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viernes, 28 de enero de 2022

NOVENA A SANTO TOMÁS DE AQUINO PARA CONSERVAR LA CASTIDAD

Novena dispuesta a partir de los Manuales de la Milicia Angélica de Gerona y Manila.
  
CAPÍTULO I. RAZÓN, ORIGEN Y UTILIDAD DE LA MILICIA ANGÉLICA.
Sirve un mismo árbol de sustento y abrigo. En el mismo olivo en que halla el cordero alimento, encuentra sombra que le ampara. Son los Doctores árboles frondosos que alimentan y abrigan, pues si nos ofrecen el pasto en su doctrina, sirven sus dogmas de baluartes con que nos defendemos de los errores. Son los Maestros como las naves, que al mismo tiempo que encaminan los navegantes al puerto, les defienden de las olas que podían sumergirles en el golfo.
    
Esto, que es común a todos los Doctores, parece muy propio del Angélico Doctor Santo Tomás de Aquino, llamado, no sin misterio, Ángel entre ellos, porque si es propio del Angel dirigir у encaminar al hombre, también es de su oficio defenderle; y Santo Tomás desempeña esa prerrogativa de Ángel no solamente con su Doctrina, sí también con los raros ejemplos de su virtud. A este propósito la Iglesia nuestra Madre pide a Dios en la Oración del rezo del Doctor Angélico que no solo se penetren los fondos de su sabiduría, sí que logren tambien las gentes la imitación de sus santas obras.
    
Envidioso el Demonio, pretende marchitar en el hombre las flores de las virtudes; y como la castidad es el aura feliz que conserva su lozanía, es el blanco del infernal desvelo afear su hermosura. Pero, ¡oh misericordiosas prevenciones del Amor Divino!, que en el Cíngulo que dio a Santo Tomás, puso el remedio contra la infernal astucia.
   
Llevaba a mal la madre de nuestro Doctor Angélico Santo Tomás que este hubiese vestido el Hábito del Gran Padre y Patriarca Santo Domingo; y viendo que con maternales halagos no podía retraerle de su Santo propósito, apeló a la violencia valiéndose de dos hijos suyos, hermanos de nuestro Santo, los cuales rasgando los hábitos al Angélico Doctor, le encerraron en torre para rendir con esto aquel esforzado Espíritu; y no lográndose por este medio lo que tanto deseaba su madre, determinaron entrase en la torre una mujer tan deshonesta como hermosa, que hecha áspid halagüeño, manchase la pureza de nuestro Glorioso Santo; pero fortalecido este con el Divino auxilio, que imploró por medio de su Abogada y universal Madre de todos María Santísima, y tomando un tizon del fuego, ahuyentó aquel infernal monstruo, y bajando luego Ángeles del Cielo, ciñeron a nuestro Angélico Doctor un Cíngulo; el que no solamente aseguró al Santo de la victoria en aquella pelea por la castidad, sí que también fue segura prevención para lo futuro; pues desde entonces jamás experimentó el Santo en todo el resto de su vida el menor estímulo de la carne.
    
Se conserva este milagroso Cíngulo en el Convento de Predicadores de Chieri en el Piamonte: la materia del cual es hilo blanco, pero ya con el tiempo se halla oscurecido y de color de perla. Tiene de largo siete palmos, y la parte que pende consta de quince nudos. El misterio de este número ciertamente se ignora; pero, probablemente se discurre, hacer alusión a los quince Misterios del Rosario, de quien fue devotísimo el Santo Doctor.
    
Muchos son los portentos que el Cielo ha obrado por la devoción de ceñirse el Cíngulo de Santo Tomás, a fin de conservar la castidad y extinguir los insultos de la concupiscencia, como lo atestiguan aquellas Grandes Siervas de Dios la Venerable Columba Trocasini, Sor María Vilani, la Beata Estéfana de Soncino, la Beata Catalina de Reconicio, la Venerable Águeda de la Cruz; todas lumbreras prodigiosas en santidad del estrellado Cielo del Glorioso Padre Santo Domingo, sin otros muchos que refiere Camilo Quadrio, diciendo: «Aunque no es mi oficio descubrir todas las gracias recibidas en los fieles por medio del celestial Cíngulo del no menos Santísimo que Sapientísimo Doctor Santo Tomás de Aquino, pues son tantas que serían menester enteros volúmenes; con todo, no puedo ni debo negar que habiendo yo hecho fabricar muchos, a semejanza del Santo Original, en toda edad y sexo se ha experimentado el fruto que solamente a intercesión de Santo Tomás debe atribuirse». Lo mismo escribe Pablo Trigerio, y también Aurelio Corbellino.
   
No solamente es milagroso el Cíngulo de Santo Tomás para conservar en nosotros la hermosa virtud de la castidad; sí que también da socorro en otras muchas necesidades, como lo escribe Bernardo Guidon, citado de Bolando. Y finalmente, es el Cíngulo de Santo Tomás tan prodigioso, que el citado Trigerio lo reconoce por prenda del Cielo, dada al mundo para alivio de las necesidades humanas.
   
Sin duda por este motivo se ha fundado en diferentes partes la Milicia Angélica del Cíngulo del Angélico Doctor Santo Tomás; la que no solo han confirmado los Pontífices con su autoridad, sí que la han enriquecido con muchas Indulgencias, que separadamente van impresas, y sería largo el referirlas, por lo que solamente se notan las Plenarias, y algunas otras respectivas a dicha Milicia Angélica.
   
CAPÍTULO II. INDULGENCIAS Y PRIVILEGIOS CONCEDIDOS A LOS CONGREGANTES DE LA MILICIA ANGÉLICA.
Primeramente: A todos los Cristianos de uno y otro sexo en el día que se escribirán en el Libro de esta Santa Milicia Angélica, si, confesados y arrepentidos de sus culpas, comulgaren; Indulgencia Plenaria, por Inocencio XIII.
  
En el artículo de la muerte, confesando y comulgando (si pudieren), o a lo menos contritos, invocando el Santísimo Nombre de Jesús con la boca o con el corazon: Indulgencia Plenaria por el mismo Pontífice.
  
Si, confesando y comulgando, visitaren el dia 7 de Marzo (en que celebra Nuestra Santa Madre Iglesia la Fiesta del glorioso tránsito de Nuestro Santo Doctor) rogando a Dios por la exaltación de la Iglesia, etc., Indulgencia Plenaria, por el mismo Pontífice.
  
Cualquier Cofrade que a 28 de Enero, día de la Traslación de Santo Tomás (principal fiesta de esta Milicia Angélica), confesare y comulgare, visitando la Iglesia de la Cofradía desde las primeras vísperas, hasta otro día puesto el sol, y en ella rogare a Dios por la exaltación de nuestra Madre la Iglesia, gana Indulgencia Plenaria.
  
Cualquier Cofrade de esta Milicia, que en los dias de Santa María Magdalena, San Lorenzo Mártir, Exaltacián de la Cruz, y Santa Catalina Mártir, confesare y comulgare, visitando (como dicho es) la misma Iglesia, gana siete años y siete cuarentenas de las penitencias impuestas.
 
El Cofrade que en honor de Santo Tomás rezare el Ave María quince veces, por sí y por todos los que militan debajo de esta Milicia de Castidad y extirpacion de vicios carnales, o asistieren a las Misas, Procesiones u otros oficios Divinos de esta Milicia, o acompañare a la sepultura los cuerpos de los Cofrades, así hombres como mujeres, o rezare por sus ánimas cinco Padre nuestros y cinco Ave Marías, o ejercitare con ellos cualquier obra de piedad y caridad, alcanza sesenta días de remisión de sus pecados de penitencias impuestas.
   
La Santidad de Clemente IX concede que cualquiera Sacerdote, así Secular como Regular, celebrando el Santo Sacrificio de la Misa en el Altar de esta Milicia el día de la Conmemoracion de los Difuntos, u otro día de su octava, o Lunes de todo el año, aplicándolo por el ánima de cualquier Cofrade, este día libre y saque el ánima del Cofrade por quien la aplica, de las penas del Purgatorio.
   
Finalmente el Reverendísimo Padre Fray Juan Bautista de Marinis, Maestro General que fue de toda la Orden de Predicadores, con autoridad Apostólica recibió y admitió a todos los que se escribieren en el Libro de esta Santa Milicia, así en vida como en muerte, a la comunión y participación de todos los Sufragios y bienes, mortificaciones y penalidades que se hacen en toda la Orden de Predicadores; que es lo mismo que hacerlos Hermanos de dicha Orden.
  
Pero como no haya Milicia que no tenga sus reglas para anivelar sus Ejercicios, deberán los alistados en la referida Milicia Angélica practicar las siguientes constituciones.
   
CAPÍTULO III. CONSTITUCIONES GENERALES DE LA MILICIA ANGÉLICA
  1. Así de día como de noche, traerán el Cíngulo de esta Milicia, bendecido por el Padre Director de ella.
  2. Todos los días rezarán quince Ave Marías en honra del Angélico Doctor, rogando a Dios por la conservación de la castidad de todos los alistados en esta Santa Milicia.
  3. No pronunciarán jamás palabra deshonesta, echarán de sus casas las pinturas lascivas, no asistirán a comedias profanas, se abstendrán de leer libros escandalosos, y pondrán todo cuidado en huir todas las ocasiones que puedan servir de escollo a la castidad.
  4. No permitirán que otros en su presencia hablen, lean, canten o hagan cosa alguna perjudicial a la pureza.
  5. Venerarán con humilde y afectuoso respeto al Angélico Doctor Santo Tomás como a especial Protector de la castidad, confesando y comulgando los días que elegirá el Padre Director en todos los meses del año.
  6. Procurarán ser muy devotos de la Virgen Santísima, rezándole todos los días el Santo Rosario, y asimismo asistirán con mucha devoción al Santo sacrificio de la Misa.
   
NOVENARIO COMPUESTO A HONRA Y GLORIA DEL ANGÉLICO DOCTOR SANTO TOMÁS, PARA QUE EJERCITÁNDOSE EN SU MEDITACIÓN LOS DEVOTOS, ALCANCEN POR LA INTERCESIÓN DEL SANTO LA APRECIABLE VIRTUD DE LA CASTIDAD
    
      
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío, Padre inmenso de misericordias, sabiendo, Señor, que empeñasteis vuestra palabra por los Profetas diciendo: Que en el instante que se arrepintiera el pecador, no os acordaríais más de sus culpas, esto me alienta, Señor, para que llegando a vuestra presencia, solicite vuestra divina misericordia, pues arrepentido de las ofensas que contra Vos he cometido, me pesa de haber pecado; dadme, Dios mío, gracia, para que en adelante os ame, os sirva y os adore mejor de lo que hasta aquí os he amado, servido, y adorado: no atendáis, Señor, a quien lo pide, sí que, interponiendo los grandes méritos del Angélico Doctor Santo Tomás, logre yo por su intercesión lo que por mis culpas no merezco. Y vos, Ángel en la Pureza, casta Paloma en la inocencia, guiad mi espíritu, para que en el claro espejo de vuestras virtudes logre yo encontrar las sendas para afirmar en mi cuerpo y alma la virtud de la Castidad.
   
DÍA PRIMERO
Considera cómo siendo la Soberbia y vanagloria la raíz de la caída de Lucifer y Adán, procuró Santo Tomás derribar totalmente esos monstruos, y no darles entrada en su espíritu; a cuyo fin abrazó la humildad, basa y fundamento de las virtudes todas. Fue esta virtud en grado tan elevado en el Santo Doctor, que apreciando mucho a todos, a sí solo despreciaba, cerrando totalmente las puertas de su alma a la vanagloria. Y en prueba de esto, cercano a la muerte dijo a su compañero que jamás en toda su vida halló asiento en él la vanidad; pues cuanto estudiaba, obraba y enseñaba lo dirigia a Dios, Suprema Bondad y dador de todas las cosas; en cuyo abono celebra la Iglesia en nuestro Glorioso Santo por superior milagro el no haber jamás sentido el menor estímulo de soberbia.
  
Sacarás de aquí unos deseos grandes de ejercitar la Humildad, fortaleciéndote para esto con el conocimiento de la grandeza de Dios y de tus miserias; y ruega a Dios, que por los méritos del Santo Doctor logres esta virtud de la Humildad, primer paso para la virtud de la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Ángel y Protector mío, ¿cómo tendrá lugar en mí la Castidad, viéndome tan poseído de la vanagloria y buscando tanto los aplausos! Alcanzadme de la Divina Clemencia la gracia de ser con todos siempre humilde, y que nada tenga de la soberbia; para que así acierte a tener el primer paso para la virtud de la Castidad. Amén.
   
La siguiente Oracíon servirá para todos los días de la Novena, y es la misma que el Santo Doctor hizo a Dios en acción de gracias por haberle librado de la mujer que intentó mancharle el albor de su pureza.
   
ORACIÓN
Amado Jesús mío, bien sé que todo Don perfecto, y especialmente el de la Castidad, depende de los arcanos influjos de vuestra divina Providencia; y que sin vos la Criatura es nada: por tanto, os ruego defendáis con vuestra gracia la Castidad y pureza en mi alma y cuerpo; y si acaso hubiere tenido la impresión de algún vicio que impedir pudiera la Castidad y pureza, haced, Soberano dueño de mis potencias, se borre en mí, para que yo pueda con afecto inmaculado amaros y serviros, sacrificándome todos los días de mi vida casto en las purísimas aras de vuestra Divinidad.
  
Se dirán quince Ave Marías en los quince nudos del Cíngulo de Santo Tomás, en honor de los quince misterios del Santo Rosario:
  1. Por virtud de la Anunciación, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María.
  2. Por virtud de la Visitación, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  3. Por virtud del Nacimiento de Jesús en Belén, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  4. Por virtud de la oblación de Jesús, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  5. Por virtud del encuentro de Jesús en el templo, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  6. Por virtud de la Oración en el Huerto, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  7. Por virtud de los azotes en la columna, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  8. Por virtud de la coronación de espinas, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  9. Por virtud de haber llevado Jesús la cruz a cuestas, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  10. Por virtud de la Crucifixión, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  11. Por virtud de la Resurrección, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  12. Por virtud de la Ascensión, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  13. Por virtud de la venida del Espíritu Santo, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  14. Por virtud de tu gloriosa Asunción, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María. 
  15. Por virtud de tu Coronación en el Cielo, ¡oh María!, alcanzadnos la pureza. Ave María.
℟. Atraído piadosamente por Cristo para dejar el mundo, fue probado por la tempestad. * Luchador fuerte, raptado de la Orden, venció justamente expulsando la impureza. ℣. Ora, ante la cruz admirable, ceñidos sus costados por mano angélica. * Luchador fuerte, raptado de la Orden, venció justamente, expulsando la impureza.
   
℣. Rogad por nosotros, bienaventurado Santo Tomás.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
   
ORACIÓN
Omnipotente y misericordioso Dios, que os dignaste proveernos a nosotros, constituidos en el durísimo combate de la castidad, con el sagrado Cíngulo de Santo Tomás de Aquino: concedednos os suplicamos, que por su celestial subsidio, superemos felizmente en esta Milicia a los enemigos lascivos del cuerpo y del alma, y coronados con el lirio de la pureza perpetua, merezcamos recibir de Vos entre los castos ejércitos de los Ángeles la palma de la bienaventuranza. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
  
GOZOS EN HONOR DEL ANGELICO DOCTOR SANTO TOMÁS DE AQUINO
  
Con vuestro saber Divino
Confundisteis los errores:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
    
Aparecieron tres Soles
Al nacer al mundo Vos,
Gloria en que os honró Dios
Con tan lucidos faroles;
Que por Vos solo previno
Tan hermosos resplandores:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
Desde la infancia mostrais
Vuestra gran Sabiduría,
Pues con el Ave María
Escrita os alimentais;
Con impulsos superiores
Tomáis del Cielo el camino:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
Los Ángeles os ciñeron
Cíngulo de castidad,
Cuando de la honestidad
Tan gran Defensor os vieron;
Tener tan limpios candores
Un Sol tan bello convino:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
Vuestra Doctrina escogida,
Que da al mundo admiración,
Más fue por revelación
Que por estudio aprendida;
Aprobó sus resplandores
El Pontífice Divino:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
San Pablo entró en vuestra escuela,
Y tal vez acompañado
De San Pedro, y lo intrincado
De la Escritura os revela;
El quinto entre los Doctores
Sois en saber peregrino:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
Sois la fuente, que reparte
La Doctrina celestial,
Siendo uno mismo el raudal
En todo y en cualquier parte:
Sois vergel de hermosas flores,
Que el Cielo santo previno:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
Sois Querubín de la Iglesia
Y norte de la verdad,
Y vive en oscuridad
El que vuestra luz desprecia;
Vestís las luces mayores
De las glorias de Agustino:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
Creció rayo vuestra pluma
Contra herejes obstinados,
Allí se vieron quemados
Al ardor de vuestra Suma;
Allí se abrasó Calvino,
Lutero, y sus Defensores:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
De Buey mudo la Corona
Os da el mundo por modesto,
Mas vuestra voz llegó presto
A las distantes Regiones;
Oyendo el eco divino
Las más bárbaras Naciones:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
Las maravillas que obráis
Os hacen más portentoso,
Pues con poder milagroso
De todos males curáis;
Alcanzan vuestros favores
Los que os llaman de contino:
Honra de Predicadores,
Glorioso Tomás de Aquino.
   
Ángel y Doctor Divino,
Padre de la Teología,
Sednos norte, luz y guía,
Glorioso Tomás de Aquino.
    
℣. Rogad por nosotros, bienaventurado Santo Tomás de Aquino.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
 
ORACIÓN
Oh Dios, que iluminasteis a vuestra Iglesia mediante la maravillosa erudición de vuestro bienaventurado confesor Santo Tomás, y que la fecundáis mediante la santidad de sus obras, concedednos la gracia de comprender sus enseñanzas e imitar sus virtudes. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
Considera que si es la honestidad fiel compañera de la pureza, es también la deshonestidad abierta senda para la lujuria; y por eso fue tan amante de aquella virtud el Angélico Doctor Santo Tomás; pues en todas sus acciones, así interiores como exteriores, contemplándose siempre delante de Dios, no atendía sino a lo honesto. Sentía mucho ver en el prójimo alguna cosa inhonesta, así en palabras, como en obras; reprendíale compasivo, llorando con el caído y animándole a penitencia; a fin de que en todos reluciese la honestidad y pureza.
    
Sacarás de aquí un deseo grande de agradar a Dios en todas tus acciones, procurando no se desvíen de lo honesto por más ocultas que sean a los hombres, pues siempre son muy presentes al Divino conocimiento; y ruega a Dios que por los méritos del Doctor Angélico Santo Tomás, sean todas tus acciones tales que manifiesten la honestidad, segundo paso para la virtud de la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Singular protector de mi alma, qué lejos estoy de imitaros! Pues en nada encuentro mayor deleite que en estar ocioso, ni más tristeza que en obrar lo que conviene; siguiéndose de eso una importuna guerra de pensamientos y tentaciones impuras. Haced, Soberano protector mío, que amando la debida ocupación, destierre la ociocidad, para que encontrándome el enemigo siempre ocupado, no pueda imprimir en mi corazón las especies impuras que presenta, y así logre el segundo paso para la virtud de la Castidad. Amén.
  
La Oración de Santo Tomás de Aquino, las quince Ave Marías con el responso, la Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA TERCERO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
Considera que siendo la desenvoltura compañera indisoluble de la lujuria; es el modesto recato seguro camino para la castidad. Tan modesto fue el Angélico Doctor que servía de edificación a cuantos le miraban en las calles, y aun estando en su retiro. En las disputas acreditó con especialidad su grande modestia, pues atreviéndose maliciosamente un estudiante a impugnarle las verdades que había enseñado, no habló palabra el Santo por no deslucirle en público; pero, moviéndose otro día delante del Obispo de aquella ciudad la misma disputa, defendió con tanta viveza y modestia la verdad nuestro Santo, que dejó a todos edificados.
    
Sacarás de aquí una fuerte resolución de vivir tan modesto y recatado que sirva tu modestia de ejemplo a los prójimos; y ruega a Dios que por los méritos del Santo Doctor conserves siempre en todas tus operaciones una santa modestia, tercer paso para la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Protector mío, qué miserias experimenta mi alma por no acudir como vos al refugio de la Santa Oración! Por esto frecuentemente me miro embestido de la lujuria, y Dios quiera, no quede superado. Os suplico pues, me alcancéis con vuestra gran intercesión (y tan especial para los devotos Académicos) de Cristo Redentor, y de María Santísima su Madre, un deseo eficaz de acudir a la Oración, para que así, al rebelarse la carne contra el espíritu, tenga el contento de ser vencedor por el arma de la Oración y la asistencia de la Divina gracia, logrando de este modo el tercer paso para la virtud de la Castidad. Amén.
  
La Oración de Santo Tomás de Aquino, las quince Ave Marías con el responso, la Oración y los Gozos se dirán todos los días.
  
DÍA CUARTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
Considera que la presunción es el precipicio de los hombres, y que el pensar estar seguros en medio de las ascuas de las ocasiones es la causa porque tanto se prenda la llama de la lujuria en el mundo. Entendió bien Santo Tomás cuánto penetra ese veneno, y para impedir de raíz no se le pegase el contagio, estableció en su alma un perfecto temor de Dios, de suerte que cuanto más le temía, más le amaba, y cuanto más le amaba, tanto más de sí mismo desconfiaba. De ese temor de Dios nacía en el Santo Doctor un género de miedo a los truenos y tempestades, con que como reverente hijo temía ver airado el rostro del Padre, recelando no fuesen aquellas tempestades provocadas por sus culpas.
  
Sacarás de aquí un firme propósito de huir todas las ocasiones que puedan apartarte de Dios; y ruégale que por los méritos del Santo Doctor, se fije en tu corazon el temor santo de Dios, cuarto paso para la virtud de la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Gran Protector mío, que mucho caiga yo cada día en los lazos de la carne si me falta el temor de Dios, presumiendo de mis propias fuerzas! Alcanzadme, Glorioso Santo, aquel verdadero temor, para que traspasada el alma con aquellos clavos, y crucificada la carne, desterrando de mí toda presunción, logre el cuarto paso para para la virtud de la Castidad. Amén.
  
La Oración de Santo Tomás de Aquino, las quince Ave Marías con el responso, la Oración y los Gozos se dirán todos los días.
  
DÍA QUINTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
Considera cómo el exceso en los ornatos del cuerpo y el desorden en el vestir es uno de los mayores incentivos de la lujuria. Por eso Santo Tomás amaba tanto la pobreza de espíritu; de esa pobreza nacía la templanza que en el hábito y vestido usaba. Nacióle este entrañable amor a la pobreza de lo mucho que procuró imitar a su Gran Padre Santo Domingo, el cual vestía pobres hábitos, sin olvidarse de la limpieza en el vestido, indicante del casto candor de su espíritu.
    
Sacarás de aquí unos grandes deseos de aborrecer toda la vanidad en los trajes, para que rompiendo a la lujuria los lazos, tengas en tu espíritu mucha pureza; y ruega que por los méritos del Santo Doctor seas amante de la pobreza de espíritu, quinto paso para la virtud de la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Poderoso Protector mío! Si no tengo cuidado yo sino en los vestidos y adornos desordenados del cuerpo, ¿Cómo he de poseer el hermoso vestido de la pureza? Interceded por mí, para que desterrando de mi cuerpo todos los excesos de vestir, abrace con todo mi corazón e imite vuestra pobreza, para lograr el quinto paso para la virtud de la Castidad. Amén.
  
La Oración de Santo Tomás de Aquino, las quince Ave Marías con el responso, la Oración y los Gozos se dirán todos los días.
    
DÍA SEXTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
Considera cómo los deleites y regalos del mundo tienen no poca actividad para fomentar y encender en nosotros la lujuria, siendo eficaz remedio para tanto mal la Oración, en la que fue muy ejercitado Santo Tomás, como lo comprueban los continuos raptos y éxtasis que lograba su espíritu. Se disponía el Santo para aquel ejercicio con la más rara abstinencia, siendo toda su vida un continuo ayuno, que le habilitó para el logro de muchos coloquios con San Pedro y San Pablo, para la frecuente compañía de los Ángeles, y para la enseñanza que logró de Cristo y la Virgen Santísima.
   
Sacarás de aquí un firme propósito de vivir abstinente y de ejercitarte en la oración, apartándote de lo que es mundano deleite y regalo; y ruega a Dios que por los méritos del Santo Doctor logres frecuentar mucho el santo ejercicio de la Oración, sexto paso para alcanzar la virtud de la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Protector de mi alma! Cada día se apodera de mí la gula, y como soy tan poco amante del ayuno, ¡qué mucho me hace la carne tanta guerra! Alcanzadme que aborreciendo de la gula los desórdenes, se fortifique mi alma con la abstinencia, para que imitándoos en el ayuno logre el sexto paso para la virtud de la Castidad. Amén.
  
La Oración de Santo Tomás de Aquino, las quince Ave Marías con el responso, la Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
Considera cuán malas y perniciosas son las palabras deshonestas, pues a más del escándalo que causan en quien las oye, son indicante del fuego de la lujuria que está ardiendo en el corazón de quien las dice. Por esto fue Santo Tomás muy medido en sus palabras, respirando todas ellas la suavidad y candor que gozaba su espíritu. No tuvo conversación ociosa, siendo todas dirigidas al provecho espiritual de las Almas; hablaba siempre de Dios o con Dios, porque como tenía tan puro el corazón, no sabía articular su lengua sino purezas y alabanzas Divinas.
    
Sacarás de aquí un firme propósito de poner todo tu pensamiento en Dios, dirigiendo a Él todas tus palabras; y ruégale que por los méritos del Santo Doctor sirvan todas ellas de edificación al prójimo, y que solo se emplee tu lengua en las Divinas alabanzas, séptimo paso para la virtud de la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Santo Doctor y Protector mío, la poca pureza en mis palabras manifiesta claramente que se ha apoderado de mí la lujuria. A Vos os pongo por Intercesor, para que Dios me conceda la gracia que todas mis palabras sirvan de edificación, y que solo se emple mi lengua en las alabanzas Divinas; para que así tenga seguro el séptimo paso para la virtud de la Castidad. Amén.
  
La Oración de Santo Tomás de Aquino, las quince Ave Marías con el responso, la Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA OCTAVO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
Considera cómo siendo los ojos las puertas por donde se introducen las saetas del amor lascivo, son al mismo tiempo ventanas por donde entra la muerte en el alma; siendo preciso, para evitar tan graves daños, llevar la vista muy recatada. Así lo practicó nuestro Angélico Doctor en las ocasiones que la obediencia le obligaba a salir al público, apartando los ojos de cualquier objeto que pudiera introducirle en sus potencias algún impuro fantasma que manchase el candor y pureza de su alma.
    
Sacarás de aquí un firme propósito de no llevar derramada tu vista hacia los objetos que puedan introducir alguna impureza en tu espíritu; y ruega a Dios que por los méritos del Angélico Doctor te conceda mucho recato en la vista, octavo paso para la virtud de la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Sagrado Protector mío, cuán diferentes de los vuestros son mis ojos, que no se contentan sino en mirar las hermosuras y vanidades del mundo! Alcanzadme de Dios la gracia que apartando mis ojos de las vanidades de la tierra, sepa emplearlos en contemplar las cosas del Cielo, y logre de este modo el octavo paso para la virtud de la Castidad. Amén.
  
La Oración de Santo Tomás de Aquino, las quince Ave Marías con el responso, la Oración y los Gozos se dirán todos los días.
   
DÍA NOVENO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
Considera cuán inquieto vive un espíritu en quien se prendió la llama de la lujuria, pues al mismo tiempo que arde el corazón en deseos, poco satisfecho, no deja de anhelar mayores precipicios. Contra todos estos se armó el Angélico Doctor, procurando una grande limpieza de conciencia. Escogió por Protectora a la Reina de los Ángeles María Santísima, teniéndola por ejemplar de virtud que imitaba y por Maestra de quien aprendía. Recibió de Ella grandes favores y le regaló, aun siendo niño, con el Ave María, raíz dichosa que fructificó en el Angélico Doctor colmados frutos de castidad y pureza.
    
Sacarás de aquí santos deseos de una limpieza grande de conciencia; y rogarás a Dios que por los méritos del Santo Doctor te conceda la gracia de tener a María Santísima por Protectora, y lograr por su intercesión limpieza de conciencia y santidad de vida, último grado para la Castidad.
  
DEPRECACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh Protector de la Castidad! ¿Cómo ha de lograr la pureza quien tan poco cuida como yo de limpiar la conciencia? Sed mi Intercesor en esta miserable vida, para que aborreciendo mi corazón todos los gustos mundanos, logre una perfecta limpieza de conciencia, con que asegure el último paso para la virtud de la Castidad. Amén.
  
ORACIÓN PARA EL ÚLTIMO DÍA Y PARA CUALQUIER OCASIÓN DE UNA TENTACIÓN VEHEMENTE DE LA LUJURIA
¡Oh Glorioso Santo Tomás, Protector de la Castidad! Mirad con piadosos ojos a este vuestro Cofrade, ceñido con vuestro Cíngulo, y poneos a vuestro amparo en medio de la peligrosa guerra que me hace la carne con tantas tentaciones; y alcanzadme de la Purísima Virgen María Santísima logre por medio de su amantísimo Hijo la victoria de tantas tentaciones de la carne, que me tienen acobardado, para que así plante en mi cuerpo y mi alma la apreciable virtud de la Castidad. Amén.
  
La Oración de Santo Tomás de Aquino, las quince Ave Marías con el responso, la Oración y los Gozos se dirán todos los días.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)