Sermón predicado por el Ilmo. Sr. Obispo D. Fernando Altamira, Superior de la Sociedad de Santa María, en la Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Rey (domingo 27 de Octubre de 2024).
FIESTA DE DIOS NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY (Prédica n.º 1)
TODO EN MARÍA y POR MARÍA. Y por las BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
Queridos hijos:
Hoy es la Fiesta de Dios Nuestro Señor Jesucristo REY. Es la gran fiesta establecida por la Iglesia Católica para enseñar, al mundo entero, la doctrina y la Verdad de que a Dios Nuestro Señor le corresponde, y Él es el dueño y señor, no sólo de cada ser humano individualmente, sino principalmente de todos y cada uno de los países, y de toda la vida pública, social y civil de absolutamente todas las naciones de la tierra. Todas las naciones de la tierra deben (o deberían) sometérsele, someterse a Dios Nuestro Señor Jesucristo y rendirle culto público en su única Religión: El Catolicismo.
Esta fiesta fue establecida por el Papa Pío XI, a través de su Encíclica Quas Primas, del año 1925, y este Papa le quiso dar la máxima importancia y categoría, determinándola como “Fiesta Dúplex de 1.ª Clase”.
En la liturgia católica se expresan de diversa manera los conceptos nombrados. Valga a modo de ejemplo lo que dice el Himno de Vísperas:
- “1. Te sæculórum Príncipem; Te, Christe, Regem géntium; Te méntium, te córdium, Unum fatémur árbitrum: Hacemos confesión-manifestación pública a Ti, oh Príncipe de los siglos; a Ti, oh Cristo, Rey de las naciones; a Ti, único soberano de las inteligencias y de los corazones”.
- “2. Scelésta turba clámitat: Regnáre Christum nólumus: Una muchedumbre sacrílega grita: No queremos que Cristo reine”. –No queremos que Cristo reine–, así grita el mundo impío y mundano de hoy, el mundo libertino. Así grita –no queremos que Cristo reine, ni su Catolicismo– el Nuevo Orden Mundial y la ONU. Así grita –no queremos que Cristo reine– la falsa Iglesia Moderna del Concilio Vaticano II con Francisco a la cabeza: son auxiliares de ese Nuevo Orden Mundial y de la ONU.
- “2 in fine. Te nos ovántes ómnium Regem suprémum dícimus: Pero nosotros dándote ovaciones de honor te proclamamos Rey Supremo de todas las cosas”, Rey Supremo de todas las cosas.
- “5. Te natiónum Prǽsides, Honóre tollant público, Colant magístri, júdices, Leges et artes éxprimant: Que los que gobiernan las naciones te den honor públicamente; que te rindan adoración maestros y jueces, (y) que las leyes y las artes hablen de Ti (te expresen)”.
- “6. Submíssa regum fúlgeant Tibi dicáta insígnia: Sometidas las insignias de los que gobiernan el mundo (regum) resplandezcan ofrecidas a Ti”.
- “6 in fine: Mitíque sceptro pátriam, Domósque subde cívium: Y somete a tu suave Reino la Patria y las Familias (los hogares)”.
Veamos algunas enseñanzas.
(Cuerpo)
[ 1 ] Toda nación de la tierra, ¡absolutamente toda nación!, debería estar sometida, como posesión y propiedad, en su vida pública, en su vida civil y social, en sus leyes, en sus magistrados y autoridades, en sus instituciones, en sus costumbres, en la enseñanza que se imparte en dicho suelo, a Dios Nuestro Señor Jesucristo y a su Santa Religión Católica. Y el fundamento, el porqué de esto, es la realidad y el hecho de que Cristo es Dios; luego, todo debe estar sometido a Él, cada alma en privado, y toda la sociedad civil y los países.
[ 2 ] La primera ley de toda nación de la tierra debería ser una manifestación pública y oficial de que esa Patria es y pertenece a Dios Nuestro Señor Jesucristo, que tal nación se proclama y se entrega oficialmente a Él y a su Santa Religión Católica: Esto es la confesionalidad católica del Estado. Toda nación de la tierra debería ser así.
[ 3 ] Inmediatamente se debería condenar el Parlamentarismo (“cualquier cosa puede ser ley, mientras sea votada por la mayoría necesaria”), y destruirse para siempre toda ley contra Dios, toda ley que lo insulte, toda ley que sea contra Él, o contra el Catolicismo, o contra la familia.
- Goodbye para siempre, el Estado laico, el laicismo, el secularismo, el Estado ateo, y la soberanía popular; todo país debe ser oficialmente católico, y Dios es la fuente de todo poder, todo poder viene de Dios (y no del pueblo).
- Goodbye para siempre, el liberalismo o la falsa derecha, y el comunismo-socialismo y las izquierdas; ambos pésimos y ambos condenados innúmeras veces por el Magisterio Católico de los Papas, sobre todo en sus Encíclicas.
- Goodbye para siempre, la Masonería y toda organización secreta (los Illumináti y lo que sea), que atente contra Dios y contra el Catolicismo.
- Goodbye para siempre, como decíamos, las leyes contra Dios, y contra el Catolicismo: “Colombia, desde la Constitución Política de 1991, ya no es más la nación del Sagrado Corazón de Jesús, ya no está más oficialmente consagrada a Él, ni es más oficialmente católica”. En realidad, ya no hay más naciones oficialmente católicas en el mundo (“estamos terminando de crear el mundo para el Nuevo Orden Mundial, para la ONU, y para el Anticristo”; dicen ellos: “hemos de hacer –además– la Religión de la Humanidad, basándonos en la falsa Iglesia Moderna del Concilio Vaticano II y en su Ecumenismo; no olvidemos la importancia de lo dicho por nuestro colaborador Francisco en Singapur: todas las religiones son un camino que lleva a Dios”). En una Patria de Cristo Rey, debería estar la condena de la falsa libertad de prensa, de la falsa libertad de enseñanza, y de la injuria contra Dios de la libertad religiosa (las religiones falsas cuanto mucho pueden ser toleradas, pero jamás dadas o llamadas de tener “derecho”, y además se debe intentar la conversión de esas almas al Catolicismo). Y tenemos otro de los insultos y atrevimientos del mundo moderno contra Dios, cada vez más fomentado: La eutanasia o suicidio legal y médico-asistido, “yo decido matarme”.
- Goodbye para siempre, las leyes contra la Familia Católica. Deben desaparecer para siempre: El fomento del concubinato “legal” o unión libre; el fomento de la fornicación entre jóvenes contra “el ser virgen hasta el Matrimonio”; el fomento del falso matrimonio civil para católicos, lo cual no vale absolutamente nada ante Dios; el fomento del adulterio “legal” a través del divorcio contra el Santo Sacramento del Matrimonio (suprimir el eufemismo colombiano, y con hipocresía, de decir: “cesación de los efectos civiles”, “pero te ayudaremos en todo lo necesario para que te consigas otra mujer y serás amparado por las leyes, y hasta te puedes re-casar o re-juntar civilmente con ella si lo deseas”).
- Goodbye para siempre, el fomento de la homosexualidad, del lesbianismo entre las jovencitas (qué horror), y el darle niños en adopción a los homosexuales, pecados gravísimos, tan gravísimos que claman venganza del Cielo: Uno no sabe cómo Dios sigue soportando todo eso desde el Cielo.
- Goodbye para siempre, el fomento del aborto, un “horrorísimo”: MATAR BEBITOS, o el fomento de las píldoras abortivas (las del día después o post-day, y los anticonceptivos comunes, pues también tienen efectos abortivos). Todo esto va contra la protección absoluta que tendrían que tener los niños por nacer, y contra el honor, protección, asistencia, amparo, y beneficio económico TOTAL, que debería toda mujer embarazada en nuestra Patria: cero gasto en la gestación y el parto, y atención ABSOLUTAMENTE preferencial y prioritaria para toda mujer embarazada, y grandes ayudas económicas después del parto a favor del niño y de la madre: eso debería hacer un país católico, fomentando asimismo al máximo la FAMILIA BIEN NUMEROSA.
- Goodbye para siempre, el fomento de la anticoncepción y planificación, PECADO MORTAL QUE MANDA AL INFIERNO (cuyos métodos, en su mayoría, también pueden producir abortos o evitar la implantación del bebé). Como decíamos recién, son todas acciones contra la gloria católica de la FAMILIA BIEN-BIEN NUMEROSA, la cual debería estar legalmente protegida y fomentada al máximo por el gobierno.
Sobre LA FAMILIA NUMEROSA, tener muchísimos niños por y para Cristo Rey, por y para el Catolicismo, quisiera decir algo más: ¿Por qué tener niños y muchos niños, una Familia Bien Numerosa?
- Primero que nada porque se lo debo a Dios; si alguien se casa, le debe niños a Dios, porque tener niños (o intentar tenerlos) es el fin más importante, el fin primario y principal del Matrimonio, el fin por el cual Dios creó antes que nada el Matrimonio: tener niños (al punto, ya lo saben, que si una pareja no quiere tener niños hace inválido el Matrimonio, nulidad matrimonial); el tener niños no es algo opcional, es una obligación del Matrimonio (salvo esterilidad, lo cual es inocente e inculpable).
- Segundo, “he de tener muchos niños” porque los niños son hermosos.
- Y en tercer lugar, POR LA LUCHA CATÓLICA, POR EL COMBATE CATÓLICO, para luchar el buen combate de San Pablo (“he luchado el buen combate, he concluido la carrera, he guardado la Fe”, II Tim 4). ¿A qué nos referimos? Hoy en día, el tener muchos niños adquiere, además de lo anterior, el carácter de la lucha católica, de la lucha del soldado de Cristo, porque en el mundo de hoy, la ONU, la OMS, el Nuevo Orden Mundial con sus campañas (anticoncepción-planificación, esterilización, aborto, etc.), campañas anti-Dios y anti-católicas, tratan constantemente que la gente no tenga muchos niños (“el control de la natalidad y el control de la población”); entonces, si yo soy llamado a la vida del Matrimonio, debo luchar el buen combate –entre otras formas– teniendo muchos niños para pegarle a la ONU, “yo combato teniendo muchos-muchísimos niños; ellos no quieren que yo tenga muchos niños: yo tendré mil niños si puedo, así lucho, y así combato”.
[ 4 ] Las naciones antes eran católicas, nuestras naciones antes eran de Cristo Rey y de su Catolicismo. Durante los primeros Siglos y en la Edad Media fue así: Los católicos hicimos Europa. Y mientras nosotros fuimos hijos de España fue así en nuestras Patrias.
El mal llamado Renacimiento (desde el Siglo XV) fue el comienzo del fin, y llevamos cinco siglos de caída contra Dios, y metidos en la llamada Edad Moderna. Pero aun así las naciones y los reinos europeos guardaban una enorme cuota de Catolicismo y de Cristo Rey en su orden social, en su orden civil; y por eso llegó la Revolución Francesa (finales del Siglo XVIII), el movimiento más anticatólico y más anti-Dios que ha existido en la modernidad, y llevado al culmen después en el malhadado Siglo XIX con Napoleón (un demonio) y sus guerras napoleónicas en Europa, y su repercusión o replicación aquí en Hispanoamérica con las Revoluciones de 1810 en adelante.
Había que destruir “L’Ancien Régime: el Antiguo Régimen”, porque la Corona estaba todavía –a pesar de todo– muy unida a la Iglesia Católica; y aquí en Hispanoamérica porque España estaba muy unida aún al Catolicismo; el Estado unido a la Iglesia, y todo el bien que todavía se hacía, y ello a pesar de corrupciones que también existían (y si vamos al caso, la democracia de hoy se lleva “el título mundial” en cuanto a la corrupción, pues nadie la iguala).
Todas las guerras napoleónicas en Europa, y todas las Revoluciones de 1810 (en adelante) en Hispanoamérica fueron inspiradas en la Revolución Francesa, que es lo mismo que decir: tuvieron inspiración en la masonería, en el liberalismo, y después –hasta hoy– también en la izquierda. Resumiendo: A pesar de algún matiz, todo ese movimiento era, en lo esencial, contra Dios Nuestro Señor Jesucristo, contra Cristo Rey y contra su Catolicismo.
Y hacia dónde vamos en este ya desquiciado Siglo XXI: Pues bien, sin duda que vamos hacia la explicitación final del Gobierno Mundial sin Dios y anti-Dios, vamos hacia la explicitación final del Nuevo Orden Mundial, que terminará en el Gobierno (personal) del Anticristo, ayudado por el Falso Profeta y su Religión Mundial. Atención: Debemos saber que el Falso Profeta de las profecías puede llegar a ser Francisco –auxiliar y hasta empleado del Nuevo Orden Mundial–, junto con su falsa Iglesia Moderna del Concilio Vaticano II.
[ 5 ] Pero debemos levantar nuestros corazones y tener alegría, porque LA VICTORIA ES NUESTRA, LA VICTORIA FINAL ES NUESTRA:
- Este mundo desquiciado va hacia un desenlace, con los dolores finales; pero son DOLORES DE PARTO, y no dolores de muerte.
- Son dolores de parto, porque como todos los dolores así, aunque muy duros, terminan, y terminarán, en algo bueno, en un nuevo nacimiento, en una creación, “cielos nuevos y nueva tierra”, en el triunfo de Cristo Rey –la fiesta de hoy–.
- Este desquicio actual terminará con la alabanza, el honor y el respeto a Dios Nuestro Señor Jesucristo y a su Catolicismo, con su Parusía Gloriosa y su Reino: Cristo Rey.
- Y será el triunfo de todos nosotros si es que logramos ser buenos católicos, si es que logramos mantenernos fieles: SOLDADOS DE CRISTO REY, y esto solamente con su gracia, ¡solamente con su gracia! Pero será nuestro triunfo, y será un triunfo total. Mientras tanto hemos de luchar, por todo lo poco o lo mucho que podamos hacer por la causa de Dios Nuestro Señor Jesucristo, esperando SU SEGUNDA VENIDA con mucha alegría, porque ella será LO ÚNICO QUE SANARÁ la enfermedad terminal que tiene este mundo, y le pondrá remedio.
(Conclusión)
Creo que deberemos continuar el próximo domingo en una segunda prédica. Mientras tanto, para terminar, será a modo de oración, y de PETICIÓN también, con todo el poder que Dios Nos da como obispo, y para que el mundo, las Patrias y las naciones, respeten a Él y a su Iglesia Católica (que no es por supuesto la Iglesia Moderna del Concilio), en estos términos leeremos esa tan-tan hermosa “Oración a Cristo Rey por la Patria”, ustedes pueden seguirla en sus papelitos (oración que se dice compuesta por el sacerdote argentino Padre Julio Meinvielle); y dice así:
ORACIÓN A CRISTO REY POR LA PATRIA
Señor nuestro Jesucristo,
Rey de las Naciones y de los corazones,
Dios que todo lo creaste, lo redimiste,
y has hecho a nuestro pueblo cristiano;
mira con ojos benévolos a ésta nuestra querida Patria,
consagrada a Tu Santísima Madre,
y escucha a tus hijos que quieren volver a Ti.
¡Oh Rey! Cristianos hemos nacido,
y cristianos queremos ser.
Nuestra Patria es su historia católica,
y su destino de grandeza es llevar Tu nombre como Bandera.
Atiéndenos, Señor, en esta jornada aciaga,
y, si está en Tu Santísima Voluntad,
aparta de nosotros este cáliz de amargura,
dándonos la gracia de
reconquistarte Colombia,
reconquistarte la Argentina,
reconquistarte Brasil,
reconquistarte Hispanoamérica,
reconquistarte España,
reconquistarte Europa,
reconquistarte el mundo entero.
Que tu Madre, Reina nuestra,
Conductora y Vencedora en la Lucha Final,
aplaste la cabeza del enemigo
que avanza extendiendo su Poder Internacional.
Que el Ángel que custodia nuestro suelo
aparte de nosotros la perfidia sionista,
el terror comunista, la siniestra masonería
y la peste del liberalismo
que combaten contra Ti.
Aniquilen Tus Arcángeles a las sectas invasoras,
y guarden a nuestras juventudes de la corrupción mental y moral.
Pero no se haga nuestra voluntad, sino la Tuya;
y si prefieres para nosotros la noche oscura de una pasión nacional
te pedimos, Rey de Reyes,
no permitas que tu pueblo sea traidor.
Antes prepáranos y danos el triunfar en el martirio,
para la Gloria de Tu Divina Majestad,
en reparación por tanta historia laica,
y para que, bajo el Manto de la Virgen Soberana,
te adoremos en la Patria Eterna,
con los que lucharon por Ti. Así sea.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)