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domingo, 18 de abril de 2021

ÚLTIMO DISCURSO DEL GENERALÍSIMO FRANCO

   
En aplicación del Decreto-Ley 10 del 26 de Agosto de 1975 sobre prevención del terrorismo (promulgado tras la muerte del almirante Luis Carrero Blanco y el atentado de la Calle del Correo), fueron condenados a muerte once terroristas del Frente Revolucionario Antifascista y Popular (FRAP) y del ETA Político-Militar por sendas acciones armadas en que murieron el cabo del Servicio de Información de la Guardia Civil Gregorio Posadas Zurrón, en Azpeitia (Guipúzcoa), el 3 de Abril de 1974, el cabo primero de la Policía Armada Ovidio Díaz López en Barcelona, el 6 de Junio de 1974, el policía armado Lucio Rodríguez y el teniente de la Guardia Civil Antonio Pose Rodríguez, en Madrid, el 15 de Julio y el 16 de Agosto de 1975.
   
De los once condenados, seis (Manuel Blanco Chivite, Vladimiro Fernández Tovar, Concepción Tristán López, María Jesús Dasca Pénelas, y Manuel Cañaveras de Gracia –del FRAP–, y José Antonio Garmendia Artola alias El Tupa –del ETA-pm–) fueron indultados por el Consejo de Ministros al conmutarles la pena de muerte por la reclusión), mientras que los cinco restantes (José Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez-Bravo Solla alias Pito y Ramón García Sanz –del FRAP–; Juan Paredes Manot alias Txiki, y Ángel Otaegui Etxeberria alias Caraquemada o Azpeiti –del ETA-pm–) fueron fusilados el 27 de Septiembre. 
   
En respuesta a las protestas surgidas en Europa (donde incluso la embajada española en Lisboa fue incendiada) y México (cuyo presidente Luis Echeverría Álvarez –que era informante de la CIA con el código Litempo-8, como Secretario de Gobernación del presidente Gustavo Díaz-Ordaz Bolaños, que a su vez era el informante Litempo-2 de la CIA, fue responsable de la masacre de Tlatelolco el 2 de Octubre de 1968; y como presidente fue responsable de la Matanza del Jueves de Corpus el 10 de Junio de 1971– solicitó la suspensión de España como miembro de la ONU) el 1 de Octubre de 1975 tuvo lugar la manifestación organizada por el teniente coronel de artillería del Ejército de Tierra José Ignacio San Martín López en la Plaza de Oriente, donde a las 12:35h, desde el balcón del Palacio Real, el Generalísimo Francisco Franco Bahamonde, acompañado por su esposa doña María del Carmen Polo y Martínez-Valdés, por los Príncipes de España Juan Carlos de Puigmoltó-Borbón y Borbón-Dos Sicilias y su consorte Sofía de Grecia y Dinamarca, el Presidente de Gobierno Carlos Arias Navarro, el alcalde de la Villa y Corte de Madrid Miguel Ángel García-Lomas Mata y el cardenal Marcelo González Martín, Arzobispo de Toledo y Primado de las Españas, alzó su voz diciendo:
«Españoles: Gracias por vuestra adhesión y por la serena y viril manifestación pública que me ofrecéis en desagravio a las agresiones de que han sido objeto varias de nuestras representaciones diplomáticas y establecimientos españoles en Europa, que nos demuestran, una vez más, lo que podemos esperar de determinados países corrompidos, que aclara perfectamente su política constante contra nuestros intereses.
    
No es la más importante, aunque se presenta en su apariencia, el asalto y destrucción de nuestra Embajada en Portugal, realizada en un estado de anarquía y de caos en que se debate la nación hermana, y que nadie más interesado que nosotros en que pueda ser restablecido en ellos el orden y la autoridad.
    
Todo lo que en España y Europa se ha armado obedece a una conspiración masónica e izquierdista en la clase política, en contubernio con la subversión comunista-terrorista en lo social, que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece.
    
Estas manifestaciones demuestran, por otra parte, que el pueblo español no es un pueblo muerto, al que se le engaña. Está despierto y vela sus razones, y confía que la valía de las fuerzas guardadoras del Orden Público, y suprema garantía de la unidad de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire, respaldando la voluntad de la Nación, permitan al pueblo español descansar tranquilo. Evidentemente, el ser español ha vuelto a ser hoy algo en el mundo. ¡Arriba España!».
A este discurso, escuchado por cientos de miles de españoles que blandían el lábaro patrio y carteles con mensajes en defensa de la Patria y condenando el comunismo y el terrorismo, respondían con «¡Viva España!», «¡Muera el comunismo!», «¡ETA al paredón!» y «¡España unida jamás será vencida!». García-Lomas cerró el evento diciendo: «Gracias por vuestra victoria, gracias por vuestra paz, gracias por vuestra prosperidad. ¡Arriba España! ¡Viva el Caudillo!».
    
Un grupo de manifestantes liderado por Blas Piñar López y el veterano de la División Azul Mariano Sánchez Covisa se dirige a protestar contra la embajada de Portugal, que a no ser por la protección militar y policial, hubiese sido pasto de las llamas como lo fue su par español en Lisboa.

Fue el último discurso que dio el Caudillo, porque desde entonces su estado de salud se agravó hasta el día de su muerte, el 20 de Noviembre.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)