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sábado, 27 de marzo de 2021
MODERNISMO, PROTESTANTISMO, BUDISMO Y AMERICANISMO: UNA VIEJA MEZCLA, UN PERENNE (Y CÓMODO) DISPARATE
Traducción del artículo publicado por RADIO SPADA.
«[…] […]»
¡Ingenuos e hipócritas! A las crisis provenientes por la duda no se remedia sino con el conocimiento de la verdad, o al menos de los motivos que nos aseguran de la verdad. Y hasta que no retornéis al aborrecido intelectualismo, vuestra crisis será verdaderamente insanable porque os faltará siempre el ubi consístam. Es inútil: la mente esta hecha por la verdad y no se descansa sino en la verdad. Y por cuanto los nuevos Pilatos finjan no saber aún qué cosa sea la verdad y busquen desfigurar el antiguo concepto, no llegarán sino a hacerse compadecer una vez más. El buen sentido gritará alto a todos: “No te preocupes de ellos, sino mira y pasa”. Como parmente se reirá de todos sus esfuerzos por reducir la revelación divina a la evolución de la conciencia moral a través de los siglos, donde puede concluir que la fe es el sentido moral de lo divino, y que las pruebas de la fe se deben pues buscar dentro y no fuera de nosotros. Son ilusiones y locuras por mentecatos. No, la revelación sobrenatural no nos viene de dentro sino de fuera; y los criterios que nos aseguran de la verdad de esta revelación no consisten ya en aquellos hechos subjetivos o sentimentales que varían según los hombres y los caprichos de los individuos, sino en aquellos hechos objetivos, reales e históricos que todos conocen y que ninguna crítica podrá nunca negar.
Es conocido a qué tiende todo este movimiento anticristiano. Se querría llevar a la Iglesia a un cristianismo menos rígido e inflexible, a un cristianismo aligerado por ciertos dogmas, y más aún de ciertas leyes morales, a un cristianismo en resumen que sepa rendirse y conciliarse con las ideas y exigencias del mundo y del tiempo en que se vive [1]. Estamos en tiempos de libertad, y el pensamiento y la conciencia deben ser libres en sus movimientos y no afrontar imposiciones de fuera. “Nada, dicen, puede penetrar en el hombre si no brota y no corresponde en modo alguno a una necesidad de expansión: no hay para él verdad fija y precepto admisible que no sea en modo alguno autónomo y autóctono” [2].
Y he aquí por qué en nuestros días muchos, si no muchísimos, prodigan sus entusiasmos al budismo y llegan incluso a preferirlo al Cristianismo, como hace el prof. Luigi Luzzatti en su reciente libro [3]. El budismo, se sabe, está vacío de contenido dogmático y deja por ello la máxima libertad de pensamiento y de conciencia a sus seguidores. ¡Por tanto es preferible al Cristianismo! Otros, por la misma razón, prefieren el protestantismo al Catolicismo. El protestantismo se apoya sobre el libre examen, y deja plena libertad a sus adeptos de creer lo que quiera, mientras que la Iglesia Católica, con sus dogmas y sus leyes, atasca y tiraniza la conciencia. La prohibida calumnia repetida no es mucho por Giovanni Sforzini, por Giorgio Bartoli y por todos aquellos sacerdotes y frailes que fueron a engrosar las filas de los protestantes. En fin, otros, aunque sin ir al protestantismo, aunque sin salir de la Iglesia Católica, se disponen a preparar en el seno de esta aquella novedad de corriente de pensamiento y de ideas que permita a aquellos que están fuera entrar sin someterse bajo las horcas caudinas del bagaje dogmático y moral, y conceda a los que están dentro de quedarse sin renunciar a las nuevas aspiraciones y exigencias de los tiempos modernos [4].
Y, va sin decir, para todos estos los dogmas no son sino elaboraciones del pensamiento humano, sin otro contenido que el sentimiento religioso, que es el germen del cual por sucesivas evoluciones habrían venido todos los dogmas de los cuales se ha cargado la Iglesia Católica en su camino.
Ahora todo esto es simplemente ridículo. O vosotros creéis en la divinidad de Cristo y de su religión, y luego no os queda sino acoger las enseñanzas y los preceptos, pero no está más en vuestra facultad reducirlos, mutilarlos o adaptarlos a vuestros caprichos: o no creáis, y entonces no tendréis más necesidad de ningún cristianismo ancho: podéis refutarlo en bloque sin tantas hipocresías. Luego no es sino hipocresía poner al cristianismo primitivo contra el catolicismo actual, como si el cristianismo de entonces consistiese todo en el sentido moral y religioso de los neocríticos. El recurso al cristianismo primitivo, del resto, es uno de los lugares comunes demasiado abusados. También los protestantes querían hacer creer que su reforma consistiese en un retorno al puro y genuino cristianismo de los primeros tiempos. Pero todos saben cómo iban y cómo van las cosas. Y también sin evocarnos a las conocidas confutaciones de los apologistas católicos, la misma crítica histórica de nuestros días, aunque surtida con entendimientos del todo negativos, ¿no está constreñida a reconocer que muy distinta es la verdad de los hechos? [5]. Y es precisamente el estudio sobre los orígenes históricos del Cristianismo el que determinó entre los mismos protestantes aquel movimiento de retorno a la Iglesia Católica, que va engrosándose siempre más. ¿Quizá un Edward Manning, un John Henry Newman, un Oswald Hunter y tantos y tantos otros que representaban lo más granado de la ciencia y de la crítica histórica en las Iglesias disidentes, no han examinado antes de su conversión todos los argumentos a los que hoy apelan nuestros críticos? Pero, no obstante el tirón que sentían en su corazón al abandonar la religión de sus padres, ellos han venido a la Iglesia Católica porque han visto que solamente aquí está la única verdadera religión de Cristo. ¿Y cómo no, si la misma Iglesia de las catacumbas se nos presenta con el mismo credo, con los mismos sacramentos, con la misma jerarquía? Leed a Giovanni Battista De Rossi, a Mariano Armellini, a Orazio Marucchi y a cuantos estudiaron las catacumbas romanas, y veréis si no es así [6].
Mons. GIUSEPPE BALLERINI GARLASCHELLI, Obispo de Pavía. La crisis del pensamiento moderno y las bases de la Fe. Roma, Pustet, 1910.
NOTAS
[1] El Cristianismo convirtió el mundo a sí: ahora se querría convertir el Cristianismo al mundo.
[2] Il Programma dei Modernisti. Risposta all’enciclica di Pio X “Pascéndi Domínici Gregis” (El Programa de los modernistas: Respuesta a la encíclica de Pío X “Pascéndi Domínici Gregis”). Ernesto Buonaiuti, Umberto Fracassini. Roma, Sociedad Internacional Científico-Religiosa, 1908, pag. 91.
[3] La libertà di coscienza e di scienza (La libertad de conciencia y de ciencia), Milán, Fratelli Treves, 1909.
[4] En su carta sobre el americanismo, León XIII escribía: «El fundamento sobre el que se fundan estas nuevas ideas es que, con el fin de atraer más fácilmente a la sabiduría católica a aquellos que disienten de ella, la Iglesia debe acercarse un poco más a la humanidad de este siglo ya maduro, aflojar su antigua severidad y hacer algunas concesiones a los gustos y opiniones recientemente introducidas entre los pueblos. Muchos piensan que estas concesiones deben ser hechas no sólo en asuntos de disciplina, sino también en las doctrinas que conforman el “depósito de la fe”. Ellos sostienen que sería oportuno, para ganar las voluntades de aquellos que disienten de nosotros, omitir ciertos puntos de la doctrina como si fueran de menor importancia, o moderarlos de tal manera que no conservarían el mismo sentido que la Iglesia constantemente les ha dado».
[5] Ver: L’Église naissante et le Catholicisme (La Iglesia naciente y el Catolicismo) de Pierre Batiffol, tercera edición, 1909, París, Lecoffre.
[6] Ver: Le Catacombe romane e il Protestantesimo (Las Catacumbas romanas y el Protestantismo), del comendador Orazio Marucchi.
LAS SIETE PALABRAS DE MARÍA SANTÍSIMA
Ejercicio dispuesto por fray Pedro José Orcillez OFM, publicado en México por Ignacio Lovis Morales en 1840, con aprobación eclesiástica.
PRÓLOGO DEL AUTOR
Siete palabras habló Jesucristo nuestro Señor redimiéndonos en la Cruz; y siete veces habló su Sacratísima Madre en la cruz penosa de esta vida. No diremos por esto, que no habló más, sino que las otras serían unísonas a estas, puesto que los evangelistas las callaron, no escribiendo más que estas siete.
Dos con el ángel San Gabriel en Nazaret para efectuarse el muy alto Misterio de la Encarnación.
Dos en la Visita que le hizo a su Prima Isabel.
La quinta, cuando halló a su divino Niño de doce años en el Templo, habiéndole buscado apesadumbradísima por el espacio de tres días.
Habló sexta vez en las bodas de Caná de Galilea, movida a compasión por la escasez en que la casa se veía.
Y finalmente habló con la más útil advertencia a los serviciales de aquel convite.
Recomendar lo importante de este devocionario, sería agraviar a la universal ternura de los cristianos fieles, que aplauden a María Santísima justamente como al Principal Asilo y Refugio de todas nuestras necesidades.
Para conseguir de tan Soberana Madre la merced que pretendiere su devoto, debe entrar en esta práctica con total fe y confianza en el valimiento de tan Poderosísima Señora: y no dude que verá cumplido su deseo convenientemente y saludable para su alma.
Sea así a cuantos hicieren este santo ejercicio, que dispuesto por mí (indigno Franciscano), lo consagro a la Concepción Inmaculada de la Purísima Madre de Dios, como su más humilde y vil esclavo.
Fr. Pedro José Orcillez.
PIADOSO EJERCICIO EN MEMORIA Y OBSEQUIO DE MARÍA SANTÍSIMA POR LAS SIETE VECES QUE HABLÓ. COMO REFIERE EL SAGRADO EVANGELIO
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Muy arrepentido estoy de haber pecado, benignísima María, alabo de Dios la singular clemencia, y me confundo horrorizado de mis descarríos. He ofendido a un Pastor cuidadoso por que no me extraviase de las sendas de la santidad y justicia: he ofendido a un médico, tan solícito de mi salud, a un Esposo, tan amante de mi alma, a un Padre, tan tierno para mí, en una palabra, e ofendido a todo un Dios. Vos, María, que sois la gran medianera de los infelices pecadores, tened piedad de mí. He aquí a vuestros pies, un miserable, que a vos acude y os pide misericordia. Es verdad, que por mis ingratitudes a Dios y a vos, merecía que ambos me condenaseis, más yo estoy persuadido de que nunca rehusáis ayudar al que con la debida confianza se encomienda a vos. Pues ¡Oh criatura la más excelente de las manos de la Omnipotencia! Supuesto que superior no hay más que Jesucristo, y en vuestra comparación son pequeños los más agigantados astros del Cielo, ¡Oh Santa de los Santos! ¡Oh María, abismo de gracia! Socorred a un infeliz que la ha perdido, por su culpa, y solo por su grave culpa. Yo sé que sois tan amada de la Beatísima Trinidad, que nada os niega, se también, que vos gustáis de emplear vuestra magnificencia, en remediar a los desdichados delincuentes. Ea pues, haced ver cuan galana es la recomendación que obtenéis para con Dios, alcanzándome una luz y un incendio divino, que desasiéndome de todo afecto terreno, me una solamente a Dios. Hacedlo, Señora, que vos lo podéis conseguir, hacedlo por amor de aquel Dios que os ha constituido tan Poderosa, tan Suprema, y tan Misericordiosa. Así lo espero. Amén.
DÍA PRIMERO
PRIMERA PALABRA: «¿Cómo será esto, porque yo no conozco varón?» (Lc. 1, 34).
La primera vez que oímos hablar a María Santísima es, como refiere el evangelista San Lucas en el capítulo primero de su sagrada historia: «El Ángel Gabriel fue enviado de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una Virgen desposada con un varón, que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María: Y habiendo entrado el Ángel a donde estaba, dijo: “Dios te salve, llena de gracia: el Señor es contigo: bendita tú entre las mujeres”. Y cuando ella oyó esto, se turbó con las palabras de él, y pensaba qué salutación fuese esta. Y el Ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: He aquí, concebirás en tu seno, y parirás un Hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el Trono de David su padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre. y no tendrá fin su reino”. Y dijo María al Ángel: “¿Cómo será esto, porque yo no conozco varón?”».
Se rezan tres Aves Marías de la forma siguiente:
℣. Glorifiquemos a María Santísima, Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
℟. Ensalzada sea la Beatísima Trinidad, por las ínclitas prerrogativas que concedió a María Santísima. Ave María.
Y de la misma forma las dos siguientes.
ORACIÓN
Mi Inmaculada Señora: Yo me alegro al vero enriquecida de tanta pureza. Doy alabanzas, y procuraré darlas siempre al Universal Criador, por haberos preservado de toda imperfección. Quisiera, que el mundo en general os conociese y os confesase por aquella bella Aurora sin falta, adornada de los divinos resplandores, por aquella Arca escogida de salud, libre del común naufragio del pecador, por aquella inocente y tersa Paloma, cual os declaró vuestro celestial Esposo, por aquel Huerto cerrado que fue la delicia de Dios, por aquella Fuente sellada, en la cual jamás entró cosa alguna que la enturbiase, y en fin, por aquella Rosa, que brotando entre las espinas de los descendientes de Adán, de donde todos naces manchados por desgraciado origen, vos fuiste la Única, Pura y toda digna de vuestro Criador. ¡Ah, agraciadísima María! Vos, que sois tan apreciada en el acatamiento del Altísimo, no os desdeñéis de mirar con vuestros piadosos ojos las miserias a que me han reducido mis propios desordenes. Aquel Dios que os ha escogido para Hija, Madre y Esposa suya, y por eso os prefirió en su estimación a todo cuanto ah criado y puede criar, ¿Qué favor os negará jamás? Pues en mis presentes tribulaciones, os repetiré con San Buenaventura: ¡Oh Salud de los que os invocan! Salvadme. Así sea.
Se concluye con las Letanías Lauretanas.
TRISAGIO MARIANO
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Dios te Salve, María, Virgen,
Gran Señora y Soberana,
De los cielos y de la tierra
Por ser Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Llena de gracia, y por eso
Gabriel con estas palabras
Te saluda reverente
Como a Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
El Señor es contigo, así
Tu virtud es tan realzada
Que justamente decimos
Que eres Santa, Santa, Santa,
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Bendita tú entre las mujeres,
Tú, Señora, te aventajas,
Humillando a la serpiente
Con ser Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Bendito es el fruto Sacro
Que producen tus entrañas,
Por cuyo excelso destino
Eres Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
De tu vientre, Jesús nace
Y así bienaventurada
Te llamarán las naciones
Por ser Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Santa María, sin duda eres,
Y con eminencia tanta,
Que entre los mayores Santos
Tú eres Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Madre de Dios verdadero,
Madre pura, Madre intacta,
Madre en todo singular,
Madre Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Ruega por nosotros, pues
En ti fía nuestra esperanza,
Como que eres de clemencia
Fuente Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Los pecadores a Ti
Incesantemente claman;
Y en ti su Abogada tienen
Fiel y Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Ahora, pues, que en esta vida
Tanto riesgo nos asalta,
Dígnate de oírnos propicia,
María Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Y en la hora de nuestra muerte
Tu Patrocinio nos valga,
Para lograr bendecirte
Siempre Santa, Santa, Santa
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
Amén, Jesús y María,
Amén, Madre y Abogada,
Amén, Divina Señora;
Amén, Santa, Santa, Santa.
Hija dilecta del Padre,
Del Hijo Madre sagrada,
Del Espíritu Divino
Prenda Santa, Santa, Santa.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Oración para todos los días.
SEGUNDA PALABRA: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra» (Lc. 1, 38).
La segunda vez que oímos hablar a María Santísima es, como refiere el evangelista San Lucas en el capítulo primero de su sagrada historia: «El Ángel le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y te hará sombra la virtud del Altísimo. Y por eso lo Santo, que nacerá de ti, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí, Isabel tu parienta, también ella ha concebido un hijo en su vejez: y este es el sexto mes para ella, que es llamada la estéril: porque no hay cosa alguna imposible para Dios”. Y dijo María: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”».
Se rezan tres Aves Marías de la forma siguiente:
℣. Glorifiquemos a María Santísima, Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
℟. Ensalzada sea la Beatísima Trinidad, por las ínclitas prerrogativas que concedió a María Santísima. Ave María.
Y de la misma forma las dos siguientes.
ORACIÓN
Santa e Inmaculada Virgen María: criatura la más humilde para sí, y la más preferida para Dios. Vos fuiste tan pequeña en vos misma, pero tan recomendada en la estimación del Señor, que os exaltó hasta escogeros por Madre suya. Vos dijisteis, que erais su esclava, y él os estableció Reina de los cielos y tierra. Quisiera rendir dignas alabanzas a aquel Dios, que así os ha ennoblecido, y se ha intimado con vos, de modo, que ya no se puede imaginar más. Digno es ciertamente de Virtud, Divinidad, Sabiduría, Fortaleza, Honra y Gloria el Cordero, por quien fuiste colmada de prerrogativas inmensas, como planta benditísima que han dado al mundo Fruto tan primoroso y tan Santo. Sois la verdadera Madre de Dios, hecho hombre, Jesucristo, y por eso, Madre de los pecadores. ¡Purísima Madre de nuestro Dios y Salvador! Rogad ahora, interceded continuamente a vista de tantas amarguras y peligros que padecemos, e instad en la hora de nuestra muerte, cuando estamos a punto de salir de este mundo, y ser presentados al Tribunal de Dios justísimo, Remunerador, por los méritos de Jesucristo, Redentor nuestro, y por vuestra valiosísima intercesión, lleguemos al día, en que, sin sombra alguna, os alabemos perpetuamente. Así sea.
Se concluye con las Letanías Lauretanas y el Trisagio Mariano.
DÍA TERCERO
Por la señal…
Oración para todos los días.
TERCERA PALABRA: «Y entrando María en casa de Zacarías, María, saludó a Isabel…» (Lc. 1, 45).
La tercera vez que oímos hablar a María Santísima es, como refiere el evangelista San Lucas en el capítulo primero de su sagrada historia: «En aquellos días levantándose María, fue con aceleración a la montaña, a una ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel».
Se rezan tres Aves Marías de la forma siguiente:
℣. Glorifiquemos a María Santísima, Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
℟. Ensalzada sea la Beatísima Trinidad, por las ínclitas prerrogativas que concedió a María Santísima. Ave María.
Y de la misma forma las dos siguientes.
ORACIÓN
María, Virgen Inmaculada y Bendita, pues que vos sois el benignísimo universal conducto de todos los favores divinos, y soy la Esperanza mía y la Esperanza de todos, doy siempre gracias al Altísimo que os ha dado a conocer, y que me ha hecho saber el medio de que eh de valerme, para alcanzar los dones celestiales, y santificarme. Este medio sois vos, y por eso os apresurasteis en visitar y purificar a la casa de Isabel, ea pues, visitad, y visitad luego a mi alma. No tardéis, os ruego, clementísima Señora, vos sabéis mejor que yo, cuan necesitada esta ella, y cuanto adolece de muchos males, afectos desordenados, pecados cometidos, perversas costumbres, síntomas muy graves de una muerte eterna. Nunca os separasteis de mí, y mis necesidades serán socorridas, y mi alma libre de todos sus males. Yo no pretendo, no soy digno de que vos en este mundo me visitéis con vuestra presencia visible, como lo habéis verificado con muchos siervos vuestros, pero no ingratos como yo, quiero, si, deseo y pido, veros en vuestro Reino del cielo, para amaros allí más y más, y rendiros gratitud eterna por los muchísimos beneficios que de vos eh recibido, y mientras viva en este miserable mundo espero recibir. Así sea.
Se concluye con las Letanías Lauretanas y el Trisagio Mariano.
DÍA CUARTO
Por la señal…
Oración para todos los días.
CUARTA PALABRA: «Mi alma engrandece al Señor…» (Lc. 1, 46-55).
La cuarta vez que oímos hablar a María Santísima es, como refiere el evangelista San Lucas en el capítulo primero de su sagrada historia: «Y cuando Isabel oyó la salutación de María, el infante dio saltos en su vientre: y fue llena Isabel del Espíritu Santo: y exclamó en alta voz, y dijo: “Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Y de dónde esto a mí, que la Madre de mi Señor venga a mí? Porque he aquí, luego que llegó la voz de tu salutación a mis oídos, el infante dio saltos de gozo en mi vientre. Y Bienaventurada que creíste, porque cumplido será lo que te fue dicho de parte del Señor”. Y dijo María: “Mi alma engrandece al Señor; y mi espíritu se regocijó en Dios mi Salvador. Porque miró la bajeza de su esclava: pues ya desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho cosas grandes el que es Todopoderoso, y santo su nombre. Y su misericordia de generación en generación para los que le temen. Hizo esfuerzo en su brazo: esparció a los soberbios del pensamiento de su corazón. Destronó a los poderosos; y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos: y a los ricos dejó vacíos. Recibió a Israel su siervo renovado de su misericordia. Así como habló a nuestros padres Abrahán y su descendencia por los siglos”».
Se rezan tres Aves Marías de la forma siguiente:
℣. Glorifiquemos a María Santísima, Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
℟. Ensalzada sea la Beatísima Trinidad, por las ínclitas prerrogativas que concedió a María Santísima. Ave María.
Y de la misma forma las dos siguientes.
ORACIÓN
Grande, Excelsa y Gloriosísima María, postrados al calce u umbrales de vuestro Trono, os adoramos desde este valle de lágrimas- nosotros nos complacemos de la inmensa gloria con que os ha engrandecido la Trinidad Beatísima: todas las naciones os proclamarán Bienaventurada. ¡María felicísima, no os olvidéis de nosotros! cuanto más inmediata estáis al que ha obrado en vos grandes prodigios, tanto más podéis contra nuestras calamidades. En vuestra misma elevación os encargáis perfectamente de nuestras miserias, por lo cual es forzoso, que os compadezcáis, y nos socorráis más. En tanta alegría vuestra, consoladnos a nosotros. sois nuestra Madre ¡Madre dulcísima! ¡Madre amabilísima! Conseguidnos la pureza de nuestras almas, alcanzadnos el santo amor de Dios, y buena muerte. Así sea.
Se concluye con las Letanías Lauretanas y el Trisagio Mariano.
DÍA QUINTO
Por la señal…
Oración para todos los días.
QUINTA PALABRA: «Hijo, ¿por qué lo has hecho así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo angustiados te buscábamos» (Lc. 2, 41-52).
La quinta vez que oímos hablar a María Santísima es, como refiere el evangelista San Lucas en el capítulo segundo de su sagrada historia: «Y sus padres (de Jesús) iban todos los años a Jerusalén en el día solemne de la Pascua. Y cuando tuvo doce años, subieron ellos a Jerusalén, según la costumbre del día de la fiesta, y acabados los días, cuando se volvían, se quedó el Niño Jesús en Jerusalén, sin que sus padres lo advirtiesen. Y creyendo que él estaba con los de la comitiva, anduvieron camino de un día, y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos. Y como no le hallase, se volvieron a Jerusalén, buscándole. Y aconteció que tres días después le hallaron en el Templo, sentado en medio de los Doctores, oyéndolos y preguntándoles. Y se admiraban grandemente todos los que le oían, de su inteligencia y de sus respuestas. Y cuando le vieron, se maravillaron. Y le dijo su Madre: “Hijo, ¿por qué lo has hecho así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo angustiados te buscábamos”».
Se rezan tres Aves Marías de la forma siguiente:
℣. Glorifiquemos a María Santísima, Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
℟. Ensalzada sea la Beatísima Trinidad, por las ínclitas prerrogativas que concedió a María Santísima. Ave María.
Y de la misma forma las dos siguientes.
ORACIÓN
Madre Inmaculada, Santísima María, después de que Jesucristo, mi única esperanza. No fue infeliz Job, perdiendo cuanto tenía, haciendas, hijos, salud, honras, hasta bajar desde la opulencia a un muladar, más tenia a Dios consigo, y por eso, aun entonces, era verdaderamente dichoso. Vos buscabais a vuestro Niño en Jerusalén, pero sabias, con la Mística Esposa, que se apacienta entre los lirios, y esos vuestros pensamientos y afectos del todo humildes, puros y perfectísimos al completo beneplácito de Dios, son azucenas, que tanto, tanto, han convidado, a que habite en vos el Divino Esposo. Dejadme suspirar a mí por él, y a innumerables pecadores que no le aman, y por nuestras ofensas le hemos perdido. La piedad que vos tenéis de los miserables, y el valimiento que poseéis para con la Trinidad Beatísima, superan, sin alguna duda, al número y a la malicia de todos mis deméritos. El cielo y la tierra testifican, que no se pierde el que de vos es protegido. Olvídense todos de mí, como no os olvidéis vos ¡Oh Madre de amor! Decidle a Dios, que yo soy vuestro, interesaos por mí, y yo seré salvo, con esta seguridad vivo, y en ella quiero morir. Así sea.
Se concluye con las Letanías Lauretanas y el Trisagio Mariano.
DÍA SEXTO
Por la señal…
Oración para todos los días.
SEXTA PALABRA: «No tienen vino» (Jn. 2, 1-3).
La sexta vez que oímos hablar a María Santísima es, como refiere el evangelista San Juan en el capítulo segundo de su sagrada historia: «Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea: y estaba allí la Madre de Jesús. Y fue también convidado Jesús, y sus discípulos a las bodas. Y llegando a faltar vino, la Madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”».
Se rezan tres Aves Marías de la forma siguiente:
℣. Glorifiquemos a María Santísima, Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
℟. Ensalzada sea la Beatísima Trinidad, por las ínclitas prerrogativas que concedió a María Santísima. Ave María.
Y de la misma forma las dos siguientes.
ORACIÓN
Madre de Dios, María, mi Inmaculada Señora: de la misma suerte que se presentará a una gran Reina un pobrecito despreciable, yo recurro a Vos. No quiero ocuparme, poderosísima Abogada de los hombres, en pediros gracias puramente temporales, que no me causarían alegría verdadera, ni prosperidades del mundo, que solo servirían de satisfacer a mi amor propio. Os pido una fe viva, que me haga obrar, y que me determine a su sufrido todo por la causa de Dios, una confianza firme en él, que jamás sea confundida, un amor de Dios, que no puedan apagar todas las aguas de las tribulaciones y adversidades de esta vida, y una caridad para con el prójimo, que nos tenga a todos estrecha y santamente unidos en Jesucristo. Os pido, por último, una victoria completa del mundo, un desapego perfecto de mi mismo, un espíritu humilde y corazón puro. Así sea.
Se concluye con las Letanías Lauretanas y el Trisagio Mariano.
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Oración para todos los días.
SÉPTIMA PALABRA: «Haced cuanto Él os dijere» (Jn. 2, 4-5).
La séptima vez que oímos hablar a María Santísima es, como refiere el evangelista San Juan en el capítulo segundo de su sagrada historia: «Y Jesús le dijo: “Mujer, ¿qué nos va a mi y a ti? Aún no es llegada mi hora”. Dijo la Madre de él los que servían: “Haced cuanto Él os dijere”».
Se rezan tres Aves Marías de la forma siguiente:
℣. Glorifiquemos a María Santísima, Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.
℟. Ensalzada sea la Beatísima Trinidad, por las ínclitas prerrogativas que concedió a María Santísima. Ave María.
Y de la misma forma las dos siguientes.
ORACIÓN
Bendita eternamente seáis, Purísima Madre de Dios, a vos clamamos implorando tu protección, solo para poder seguir vuestros pasos, imitando vuestros ejemplos, a vos suspiramos gimiendo y llorando, y puestos a vuestro amparo, esperamos conseguir la gracia de nuestra conversión, muy justamente os llamamos Madre de Misericordia, principio de la vida, y consuelo de nuestras almas. Con estos afectos nos acogemos a Vos, para pediros aquellas gracias que sabéis necesitamos: derramadlas muy particulares sobre las sagradas personas del Sumo Pontífice y demás prelados que gobiernan la Iglesia, sobre esta nación tan singularmente favorecida de vos. Apagad el fuego de la guerra, que arde en tantas partes del mundo, y que divide hasta a los jefes cristianos, pero ayudados más bien a apagar el voraz incendio de nuestras pasiones, y el combate interior que ejercitan en lo más secreto de nuestro corazón. Dadnos paz con los enemigos del Estado, pero con preferencia a esta, auxiliadnos a recobrar la paz con Dios, si la hemos perdido, o a mantenernos en ella, si somos tan dichosos que la tengamos, y merezcamos aumentarla cada día más y más. Así sea.
Se concluye con las Letanías Lauretanas y el Trisagio Mariano.
viernes, 26 de marzo de 2021
ORACIÓN EN MEMORIA DE LA MUERTE DE CRISTO, PARA LOS VIERNES
A sexta hora tenébræ factæ sunt super univérsam terram usque ad horam nonam. Pater noster.
Et circam horam nonam clamávit Jesus voce magna, dicens: Eli, Eli, lamma sabactháni? hoc est: Deus meus, Deus meus, ut quid dereliquísti me? Pater noster.
Jesus autem íterum clamans voce magna, emísit spíritum. Pater noster.
℣. Christus factus est pro nobis obœ́diens usque ad mortem.
℞. Mortem autem crucis.
Orémus:
ORATIO
Dómine Jesu Christe, qui pro redemptióne mundi crucis patíbulum ascendísti et Sánguinem tuum pretiósum in remissiónem peccatórum nostrórum fudísti: te humíliter deprecámur, ut post óbitum nostrum Paradísi jánuas nos gaudénter introíre concédas. Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti Deus per sǽcula sæculórum. ℞. Amen.
TRADUCCIÓN
A la hora sexta se hicieron las tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora nona. Padre nuestro.
Cerca de la hora nona clamó Jesús con alta voz diciendo: Eli, Eli, lamma sabactháni?, esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Padre nuestro.
Luego Jesús, clamando otra vez con alta voz, entregó su espíritu. Padre nuestro.
℣. Cristo por nosotros se hizo obediente hasta la muerte.
℞. Y muerte de cruz.
Oremos:
ORACIÓN
Oh Señor Jesucristo, que por la redención del mundo ascendiste al patíbulo de la cruz, y derramaste tu Sangre preciosa para remisión de nuestros pecados: te suplicamos humildemente nos concedas que después de nuestra muerte entremos gozosos a las puertas del Paraíso. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos de los siglos. ℞. Amén.
Colléctio precum ad usum Clericórum Seminárii Archiepiscopális Pragénsis (Colección de oraciones para el uso de los clérigos del Seminario Arzobispal de Praga). Nový Jičín, Imprenta de Kryl & Scotti, 1930. Imprimátur por Mons. Francisco Javier Kordač Šulcov, Arzobispo de Praga, el 16 de Abril de 1930.
VATICANO: BERGOGLIO RECORTA SALARIOS
Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO, ampliado en algunas partes.
Como el Vaticano está al borde de la bancarrota, Bergoglio ha recortado los viáticos de los cardenales y los salarios de los empleados religiosos y seglares por medio de un Motu Próprio, en el cual indica que sin esos recortes el Vaticano se iría a la bancarrota.
Para enfrentar este déficit, Bergoglio ha “convertido” inmoralmente (robado) dinero de su estafa del Óbolo de San Pedro, al cual los fieles contribuían, creyendo falsamente que el dinero va para los pobres.
El 23 de Marzo de 2021, apareció nueva evidencia que la iglesia conciliar está hundiéndose en la bancarrota, cuando Francisco Bergoglio publicó un decreto Motu Próprio golpeando inmediatamente la asignación de los cardenales, como también los salarios de los empleados religiosos y seglares del Vaticano.
El Motu Próprio dice en su tenor literal:
CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO DEL SUMO PONTÍFICE FRANCISCO SOBRE LA CONTENCIÓN DE GASTOS PARA EL PERSONAL DE LA SANTA SEDE, LA GOBERNACIÓN DEL ESTADO DE LA CIUDAD DEL VATICANO Y OTRAS INSTITUCIONES VINCULADASUn futuro económicamente sostenible requiere hoy, entre otras decisiones, la adopción de medidas relativas a los salarios del personal.a) Ante el déficit que desde hace varios años caracteriza la gestión económica de la Santa Sede;b) teniendo en cuenta el empeoramiento de esta situación tras la emergencia sanitaria provocada por la propagación del Covid-19, que ha afectado negativamente a todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano;c) teniendo en cuenta que los costes de personal constituyen una partida importante de gastos en el presupuesto de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano;d) considerando que, incluso en presencia de una adecuada capitalización de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano, es necesario garantizar la sostenibilidad y el equilibrio entre ingresos y gastos en la gestión económica y financiera actual;e) considerando necesario proceder en este sentido según criterios de proporcionalidad y progresividad;f) con el objetivo de salvaguardar los puestos de trabajo actuales;g) habiendo obtenido la opinión competente de la Secretaría de Economía y tras haber examinado cuidadosamente todas las cuestiones relativas a esta cuestión, establezco lo siguiente:Artículo 1. Remuneración de los cardenales:§1 A partir del 1 de abril de 2021 la remuneración cualquiera que sea su denominación, pagada por la Santa Sede a los cardenales se reducirá en un diez por ciento (10%) con respecto a la última retribución recibida.Artículo 2. Remuneración de los demás superiores:§1 A partir del 1 de abril de 2021, las remuneraciones, cualquiera que sea su denominación, netas y excluidas las remuneraciones adicionales acordadas en el correspondiente contrato, pagadas por la Santa Sede y el Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano a las personas clasificadas en los niveles salariales C y C1, se reducirán en un ocho por ciento (8%) con respecto a la última remuneración pagada.Artículo 3. Remuneración de los clérigos y religiosos:§1 A partir del 1 de abril de 2021, las remuneraciones pagadas por la Santa Sede y el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano a los clérigos y a los miembros de los Institutos de Vida Consagrada o de las Sociedades de Vida Apostólica, clasificados en los niveles salariales C2 y C3 y en los diez niveles funcionales no ejecutivos, se reducirán en un tres por ciento (3%) respecto a la última remuneración pagada.Artículo 4:§1 La reducción mencionada en los artículos 1, 2 y 3 no se aplicará si el interesado demuestra que no puede hacer frente a los gastos fijos relacionados con su propia salud o la de sus familiares hasta el segundo grado de parentesco. Las condiciones de aplicación del presente artículo se evaluarán anualmente. Se presentará la documentación pertinente:a) a la Secretaría de Economía para los empleados que dependen administrativamente de ella;b) a la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano para sus empleados;c) a la Institución a la que pertenecen para los empleados de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y de las Instituciones mencionadas en el art. 6;Artículo 5. Incrementos de antigüedad de dos años:§1 En el período comprendido entre el 1 de abril de 2021 y el 31 de marzo de 2023, se suspende el devengo de los incrementos bienales de antigüedad para las personas mencionadas en los artículos 2 y 3 y para el personal con contratos de los niveles funcionales 4 a 10, ambos incluidos, de la Santa Sede, de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y de los entes cuyas remuneraciones sean pagadas por la Santa Sede o por el Estado de la Ciudad del Vaticano.Artículo 6. Otras entidades:§1 Las disposiciones de los artículos precedentes se aplican también al Vicariato de Roma, a los capítulos de las basílicas papales del Vaticano, de Letrán y Liberiana, a la Fábrica de San Pedro y a la basílica de San Pablo Extramuros.Artículo 7:§1 La Secretaría de Economía, de acuerdo con la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y previa consulta a la Caja de Pensiones, a la Caja de Asistencia Sanitaria y a otras entidades interesadas, adoptará las medidas de aplicación del presente decreto.Ordeno que lo establecido tenga efecto inmediato, pleno y estable, derogando también todas las disposiciones incompatibles, y que este decreto sea publicado en “L’Osservatore Romano” del 24 de marzo de 2021 y posteriormente en el Acta Apostolicæ Sedis.Dado en Roma, junto a San Pedro, el 23 de marzo de 2021, noveno día [sic] del Pontificado.FRANCISCUS
Bergoglio escribió que sin estos recortes (que intenta justificar con la plandemia del coronavirus), el Vaticano irá a la bancarrota. Solo para el 2021, se espera ver un déficit de 600’000.000 de dólares. Tan mal están las finanzas del Vaticano que Bergoglio ha “convertido” inmoralmente (robado) dinero de las donaciones de caridad por los fieles a su estafa del Óbolo de San Pedro, creyendo falsamente que el dinero va para los pobres.
A partir del 1 de Abril de 2021, los cardenales que trabajan en el Vaticano verán su “asignación” anual de 72.000 dólares recortada en un 10 por 100. Otros prelados y empleados del Vaticano verán sus ingresos recortados en un 8 por 100. Los aumentos para algunos prelados y empleados fueron suspendidos por dos años. Más de la mitad del presupuesto vaticano se va en pagos de salarios. [Parte de la información para este Comentario proviene de National Catholic Register].
Verdaderos Católicos, la “conversion” (esto es, robo) inmoral por Francisco Bergoglio del dinero de caridad aportado por los conciliares solo hará que la situación empeore. Ya las donaciones al Óbolo de San Pedro han ido bajando por años, y todos los 300 obispones de los Estados Unidos está siendo demandados por fraude al promocionar el fondo, que ya no va destinado principalmente a propósitos de caridad. Hay una gran omisión en el Motu Próprio bergogliano: ¡UN RECORTE EN SU SALARIO!
SECUENCIA “Stabat Mater dolorósa”
La fiesta de los Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen María cuenta en su Misa con la secuencia “Stabat Mater dolorósa”. Aunque a menudo se le atribuye su origen al fraile franciscano Jacopone de Todi, se conoce que una recensión de esta secuencia aparecía en un gradual del siglo XIII perteneciente a las monjas dominicas de Santa María Magdalena de Val di Pietra (Bolonia), y el Papa Benedicto XIV, reprobando las afirmaciones del Tratado de las Supersticiones del padre Jean Baptiste Thiers en su, declara en sus Anotaciones sobre las fiestas de Nuestro Señor y la Santísima Virgen, tomo I, parte segunda, cap. IV, párrafo 1 in fine y posteriormente en su Comentarios sobre las fiestas de Nuestro Señor Jesucristo y su Madre, y sobre el Sacrificio de la Misa, parte segunda, que Inocencio III fue su autor, según mencionan Louis Jacob de Saint Charles O. Carm., Augustin Oldouin SJ, Francesco Pagi y Santiago Jacinto Serry OP.
Lo que sí es indiscutible es que era una secuencia muy conocida en el siglo XIV (el canciller de la archidiócesis de Génova Georgius Stella refiere que en 1388 los flagelantes usaban esta secuencia en sus procesiones; y en Provenza hacia 1399, la cofradía de los “Albáti” o “Bianchi” cantaban el Stabat Mater en sus procesiones de nueve días) y que aparecía en varios misales del siglo XV, como el de Colonia (cuyo Concilio provincial de 1423 introdujo la Commemorátio Angústiæ et Dolóribus Beátæ Maríæ Vírginis para el viernes de la tercera semana después de Pascua, en desagravio por las profanaciones de los herejes husitas) y el Misal Romano (en la edición milanesa de 1474 aparece la Missa de Compassióne, sive de Spasmo, sive de Pietáte Beátæ Maríæ Vírginis, y Sixto IV en 1482 compuso una Misa con el título Dóminæ Nostræ de Pietáte).
Si bien fue excluida (junto con otras secuencias e himnos litúrgicos) del Misal Romano por el Concilio de Trento, el Papa Benedicto XIII, gran devoto de la Virgen Dolorosa, al fijar mediante Decreto del 27 de Agosto de 1727 la fiesta de los Dolores de la Virgen para el Viernes de Pasión, restableció el uso del Stabat Mater Dolorósa en la Misa; y en 1814, Pío VII, en agradecimiento por la liberación de Roma, extendió a toda la Iglesia la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de Septiembre (en España, esta observancia se tenía desde 1735 por real decreto de Felipe V).
Incluso autores protestantes reconocen en Stabat Mater Dolorósa una profundidad emotiva y un lenguaje poético de calidad. El teólogo luterano alemán Hermann Adalbert Daniel en su obra Thesáurus hymnológicus le califica como “la reina de las secuencias” (tomo V, 59) y señala que su desaparición en la Liturgia no fue porque la Iglesia Católica lo recibiera de los herejes, sino que los herejes la despojaron de ella (cf. tomo II, pág. 140); el teólogo e historiador calvinista suizo Philip Schaff, en A Library of Religious Poetry, pág. 191 afirma que
El secreto del poder del “Mater Dolorosa” está en la intensidad del sentimiento con el que el poeta se identifica con este tema y en la suave llorosa melodía del ritmo y rima en latín, que no se puede trasladar a ningún otro idioma
y señalando la objeción típica de sus correligionarios, Schaff les recuerda que los católicos “no rezan a María como dadora de la merced deseada, sino sólo como intercesora, pensando que es más probable convencer a su Hijo gracias a ella que por cualquier pobre pecador sin ayuda en la tierra” (Schaff en su momento fue acusado de herejía por los calvinistas, que lo consideraban “pro-papista”, pero fue absuelto por el sínodo de York, Pensilvania, en 1845).
LATÍN
Stabat Mater dolorósa
Juxta Crucem lacrimósa,
Dum pendébat Fílius.
Cujus ánimam geméntem,
Contristátam et doléntem
Pertransívit gládius.
O quam tristis et afflícta
Fuit illa benedícta
Mater Unigéniti!
Quæ mœrébat et dolébat,
Pia Mater, dum vidébat
Nati pœnas íncliti.
Quis est homo, qui non fleret,
Matrem Christi si vidéret
In tanto supplício?
Quis non posset contristári,
Christi Matrem contemplári
Doléntem cum Fílio?
Pro peccátis suæ gentis
Vidit Jesum in torméntis
Et flagéllis súbditum.
Vidit suum dulcem Natum
Moriéndo desolátum,
Dum emísit spíritum.
Eja, Mater, fons amóris,
Me sentíre vim dolóris
Fac, ut tecum lúgeam.
Fac, ut árdeat cor meum
In amándo Christum Deum,
Ut sibi compláceam.
Sancta Mater, istud agas,
Crucifixi fige plagas
Cordi meo válida.
Tui Nati vulneráti,
Tam dignáti pro me pati,
Pœnas mecum dívide.
Fac me tecum pie flere,
Crucifíxo condolére,
Donec ego víxero.
Juxta Crucem tecum stare
Et me tibi sociáre
In planctu desídero.
Virgo vírginum præclára.
Mihi jam non sis amára:
Fac me tecum plángere.
Fac, ut portem Christi mortem,
Passiónis fac consórtem
Et plagas recólere.
Fac me plagis vulnerári,
Fac me Cruce inebriári
Et cruóre Fílii.
Flammis ne urar succénsus,
Per te, Virgo, sim defénsus
In die judícii.
Christe, cum sit hinc exíre.
Da per Matrem me veníre
Ad palmam victóriæ.
Quando corpus moriétur,
Fac, ut ánimæ donétur
Paradísi glória. Amen.
TRADUCCIÓN
Estaba la Madre dolorosa
Junto a la Cruz, lacrimosa,
Mientras pendía el Hijo.
Cuya ánima gimiente,
Contristada y doliente
Atravesó la espada.
¡Oh cuán triste y afligida
Estuvo aquella bendita
Madre del Unigénito!
Languidecía y se dolía
La piadosa Madre que veía
Las penas de su excelso Hijo.
¿Qué hombre no lloraría
Si a la Madre de Cristo viera
En tanto suplicio?
¿Quién no se entristecería al ver
A la Madre doliente
Contemplando a su Hijo?
Por los pecados de su gente
Vio a Jesús en los tormentos
Y doblegado por los azotes.
Vio a su dulce Hijo
Muriendo desolado
Al entregar su espíritu.
Ea, Madre, fuente de amor,
Hazme sentir tu dolor,
Contigo quiero llorar.
Haz que mi corazón arda
En el amor de mi Dios
Y en cumplir su voluntad.
Santa Madre, yo te ruego
Que me traspases las llagas
Del Crucificado en el corazón.
De tu Hijo malherido
Que por mí tanto sufrió
Reparte conmigo las penas.
Déjame llorar contigo,
Condolerme por tu Hijo
Mientras yo esté vivo.
Junto a la Cruz contigo estar
Y contigo asociarme
En el llanto es mi deseo.
Virgen de Vírgenes preclara,
No te amargues ya conmigo,
Déjame llorar contigo.
Que llore la muerte de Cristo,
Hazme socio de su pasión,
Que me quede con sus llagas.
Que me hieran sus llagas,
Que con la Cruz
Y la Sangre de tu Hijo me embriague.
Para que no me queme en las llamas,
Defiéndeme tú, Virgen santa,
En el día del juicio.
Cuando, Cristo, haya de irme,
Concédeme que tu Madre me guíe
A la palma de la victoria
Cuando el cuerpo sea muerto,
Haz que el alma sea dada
A la gloria del paraíso.
Amén.
jueves, 25 de marzo de 2021
LA CONTRADICCIÓN DEL RACIONALISMO PROTESTANTE
«Los racionalistas alemanes han necesitado pasaran 19 siglos primero para escribir “Vidas de Cristo” sin milagros, destrozando los Evangelios; e incurriendo en una contradicción notable, que ya he notado, y es ésta: “Si los Evangelios son documentos tan extraordinariamente mentirosos, no se les puede creer en nada; y entonces ¿de dónde sacan ellos la vida de Cristo?”. En fin, dejémoslos, son alemanes; el español cuando quiere dejar la religión, no lanza una parte y se queda con la otra, sino que la lanza toda; y a veces incluso se pone a matar curas [4]. Esas componendas y cataplasmas del Protestantismo no van con el carácter español. Ahora dicen que Franco prohíbe el Protestantismo en España; pero si no hay, ¿qué va a prohibir? Como le dijo un aldeano andaluz a un Pastor protestante que fue a predicar Protestantismo a una aldea andaluza en tiempo de la República: “Misté, hombre: Usté quíe que aquí creamo en la religión de Usté –y aquí no creemo ni siquiá– en la religión católica –¡que é la verdadera!”».
PADRE LEONARDO CASTELLANI, Sermón del III Domingo de Cuaresma, 17 de Marzo de 1963. En Domingueras prédicas II, (P. Carlos Biestro, compilador). Mendoza, Ediciones Jauja, 1999, pág. 91.
NOTA (Del compilador)
[4] Pero los tiempos han cambiado, y ahora algunos curas enseñan a los fieles que los milagros son muy poco creíbles. Así el P. Ariel Álvarez Valdés [que renunció al presbiterado en 2009, tras negarse a las retractaciones que le ordenara el secretario de la CDF Tarcisio Pedro Evasio Bertone Borio SDB en 2002 y el obispo de Santiago del Estero Francisco Polti Santillán en 2008 por sus posturas heterodoxas, N. del E.] (“¿Cómo hacía Jesús sus Milagros?”, en “Vivir en Familia”, Marzo de 1998, pags. 11-13) sostiene que Dios no puede violar las leyes de la Naturaleza, pues ello significaría que tales leyes están mal hechas y que Él podría haberlas creado mejor. Dios no es transgresor.
En “El Evangelio de Jesucristo”, homilía del Domingo Vigesimotercero después de Pentecostes, Castellani responde a la objeción modernista a los milagros:
«Si Dios quiere hacer un hecho propio suyo, que lo señale a Él, no necesita descompaginar la creación con una especie de alcaldada o acto de violencia, sino manejar las naturas de las cosas que Él ha hecho, y que Él únicamente conoce hasta el fino fondo. Dios está dentro de las cosas y de sus leyes y no fuera de ellas. Aquí está el error de los que niegan el milagro, como [Félix Alejandro] Le Dantec, alegando que Dios no puede destruir las leyes naturales: puesto que no necesita destruirlas. Aquí también está el error de los que, viendo una cierta uniformidad en el modo en que ocurren los milagros, sostienen que no son milagros, sino efectos de leyes naturales que todavía desconocemos; como Beresford y los modernistas en general.John Davys Beresford, arquitecto y gran escritor inglés arquitecto y gran escritor inglés, ha encarnado la doctrina modernista de la “fe-que-cura” (“the healing faith”) en su novela The Hampdenshire Wonder y en otros libros. Trata de desarmar el mecanismo del milagro, atribuyéndolo a la voluntad humana exaltada e inflamada por la fe y el amor; aunque la “Fe” de que habla no es la fe sobrenatural sino una especie de confianza ciega y frenética; y el “Amor” no es el amor de Dios sino el amor humano. Dice con razón que debe haber un lazo genético entre el espíritu y la materia, la cual del espíritu procede; y por tanto, todo lo que hace falta es que el espíritu, en un momento de exaltación pasional –y aquí es donde yerra– recupere por un momento ese lazo e influjo escondido; pero sabemos que ese influjo escondido no está en manos del hombre, sino sólo del Creador, y a lo más, del ángel».
miércoles, 24 de marzo de 2021
NUEVE GLORIAS EN HONOR A SAN GABRIEL ARCÁNGEL
Escribe el Apóstol del Rosario Bartolo Longo que «el Arcángel San Gabriel es por las sublimes misiones que Dios le confió uno de los más poderosos entre los Siete Espíritus asistentes al Trono de Dios. Él de hecho es la Fortaleza de Dios, es el Ángel de la Encarnación, es el Ministro y Custodio sublime de la gran Madre de Dios. En él está la custodia de las imágenes de María Santísima. Ser devotos del Arcángel San Gabriel quiere decir obtener el amor de la Madre celestial. Grande es el poder de él ante la Reina del Cielo y de la tierra. Dirijámonos confiados a tal intercesor en cualquiera necesidad nuestra espiritual y temporal, y él nos obtendrá alguna gracia». Fundados en esta invitación de uno de los más grandes devotos de la Madre de Dios, ofrecemos a los lectores estas oraciones tomadas del Manual de Filotea del canónigo Giuseppe Riva para honrar al espíritu bienaventurado a la misma Madre llevó el anuncio de la Encarnación del Verbo.
I. Por aquella gloria que os distingue entre tantos compañeros vuestros, oh gran Arcángel San Gabriel, siendo vos uno de los siete que están continuamente al trono del Altísimo, obtenedem la gracia que yo camine siempre en la divina presencia, a fin que mis pensamientos, mis palabras y mis acciones no tengan otra mira sino la pura gloria de Dios. Gloria.
II. Por aquel santo júbilo que sentisteis, oh glorioso arcángel San Gabriel, al ser enviado a la tierra como anunciador del más consolante misterio, esto es la Encarnación del Verbo y la universal Redención, obtenedme la gracia que no me engría entre los honores, ni me desanime entre las humillaciones, sino que sepa servirme de todo según los designios de Dios, los cuales no tienen otro objetivo que mi santificación. Gloria.
III. Por aquella inefable alegría que probasteis, oh glorioso arcángel San Gabriel, al presentaros en Nazaret a María, la más privilegiada y la más santa entre todas las hijas de Eva, obtenedme la gracia que yo le profese costantemente una singularísima devoción, y que me ocupe con todo poder en aumentar el número de sus devotos y en promover su culto, a fin de participar en aquella bienaventuranza que únicamente está prometida a los que la veneran. Gloria.
IV. Por aquel insólito gozo que os inundó, oh glorioso arcángel San Gabriel, al preconizar a María como la llena de gracia, la bendita entre las mujeres, y la elegida entre todas para devenir Madre del Verbo, obtenedme, os ruego, que amando yo, a imitación de la Virgen, el retiro y la oración, merezca el ser distinguido también en la tierra con particulares bendiciones. Gloria.
V. Por aquel improviso estupor que os oprimió, oh glorioso arcángel San Gabriel, cuando visteis a la Virgen conturbarse ante vuestras magníficas palabras, obtenedme, os ruego, un afecto constante a la santa humildad, que es el fundamento y el sustento de todas las virtudes. Gloria.
VI. Por aquella extraordinaria veneración que concebisteis por María, oh glorioso arcángel San Gabriel, cuando la visteis más pronta a renunciar el honor de la divina maternidad que a la conservación de su propia virginidad, obtenedme, os ruego, la la resolución y el coraje de renunciar a todos los placeres y a todas las grandezas del mundo antes que violar mínimamenre las promesas hechas al Señor. Gloria.
VII. Por aquella admirable benignidad con que vos, glorioso arcángel San Gabriel, disipasteis todos los temores que agitaban el Corazón de María cuando os oyó anunciar que sería madre, limpiad, os ruego, mi mente de todas las ilusiones con que el príncipe de las tinieblas ae esfuerza para impedir el conocimiento claro y preciso de las verdades tan ciertas como indispensables para la salvación. Gloria.
VIII. Por aquella generosa prontitud con que la Virgen creyó a todas vuestras palabras, oh glorioso arcángel San Gabriel, y consintió a la promesa de convertirse en la Madre del Verbo y Corredentora del mundo, obtenedme, os ruego, la gracia que yo me uniforme siempre espontáneamente a la voluntad de mis mayores, y lleve siempre con alegría aquella mística cruz de padecimentos que el Señor quiera enviarme. Gloria.
IX. Por aquella alegría infinita que inundó al tiempo a los corazones de todos los justos en el limbo, de los ángeles en el paraíso y de los hombres sobre la tierra, cuando informando vos, oh glorioso arcángel San Gabriel, al trono de la Santísima Trinidad el consenso de la Virgen, descendió el Verbo del Padre en su seno, donde por obra del Espíritu Santo se vistió de nuestras miserias, obtenedme la gracia que yo camine fielmente tras los ejemplos luminosísimos que de todas las virtudes vino a darnos este Unigénito encarnado, a fin que, después de haberlo seguido por el camino de los dolores, llegue con Él a subir el monte misterioso de la visión sempiterna. Gloria.
ORACIÓN
Oh Dios, que elegisteis al Arcángel San Gabriel de entre todos los ángeles para anunciar el Misterio de vuestra Encarnación, concédenos propicio, que, a cuantos celebramos en la tierra su festividad, merezcamos obtener su patrocinio en el Cielo. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA: Gobernadme siempre fiel, glorioso San Gabriel, y no permitáis jamás que mi alma sea de vos olvidada.
NOVENA EN HONOR A SAN FRANCISCO DE PAULA
Novena compuesta a devoción de
Nicolás de Vargas, y reimpresa en Santa Fe de Bogotá por Juan Nicolás de
Barros y Castillo en 1827. Nihil obstat por el P. Doctor Santiago
Gregorio de Burgos, examinador sinodal del Arzobispado, el 24 de Febrero
de 1798. Imprimátur por Mons. Manuel García Andrade, Provisor y Vicario
General del Arzobispado, el 27 del mismo mes y año.
ADVERTENCIA PARA HACER CON FRUTO ESPIRITUAL ESTA NOVENA
Aunque sea verdad, según la doctrina del Apóstol San Pablo, que no tenemos para con Dios otro mediador para con Dios que Jesucristo nuestro Señor y Salvador, porque solo por el precio infinito de su Sangre fuimos libres de la esclavitud del pecado, con todo eso dirigimos nuestras oraciones a los Santos, sabiendo que nos son intercesores muy poderosos delante de Jesucristo. Nuestros hermanos errantes, que se apoyan sobre la autoridad del Apóstol para inferir que nos es enteramente inútil la intercesión de los Santos, y que no podemos invocarlos sin hacerle notable injuria a Jesucristo nuestro único mediador y abogado, no reparan que en el mismo capítulo segundo de la epístola escrita a su discípulo Timoteo de donde quieren deducir su errada consecuencia, se ve que el Santo le intima el que encargue a los fieles ofrezcan continuamente el tributo de sus oraciones por el gobierno, por las personas constituidas en dignidad, y generalmente por todos los hombres. Ahora bien, podemos decirles, si San Pablo recomienda a todo el mundo a las oraciones de unos fieles que como viadores y frágiles pueden venir a ser el objeto de la indignación y odio de Dios por el pecado, ¿con cuánta más razón deberemos implorar la intercesión de los fieles siervos y amigos de Dios, que se hallan gozando en la mansión de la paz de la vista de la Divina esencia, libres ya de la corrupción del pecado, e incapaces de incurrir en su indignación?
Lo cierto es que Dios ha acreditado la eficacia de su poder e intercesión, con todos los milagros que ha obrado en todos los siglos por su mediación. Entre todos podemos con verdad decir que Dios tomó por su cuenta el engrandecer a su siervo San Francisco de Paula llenando toda la tierra de la fama de sus prodigios. Su milagrosa beneficencia lo ha hecho objeto del amor, de la confianza y de la veneración de toda la Cristiandad: por tanto, para satisfacer en alguna parte el fervor de sus devotos, presento esta novena, exponiendo en cada día una de las virtudes en que más resplandeció, para excitarlos a su imitación.
El que quisiere hacerse digno de los favores que el Dios de las misericordias dispensa, por la intercesión del amado Siervo, es necesario que para dar principio a esta Novena, purifique primero su alma por medio de las saludables aguas del sacramento de la Penitencia, y sobre todo, es necesario que procure estar en el verdadero espíritu de la Iglesia y considerar que ella no aprueba estas prácticas de devoción sino en cuanto se dirigen a que procuremos por medio de la intercesión de los Santos trabajar en la reforma de nuestras costumbres, enmienda de nuestra vida e imitación de las virtudes que celebramos y admiramos en ellos, persuadirse que el fin que se ha tenido en la institución de semejantes devociones se reduce a recitar cuatro oraciones vocales dichas sin el menor espíritu de caridad y de fervor, es hacerle injuria a Jesucristo y a la Iglesia, dando a entender que el fondo de una religión que toda se sostiene en la santidad y pureza de la moral evangélica, consiste en meras exterioridades y ceremonias. Persuadámonos que Dios no hace sino la voluntad de los que le aman y le temen, e imploremos su intercesión de los Santos con espíritu de compunción y de humildad, si queremos que nuestras súplicas lleguen al sublime trono de su grandeza.
ADVERTENCIA PARA HACER CON FRUTO ESPIRITUAL ESTA NOVENA
Aunque sea verdad, según la doctrina del Apóstol San Pablo, que no tenemos para con Dios otro mediador para con Dios que Jesucristo nuestro Señor y Salvador, porque solo por el precio infinito de su Sangre fuimos libres de la esclavitud del pecado, con todo eso dirigimos nuestras oraciones a los Santos, sabiendo que nos son intercesores muy poderosos delante de Jesucristo. Nuestros hermanos errantes, que se apoyan sobre la autoridad del Apóstol para inferir que nos es enteramente inútil la intercesión de los Santos, y que no podemos invocarlos sin hacerle notable injuria a Jesucristo nuestro único mediador y abogado, no reparan que en el mismo capítulo segundo de la epístola escrita a su discípulo Timoteo de donde quieren deducir su errada consecuencia, se ve que el Santo le intima el que encargue a los fieles ofrezcan continuamente el tributo de sus oraciones por el gobierno, por las personas constituidas en dignidad, y generalmente por todos los hombres. Ahora bien, podemos decirles, si San Pablo recomienda a todo el mundo a las oraciones de unos fieles que como viadores y frágiles pueden venir a ser el objeto de la indignación y odio de Dios por el pecado, ¿con cuánta más razón deberemos implorar la intercesión de los fieles siervos y amigos de Dios, que se hallan gozando en la mansión de la paz de la vista de la Divina esencia, libres ya de la corrupción del pecado, e incapaces de incurrir en su indignación?
Lo cierto es que Dios ha acreditado la eficacia de su poder e intercesión, con todos los milagros que ha obrado en todos los siglos por su mediación. Entre todos podemos con verdad decir que Dios tomó por su cuenta el engrandecer a su siervo San Francisco de Paula llenando toda la tierra de la fama de sus prodigios. Su milagrosa beneficencia lo ha hecho objeto del amor, de la confianza y de la veneración de toda la Cristiandad: por tanto, para satisfacer en alguna parte el fervor de sus devotos, presento esta novena, exponiendo en cada día una de las virtudes en que más resplandeció, para excitarlos a su imitación.
El que quisiere hacerse digno de los favores que el Dios de las misericordias dispensa, por la intercesión del amado Siervo, es necesario que para dar principio a esta Novena, purifique primero su alma por medio de las saludables aguas del sacramento de la Penitencia, y sobre todo, es necesario que procure estar en el verdadero espíritu de la Iglesia y considerar que ella no aprueba estas prácticas de devoción sino en cuanto se dirigen a que procuremos por medio de la intercesión de los Santos trabajar en la reforma de nuestras costumbres, enmienda de nuestra vida e imitación de las virtudes que celebramos y admiramos en ellos, persuadirse que el fin que se ha tenido en la institución de semejantes devociones se reduce a recitar cuatro oraciones vocales dichas sin el menor espíritu de caridad y de fervor, es hacerle injuria a Jesucristo y a la Iglesia, dando a entender que el fondo de una religión que toda se sostiene en la santidad y pureza de la moral evangélica, consiste en meras exterioridades y ceremonias. Persuadámonos que Dios no hace sino la voluntad de los que le aman y le temen, e imploremos su intercesión de los Santos con espíritu de compunción y de humildad, si queremos que nuestras súplicas lleguen al sublime trono de su grandeza.
NOVENA DEL GLORIOSO PATRIARCA SAN FRANCISCO DE PAULA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos
Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Crucificado por mi amor, que habéis prometido por boca de vuestros Profetas poner en olvido las mayores iniquidades en el momento en que el pecador se convirtiere de veras a Vos, y las detestase con amargura de su corazón: postrado ante vuestra Soberanía y penetrado del más vivo dolor a vista de las muchas culpas que contra Ti he cometido, digo con todo mi corazón me pesa de veras haber ofendido a tal bondad, solo por ser quien sois, tan digno de ser amado. Misericordia, amable Salvador mío; recibid, Padre dulcísimo, a este hijo ingrato y rebelde, que lleno de confianza se arroja en el seno de tu misericordia y clemencia, dadme vuestra gracia para amarte y servirte, con una perseverancia constante, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Omnipotente y eterno Dios, que para confundir el orgullo y la vana sabiduría de los sabios y prudentes del siglo, te dignaste revestir con la divisa de tu poder y sabiduría a vuestro humildísimo siervo San Francisco de Paula obrando por su ministerio prodigios y maravillas dignas solo de vuestra poderosa diestra: os suplicamos con el más humilde rendimiento de nuestros corazones, nos concedáis por sus elevados méritos y por su poderosa intercesión un verdadero e íntimo dolor de las muchas ofensas que contra tu divina bondad hemos cometido: una sólida y sincera conversión hacia Vos, y que corriendo por la senda recta de vuestros divinos mandamientos empleemos todos los momentos de nuestra vida en agradaros y serviros, como que Vos sois el objeto único de todo nuestro amor, y juntamente la especial gracia que solicitamos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria vuestra y provecho de nuestras almas. Amén.
Aquí se han de rezar tres Padre nuestros y Ave Marías con Gloria Patri, en honra de la Santísima Trinidad.
DÍA PRIMERO – 24 DE MARZO
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, a quien Dios adornó con una fe tan viva que fue ella como el origen y principio de todas las grandes maravillas que obraste en el tiempo de vuestra preciosísima vida: con esta virtud transportaste los montes de una a otra parte, amainaste el ímpetu de las tempestades y de las olas, anduvisteis sobre las aguas como sobre empedrados de mármol, amortiguaste muchas veces la voracidad de las llamas, purificaste el aire inficionado con los contagios y las pestes, lanzaste los demonios de los cuerpos de los miserables posesos, hiciste cerrar los sepulcros y diste la vida a los que iban a ser colocados en ellos. Por estos prodigios, que fueron el fruto de la constancia de vuestra fe, os suplicamos nos alcancéis de Dios una fe viva y fecunda en buenas obras, para que creyendo firmemente lo que debemos y estamos obligados a creer, sea tal la conducta de nuestra vida, que en nada desmienta la pureza de nuestra Fe, y juntamente la gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios y provecho de nuestras almas. Amén.
Aquí se hace la petición, y luego dirás los siguientes elogios en honra de San Francisco de Paula:
Santísimo Padre y Patriarca San Francisco de Paula, cuyo nacimiento al mundo anunció el Cielo con prodigios, dejándose ver tu casa coronada de resplandores y luces celestiales. Santo desde tu niñez, insigne por tu profundísima humildad, admirable por tu elevada contemplación, Ángel en la pureza de tus costumbres, Querubín por tus sublimes conocimientos, Serafín por los ardores de tu encendida caridad, propagador del ayuno y de la penitencia, crédito de las maravillas de Dios: clarín sonoro de la divina omnipotencia, órgano animado por donde el Espíritu Santo entonaba sus celestiales armonías: segundo Moisés, en cuyas manos depositó Dios la vara de su poder para que obrases tantos prodigios, dando vista a los ciegos, oído a los sordos, pies a los tullidos, salud a los enfermos y vida a los cadáveres medio corrompidos después de ocho o de nueve días de difuntos. Nuevo Jeremías destinado de Dios para director de los príncipes, maestro de los reyes, profeta de los monarcas, consultor de los soberanos pontífices y oráculo de todo el mundo: nuevo David, hecho a la medida del corazón de Dios, y a quien su Majestad descubrió los más ocultos arcanos de su eterna sabiduría: maestro sapientísimo, que en la escuela de la oración adquiriste aquellos conocimientos y aquellas luces altísimas con que confundiste a tantos filósofos, hiciste enmudecer a tantos sabios, dejaste sin solución y sin respuesta a tantos doctores consumados en el estudio de las ciencias: segundo Elías a cuya imperiosa voz obedecieron respetuosos los elementos, y toda la naturaleza pasmada y atónita reconoció en vos el poder de su Criador y respetó tu santidad y tu inocencia: segundo Isaías, que divinamente ilustrado con la luz del espíritu profético penetraste los avisos de las conciencias más enmarañadas, descubriste misterios de iniquidades los más ocultos, y por entre la confusa revolución de tantos siglos alcanzaste a divisar los sucesos más distantes y los acontecimientos más retirados e impenetrables a todo humano conocimiento. Padre de afligidos, socorro de necesitados, vida de difuntos, refugio de desconsolados y asilo universal de todos los menesterosos, señalado de Dios en el don de la oración, de la profecía y los milagros.
GOZOS AL GRAN PATRIARCA SAN FRANCISCO DE PAULA
Pues la suprema Deidad
Os dio nombre tan glorioso:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
El Cielo tu nacimiento
Anunció con resplandores
Y otros divinos favores
Indicios de gran portento:
Así anticipó el contento
A toda la Cristiandad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
La gracia y naturaleza
Os honraron de tal modo,
Que fuiste Francisco en todo
Un conjunto de belleza:
Del Asís la gran pureza
Imitaste, y la humildad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
El Espíritu Divino,
Con sus frutos y sus dones
Os colmó de bendiciones,
¡Oh paulano divino!,
Enseñándoos el camino
De la ciencia y la verdad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Fundaste una religión
De singular instituto,
La que con copioso fruto
A la Iglesia da extensión:
Del orbe es admiración
Por su eximia caridad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Vuestro nombre es conocido
Con aplauso universal,
Porque el Padre Celestial
Honraros así ha querido:
Como hijo tan distinguido
De su amor y de su bondad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Con peregrinos portentos
Habéis dado a conocer
Que el Soberano poder
Quiere vuestros lucimientos:
Pues todos los elementos
Honran vuestra potestad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Sois la general piscina
Que con modos celestiales
A los más terribles males
Dais completa medicina:
También antorcha divina
Sois en toda tempestad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Siempre dais atento oído
Al mísero encarcelado,
Al huérfano descarriado,
Y a todo pobre afligido:
Remediando complacido
Su angustia y necesidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Las débiles parturientes,
Las infecundas casadas,
Las doncellas desgraciadas
Y las viudas indigentes:
Toda suerte de dolientes
Consuelo hallan en tu bondad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Ciegos, mancos y tullidos,
Paralíticos, leprosos,
Energúmenos furiosos
Y aun muertos ya corrompidos;
Por vos fueron restituidos
A la vida y sanidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Todas vuestras profecías
Las ha acreditado el Cielo,
Cumpliéndose sin recelo
Cuanto en ellas proferías:
Y hasta en nuestros propios días
Contestan esta verdad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
¡Oh Taumaturgo divino!
Pues tanto con Dios valéis,
Os pedimos que alcancéis
Remedio a nuestro destino:
Y que intercedáis muy fino
Por nuestra felicidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Suplicadle al gran Señor
Que reina en la eterna altura,
Convierta en paz y dulzura
Nuestra miseria y dolor:
Por que en su santo temor
Vivamos sin veleidad:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Pues la suprema Deidad
Os dio nombre tan glorioso:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Pues la suprema Deidad
Os dio nombre tan glorioso:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
El Cielo tu nacimiento
Anunció con resplandores
Y otros divinos favores
Indicios de gran portento:
Así anticipó el contento
A toda la Cristiandad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
La gracia y naturaleza
Os honraron de tal modo,
Que fuiste Francisco en todo
Un conjunto de belleza:
Del Asís la gran pureza
Imitaste, y la humildad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
El Espíritu Divino,
Con sus frutos y sus dones
Os colmó de bendiciones,
¡Oh paulano divino!,
Enseñándoos el camino
De la ciencia y la verdad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Fundaste una religión
De singular instituto,
La que con copioso fruto
A la Iglesia da extensión:
Del orbe es admiración
Por su eximia caridad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Vuestro nombre es conocido
Con aplauso universal,
Porque el Padre Celestial
Honraros así ha querido:
Como hijo tan distinguido
De su amor y de su bondad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Con peregrinos portentos
Habéis dado a conocer
Que el Soberano poder
Quiere vuestros lucimientos:
Pues todos los elementos
Honran vuestra potestad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Sois la general piscina
Que con modos celestiales
A los más terribles males
Dais completa medicina:
También antorcha divina
Sois en toda tempestad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Siempre dais atento oído
Al mísero encarcelado,
Al huérfano descarriado,
Y a todo pobre afligido:
Remediando complacido
Su angustia y necesidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Las débiles parturientes,
Las infecundas casadas,
Las doncellas desgraciadas
Y las viudas indigentes:
Toda suerte de dolientes
Consuelo hallan en tu bondad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Ciegos, mancos y tullidos,
Paralíticos, leprosos,
Energúmenos furiosos
Y aun muertos ya corrompidos;
Por vos fueron restituidos
A la vida y sanidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Todas vuestras profecías
Las ha acreditado el Cielo,
Cumpliéndose sin recelo
Cuanto en ellas proferías:
Y hasta en nuestros propios días
Contestan esta verdad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
¡Oh Taumaturgo divino!
Pues tanto con Dios valéis,
Os pedimos que alcancéis
Remedio a nuestro destino:
Y que intercedáis muy fino
Por nuestra felicidad.
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Suplicadle al gran Señor
Que reina en la eterna altura,
Convierta en paz y dulzura
Nuestra miseria y dolor:
Por que en su santo temor
Vivamos sin veleidad:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
Pues la suprema Deidad
Os dio nombre tan glorioso:
Salve Mínimo asombroso,
Máximo en la santidad.
℣. Oh bienaventurado Padre San Francisco de Paula, ruega por nosotros.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Dios y Señor, que resistes a los soberbios y a los humildes les dais tu gracia, atiende a nuestros ruegos, y concédenos por la intercesión de San Francisco de Paula el que no sintamos altamente de nosotros, sino que siempre sirvamos a vuestra Majestad divina con humildad de corazón. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 25 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, cuyo corazón inflamó Dios con el fuego de una caridad tan viva y perfecta, que no respirabas en todas tus palabras y acciones sino este purísimo fuego de que estabas animado: efecto de sus ardores fueron los frecuentes éxtasis que experimentabas, dejándose ver vuestro cuerpo elevado en el aire, cercado de flamantes resplandores de gloria, transportado entre los espíritus bienaventurados y recreado con la dulce música de los Ángeles, que muchas veces celebraron tus triunfos y cantaron tus victorias: concédenos con vuestra poderosa intercesión el que, abrasados en esta misma llama celestial, ardan nuestros corazones con aquel divino fuego que Jesucristo vino a encender en la tierra, para que purificados de todos los vanos afectos del mundo, vivan dignamente empelados en amarle y servirle, y así mismo la gracia que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria suya y provecho de nuestras almas. Amén.
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
DÍA TERCERO – 26 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, cuya caridad y amor para con los prójimos fue tan compasiva que jamás llegó a vuestra amabilísima presencia algún afligido que no saliese consolado, ni menesteroso que no quedase socorrido, dispensando a beneficio de los hombres las piedades que Dios depositó en tus manos en todo género de enfermedades, en todo linaje de tribulaciones y de peligros: ya iluminando a los ciegos, ya desatando los impedimentos de la lengua a los mudos, sanando a los hidrópicos, restituyendo el movimiento a los baldados y paralíticos, y dando la salud a todos los enfermos. Aquí tenéis, Padre dulcísimo, postradas a vuestros pies las almas de vuestros devotos, enfermas y debilitadas por la violencia y malignidad de los apetitos y pasiones que nos corrompen: emplead en nosotros esa caridad compasiva y benéfica que abrasó vuestro tierno corazón en el tiempo de vuestra vida, para que libres de nuestras espirituales dolencias, solo pensemos en agradar y servir a nuestro buen Dios, y juntamente la gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor honra de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
DÍA CUARTO – 27 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, cuya elevada santidad se fundó sobre la basa solidísima de la más profunda humildad, sin que fuesen capaz de excitar en vuestro espíritu e menor pensamiento de altivez y elevación ni los extraordinarios honores que te tributaron los mayores príncipes y monarcas de la tierra, que postrados con el más humilde rendimiento a tus plantas imploraban tu favor, ni las singulares demostraciones de estimación con que te trataron los soberanos pontífices, consultándote los negocios más arduos y más delicados de la Iglesia, sino que fijo siempre en el abismo de tu bajeza y de tu nada, te apartabas de su presencia para ejercitarte en los oficios más humildes y abatidos de tu monasterio, hasta emplear esas manos obradoras de tantos prodigios en lavar y remendar las túnicas de los novicios, diciéndoles con afectos de la más profunda humildad: “Id, hijos míos, al coro, a emplear vuestras lenguas en las divinas alabanzas, que yo soy un pobrecito lego, y debo ocuparme todo en serviros”. Os suplicamos, humildísimo Padre nuestro, nos alcancéis de Jesucristo la posesión de esta preciosísima virtud, de que Él mismo nos dio los más admirables documentos, desde su nacimiento hasta su muerte, naciendo para nosotros en un pesebre de bestias, y muriendo oprimido de oprobios en un afrentoso madero, para que de esta suerte reconociendo nuestra miseria y nuestra nada, le tributemos a Dios toda la gloria y el honor que le es debido, y juntamente la gracia que pedimos en esta Novena, para mayor gloria suya y provecho de nuestras almas. Amén.
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
DÍA QUINTO – 28 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, a quien Dios adornó con una paciencia tan sufrida y constante, que no hubo contratiempo ni suceso alguno de la tierra que fuese capaz de alterar la apacible serenidad de tu corazón de nuestras almas. ¿Con qué presencia de espíritu no escuchaste la triste noticia que te dieron tus amados hijos de que el rey de Nápoles había dado orden para demoler tu monasterio, y conducirte preso a su presencia? ¿Con qué paz tan inalterable no sufriste las injurias e indignos tratamientos con que te ultrajó aquel predicador, que movido de un celo indiscreto y de una secreta envidia vituperaba todas tus acciones? Te rogamos, Padre amabilísimo, por esta heroica paciencia que tanto resplandeció en las injurias y afrentas que experimentaste de parte de los hombres, nos alcancéis de Dios esta importante virtud para tolerar todos los trabajos y contradicciones que nos ofrece este valle de miserias en que vivimos, y que lejos de alterar nuestro corazón, los estimemos como que son la herencia y el patrimonio seguro de los escogidos, y juntamente la gracia que pedimos en esta Novena, si es para mayor gloria suya y bien de nuestras almas. Amén.
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
DÍA SEXTO – 29 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, cuyos espantosos rigores y austeridades te hacen ser mirado en la Iglesia como el modelo y ejemplar vivo de la penitencia cristiana: vos en medio de los poblados y de las cortes, y en la abundancia y esplendidez de los palacios de los mayores monarcas, renovaste los rigores y abstinencias que los Antonios, Hilariones y Arsenios practicaron en lo más interior de los desiertos, no teniendo sino raíces para alimentarte y un áspero cilicio para cubrirte: tu vida fue un perpetuo ayuno, tu cama unos troncos nudosos entretejidos de sarmientos más a propósito para tormento que para descanso: tus disciplinas sangrientas, tus vigilias prolongadas, tus maceraciones jamás interrumpidas; y esto en medio de una vida pura e inocente, que jamás se vio manchada con culpa mortal: ¡oh, cuánto confunden tus ejemplos nuestra tibieza y cobardía al ver que en medio de una vida criminal en que apenas se halla momento que no esté señalado con alguna abominación y delito, nos estremecemos al solo oír el nombre de la penitencia! Por tanto, Padre dulcísimo, te suplicamos nos alcancéis de Dios la gracia de que reconociéndonos reos delante de su Majestad divina, hagamos frutos dignos de penitencia, como que sin ella no podemos conseguir la misericordia ni el perdón de nuestros yerros, y juntamente la espiritual gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria suya y provecho de nuestras almas. Amén.
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 30 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, a quien el celo de las almas redimidas con la Preciosísima Sangre del Redentor, de tal suerte consumía y devoraba tu corazón, que te obligaba a prorrumpir en copiosa abundancia de lágrimas con la triste consideración de las ofensas cometidas contra la infinita bondad; efecto de tu abrasado celo fueron no sólo tus sermones llenos de la unción divina del Espíritu Santo, con que convertisteis tantos pecadores, sino la fundación de tu nueva religión, taller donde se han formado tantos varones apostólicos que, animados del mismo celo que inflamaba tu corazón, han trabajado no sólo en la conversión de los pecadores, sino también en la reducción de los infieles y herejes, habiendo logrado muchos de ellos por esta causa ceñir sus sienes con inmortales laureles, teñidos en su propia sangre: Alcanzad, Padre amabilísimo, para los corazones de los predicadores evangélicos, una centella de ese celo que abrasaba el vuestro, e igualmente para todos aquellos que por su ministerio están empleados en la instrucción y dirección espiritual de las almas, para que de todos sea reconocido y amado Jesucristo nuestro Salvador, y así mismo la gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria suya y bien de nuestras almas. Amén.
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
DÍA OCTAVO – 31 DE MARZO
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, que por vuestra continua y ferviente oración llegaste a aquel grado sublime de contemplación que te unió tan íntimamente con el Sumo Bien, mereciendo que su Majestad te tratase como su íntimo amigo, manifestándote sus más escondidos arcanos, y haciéndoos penetrar los más recónditos pensamientos de los corazones humanos como si los tuvieses patentes a la vista: de esta escuela divina era donde sacabas aquellos discursos vivos y penetrantes con que tantas veces inflamaste los corazones e hicisteis mudar de semblante las costumbres de ciudades y provincias enteras, que no pudiendo resistir a la poderosa fuerza de tu sencilla y divina elocuencia, confesaron su rendimiento manifestándolo en la repentina mudanza de sus vidas, y reforma general de sus costumbres; te suplicamos humildemente nos alcances de Dios gracia, para que aplicándonos a meditar continuamente en su ley divina, y guardar con exactitud hasta sus menores ápices, nos hagamos agradables a sus divinos ojos, y así mismo la gracia que pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria suya y provecho de nuestras almas. Amén.
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
DÍA NOVENO – 1 DE ABRIL
Por la señal…
Acto de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias.
Gloriosísimo Padre San Francisco de Paula, que en premio de tus grandes y heroicas virtudes, mereciste cerrar la cláusula de tu portentosa vida con una muerte preciosa en el acatamiento divino, y en todo semejante a la de Jesucristo nuestro Salvador; pues si su Majestad, para darnos el más heroico ejemplo de humildad el día antes de su muerte se postró a los pies de sus discípulos para lavárselos; vos para imitar este último acto en tu vida la humildad de tu divino maestro Jesús, lavaste también los pies a doce de vuestros discípulos el día antes de tu glorioso tránsito: y el viernes santo, puesto en una asperísima cama de sarmientos, reclinado sobre la Cruz de tu amado, consumido al rigor de tus penitencias, respirando tu corazón incendios y ardores celestiales, hecho dulce víctima de la caridad y del amor divino, exhalaste el postrer aliento de tu vida en el mismo día en que el Redentor dio la suya en el Calvario por nuestra salud y remedio eterno. Suplicámoste, amantísimo Padre, nos hagáis experimentar los efectos de tu poderosa protección en todo el tiempo de nuestra vida, y con especialidad en la hora terrible de nuestra muerte, en aquel crítico momento en que se ha de decidir nuestra eterna suerte: y si el verdadero secreto para morir con la muerte de los justos es el vivir como ellos vivieron, alcanzadnos del Señor el que imitemos tus heroicas virtudes, y consigamos por medio de su constante práctica la perseverancia final, y así mismo la gracia que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios y provecho de nuestras almas. Amén.
Los Elogios, los Gozos y la Oración se seguirán todos los días.
ÚLTIMAS PALABRAS QUE DIJO EL SANTO PARA EXPIRAR: Señor mío Jesucristo, Justo Juez de vivos y muertos, tened misericordia de mí y de todos los difuntos. Amén.