Tomado de la Revista SÌ SÌ, NO NO.
El movimiento carismático representa también valores aparentemente tradicionales, la práctica intensa de la oración…
Sí, pero también hay que tener en cuenta el activismo (americanismo o herejía de la acción), el sentimentalismo o emocionalismo (poner la sensibilidad por encima del intelecto y la voluntad) y el aparicionismo: entusiasmarse con cualquier presunta aparición privada (que un día sí y otro no surgen por todo el mundo), dejando en segundo plano la Revelación pública (la Sagrada Escritura y la Tradición apostólico-patrística) y el Magisterio de la Iglesia.
Esto es un error gravísimo contra la Fe, sin la cual es imposible agradar a Dios, como dijo San Pablo.
¿Conciliar lo inconciliable?
Querer conciliar lo inconciliable (la Tradición apostólica y el movimiento carismático) tendría unas consecuencias gravísimas. E igualmente sería gravísimo querer conciliar el judaísmo talmúdico con el cristianismo romano.
El principio de no contradicción prohíbe conciliar conceptos diversos, o lo que es peor, contrarios: tinieblas y luz, judaísmo y catolicismo, movimiento carismático y Tradición apostólica, sí y no.
En los tiempos de confusión y desorientación dogmática, moral, ascética y litúrgica que vivimos hay que ser más firmes en los principios y no mezclar lo que Dios ha separado.
El padre Reginaldo Garrigou-Lagrange nos recuerda: «La Iglesia permanece firme e inamovible en los principios porque posee la Fe, pero es generosa y misericordiosa en la práctica, porque ama y posee la caridad sobrenatural. En cambio, el modernismo es tolerante en los principios dogmáticos porque no cree con rectitud, y es estrecho y rigorista en la práctica, porque no tiene la caridad sobrenatural».
Conclusión
En consecuencia, es necesario prestar mucha atención para no mezclar el agua con el aceite, la Tradición con el carismatismo sentimentalista, a riesgo de que nos acusen de integristas o de excesiva intolerancia dogmática.
«Diréis solamente: “Sí, sí; No, no”. Todo lo que excede a esto, viene del Maligno» (Mt. 5, 37).
Didimus
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)