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miércoles, 13 de junio de 2018

BENDICIONES DEL DÍA DE SAN ANTONIO

San Antonio de Padua repartiendo pan (Willem van Herp)
  
En la fiesta de San Antonio de Padua se usa bendecir dos sacramentales en particular: el pan (sacramental más conocido) y los lirios, símbolo de la virginidad intemerada del Santo Taumaturgo.
  
La bendición del pan está ligada al milagro de la resurrección del pequeño Tomasito en 1231. Dejado incautamente por la madre junto a un recipiente lleno de agua, el niño se ahoga. Cuando la mujer se acuerda y regresa a casa, la cabeza de su hijo está ahora sobre el fondo del recipiente; y ella llama por ayuda, acudiendo los vecinos y algunos frailes. No había nada que hacer: el pequeño de solo 20 meses es sacado de la cubeta rígido y muerto. La madre, sin resignarse a la situación, hace voto de distribuir a los pobres la cantidad de trigo correspondiente al peso del niño, si Antonio lo resucita (Juan Rigaud de Limoges OFM, Vita Beáti Antónii de Órdine Fratrum Minórum, cap. X, 3). Así sucede: luego de algunas horas, el niño vuelve a la vida.

Los padres prometían a San Antonio tanto pan como el peso de sus chiquillos (el voto de «pondus púeri»), para que los protegiera de las epidemias y de otros males. La pía práctica, disminuyó en la edad media y después desapareció.
 
Sólo hacia finales del siglo XIX renació, por mérito principalmente del padre Antonio Locatelli (1839-1902), difundiéndose en todo el mundo, hasta el punto de que en muchas iglesias, junto a la imagen o estatua de San Antonio, se encuentra la cajita con el letrero: «Pan de San Antonio».
 
Ambas bendiciones son tomadas del Ritual Romano Tradicional.
  
BENDICIÓN DEL PAN
 
El Sacerdote, revestido de sobrepelliz y estola blanca, dice:
 
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
  
Orémus.
  
ORATIO
Dómine Jesu Christe, panis Angelórum, panis vivus ætérnæ vitæ, benedícere dignáre panem istum (vel panes istos), sicut benedixísti quínque panes in desérto: ut omnes ex eo gustántes, beáto António Confessóre tuo atque Doctóre intercedénte, inde córporis et ánimæ percípiant sanitátem: Qui vivis et regnas in sæcula sæculórum. Amen [Oh Señor Jesucristo, pan de los Ángeles y pan vivo de la vida eterna, dígnate bendecir este pan (o estos panes) como bendijiste los cinco panes en el desierto: para que cuantos gusten de él, por la intecesión del bienaventurado San Antonio tu Confesor y Doctor, obtengan la salud de alma y cuerpo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén].
 
Luego el Sacerdote asperja los panes con agua bendita.
   
*****

BENDICIÓN DE LOS LIRIOS
     
El Sacerdote, revestido de sobrepelliz y estola blanca, dice:
  
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℟. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum spíritu tuo.
  
Orémus.
  
ORATIO
Deus, Creátor et Conservátor géneris humáni, sanctæ puritátis amátor, dator grátiæ spirituális et largítor ætérnæ salútis, benedictióne tua sancta, bénedic hæc lília, quæ pro grátiis exsolvéndis, in honórem sancti Antónii Confessóris tui, súpplices hódie tibi præsentámus, et pétimus benedíci. Infúnde illis, salutári signáculo sanctíssimæ Crucis, rorem cœléstem. Tu benigníssime, qui ea ad odóris suavitátem, depellendásque infirmitátes, humáno úsui tribuísti; tali virtúte reple et confírma, ut quibuscúmque morbis adhíbita, seu in dómibus locísque pósita, vel cum devotióne portáta fúerint, intercedénte eódem fámulo tuo António, fugent dǽmones, continéntiam salutárem indant, languóres avértant, tibíque servientiéntibus pacem, et grátiam concílient. Per Christum Dóminum nostrum. Amen. [Oh Dios, creador y conservador del género humano, amador de la santa pureza, y dador de toda gracia espiritual y concesor de eterna salvación, bendice estos lirios que, en rendimiento de gracias, te presentamos en honor de tu Confesor San Antonio, y pedimos les bendigas. Por medio del salvífico signo de la Santa Cruz, infunde sobre ellos tu rocío celeste. En tu bondad los has dado al hombre como olor suavísimo y para alejar las enfermedades, llénalos de tal virtud y confírmalos para que, obrando contra cualquier enfermedad o conservados en las casas o en otros lugares, o llevados con devoción, por la intercesión de tu siervo Antonio, huyan los demonios, impartan una salutífera continencia, alejen las enfermedades, y obtengan paz y gracia a todos los que fielmente te sirven. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén].
  
El Sacerdote asperja los lirios con agua bendita diciendo la antífona Aspérges:
Antíphona: Aspérges me, Dómine, hyssopo et mundábor: lavábis me, et super nivem dealbábor.
  
℣. Ora pro nobis, beáte Antóni.
℟. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.
  
ORATIO
Subvéniat plebi tuæ, quǽsumus, Dómine, præclári Confessóris tui beáti Antónii devóta et jugis deprecátio: quæ in præsénti nos tua grátia dignos effíciat, et in futúro gáudia donet ætérna. Per Christum Dóminum nostrum. Amen. [Te suplicamos, Señor, que la devota y constante invocación que dirigimos a tu insigne confesor San Antonio, sostenga a tu pueblo: y nos haga dignos de tu gracia en esta vida presente, y nos asegure en el futuro la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén].
  
Acto seguido, el Sacerdote distribuye los lirios a los fieles.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)