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jueves, 24 de marzo de 2022

TURQUÍA RESTITUYE IMPORTANTE VESTIGIO BÍBLICO A ISRAEL COMO GESTO POLÍTICO

Traducción de la noticia publicada por ACTUALITÉS (Fraternidad Sacerdotal San Pío X). Para la traducción del pasaje bíblico, se usó la versión de Mons. Félix Torres Amat.
  
  
La antigua inscripción de 2.700 años conmemorando la construcción –atestiguada por la Biblia– de un túnel subterráneo emprendido bajo el reinado del rey Ezequías, debe ser prontamente restituida por la Turquía al Estado judío.
  
Raramente una iscripción ha hecho correr tanta después de su descubrimiento en Junio de 1880: es en esta fecha que un hombre joven que se aventuró en los primeros metros del canal subterráneo que llevó el agua a la piscina de Siloé, descubre una inscripción de seis líneas en caracteres paleohebreos, que relata la historia del fin de la perforación de la obra emprendida por el rey Ezequías y mencionada en el Libro de los Reyes.
  
Un particular, en busca de una ganga, decide extraer la inscripción de la pared rocosa, rompiéndola en varios fragmentos, con la esperanza de venderla a un museo europeo.
  
El gobierno turco –Tierra Santa estaba entonces bajo el control del Imperio Otomano– intervino y se apoderó de los fragmentos que fueron recogidos y luego expuestos hasta el día de hoy en el Museo de Antigüedades de Estambul…
   
No por mucho tiempo, porque el 11 de marzo de 2022, aprovechando la visita del jefe del Estado judío a su suelo, el neoguardián de la Sublime Puerta decidió devolver la antigua inscripción a su dueño: un gesto de buena voluntad. voluntad para relanzar las relaciones diplomáticas que se han deteriorado en los últimos años.
   
Porque la inscripción de Siloé es todo un símbolo de resistencia e independencia para Israel: tras la caída de Laquis, ciudad de Judá situada en el camino a Egipto, que cayó en manos del invasor asirio hacia el año 701 antes de Cristo, el rey Ezequías anticipa el sitio de Jerusalén por una serie de obras titánicas.
     
Entre estos, un túnel de 533 metros de largo, excavado en la misma roca, para dar acceso a la Ciudad Santa a las aguas del manantial de Gihón, ubicado en ese momento fuera de las murallas.

Al final de la perforación, se graba una inscripción conmemorativa en una de las paredes:
«Éste es el túnel y ésta es la historia de la perforación. Mientras los mineros manejaban el pico uno en dirección al otro, y cuando sólo quedaban tres codos por perforar, se oyó la voz de cada uno llamando a su compañero, ya que había resonancia en la roca que venía del sur y del norte. El día de la perforación, los mineros golpearon el uno al encuentro del otro, pico contra pico. Entonces corrieron las aguas desde la fuente hasta el depósito a lo largo de mil doscientos codos, siendo de cien codos la altura de la roca por encima de la cabeza de los mineros».
Todas las obras emprendidas por el rey de Judá permitieron que la capital resistiera el asedio de las tropas enemigas. Pero Ezequías todavía tendrá que pagar un precio muy alto a Senaquerib para alejar la amenaza asiria (IV Reyes 18, 13-16).
  
El capítulo 20 del cuarto Libro de los Reyes confirma la construcción del túnel:
«En orden a los demás hechos de Ezequías, y su gran fortaleza, y cómo fabricó el estanque y el acueducto con que introdujo las aguas en la ciudad, ¿no está todo esto escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá?» (IV Reyes 20, 20).
El estanque de Siloé, construido por Ezequías para retener el agua así recogida, es aquel al que Cristo enviará al ciego para que le devuelva la vista (Jn 9,7).
  
A cambio de la devolución de la inscripción de Siloé, Israel ofreció a Turquía la devolución de artefactos de la época otomana.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)