinsabor de otro cónclave que apuntaló la herejía; pero también nos cimenta la esperanza de que un día, Dios Nuestro Señor se compadecerá de nuestras lágrimas y nos restituirá la Sede Apostólica.

Desde INFOCATÓLICA y TRADICIÓN DIGITAL- Vía TRADICIÓN CATÓLICA y APOSTOLADO EUCARÍSTICO

1º JORGE BERGOGLIO/ FRANCISCO I

Francisco I (Jorge Mario Bergoglio)
 
El cardenal Jorge Mario Bergoglio, ha sido elegido Sumo Pontífice, 265 sucesor de Pedro, tomando el nombre de Francisco I. Después de aparecer la «fumata» blanca, el cardenal protodiácono, S.E.R Jean-Louis Tauran , ha dado el anuncio a las gentes desde la «loggia» o balcón externo de la Bendición de las benediciones de la basílica vaticana, con estas palabras: «Os anuncio con gran alegría: Tenemos Papa, El eminentísimo y reverendísimo Señor. Señor, Jorge, de la Santa Iglesia Romana, que ha tomado el nombre de Francisco I».

Escudo papal de Francisco I (Seamos realistas, NO LO ADOPTARÁ)

(InfoCatólica) El Santo Padre, tras rezar un padrenuestro y un avemaría por su antecesor, el Papa emérito Benedicto XVI, y tras pedir a los fieles que rezaran al Señor para que le bendijera, ha pronunciado su bendición con las siguientes palabras:

(Palabras del Papa)- Latín

–Sancti Apostoli Petrus et Paulus, de quorum potestate et auctoritate confidimus, ipsi intercedant pro nobis ad Dominum.
–Amen.

–Precibus et meritis beatæ Mariæ semper Virginis, beati Michælis Archangeli, beati Ioannis Baptistæ et sanctorum Apostolorum Petri et Pauli et omnium Sanctorum misereatur vestri omnipotens Deus et dimissis omnibus peccatis vestris, perducat vos Jesus Christus ad vitam æternam.
–Amen.

–Indulgentiam, absolutionem et remissionem omnium peccatorum vestrorum, spatium veræ et fructuosæ penitentiæ, cor semper penitens et emendationem vitæ, gratiam et consolationem Sancti Spiritus et finalem perseverantiam in bonis operibus, tribuat vobis omnipotens et misericors Dominus.
–Amen.

–Et benedictio Dei omnipotentis (Patris et Filiis et Spiritus Sancti) descendat super vos et maneat semper.
–Amen.
  Francisco I
Cuota biográfica
Su Santidad Jorge Mario Bergoglio, Francisco I, nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina. Realizó los estudios de química y después entró en el Seminario Villa de Voto el 11 de marzo de 1958 e ingresó en el noviciado de la compañía de Jesús. Completó los estudios en humanidades en Chile en 1963. De vuelta a Buenos Aires obtuvo la Licenciatura en el Colegio Mayor San José.

Realizó los estudios de química y después entró en el Seminario Villa de Voto el 11 de marzo de 1958 e ingresó en el noviciado de la compañía de Jesús. Completó los estudios en humanidades en Chile en 1963. De vuelta a Buenos Aires obtuvo la Licenciatura en el Colegio Mayor San José.

Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y filosofía en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.

De 1967 a 1970 estudió teología en el mismo Colegio Mayor donde también se licenció. El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote.

Entre 1970 y 1971 realizó la Tercera Probación en Alcalá de Henares y el 22 de abril de 1973 hizo su profesión perpetua.

Fue maestro de novicios en Villa Barilari, San Miguel, entre 1972 y 1973. También fue profesor en la Facultad de Teología, Consultor de la Provincia y rector del colegio mayor.

El 31 de julio de 1973 fue nombrado Provincial de Argentina, encargo que ejerció durante 6 años.

Entre 1980 y 1986 fue rector del Colegio Máximo y de la Facultad de Filosofía y Teología de la misma Casa de San Miguel, y párroco de la Parroquia del patriarca san José en la diócesis del mismo nombre.

En marzo de 1986 estuvo en Alemania donde concluyó su Tesis Doctoral; entonces sus superiores lo destinaron al Colegio del Salvador, desde donde pasó a la Iglesia de la Compañía en la Ciudad de Córdoba como director espiritual y confesor.

El 20 de mayo de 1992, el beato Juan Pablo II le nombró Obispo Titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mismo año, recibió en la Catedral de Buenos Aires la ordenación espiscopal. Su lema episcopal es MISERANDO ATQUE ELIGENDO.

El 3 de junio de 1997, fue nombrado Arzobispo coadjutor de Buenos Aires y el 28 de febrero de 1998 Arzobispo titular de la diócesis.

Es autor de varios libros entre ellos Meditaciones para religiosos, 1982, Refflexiones sobre la Vida Apostólica, 1986 y Reflexiones de Esperanza, 1992.

Ha sido el Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en Argentina.

Gran Canciller de la Universidad Católica de Argentina.

De noviembre de 2005 a noviembre de 2011 fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina.

El beato Juan Pablo II le creó Cardenal en el Consistorio del 21 de febrero de 2001.
2º REACCIONES

Por Christopher Fleming- TRADICIÓN DIGITAL

Hoy salen en los medios de comunicación las reacciones a la elección del Papa Francisco. Como Napoleón, pienso que hay que conocer muy bien al enemigo, por lo que me gusta leer lo que piensan los diversos grupos y asociaciones anticlericales. Como por ejemplo los judíos. En este artículo aplauden hasta con las orejas la elección de Mons. Bergoglio. Ban Ki-Moon, el Secretario General de la ONU, esa organización siniestra, germen del gobierno mundial tiránico, que promueve el ateísmo y la cultura de la muerte por todo el planeta, ha dicho que espera que Francisco continúe promocionando el diálogo interreligioso. El Presidente de EEUU, Barak Obama, le ha llamado “un defensor de los más pobres y vulnerables entre nosotros.”

Usemos la regla de tres, aunque vista la falta absoluta de razonamiento de la inmensa mayoría de católicos, debe ser que desde hace tiempo ya no se enseña en los colegios. Hay dos premisas en mi argumento. 
Primero, un verdadero enemigo de la Iglesia, un hijo de Satanás, nunca puede querer nada bueno para la Iglesia. Segundo, los judíos, los mundialistas de la ONU, y la élite socialista a la que pertenece Obama, son enemigos acérrimos de la Iglesia Católica. La conclusión: si analizamos lo que quieren estos enemigos de la Iglesia, sabremos lo que el Papa NO DEBE HACER. Si analizamos lo que piensan los enemigos de la Iglesia, podemos hacernos una idea de lo que se nos viene encima con el nuevo papado. Y no es nada halagüeño.

Si tu peor enemigo, alguien que te odia con todo su corazón, te aplaude y te anima a seguir por donde vas, si tienes dos dedos de frente, recapacitas. Excepto si eres católico. Si eres católico lo más seguro es que le sonríes (para que nadie diga que los católicos son antipáticos) y sigues por tu camino, encantado de caer tan bien a personas que te odian tanto. Lo que ocurre con la Iglesia Católica supera lo humanamente comprensible; los judíos, que explícitamente rechazan a Cristo, que odian la Cruz, se congratulan por la elección de Mons. Bergoglio. Sin embargo, lejos de alarmarse, los católicos del mundo, con los obispos a la cabeza, se alegran de tener un Papa que gusta tanto a los judíos. ¿Soy el único católico que se preocupa por esto?

Lo que cabe esperar de tus enemigos es que deseen tu ruina. Pero lo que no cabe esperar es los católicos contribuyamos a nuestra propia ruina. La reacción pueril y acrítica de la mayoría de católicos a la elección de Francisco ha sido vergonzosa. Por ejemplo, Mons. Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal Española, ha dicho que Francisco “tiene el perfil de un santo”. Entonces, ¿para qué esperar hasta que se muera? Ahora, como se canoniza a todos los Papas post-conciliares, ¿por qué no hacerle santo ya?

Ha sido espectacular, y no menos divertida, la metedura de pata del conocido bloguero, Francisco de la Cigoña, quien ayer por la tarde, apenas minutos antes de saltar la noticia del Papa Francisco, escribió en su blog que el Cardenal Bergoglio sería un Papa desastroso. Sus palabras literales fueron:
“Y a ese ser de mirada torva, conducta cobarde y propósitos dudosísimos alguno nos lo presenta como el nuevo Papa deseable. ¡Qué Dios salve a su Iglesia! Porque de Bergoglio, y no es ejemplar único, nada se puede esperar.”

Esto le causará problemas importantes al Sr. de la Cigoña, al ser el paradigma del católicismo neo-conservador en España. Hay neo-católicos de diverso pelaje, pero todos se rigen por una norma indiscutida: NUNCA se critica al Papa. En un sentido estricto no se puede acusar al Sr. de la Cigoña de haber infringido esta norma, porque criticó al Cardenal Bergoglio media hora antes de ser proclamado Papa. Pero como la memoria de los neo-católicos alcanza al menos un día entero, se acuerdan de sus comentarios altamente críticos hacía quien es ahora Francisco, y le reprochan de ser lo peor que se puede ser en la mente de un neo-cat; un “filolefebvriano”.

Hoy el Sr. de la Cigoña intenta lavar su imagen frente a sus lectores indignados. Su entrada de hoy reza: “El Cardenal Bergoglio ha muerto, ¡viva nuestro Papa Francisco!” Apuesto una cena con mis lectores que no oiremos más críticas a Bergoglio de este bloguero. La imagen de Francisco de pronto será blanqueada por arte de magia, la misma magia que hace que el mundo neo-cat sea tan bonito y color de rosas. La realidad paralela en que viven los neo-católicos y su negación sistemática de la realidad, están magistralmente ilustradas (sin proponérselo) en uno de los comentarios de su artículo de ayer, escrito por un tal lebaniego. Dice este comentarista respecto a las palabras duras del bloguero hacía Mons. Bergoglio:
Una vez que ya tenemos Papa, entiendo que sus declaraciones sobran, así que a acatar lo que ha inspirado el Espíritu Santo. Estoy seguro de que ha elegido acertadamente. Si nos echamos piedras a nosotros dentro de la Iglesia, ¿qué harán los de fuera? El Sr. de la Cigoña ha opinado antes de haberse sabido quién era el nuevo Papa. Seguro que acatará en obediencia lo que ha inspirado el Espíritu Santo. ¡Bienvenido, Santo Padre! Oremos como nos ha pedido en vez de criticar y destruir a la Iglesia.

¡Es el colmo de la papolatría! Esta adulación rastrera hacía el Cardenal Bergoglio, convertido en semi-dios por el hecho de haber sido elegido Sumo Pontífice, es todo menos católica. ¿Quiere decir el comentarista que ahora todo lo que ha escrito de la Cigoña sobre la actuación de Mons. Bergoglio como Arzobispo de Buenos Aires es falso? A este paso llegaremos a lo que describió George Orwell en su novel “1984”, en que el Ministerio de la Verdad se dedicaba a falsear todos los documentos del pasado que podían comprometer la versión oficial de la realidad. A no ser que me equivoque (Dios lo quiera), los enemigos de la Iglesia tienen otra vez un Papa a su gusto, que seguirá llevando la Iglesia Católica por el camino del ecumenismo y el diálogo con el mundo; es decir, hacía el abismo. Y lo peor de todo es que la gran masa de católicos son cómplices de la destrucción de la Iglesia; bien por su inacción y su silencio interesados; bien por sus aplausos serviles a cada paso que da el Santo Padre.

Dicen que es una señal clara de locura repetir siempre lo mismo, y esperar resultados diferentes. Pues ahora la receta de muchísimos católicos es la “modernización” de la Iglesia, algo por lo que los medios seculares llevan bramando desde la abdicación de Benedicto XVI. Llevamos 50 años de “modernización”, y mira como está el patio: una Iglesia en pleno declive, tras una deserción en masa de dos generaciones enteras de fieles; varios países al borde del cisma; herejías campando por sus anchas; todas las instituciones religiosas llenas de “porquería” (Benedicto XVI dixit); y una autoridad cada vez más irrelevante en el panorama mundial. Estos son los frutos de la cacareada modernización de la Iglesia. ¿Por aquí queremos seguir?

Sigamos rezando, porque yo no veo otra solución.

(Desde TRADICIÓN CATÓLICA): REFLEXIÓN: Pedro, Vicario de Cristo 

 

Juan 1,42
Le condujo a Jesús, que, fijando en él la vista, dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú serás llamado Cefas, que quiere decir Pedro».
Mat 16,18-19
Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Juan 21,15-17
Cuando hubieron comido, dijo Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? El le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Díjole: Apacienta mis corderos.
Por segunda vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejuelas.
Por tercera vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntase: ¿Me amas? Y le dijo: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Díjole Jesús: Apacienta mis ovejuelas.

lunes, 11 de marzo de 2013

EL DEBER CRISTIANO DE REPARAR LA INGRATITUD QUE MUCHAS ALMAS TIENEN CONTRA DIOS NUESTRO SEÑOR

Desde MILES CHRISTI
 
No es el título original, pero hemos intitulado así esta exhortación que San Pedro Julián Eymard nos hace en nombre de Jesús Sacramentado recordándonos el deber de reparar por los pecados y la ingratitud con que ofendemos a la Divina majestad. (Fragmento tomado de “Directorio práctico para la Adoración”, en las OBRAS EUCARÍSTICAS DE SAN PEDRO JULIÁN EYMARD)
“LA PROPICIACIÓN” 
 “Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. TE PIDO PERDÓN POR AQUELLOS QUE NO CREEN, NO ADORAN, NO ESPERAN Y NO TE AMAN.” (Oración de reparación dictada a Francisco, Jacinta y Lucía -los Videntes de Fátima-)

Pase vuestro corazón de la alegría a la tristeza, a los gemidos, a las lágrimas y al más profundo dolor, al considerar la ingratitud, la indiferencia e impiedad de la mayor parte de los hombres para con nuestro Salvador sacramentado. ¡Cuántos hombres, en efecto, aún después de haberle amado y adorado, vuelven a olvidarlo! Pero ¿es que Él ha dejado de ser amable o ha cesado un instante de amarlos? ¡Qué ingratitud! Precisamente por ser Él demasiado amante no quieren amarle ya; por ser demasiado amante no le quieren recibir; por haberse hecho excesivamente pequeño, excesivamente humilde y casi nada, por los hombres, no quieren verle; y huyen de Él, esquivan su presencia y desechan su recuerdo que les importuna y apremia
 
Además, no faltan quienes, para vengarse del excesivo amor de Jesús, le insultan, le blasfeman, y no pudiendo ignorarle reniegan de un padre tan bondadoso, de este Señor tan amable. Cierran los ojos para no ver este sol de amor, y, ¡oh dolor!, entre estos ingratos hay sacerdotes indignos, vírgenes sacrílegas, corazones apóstatas, serafines y querubines caídos...

Llorar a los pies de Jesús, menospreciado de los suyos, crucificado en tantos corazones, abandonado en tantos lugares..., esto es vuestra herencia, adoradores del santísimo Sacramento. Habéis de hacer lo posible por consolar el corazón de este padre tan tierno, pues el demonio, su enemigo, le ha arrebatado sus hijos y Él, prisionero eucarístico, no puede ya correr tras sus ovejas descarriadas y expuestas a la voracidad de los lobos. Vuestra misión es implorar gracia para los culpables, pagar por su rescate lo que la divina misericordia requiera de vuestros corazones suplicantes; constituiros víctimas propiciatorias con Jesús, quien, no pudiendo sufrir en su estado glorioso, quiere padecer en vosotros y por vosotros.