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martes, 29 de julio de 2025

SANTA MARTA, MODELO DE LOS BUENOS PRELADOS

Santos María Magdalena, Lázaro y Marta (Juan de Valdés Leal, Sacristía de “los cálices” de la Catedral de Sevilla).
   
«Marta acogió en su propia casa sobre la tierra al Salvador, y María, por otra parte, piensa en qué modo sea acogida por Él en aquella morada no hecha por mano de hombre, que es la eterna morada en los cielos. Pero también María Lo ha acogido, acogiéndolo en el espíritu: “Porque Dios es espíritu” (Joann. IV, 24) … Cristo dice que “María escogió para sí la mejor parte, que nunca le será quitada” (Luc. X, 42). Es decir, el Único que es necesario, aquella “sola cosa” que el Profeta Real solícito pedía: “Una sola cosa he pedido al Señor: esta sola busco yo” (Ps. XXVI, 4)… Tres cosas ha distribuido la ordenación de la divina caridad: a Marta la administración, a María la contemplación, y a Lázaro la penitencia. El alma perfecta tiene estas cosas simultáneamente, con todo parece que cada una corresponda a un alma particular puesto que algunos parecen dedicados a la santa contemplación, otros a la administración de los hermanos, otros en a amargura de su propia alma recuerdan sus años como heridos dormidos en los sepulcros. Así, claramente, así es necesario que María piense piadosa y sublimemente en su Dios, Marta benévola y misericordiosamente en el prójimo, y Lázaro con conmiseración y humildad en sí mismo… Aquellos a los cuales no fue dado ningún encargo, ni fue confiada ninguna administración, deben estar sentados o a los pies de Jesús con María o ciertamente con Lázaro en el sepulcro… ¿A quién más que a los prelados se puede convenientemente aplicar aquello que dice el Señor: “Marta, Marta, te afanas” (Luc. X, 41)? ¿O quién se preocupa de tantas cosas, si no a quien le incumbe la solicitud, y de María que contempla a Dios y de Lázaro penitente y de todos? Mira a Marta afanada, mira a Marta preocupada por todas las cosas. Hablo del Apóstol, que amonestando a los prelados sobre la solicitud, ha él mismo solicitud y cuidado de todas las Iglesias: “¿Quién es débil, que también yo no lo esté? ¿Quién recibe escándalo, que yo no me sonroje?” (2.ª Cor. XI, 28). Reciba pues Marta al Señor en su casa; a ella fue comisionada la administración de la casa. Ella es medianera para obtener para sí y sus sometidos la salvación y recibir la gracia».

SAN BERNARDO DE CLARAVALSermón III de la Asunción, 1, 2, 4, 6. En DOM JEAN MABILLON OSBŒuvres de saint Bernard, vol. II, Milán 1851, cols. 405-408. Traducción propia.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)