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martes, 24 de octubre de 2023

UNA LARGA MARCHA DE REFERENCIAS EN HOMILÍA SINODAL


En la última de las cuatro liturgias sinodales en la Basílica de San Pedro ayer lunes, el cardenal birmano Charles Maung Bo SDB dijo en su homilía que el ex-sínodo 
«no es una odisea espacial preprogramada con ecuaciones matemáticas fijas» (¿referencia a la película “2001: Una odisea espacial”), sino que era una aventura a lo desconocido, guiados por «una fe inquebrantable». «Al igual que la fe de Abrahán lo justificó, también nosotros estamos justificados por nuestra fe creyendo que Dios siempre cumple sus promesas», dijo, aun cuando en Santiago II, 20-24 se dice que Abrahán fue justificado por las obras con que perfeccionó su fe.
   
Bo añadió:
«A pesar de las dudas y ansiedades que pueden acompañarnos en esta larga marcha, podemos inspirarnos en figuras como Moisés, elegido por Dios para ser un libertador y un modelo para todos nosotros. Aunque no lleguemos al destino previsto, participar en el viaje ya es una bendición. Entendemos que este viaje sinodal es intergeneracional, que ha sido iniciado por la Iglesia y que inaugura una larga marcha de esperanza para toda la humanidad, incluso en medio de la agitación global. Rogamos para que la Iglesia Católica, bajo el liderazgo del Papa Francisco, guíe a toda la familia humana en la larga marcha de sanar a nuestro mundo y a nuestro planeta, llevándonos finalmente a un nuevo cielo y a una nueva tierra»,
olvidándose que para los israelitas que salieron en el Éxodo, los cuarenta años que vagaron por el desierto fueron un tiempo de prueba y purificación, además un castigo por su incredulidad e infidelidad (del que ni siquiera Moisés se salvó, pues murió en el monte Nebo de Moab, fuera de Canaán) para entrar a la Tierra Prometida dirigidos por Josué, imagen de Cristo, que dirige a los fieles hacia la verdadera Tierra Prometida que es la Jerusalén celestial.

Pero acontece que hay una referencia (o dos) más mundanas para la “Larga Marcha” mencionada en esa homilía:
  1. La “Larga Marcha” (en chino 長征, Cháng Zhēng; oficialmente “Gran Marcha del Ejército Rojo”, 紅軍長征, Hóng Jūn Cháng Zhēng) fue la retirada del Primer Ejército Rojo chino (dirigido entre otros por Mao Zedong) desde la localidad de Yudu, en la provincia meridional Jiangxi, hasta Wuqi, en la ídem septentrional de Shaanxi entre el 16 de Octubre de 1934 y el 20 de Octubre de 1935, huyendo de la avanzada del Ejército nacionalista de Chiang Kai Shek. A ella se sumaron el Segundo y el Cuarto Ejército Rojo (no existió un Tercer Ejército), y si bien fue una fuente de bajas (de 69.000 miembros se redujeron a 7.000, más por deserciones que por las condiciones agrestes del recorrido –que atravesó el oeste de China– y los combates), significó el ascenso de Mao como líder supremo del PCCh, que se reorganizó y fortaleció hasta tomar el poder en 1949. La “Larga Marcha” es considerada un hito histórico para el PCCh, y en China está prohibido cuestionar su historicidad y detalles.
  2. La “Larga Marcha”, una novela de Stephen King publicada en 1979 bajo el pseudónimo de Richard Bachman. La narración se da en un futuro distópico en el que cien jóvenes participan de una maratón desde Van Buren (Maine) recorriendo la Ruta 1 de Estados Unidos donde se juegan la vida para intentar ganar un premio, fama, fortuna y lo que el ganador (el único sobreviviente) pida. Los “concursantes”, elegidos por un gobierno militar de corte fascista, deben seguir unas reglas específicas, como mantener una velocidad de mínimo 6,5 kilómetros por hora, no detenerse en el camino o recibir ayuda de externos, so pena de ser asesinados por los soldados. Inclusive, criticar la “Larga Marcha” es castigado con la muerte. El protagonista, un joven de 17 años llamado Raymond Davis “Ray” Garraty (el “Caminante” 47), termina ganando al ser el único sobreviviente al llegar a Darrens (Massachusetts), pero aun así sigue caminando, creyendo que la carrera continúa, puesto que sufre alucinaciones en las que ve una sombra ante él, y cree que es su competidor.
En cualquiera de los casos, la “Larga Marcha” no fue más que manifestación de poder despótico, muerte y rivalidad, y que acabaron en un triunfo mundano. Y Bo (que anteriormente acusó a Pekín de ser responsable del corona) hizo alusión con ellos a que el Sínodo de la Sinodalidad, como ambas, es un camino hacia lo desconocido. Hacia eso condujo su homilía de ficción distópica.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)