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domingo, 22 de septiembre de 2019

¿BERGOGLIO CONSIDERA MITO A LA SANTA CASA DE LORETO?

Traducción por Verbum Caro para INFOVATICANA del artículo publicado por Marco Tosatti en STILUM CURIÆ.
  
GOTTI TEDESCHI AL PAPA: UNA COMISIÓN CIENTÍFICA SOBRE LA CASA DE LORETO.
 
   
Queridísimos Stilumcuriales, hemos recibido de don Ettore Gotti Tedeschi esta reflexión sobre la Santa Casa de Loreto, que publicamos con gran placer. Buena lectura.
  
Estimado señor Tosatti:
   
Le pido que acoja en su blog una reflexión que he escrito sobre la Santa Casa de Loreto, por la que siento mucho afecto porque es la casa donde la Virgen María nació, creció y recibió la Anunciación, iniciando con su «fiat» la Redención.
   
El periódico Avvenire (con fecha del 18 de septiembre, pág. 17) publica un mensaje (a la Provincia picena de los Frailes Menores) de Su Santidad el papa Francisco, en el que dice: «La ciudad de Loreto, donde he querido firmar la exhortación post-sinodal Christus Vivit, custodia un tesoro precioso: ‘algunas piedras de la casa de la familia de Nazaret’…».
    
Con esta consideración, el Santo Padre parece estar excluyendo la «traslación milagrosa» y la autenticidad e integridad de la Santa Casa, aceptada por su predecesor, según la tradición, sobre la base de documentos, investigaciones y pruebas que duran desde hace siglos.
    
Estamos hablando de la casa donde tuvo lugar la Anunciación, por lo que deseamos implorar al Santo Padre que instituya, a este respecto, una Comisión formada por historiadores, arqueólogos, arquitectos y científicos con el fin de verificar (o desmentir) que en el Santuario de Loreto hay tres partes completas, formadas por piedras unidas por mortero procedentes de Nazaret, que tienen más de dos mil años, que nunca han sido desmontadas y montadas de nuevo, que están íntegras como lo estaban en Nazaret, adosadas a la Gruta.
   
Si así fuera, la traslación fue milagrosa; es impensable que la casa haya sido transportada por mar por los cruzados, desmontando y volviendo a montar las paredes cinco veces. Por poner un ejemplo, el mortero original ya no existiría.
   
O se trata de un hecho falso en la sustancia y/o en la traslación milagrosa.
   
Creo que el riesgo de querer hacer creíbles los misterios es elevado y complejo, y tengo fuertes dudas de que el progreso científico consiga explicar lo que en los siglos oscuros se explicaba con el milagro.
   
La fe no es en absoluto superstición, como pretenden algunos. Hay quien considera que, al no existir cámaras en el momento de la traslación (1291-1296), dicha traslación milagrosa no se pueda demostrar «científicamente»; por lo tanto, la Iglesia, que parece querer respaldar sólo lo que es inmanente y «creíble», parece no aceptar ya la tesis del milagro.
    
Pero sucede que un milagro es un hecho extraordinario que no se puede explicar por las leyes naturales, algo considerado intolerable para los racionalistas (a los que respetamos), pero nos cuesta comprender por qué teólogos y apologetas que se dicen católicos niegan el milagro, aduciendo como explicación el hecho de que se opone a la inviolabilidad de las leyes naturales, que contradirían a Dios mismo.
    
Me recuerdan a Voltaire, que sostenía que, si Dios hiciera milagros, corregiría la naturaleza y a sí mismo que la ha creado.
   
Por suerte, a veces la ciencia sale a nuestro encuentro cuando dice que la naturaleza es mucho más compleja de lo que parece en el microscopio, y tiene un potencial aún desconocido.
    
Confirmo mi asombro por la superficialidad con la que algunos tratan, desde hace tiempo, la Traslación de la Santa Casa de Loreto, una de las dos reliquias más importantes de la cristiandad (con la Sagrada Síndone), y que, desde hace más de setecientos años, según la tradición, fue salvada por deseo divino de la furia iconoclasta de quienes estaban ocupando los lugares sagrados en Palestina.
    
Científicamente se ha explicado en innumerables ocasiones que no puede haber sido desmontada y montada de nuevo y transportada vía mar.
   
Una serie de especialistas han documentado que se trata de las tres paredes, sin cimientos, pertenecientes a la casa de Nazaret, adosada a una roca.
    
Se ha documentado que las piedras y los materiales de construcción están intactos y excluyen la destrucción y reconstrucción en 5 ocasiones en 5 lugares distintos (de 1291 a 1296), tal como sostiene la teoría del transporte vía mar por parte de los cruzados y de una familia apellidada Angeli (como sostienen algunos desde el siglo XX, según documentos conservados en el Vaticano).
   
Pero como lo que cuenta es la verdad, esta merece ser investigada. Estoy dispuesto a reconocerla y pedir perdón, pero invoco al Santo Padre para que instruya una Comisión que aclare los hechos, los que son científicamente demostrables.
   
Entonces reconoceremos el error de la tradición, del milagro y de las pruebas científicas consideradas verdaderas hasta ahora. Estoy seguro de que el obispo de Loreto y delegado ante la Santa Casa, persona de gran valía, mons. Fabio Dal Cin, respaldará con firmeza esta petición filial que se basa en el diálogo y la confrontación continuamente deseados por el papa Francisco.
 
Ettore Gotti Tedeschi

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)