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lunes, 15 de abril de 2024

MES DE LA PASIÓN DE CRISTO – DÍA DECIMOQUINTO

Traducción a partir del libro L’Année Pieuse, del padre Francisco de Ligny, publicado en Amiens por la imprenta de Alfredo Caron en 1851.
   

DÍA DECIMOQUINTO: A las ocho horas, Jesús es flagelado en el Pretorio.
  
PENSAMIENTOS PRÁCTICOS
Considera, alma mía, que Jesús, llegado al lugar de los azotes, se despojó de sus vestidos y aplicó sus manos a la columna para ser atado allí. Juzga la crueldad de la tortura por la elección de los instrumentos y por la furia de los verdugos, que Le lanzaron una lluvia de golpes. San Agustín cuenta que uno de los lictores, tocado por tal barbaridad, cortó las cuerdas que sujetaban a Jesús a la columna, y que el Salvador, caído, se revolcó en su Sangre. Acércate y mira a Jesús, considerado el más bajo de los hombres, como un leproso herido por la mano de Dios; y si permaneces insensible a esta cruel flagelación, eres más duro que el mismo mármol de la columna.
            
ORACIÓN
¡Oh Jesús! ¡Oh mi Salvador!, el más bello de los hijos de los hombres, ¿quién reconocería vuestra Faz divina en el estado lamentable al que Os ha reducido vuestro amor por nosotros? Vuestro Cuerpo sagrado está completamente cubierto de llagas, vuestra Carne virginal está hecha jirones, vuestra Sangre ha brotado a lo lejos: las manos de los verdugos, la columna de tortura, todo está cubierto con esta preciosa Sangre, la misma tierra está regada con ella. ¡Cuán grande es mi dolor al pensar que he ofendido a un Dios tan bueno, que para redimir todas nuestras faltas, y especialmente nuestras impurezas, estuvo dispuesto a sufrir tan terribles tormentos en su carne inocente! Pero mi vergüenza está en su colmo, cuando reflexiono que Os he golpeado por el ministerio de vuestros verdugos, y que me he unido a ellos para azotaros: sí, Señor, mis manos crueles han hecho caer sobre Vos este terrible granizo de latigazos que cruzaban vuestro Cuerpo y cubrían de profundas heridas, desde las plantas de los pies hasta lo alto de la cabeza. Os pido perdón, Jesús mío, por haberos hecho soportar torturas tan crueles e ignominiosas; y Os suplico, por los méritos de vuestra flagelación, que santifiquéis mi alma y mi cuerpo, los lavéis en vuestra preciosa Sangre y los preservéis de toda contaminación. Sanad mis heridas con las vuestras; y como Vos quisisteis ser despojado de vuestras vestiduras, despojadme a mí del hombre viejo y de sus obras criminales; dejadme sólo mi corazón, porque no puedo vivir sin amaros y bendecir vuestra caridad que sufrió por mí. ¿Quién no amaría a un Dios azotado y agotado en sangre por nuestro amor? ¡Os amo, oh Jesús sufriente! Sólo Os quiero a Vos.
      
PRÁCTICA: De vez en cuando durante el día, fija tu mirada en la imagen de Jesús crucificado y bésala con tierno amor. Haz con devoción el Vía crucis (Indulgencia plenaria). 

ASPIRACIÓN: Señor Jesús, me amasteis hasta morir por mí; hacedme amaros al menos hasta el punto de vivir para Vos.

LETANÍA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
    
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
   
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
  
Jesús, que has instituido el santísimo Sacramento del altar en memoria de tu pasión, ten piedad de nosotros.
Jesús, que saliste del cenáculo para morir, ten piedad de nosotros.
Jesús, orando en el Olivete, ten piedad de nosotros.
Jesús, consolado por un ángel, ten piedad de nosotros.
Jesús, sudando sangre y agua, ten piedad de nosotros.
Jesús, vendido y traicionado por Judas, ten piedad de nosotros.
Jesús, apresado y atado por los soldados, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tus discípulos, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado a Anás y Caifás, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado por un criado, ten piedad de nosotros.
Jesús, acusado por falsos testigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, juzgado digno de muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, ultrajado, golpeado durante la noche, ten piedad de nosotros.
Jesús, negado tres veces por San Pedro, ten piedad de nosotros.
Jesús, despreciado por Herodes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con una túnica blanca, ten piedad de nosotros.
Jesús, a quien Barrabás fue preferido, ten piedad de nosotros.
Jesús, azotado, ten piedad de nosotros.
Jesús, magullado por nuestros crímenes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con púrpura, ten piedad de nosotros.
Jesús, coronado de espinas, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado con una caña, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado al pueblo, ten piedad de nosotros.
Jesús, condenado a muerte por Pilato, ten piedad de nosotros.
Jesús, entregado a la voluntad de los judíos, ten piedad de nosotros.
Jesús, cargado con la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, conducido al Calvario, ten piedad de nosotros.
Jesús, despojado de tus ropas, ten piedad de nosotros.
Jesús, atado a la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, levantado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que oraste por tus enemigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, puesto en el rango de malhechores, ten piedad de nosotros.
Jesús, blasfemado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que prometiste paraíso al buen ladrón, ten piedad de nosotros.
Jesús, que recomendaste a tu Madre a San Juan, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, ebrio de vinagre en tu sed, ten piedad de nosotros.
Jesús, que dijiste: Todo está consumado, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has encomendado tu alma a tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, obediente hasta la muerte en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, muerto en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, traspasado con una lanza, ten piedad de nosotros.
Jesús, que manifestaste tu poder después de tu muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, descendido de la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, sepultado, ten piedad de nosotros.
   
Sednos propicio, perdónanos Señor.
Sednos propicio, escúchanos Señor.
    
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la pestilencia, del hambre y de la guerra, líbranos, Señor.
De todo peligro del alma y del cuerpo, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tus trabajos y tus vigilias, líbranos, Señor.
Por tus dolorosos azotes, líbranos, Señor.
Por tu coronación de espinas, líbranos, Señor.
Por tu sed, tus lágrimas y tu desnudez, líbranos, Señor.
Por tu preciosa muerte y tu Cruz, líbranos, Señor.
Por tu Preciosísima Sangre, líbranos, Señor.
Por tus santísimas llagas, líbranos, Señor.
   
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
    
℣. Adorámoste, oh Cristo, y bendecímoste.
℟. Porque redimiste al mundo por tu Cruz.
   
ORACIÓN
Adorable Jesús, sufriendo y muriendo por Amor por nosotros, concédenos la gracia de sufrir contigo y por Ti; para que, viviendo, sufriendo y muriendo en Tu Amor, seamos eternamente felices Contigo y en Ti. Amén.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)