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domingo, 31 de diciembre de 2023

RESPIRANDO POR LA HERIDA: PRIOR DE LA FSSPX EN BRASIL TIRA PUYA A WILLIAMSON Y LOS SEDEVACANTISTAS


En el boletín del priorato Padre Anchieta de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X en San Pablo (Brasil) para Enero de 2024, el prior Jean-François Mouroux FSSPX se hizo eco del llamado del priorato de en Francia para prepararse a unas consagraciones episcopales en el futuro, añadiendo una puya contra la Resistencia williamsonista y contra el Sedevacantismo. A continuación, una traducción del texto:
Queridos fieles,
    
¿Por qué la Fraternidad San Pío X tarda tanto en decidirse a consagrar obispos? Dom Fellay tiene 65 años, Dom Galarreta tiene 66 años y Dom Tissier de Mallerais tiene 78 años. Se enfrentan a un apostolado agotador que consiste en varios viajes alrededor del mundo. De hecho, para dejar claro que no tenía ninguna intención cismática, el arzobispo Marcel Lefebvre, en las consagraciones de 1988, no quiso designar un territorio específico para los obispos destinados a continuar su obra. De hecho, la jurisdicción territorial depende del Papa. Dom Lefebvre llevó a cabo una “operación de supervivencia” para dar a la Fraternidad los medios para ofrecer el apostolado tradicional en la Iglesia. Por eso nuestros obispos nunca dejan de viajar, respondiendo a las necesidades de los fieles que buscan espontáneamente el apostolado de la Fraternidad, que sigue creciendo sin parar. No sabemos si deberíamos alegrarnos de esto, ya que es consecuencia del declive general de la Iglesia. Sea como fuere, unos cuantos obispos más no parece excesivo. Entonces, ¿por qué no consagrarlos y rápidamente?
    
Assúeta viléscunt; lo que podemos traducir como: las cosas, cuando se vuelven rutinarias, se degradan.
    
Las consagraciones de 1988, sin mandato papal, fueron una medida excepcional dictada por las circunstancias. La excepción no puede convertirse en regla, de lo contrario perdería las razones que la justifican. ¿Recibirán las futuras consagraciones autorización romana? Nadie sabe. Pase lo que pase, una ceremonia de consagración de la Hermandad en el contexto actual de la Iglesia es un acontecimiento lo suficientemente importante como para no tomarse a la ligera.
    
Tenemos ejemplos de lo contrario: el movimiento disidente de la Hermandad conocido como “Resistencia”, liderado por Dom Williamson desde 2012, ya cuenta con 7 obispos, sin contar los consagrados en secreto, que podrían salir del sombrero en cualquier momento. En el movimiento sedevacantista, que surgió en los años 1970, ¡hay decenas de obispos e incluso papas (más de 40)! Estos excesos son difíciles de justificar por la necesidad del apostolado. Más bien, su origen radica en la crisis de autoridad. Una vez liberados de ella, estas personas necesitan reemplazarla, pero esa es otra historia... ¡Demasiados obispos matan al episcopado! Ésta es la conclusión que hay que sacar.
   
Otro motivo de asombro surge cuando pensamos en las canonizaciones en la Iglesia posconciliar. Juan Pablo II canonizó más que todos sus predecesores juntos. Y desde el Concilio Vaticano II, ¡todos los Papas se han convertido en santos como por arte de magia! ¡El exceso de (falsos) santos mata la santidad! Incluso el Papa Francisco no pudo evitar bromear sobre la beatificación de Pablo VI: “¡Benedicto y yo estamos en fila!” ¿Cuál es el objetivo? ¿Canonizar el Concilio o trivializar la santidad? En cualquier caso, la segunda opción ya se ha materializado. Hoy, con poco esfuerzo, todo el mundo es santo.
    
Queridos fieles, en dos boletines anteriores os hemos llamado la atención sobre el peligro de ciertas exageraciones en el campo de la educación y de la piedad. Este boletín destaca un tipo de exageración con consecuencias mucho más graves. Busquemos en todo el equilibrio que es fruto de la prudencia. Esta es una gracia que debemos pedir al comienzo del nuevo año. Nuestro tiempo y la Iglesia atraviesan un período de confusión general y profunda. Por tanto, debemos aferrarnos a los dos milenios de doctrina y práctica de la Iglesia, evitando excentricidades.
    
¡Los Padres Priorales desean a todos un feliz y santo año 2024!
    
Que Dios los bendiga a todos.
   
Padre Jean-François Mouroux, Prior
   

Jean-François Mouroux (foto) fue ordenado el 29 de Junio de 2009 por el entonces superior general Bernard Fellay FSSPX, y es primo de Pierre Mouroux, que fue ordenado el 29 de Junio de 2011 por Alfonso de Galarreta Genua FSSPX (Pierre, estando en Méjico –actualmente superior de distrito allí–, en 2013 y 2014 hacía colectas para Una Voce Cuba). Jean-François, por su parte, cuando era capellán de la Presentación de María en Onex (cantón de Ginebra, Suiza), participó en Julio de 2017 junto con otros sacerdotes de la Fraternidad (entre ellos su hermano de ordenación Nicolas Challan-Belval, que después defeccionó a la diócesis de Martinica) y el entonces superior provincial de América Latina del Instituto del Buen Pastor Matthieu Raffray Bolívar (actualmente Asistente del superior general y profesor en el Angélicum de Roma) en una denominada “Cofradía del Buen Espíritu” en Montaigre (Dordoña, Francia), en oposición a la carta de los decanos y superiores de Francia del 7 de Mayo, que calificaron como “ruin” (y en Menzingen, a diferencia, permaneció en silencio ante esa reunión).
   
La carta prioral de Jean Pierre Mouroux muestra a las claras la relativización del “estado de necesidad”, consecuencia de la relativización de la nocividad del Vaticano II y el silencio ante los errores y escándalos de la Iglesia Conciliar nacida de éste. Relativización que comenzó desde 2011, pero que se hizo visible desde que Bergoglio le empezó a reconocer prebendas a la Frater. Así lo reconoció en 2017 François Knittel, en una editorial que después recibió la adhesión de la Casa General en su revista oficial Nouvelle de Chrétienté:
«Este estado de necesidad comenzó a retroceder con el Motu Próprio del 7 de Julio de 2007 donde Benedicto XVI reconoció que la misa tradicional jamás fue abrogada. Las decisiones relativas del papa Francisco relativas al apostolado de la Fraternidad San Pío X acentúan este movimiento».
Aparte, monsieur Mouroux, y a efecto de precisión, todo grupo que se elige su propio Papa o propugna por elegir un Papa propio (saltándose las normas canónicas y usurpando jurisdicción que no le pertenece) deja ipso facto de ser sedevacantista, porque la premisa del sedevacantismo y la razón del nombre es precisamente que la Sede está vacante, y al elegirse un Papa propio, ya (para los que lo eligen y/o para quien se autoproclama tal) deja de estar vacante.
  
De resto, mientras Williamson tiene seis obispos (siete si se incluye a Viganò, a quien la Frater rechazó), y los sedevacantistas tendrán otros dos desde el próximo 7 de Enero con las consagraciones de Pierre Roy (Misión Nuestra Señora de la Alegría, Canadá) y Fernando Altamira (Sociedad de Santa María, Colombia) por Mons. Rodrigo da Silva en Juquitiba (justo en las narices de Mouroux –que por eso tiró la puya–, PARA QUE SUFRA), la Frater tiene tres obispos y ni siquiera tienen fecha para consagrar otros, y para más inri, tienen al neocón de Vitus Huonder que ni es obispo, ni sacerdote ni católico ni nada. ¿A qué esperan, que se los haga un novusordita o que les den la autorización para «quand les poules auront des dents» (o en español, «cuando San Juan baje el dedo»)?

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)