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viernes, 29 de mayo de 2009

SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI: UN ALMA VÍCTIMA

Si alguno quiere venir en pos de Mí, que se renuncie a sí mismo,
que tome su cruz cada día y que me siga.
(Lucas IX, 23)

Muchos deseamos y le pedimos a Dios que nos conceda la gracia de ser almas víctimas (sufrir los dolores de Nuestro Señor Jesucristo) en expiación de los pecados del mundo. Pero muchos no reciben o rechazan este don; desconociendo que los grandes santos padecieron horriblemente en su vida; y ahora tienen una gloria singular en el cielo, porque "Mas plugó a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahveh se cumplirá por su mano. Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará. Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes". (Isaías LIII, 10- 12)
Por esta razón, he decidido presentarles la historia de santa María Magdalena de Pazzi, que a mi criterio personal es un ejemplo de estas pocas y valiosas almas víctimas.

Santa María Magdalena de Pazzi en una experiencia mística.

TESTIMONIOS PAPALES

Decía de ella San Pío X en 1908: "La Vida de Santa María Magdalena de Pazzi no es solamente un prodigio de estéril admiración, sino un vivo modelo que todos podemos y debemos en parte imitar..." Y en 1952 el Papa Pío XII: "Santa María Magdalena de Pazzi, la virgen de Florencia, brilló, más que por su nobleza, por el fervor de todas las virtudes, y, sobre todo, por su amor encendidísimo para con Dios y para con el prójimo".

BIOGRAFÍA
Nació en Florencia, Italia, en el año 1556, de la familia Pazzi que dio a la nación famosos políticos y militares y a la Iglesia Católica una de sus más grandes santas. Su padre era gobernador y la internó desde muy pequeña en un convento de monjas. Allí se encariñó grandemente con las prácticas de piedad y con la vida de retiro y espiritualidad. Era muy hermosa y de muy amable trato, y su familia la quería casar con alguno de la alta clase social, pero la jovencita demostraba tan grande inclinación a la vida religiosa que tuvieron que permitirle que se fuera a un convento. Escogió el convento de las Carmelitas porque allá le permitían comulgar con frecuencia. Hizo sus tres votos o juramentos de pobreza, castidad y obediencia antes que las demás novicias, porque le llegó una grave enfermedad que la llevó casi a las puertas de la muerte. Una frase que le impresionó mucho fue aquella de San Pablo que le dijo el sacerdote el día en que le colocó el crucifijo que llevan las religiosas: "A mí líbreme Dios de gloriarme en cualquier otra cosa que no sea la cruz de Jesucristo". Desde ese día se llenó de un inmenso deseo de sufrir por amor a Jesús.Cuando la transportaban a la enfermería después de hacer sus tres votos, Magdalena tuvo su primer éxtasis que le duró más de una hora. Su rostro apareció ardiente, y deshecha en lágrimas sollozaba y repetía: "Oh amor de Dios que no eres conocido ni amado: ¡cuán ofendido estás!". En los siguientes cuarenta días tuvo inmensas consolaciones espirituales y recibió gracias extraordinarias. Los especialistas dicen que cuando un alma se consagra totalmente al servicio de Dios, el Señor le concede al principio muy agradables consolaciones espirituales, a fin de prepararle para los grandes sufrimientos y las terribles pruebas que vendrán después. Luego les llegan días de tinieblas interiores para acabar con todo rastro de egoísmo y llenar el alma de humildad y para convencerse de la gran necesidad que tienen de la ayuda de Dios. Así le sucedió a nuestra santa. Dios le mostró las inmensas ventajas que consiguen para su alma y para la santificación de otras personas, quienes sufren con paciencia. Y desde entonces fue creciendo sin cesar su deseo de sufrir por Cristo y por la conversión de los pecadores. A una religiosa que le preguntaba cómo podía soportar sus dolores sin proferir ni una sola palabra de impaciencia, le respondió: "Pensando y meditando en los sufrimientos que Jesucristo padeció en su santísima Pasión y muerte. Quien mira las heridas de Jesús crucificado y medita en sus dolores, adquiere un gran valor para sufrir sin impacientarse y todo por amor a Dios". Santa María Magdalena de Pazzi escogió un lema o programa de vida que se ha hecho famoso. Decía así: "No morir, sino sufrir". "Ni morir ni curar, sino vivir para sufrir". Y repetía "Oh, si la gente supiera cuán grandes son los premios que se ganan sufriendo por amor a Jesucristo, todos aceptarían con verdadero gozo sus sufrimientos, por grandes que sean". Después de uno de sus éxtasis contaba: "Vi el amor inmenso que nos tiene Nuestro Señor y vi también que las almas que ofrecen sus sufrimientos uniéndolos a los sufrimientos de Cristo se vuelven inmensamente hermosas. ¡Oh, si las gentes supieran lo mucho que ganan cuando ofrecen a Dios sus padecimientos!". En medio de su éxtasis hablaba con un ser invisible, y abrazando su crucifijo, con rostro brillante exclamaba: "Oh Jesús mío: concédeme palabras eficaces para convencer al mundo de que tu amor es grande y verdadero y que nuestro egoísmo es engañoso y tramposo". Y en sus conversaciones buscaba siempre almas que quisieran dedicar su vida entera a amar a Jesucristo y ofrecer por El todos los sufrimientos de cada día y de cada hora, con todo el amor de su espíritu. Le aparecieron en sus manos y en pies los estigmas o heridas de Cristo Crucificado. Le producían dolores muy intensos, pero ella se entusiasmaba al poder sufrir más y más por hacer que Cristo fuera más amado y más obedecido y por obtener que más almas se salvarán. Tres religiosas, encargadas por el director espiritual escribían lo que ella iba diciendo, especialmente las revelaciones que recibía durante su éxtasis. Y de todo esto salió el libro titulado "Contemplaciones", que llegó a ser un verdadero tratado de teología mística. San Alfonso de Ligorio apreciaba inmensamente este libro y en sus obras lo cita muchísimas veces. Martirizada en su cuerpo por heridas dolorosísimas, cuando los dolores se volvían insoportables, ella pedía valor al Señor diciéndole: "Ya que me has dado el dolor, concédeme también el valor". Y recibía fuerzas sobrenaturales para seguir sufriendo sin impacientarse ni quejarse. Además de los dolores físicos le llegó lo que los santos llaman "La noche oscura del alma". Una cantidad impresionante de tentaciones impuras. Sentimientos de tristeza y desgano espiritual. Falta de confianza y de alegría. Sufría de violentos dolores de cabeza y se paralizaba frecuentemente. La piel se le volvía tan sensible que el más leve contacto le producía una verdadera tortura. Pero en medio de tantos suplicios seguía repitiendo: "Ni sanar ni morir, sino vivir para sufrir". Veía el futuro y leía los pensamientos. A Alejandro de Médicis le dijo que un día sería Sumo Pontífice pero que duraría poco en el cargo, y así sucedió. Se bilocaba, o sea se aparecía a gentes que estaban muy distantes y les llevaba mensajes. Curó varios enfermos. Los viernes sufría varios de los dolores que Cristo padeció el Viernes Santo. Y repetía siempre: "Señor: ¡hágase tu santa voluntad!". El 25 de mayo del año 1607, al morir quedó bella y sonrosada. Tenía apenas 41 años. Su cuerpo se conserva todavía incorrupto en el convento carmelita de Florencia donde pasó su vida.
MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI

I. Esta santa amó a Dios desde que tuvo suficiente razón como para conocerlo. Aislábase para orar; pasaba horas enteras ante el Santísimo Sacramento; su Bienamado sin cesar estaba presente en su memoria. ¿Has comenzado tú a amar a Dios? ¡Des de hace ya mucho tiempo lo conoces y muy poco lo has amado!
II. Ella despreció todas las ventajas temporales que le aseguraban sus hermosas cualidades, y desde que conoció la vanidad del mundo, apresuróe a dejarlo, protestando que estaba dispuesta a soportar todos los suplicios antes que permanecer en él. Mira tú las grandezas, las riquezas y los placeres con los ojos de la fe, y no tendrás sino desprecio por lo que el mundo adora. Pon los ojos en el cielo, allí es donde debes poner todas tus esperanzas. He aprendido a pisar la tierra y no a adorarla, no me es lícito poner en las cosas inanimadas las esperanzas de mi vida. (San Clemente de Alejandría).
III. La oración continua de esta santa era la fuente de todas sus virtudes. Hacíala amar a Dios únicamente, y despreciar todo lo que no fuera Dios. Tú no podrás formarte alta idea de Dios, porque no piensas en Él, porque no conversas con Él. Gusta de la oración, ella te desasirá de la tierra y te unirá por entero a Dios; haz tu jaculatoria el lema de esta santa: ¡Sufrir o morir!
La castidad. Orad por los que están afligidos.

ORACIÓN

Oh Dios, amador de la virginidad, que habéis abrasado de vuestro amor y adornado con vuestros dones celestiales a vuestra bienaventurada virgen María Magdalena, haced que honrando su memoria, imitemos su pureza y su castidad. Por J. C. N. S. Amén.
Fuentes: Santoral Litúrgico de Juan Esteban Grosez, S.I. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982). Santoral de Ethernal World Television Network. Monasterio del Magníficat (Canadá).

2 comentarios:

  1. LA MUERTE
    Para muchos hablar sobre este tema, en este caso escribir, podría producir un rechazo, ya que nuestra mente nos lleva a escenarios desagradables como malestar, dolor o tristeza.
    La realidad es que para los seres humanos, es lo más seguro, aunque esta seguridad va de la mano con cierta inseguridad, ya que no tenemos la certeza de saber cómo, cuándo, dónde y porqué.
    Casi todos coincidimos en que no estamos preparados para este evento de la vida.
    Llama la atención que después del fallecimiento de una persona es que afloran sentimiento de amor que se encontraban reposando en nuestros corazones y no somos capaces de manifestarlos a esas personas en vida. Esperamos a que fallezcan para que surjan las ganas de reconocer todas esas cosas buenas que hizo la persona en vida por nosotros y es cuando nace ese deseo de abrazarlos y besarlos. Pero, ¿es que acaso no hubo tiempo o posibilidad de hacerlo cuando estaban vivos?
    En mi experiencia de vida, pasé por este transe cuando falleció mi mamá. La verdad creo haber hecho muchas cosas por ella, haber bromeado, haber discutido, haber mantenido muchas charlas, pero no recuerdo haberle dado un fuerte abrazo y decirle que la amaba y que era muy importante para mí. Es posible que en mí caso se debió a que ella tampoco fue efusiva conmigo, sé que me quería, que me dio la vida y pruebas de quererme cuando dejó su juventud y su energía planchando grandes mesas de ropa, lavando pisos y hasta calándose maltratos de otras personas por no perder un trabajo y saber que tenía a sus hijos que necesitaban de ella.
    Todo esto tiene una explicación es la cultura en nuestra familia, ella crió a su familia como la criaron a ella, le dieron comida, abrigo pero no fueron personas que besaban y abrazaban a sus hijos. Para decirlo de otra manera se debió cumplir un cambio, pienso que si lo hubo; pero en otros aspectos como la educación por ejemplo: Su mama no la dejó estudiar porque para ella la mujer estaba en esta vida para casarse, criar hijos y trabajar en su casa. Mi mamá pudo haber sido profesora, maestra o una profesional tenía potencial para ello y le quitaron su sueño, lo bueno fue que ella se esmeró para que sus hijos cumplieran ese sueño, pero de sus 12 hijos tuvo solo dos que quisieron dormir en los brazos de Morfeo . El segundo de sus hijo mi orgullo, estudió en E.E.U.U. porque tuvo la suerte de ganarse una beca por actividades políticas, y yo que a mis 50 años hice realidad un sueño de satisfacción personal, obtuve mi titulo de Administrador de Empresa, dedicado a mis tres hijas y a ella ya que a lo largo de toda mi vida fue mi inspiración y mi fuente de perseverancia para todos mis logros que gracias a ella fueron muchos.
    En conclusión es en vida cuando debemos expresar nuestros más bellos sentimientos, dar lo mejor de nosotros, querer a los nuestros y hacernos querer.

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  2. EL QUE NO ESTÁ EN COMUNIÓN CON EL PAPA, NO ESTÁ EN COMUNIÓN CON DIOS, Y POR TANTO,NO ESTÁ EN COMUNIÓN CON LA IGESIA DE DIOS FUNDADA POR JESUCRISTO EN LA PIEDRA QUE ES PEDRO Y POR, TANTO AHORA,BENEDICTO XVI.
    SI ATACAS AL PAPA, ATACAS AL VICARIO DE CRISTO Y POR TANTO ATACAS A LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y MÁS, ATACAS A TODO LO CONCIERNE A DIOS Y EN ESPECIAL A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA. CONVIERTANSE Y CREAN EN EL EVANGELIO Y EN LAS DIVINAS INSPIRACIONES DEL ESPÍRITU SANTO. OBEDIENCIA AL SANTO PADRE BENEDICTO XVI.
    NO MODIFIQUEN NADA DE LO QUE SE ESCRIBE. SEAN AUTÉNTICOS Y RESPETUOSOS. GRACIAS

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)