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domingo, 25 de octubre de 2009

LA PERVERSIÓN SODOMITA EN ACCIÓN, Y LA NECESIDAD-OBLIGATORIEDAD DE UNA REACCIÓN CATÓLICA

Tomado de SANTA IGLESIA MILITANTE
  
1º BLASFEMIA – INMUNDICIA (España)
«Un virgen negra, con rostro orgulloso, sostiene una bola de discoteca y a un niño Jesús pálido que mira hacia al infinito creador. Es La Moreneta catalana. Montserrat gay, visible, orgulloso. Pastores musculosos, con tatuajes y rasgos de “oso”, se postran ante su señora: la sagrada virgen transexual. Marías con portaligas y semblante sexy o Marías que asustan al orador que se arrodilla frente a su presencia. Mostrando pechos. O luciendo sus caderas con semblante desdeñoso ante un rapado arcángel que exige clemencia. El condón como símbolo devoto. Divas María. Vírgenes transexuales de la modernidad».
  
Así relata la inmunda blasfemia el Diario Clarín de Bs. As., que sin embargo dice dar cuenta de una “controversia”.
 
La Agencia Faro comenta:
QUE TODOS LOS CATÓLICOS SE ENTEREN: EL PP DE LAS SONRISAS FINANCIA CALENDARIO BLASFEMO: Sin reacción oficial aún, ni política ni eclesiástica, ante el escándalo del “Calendario Laico” puesto a la venta esta semana por la COGAM (“Coordinadora de Lesbianas, Transexuales, Bisexuales y Gays de Madrid”), organización aberrosexualista fuertemente subvencionada por el Partido Popular (PP) a través de la Comunidad Autónoma de Madrid, cuya presidente es Esperanza Aguirre, y del Ayuntamiento de Madrid, cuya presidencia detenta Alberto Ruiz-Gallardón.
  
Dicho calendario, de cuyas repugnantes fotografías publicó el día 16 una amplia muestra el periódico laicista de derechas El Mundo, es de contenido pornográfico, sacrílego y blasfemo, contra Nuestro Señor Jesucristo, contra su Santísima Madre, contra la Iglesia Católica. FARO se abstiene de dar detalles para no herir sensibilidades. Calendario pagado, evidentemente, con dinero público, que también se utiliza para que los pedófilos, pervertidos y mutilados voluntarios de la COGAM den clases de “orientación sexual” en institutos y en colegios (estatales y concertados, es decir, también algunos nominalmente católicos). Recuérdese que Ayuntamiento y Comunidad Autónoma de Madrid son también los mayores subvencionadores de clínicas-matadero abortistas, de píldoras abortivas, de organizaciones mahometanas, etcétera.
  
Seguimos esperando los decretos de excomunión correspondientes.
  
Fuente de la 1ª parte: Agencia FARO Madrid. 20 de octubre de 2009
 
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2º TOTALITARISMO HOMOSEXUAL: AVANZA LA LEY MORDAZA (Argentina)
No podrán expresarse libremente los que defiendan el orden natural. Sería delito criticar el estilo de vida homosexual. Tiene dictamen en la cámara baja el proyecto que intenta modificar la ley antidiscriminatoria para incluir la no discriminación por “género, identidad de género o su expresión, y orientación sexual”. El proyecto fue impulsado por la Coalición Cívica y, con el apoyo del kirchnerismo, quedó listo para ser debatido en el recinto.
 
Por Mónica del Río
  
La comisiones de Derechos Humanos y Legislación Penal, de la Cámara de Diputados de la Nación, emitieron dictamen conjunto sobre el proyecto de Marcela Rodríguez (exp. 254-2009) que intenta, una vez más, modificar la Ley Antidiscriminatoria. Se incorporarían, entre otros, la no discriminación por “género, identidad de género o su expresión, y orientación sexual”. Una lectura bíblica -aún dentro del templo- podría ser interpretada como un acto discriminatorio y el que la predique llevado ante los tribunales. Esto podría ocurrir, por ejemplo con: “ni los afeminados, ni los homosexuales (...) heredarán el Reino de Dios” (I Corintios 6, 9-10).
  
Totalitarismo homosexual
Simultáneamente modificarían el Código Penal, lo que permitiría encarcelar a cualquiera que “alentare o incitare” la discriminación por “orientación sexual”. Con expresiones tan vagas, todo el que defienda el orden natural sería pasible de sanción penal. Por ejemplo, se podría enviar a prisión a padres que se opongan a que un activista homosexual imparta clases de “orientación sexual”, con material gráfico, a un hijo de cinco o seis años.
  
Los jueces estarían facultados para actuar de oficio, intimando “al cese inmediato del acto discriminatorio y la reparación del daño moral y material ocasionado”. Podrían, por ejemplo, prohibir una conferencia sobre familia que mencione su estructura natural.
  
Se invierte la carga de la prueba
Demostrar que el acto u omisión no es discriminatorio recaerá sobre el denunciado” (.) “Se presume discriminatoria, salvo prueba en contrario, toda disposición de carácter público o privado que depare un trato desigualitario”. Por ejemplo, podrían querellar a una congregación religiosa femenina que no admita travestis y la congregación tendría que probar que no incurrió en un acto discriminatorio.
   
Además de los jueces, que podrían actuar de oficio, estarían legitimados para iniciar proceso judicial “la persona o grupo de personas afectadas, el defensor del pueblo, los organismos del Estado con competencia específica en cada caso y las asociaciones que propendan a la defensa de los derechos humanos, la eliminación de toda forma de discriminación o la promoción de los derechos de las personas discriminadas”. El INADI o activistas LGBT, podrían querellar a cualquiera que diga, por ejemplo, que la homosexualidad se puede curar (ImpulsoBaires, 27/03/2009).
   
Voces a favor y en contra del proyecto
El proyecto de Marcela Rodríguez (Coalición Cívica) fue confirmado por: Elisa Carca (Coalición Cívica), Claudia Gil Lozano (Coalición Cívica), Silvia Storni (Unión Cívica Radical), Remo Carlotto (Frente para la Victoria), Norma Morandini (Memoria y Democracia), Laura Sesma (Partido Socialista), Diana Conti (FpV), Emilio García Méndez (Solidaridad e Igualdad), Victoria Donda (Encuentro Popular y Social) y Vilma Ibarra (Encuentro Popular y Social).
  
El dictamen de las comisiones lleva las firmas de: los kirchneristas Nora César, Carlos Kunkel, Miguel Iturrieta, Stella Maris Córdoba, Araceli Carmona, Julia Perié, Héctor Recalde y Jesús Rejal. Acompañados por: Victoria Donda (Encuentro Popular y Social), Marta Velarde (Justicialismo Republicano), Claudia Gil Lozano (C.C.) y Ma. Graciela De La Rosa (Partido Justicialista).
  
Presentaron disidencias totales: Hugo Acuña del Movimiento Popular Neuquino y Nora Ginzburg, del Frente por los Derechos Ciudadanos, que presentó su disidencia cuando el dictamen completó las 15 firmas que necesitaba para llegar al recinto.
  
Fuente de la 2ª parte: NOTIVIDA, Año IX, nº 623, 20 de octubre de 2009
 
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3º ESTRATEGIAS GLOBALES Y FINANCIADORES
Desde el punto de vista del marketing y la opinión pública, la estrategia y su aplicación constituyen un ejemplo insuperable de inteligencia y eficacia. Enumero de modo telegráfico algunos puntos centrales de la estrategia:
  • Difundir la idea de que el diez por ciento de la población es homosexual. Es más: “Una sociedad que niegue que el diez o incluso el veinte por ciento de la población experimenta fuertes inclinaciones homosexuales, y que construya sus leyes y valores sobre esa mentira, está gravemente enferma”.
  • Plantear de modo incansable el tema de la homosexualidad en todo tipo de foros públicos y conversaciones privadas, de modo que la gente se rinda por aburrimiento y cansancio y acabe por acostumbrarse y deje de reaccionar.
  • Mostrar a destacados personajes históricos, que tienen un valor ejemplar, como homosexuales (reales o supuestos). Animar a homosexuales célebres a mostrarse en público como tales.
  • Presentar la homosexualidad como algo de nacimiento, genético. Los homosexuales no serían, por tanto, responsables de su orientación sexual. De ninguna manera la homosexualidad debe aparecer como resultado de una elección libre, lo que daría argumentos a los adversarios.
  • Presentar a los homosexuales como víctimas. Más que de defender sus derechos, se tratará de combatir la discriminación de la que son objeto. En general, la lucha contra cualquier forma de discriminación será mejor acogida por la opinión pública.
  • Demonizar a los enemigos de la homosexualidad, para lo que cualquier recurso será admisible: alinearlos con el Ku–Klux–Klan, el nazismo o el antisemitismo. Mostrar cómo en los campos de concentración nazis los homosexuales corrieron la misma suerte que los judíos. Lanzar la etiqueta de “homofobia” como estereotipo negativo para descalificar a los enemigos de la homosexualidad.
  • Neutralizar a las iglesias o grupos religiosos opuestos a la homosexualidad, a los que habrá que presentar como reaccionarios y anclados en el pasado, enemigos de la ciencia y del progreso. Buscar la división de esos grupos religiosos, enfrentando a liberales con conservadores. Ya hay experiencia en Estados Unidos sobre cómo movilizar alianzas antirreligiosas, tal como se hizo en las batallas a favor del divorcio y el aborto. Habrá que repetir la experiencia en el caso de la homosexualidad. En el contexto religioso adquiere prioridad la lucha contra la clásica distinción, propia de la moral cristiana, entre pecado y pecador. El cristianismo enseña a rechazar el pecado y a respetar e incluso amar al pecador, pues solo Dios sabe lo que pasar en el fondo del corazón de cada uno –de intérnis néque Ecclésia, según el adagio clásico–. Esa distinción resulta inaceptable para el activismo gay: quien está en contra de la homosexualidad se convierte de modo automático en enemigo de los homosexuales.
  • En la propaganda gráfica será conveniente, al menos en la primera etapa, recurrir a imágenes de lesbianas atractivas, que caerán mejor a la gente.
  • Dar siempre una imagen positiva y atractiva del estilo de vida homosexual. Esto implica, como es obvio, omitir toda referencia a los frecuentes problemas y trastornos asociados a esa forma de vida: patologías psiquiátricas –con especial incidencia de depresiones y neurosis–, enfermedades de transmisión sexual derivadas de la promiscuidad, violencia doméstica (que entre los convivientes del mismo sexo es significativamente mayor que entre los de sexo opuesto), elevado consumo de drogas y alcohol. En realidad, el ambiente homosexual está con demasiada frecuencia impregnado de sordidez, a pesar de las imágenes que se nos vende en esas operaciones de marketing, de forma que la denominación gay no deja de ser un sarcasmo.

La aplicación de esta estrategia se ha llevado a cabo de forma sistemática y consecuente para lo que ha sido decisiva la actividad de diversas organizaciones. Entre las más significadas se puede destacar las siguientes:
  • Human Rights Campaign [Campaña de los Derechos Humanos] (HRC). Con 400.000 miembros, es el mayor lobby homosexual norteamericano. Actúa de modo preferente en el ámbito político y su objetivo principal es la “educación” del Congreso estadounidense. Promueve la legislación contra la homofobia, la protección de las “familias homosexuales”, la promoción de la salud de las lesbianas que viven solas, etcétera. También dedica cuantiosos recursos a la formación de activistas.
  • Gay and Lesbian Alliance Against Defamation [Alianza de Gais y Lesbianas Contra la Difamación] (GLAAD). Se trata del principal lobby homosexual que trabaja en el mundo de la comunicación y del entretenimiento. Muy influyente en Hollywood. También prepara a otras organizaciones y a activistas individuales en el manejo de la opinión pública. Se la considera el lobby más influyente en la opinión pública estadounidense.
  • National Gay and Lesbian Task Force [Fuerza de Tarea Nacional de Gais y Lesbianas] (NGLTF). Se concentra en el trabajo de base, de acuerdo con el principio de que el futuro pertenece a quien consiga ganar a los niños para su causa.
  • Parents, Families and Friends of Lesbians and Gays [Padres, Familias y Amigos de Lesbianas y Gais] (PFLAG) y la red Gay, Lesbian and Straight Education Network [Red Educativa de Gais, Lesbianas y Heterosexuales] (GLSEN). Prolongan la línea de acción de la anterior y trabajan sobre todo en el ámbito educativo, con profesores y alumnos de todos los niveles de enseñanza.
  • Lambda Legal Defense and Education Fund [Fondo Legal de Defensa y Educación Lambda], organización paralela a la American Civil Liberties Union [Unión Estadounidense de Libertades Civiles] (ACLU) pero centrada de modo exclusivo en la defensa de los intereses homosexuales.
 
No resulta sencillo hacer un balance de lo alcanzado en estos casi veinte años, ni siquiera para el ámbito de países aislados, pero lo logrado ha sido mucho. En más de un sentido la realidad social de algunos de estos países ha cambiado de modo sustancial: nuevas leyes, nuevas políticas, nuevos contenidos en la educación, nuevos valores y modelos. Estamos asistiendo tanto a una gigantesca “salida del armario” como a la generación de una nueva realidad.
  
Fuente de la 3ª parte: Extracto del post Ideología de Género y Opinión Pública: Una Hipótesis, de Crux et Gladius.

Entrada previa relacionada:
  
Pasado ya el Encuentro llamado de Mujeres Autoconvocadas ocurrido recientemente en Tucumán, Argentina (ver aquí, aquí y aquí), compartimos el excelente análisis de fondo realizado por María Virginia Olivera de Gristelli para Andes.
  
El mismo lleva el título de este post, y a prióri puede aplicarse a las innumerables persecuciones de diverso índole que sufre la Iglesia hoy en todo el mundo.
 
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Cuando te signes, llena tu frente de grande confianza, haz libre tu alma. Sabe muy bien qué es lo que nos procura la libertad. De ahí que Pablo, para llevarnos a la libertad que a nosotros conviene, nos llevó por el recuerdo de la cruz y de la Sangre del Señor: “Por precio fueron comprados. No se hagan esclavos de los hombres” (cf. 1 Co 7,23)”[1]
 
Repasando un poco los hechos recientemente ocurridos en Tucumán a raíz del Encuentro de Mujeres Autoconvocadas, y aunque orgullosa del resultado obtenido gracias a la presencia y testimonio de mujeres católicas, cuando miramos los videos que –escamoteados por la prensa oficial, por supuesto- podemos ver por Internet (http://www.youtube.com/watch?v=243mjbM7JHs) resurge una pregunta que estoy segura de no ser la única persona que se la formula. Ella es: ¿Y HASTA DÓNDE se debe y puede seguir tolerando, legítimamente, la ofensa, la injuria, y el agravio a la fe y a la Patria?
    
Abortistas atacando a católicos.
       
Más allá de la templanza y autodominio de la que hacen gala los jóvenes que custodian la Catedral en sucesivas ocasiones, ¿no se advierte que –aún sin quererlo- se puede estar confundiendo la virtud de la paciencia –hija de la Fortaleza, sin duda- con cierta negligencia en la Justicia?… Y es que parece que el precepto evangélico de poner nuestra mejilla para recibir los golpes, se confunde a veces con poner la de Ntro. Señor para esquivarlos…
   
Porque si es lícito –y aún loable- tolerar hasta el mismo martirio, la ofensa a la propia dignidad en nombre de Quien se humilló a Sí mismo para salvarnos, soportando el escarnio, ¿cabe la misma tolerancia cuando el agravio es hacia Él mismo, “por Quien todo fue hecho”?, y que nos ha advertido que “A quien me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre” (Mt 10,32)… La pregunta es, pues, insistimos, si el único modo legítimo para confesarlo es a través de la resistencia impasible, permitiendo no sólo las ofensas personales (como escupidas, golpes, insultos, etc.) sino las mismas blasfemias.
    
Sabemos que en un mundo en que la palabra se ha devaluado hasta lo inverosímil (en que los jóvenes, por ejemplo, permanecen sonrientes llamándose todos con el mismo apelativo, por cierto diferente del que sus padres pensaron para ellos, y que en otros tiempos constituía un insulto…), y que tanto se cacarea acerca de la libertad de expresión, éste parece un tema casi sin razón de ser… Hace poco nos hemos enterado, sin embargo, de que en la católica Irlanda, anacrónicamente para muchos, seguramente, pero ejemplarmente para otros, se ha confirmado este año que “la publicación o expresión de cuestiones blasfemas, sediciosas o indecentes es un delito que será castigado de acuerdo con la ley”, propuesta del gobierno que fue aprobada en la Cámara Baja y pasó al Senado, donde se aprobó por un único voto de diferencia: 23 contra 22 (de 60 miembros). Pero por supuesto, no es ésta la dirección hacia donde va el mundo occidental y “cristiano” (¿?). Por el contrario, en Mayo de 2009, la Comisión de Venecia, que es el cuerpo consultivo de la UE para temas constitucionales, estableció claramente que la blasfemia se sitúa bajo la libertad de expresión, protegida por la carta de la UE, y aunque han fracasado los intentos recientes en Dinamarca, Finlandia u Holanda para eliminar las leyes sobre blasfemia (que por lo tanto existen) nadie las cumple. Siempre pionera en este tipo de “avances”, en Inglaterra la Casa de los Lores abolió finalmente los estatutos anti-blasfemia en marzo de este año… Traemos estos datos para señalar de paso que “por algo será” [2], pero la situación es que este tema no nos ocupa sólo a nosotros, según parece. Y mientras se declaman los derechos de los canto-rodados y de los tréboles, y se elevan panegíricos de defensa de la “madre Tierra”, los tribunales de este mundo se reúnen para legislar el “derecho” de asesinar a los niños no nacidos (dudando de si se trata de zorrinos o zapallos), celebrar la diferencia de género entre el jersey, la seda y el marimacho, y de paso, ¡insultar artísticamente a Dios!...para anatematizar al “fanatismo”, por supuesto, porque como bien señalaba León Bloy, al burgués no le ofende ninguna mentira o falacia, sólo la Verdad lo ofende, y desde ya, toda especie de precisión y de afirmación de un absoluto lo hacen a uno sospechoso de fanatismo. [3]
  
Nosotros [4] (un nosotros que por supuesto calificarán de discriminatorio y exclusivista los popes contemporáneos del análisis del discurso, a quienes no me interesa en absoluto complacer), no obstante, creemos que el Decálogo sigue vigente, con o sin consenso, y si repasamos un poco el Catecismo vemos que la doctrina católica sobre la legítima defensa [5] sigue plenamente vigente.
  
Tornamos pues, a preguntar: ¿y si alguno de los allí presentes, por temperamento, carisma, o simplemente convicción, creyera en conciencia que es testimonio y deber también –y no menos heroico- reprimir (¡oh! ¡la palabrita!…) con los modestos medios que se tengan al alcance, la injuria proferida por el agresor, en legítima defensa del Nombre de Cristo, de su Madre, de su Cuerpo Místico, la Iglesia ? ¿Sería justo, en ese caso, que fueran escarnecidos con la reprobación de los propios, tachados de “violentos”, “intolerantes” o faltos de fortaleza, si en vez de optar por la resistencia, lo hicieran por la reacción…?
  
Efectivamente, es lamentable oír a algunos jóvenes católicos a veces, admirados por la reacción “contundente”, que observamos en miembros de otras religiones cuando se agravia a su fe (por otra parte, falsa), y cómo esta sensación repercute más de una vez en hacerles sentir la “incoherencia” de la propia, cuando se pregona demasiado livianamente el imperativo absoluto del pacifismo como doctrina “oficial”. Pero resulta que el pacifismo NO es católico, como lo es la Paz, y subrepticiamente, se ha ido colando esta confusión en las conciencias de muchos que de buena fe, sirven a aumentarla en los que los observan. A quienes esgriman el argumento de la otra mejilla, consideramos de estricto sentido común que una cosa es poner la propia mejilla y otra bien distinta es interponer la mejilla de Cristo o de su Madre como valla ante mi mirada “heroica” de espectador. Seleccionando pasajes de la Escritura, por lo demás, sistemáticamente eluden el pasaje en que Nuestro Señor expulsa a los mercaderes del templo, “haciendo de cuerdas un azote” (Jn 2,13-22; Mt 21,12-17; Mc 11,15-19; Lc 19,45-46); ¿qué podemos suponer que haría si los mercaderes se hubiesen puesto a blasfemar en las puertas del Templo?… Pero resulta paradójico que mientras por una parte algunos se empeñan hoy en día de mostrarnos cada vez un Jesús tan “humano” que hasta se opaca su divinidad, esto se admite buenamente para ponernos a elucubrar torcidamente sobre sus “tentaciones”, pero se opone resistencia si se trata de demostrar sus más razonables y legítimas actitudes como Hombre perfecto, Hijo de Dios también perfecto, celoso de la honra de su Padre. ¿No es esto curioso?…
  
La madre de Sta. María Goretti es heroica y ejemplar por perdonar al asesino de su hija (y hace poco hemos visto un ejemplo similar en nuestros tribunales), pero una cosa es el perdón posterior a una ofensa cometida contra mí mismo, contra mi familia o bienes, criaturas todas, y otra cosa muy diferente es el reconocer la infinita injusticia que se infringe con el agravio al propio Nombre de Dios, ante lo cual no se trata ya de un orgullo o aún de una vida, sino de algo mucho mayor (aunque muchos se escandalicen al recordárseles que Dios posee una dignidad infinitamente mayor a la de cualquier hombre, razón por la cual en el Decálogo los mandamientos referidos a El anteceden los referidos al prójimo, tal como indica el orden de la Caridad ).
  
Y su ofensa no sólo “lastima” los oídos y la vista de los fieles allí presentes (cuando se ve destrozar Rosarios arrancados a los congregantes, luego de pasarlos obscenamente por su cuerpo [6] …) , sino que, por decirlo del modo más claro, “perjudica” a toda la creación. Cabe aquí señalar también el anejo pecado de escándalo que encierra semejante situación sin reparación alguna, y que el escándalo se trata en el Quinto Mandamiento de la Ley de Dios (que prescribe “No matarás”), teniendo en cuenta que Nuestro Señor nos dijo también “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo..”(Mt 10,26-30). No se trata de un pecado más, como no es un mero acto de vandalismo la profanación de un sagrario con Hostias consagradas, y su defensa es tanto o más “lógica” que el custodiar la seguridad de una casa. ¿Y si las rejas de la casa son franqueadas, es o no lícita la expulsión del intruso? Reiteremos un texto recién citado: La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro, del bien común de la familia o de la sociedad. (Catic. 2265) Y no queremos responder como Caín, que no tenemos nada que ver con la vida de nuestro hermano, pues enhebrando frases y razonamientos del mismo Catecismo, se nos advierte acerca de la fe que aunque es un acto personal: “no es un acto aislado, ya que nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo (…) Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros.” (Catic.166 ss.)
  
Y si no se trata de atravesar las “fronteras materiales” sino de las espirituales?… Insistimos entonces: ¿¿HASTA DÓNDE ha de tolerarse??? O mejor dicho, ¿es lícito tolerarlo?… Si pretendiéramos sugerir que todo católico “debe” exponerse al martirio, nos reprocharían con justicia que no podemos exigirlo, pues se trata de una gracia. Aquí tampoco sugerimos que todo católico “deba” reaccionar ante estas situaciones procurando neutralizar al agresor, pero tampoco parece justo, ni ético, ni caritativo, ni “pastoral” (¡!) exigir a todo católico que soporte impasiblemente estas situaciones, incurriendo en la temeridad de estar convirtiendo a muchas almas en “ollas a presión”, cuando su conciencia y la gracia les sugiere otras actitudes más “naturales”, por así decirlo.
  
Veamos otro argumento, que echa por tierra la acusación de intemperante o imprudente a quien reacciona. La prudencia humana, sin embargo, no es sino una desviación de la prudencia como virtud, cuando se entiende como no pasar un limite establecido. La prudencia sobrenatural actúa en función de la realidad externa, vista a la luz de los primeros principios intelectuales y morales que nos hacen buscar el Bien, pero esta realización del bien exige conocer ante todo la verdad. ¿Y podríamos llamar prudente un proceder que permite la proclamación a voz en cuello de obscenidades contra la Verdad misma?... En relación con la verdad, asimismo recordamos que la corrección fraterna es deber de caridad entre cristianos (por muy en desuso que esté frente a la mayor comodidad y “goce sensible” que provoca el chismerío o la maledicencia, aunque éstos sean pecado y aquella virtud), así como no sería caritativo observar “respetuosamente” como un hermano nuestro se suicida, ¿no parece razonable hacer todo lo que esté de nuestra parte para impedir que sume profundidades de abismo a su pecado, si se permite que agregue blasfemia sobre blasfemia, arrastrando con ella a otros, además?
  
¿Es justo entonces que se afirme que la reacción celosa por la honra de Dios y la salvación del pecador sea imprudencia, sin más, proceder violento, o desprecio por la concordia? Afirmamos que no, y que constituiría un juicio temerario, afectado incluso de cierto esteticismo liberal, que aparta asqueado la mirada cuando se trata de defender algún principio con algo más que con discursos convenientes.
  
A quien nos insinúe socarronamente si estamos convocando a una Cruzada o guerra santa, le diremos que no, pero tampoco nos avergonzamos de ellas. No creemos que la gracia haya suspendido jamás, por así decirlo, la circulación de la sangre por las venas.
  
Otro versículo que reiteradamente esgrimen los cultores del “inmovilismo” es el del rechazo con “apártate Satanás” de Ntro. Señor a Pedro antes de la Pasión, pero la cita prosigue “Tu eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres”… (Mt 16,21ss.) El obstáculo que Pedro significaba entonces era para la Pasión, por cuyo medio seríamos rescatados; su condición de “necesaria” es afirmada por El mismo tras la Resurrección: “..era necesario que el Cristo padeciese estas cosas…” (Lc.24,26), pero podemos ver entonces que no es este el mismo caso, sino más bien muy al contrario. ¿O alguien puede afirmar la “necesidad” de la blasfemia? Si continuamos asimismo la lectura del texto sagrado, hallamos, efectivamente, más materia para sostener nuestra posición, pues sigue “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
  
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras” (Mt 16,21-2). Y en esta línea, entonces, ¿quién cuida más su “vida” –en el sentido en que NO debe ser cuidada-?: ¿quien permanece impasible, “tolerando” con el aplauso y compasión de los fieles mundanizados incluso, y la burla de los enemigos de Cristo, o quien reacciona con el peligro cierto de perder bienes, fama, honor y privilegios, además de la añadida reprobación de los “buenos y prudentes”, incluidos algunos pastores?
   
No quepa duda, pues, de que si no se trata de encauzar legítimamente el apetito irascible (que en sí mismo no implica el pecado de ira, por supuesto, sino que es facultad común a todo hombre) de los jóvenes para defender los valores más altos, muchos seguirán dejando hasta la vida en las canchas de fútbol, creyendo que es incluso meritorio dar la vida por una remera…
  
La quema de la bandera argentina, lo que se ve en este video, merece realmente un capítulo aparte. (N. del blog: El video además muestra algunas de las blasfemias contra la Religión durante el ataque de las feministas al grupo de fieles católicos).
  
No creo que quienes lo hicieron lo hayan hecho con ánimo de honrarla, sino más bien, como se colige de las imágenes, con explícita intención de profanación.
  
Los tiempos en que el respeto a los símbolos patrios era inculcado desde la primera infancia ya sabemos que están lejos, pero…de ahí a que frente a CIENTOS de personas (y cámaras mediáticas) un grupo de degenerados subversivos (apátridas por definición) consume el cierre de su aquelarre con nuestra enseña nacional… nos hace formular una nueva “inocente” pregunta a cuanto abogado puedan llegar estas líneas, por lo menos: ¿es que no hay acaso alguna figura legal que permita iniciar alguna acción contra los actores-responsables-cómplices silenciosos de esta “hazaña”?
   
Si nos remitimos a la otra devaluación que, conjuntamente con la palabra, vienen sufriendo en nuestro tiempo los signos, a secas… no podemos dejar de manifestar cierto escepticismo sobre ello, porque no podemos negar que paralelamente al descrédito de algunos signos otrora respetables (por ej. los símbolos patrios), otros muy elocuentes van tomando subrepticiamente su lugar, e insensiblemente van dejando de provocar escalofríos, tal vez por la anestesia que su bombardeo conlleva (pensemos en las cruces invertidas, las imágenes demoníacas, los emblemas terroristas…), como muestra evidente de la decadencia y apatía moral de toda la sociedad, que luego vemos organizar marchas con velitas y cacerolas (¿¿??), en pedido de solidaridad, paz, etc. etc…
  
Muchos replicarán, que compete a la autoridad finalmente, la reacción… Llegados a este punto, un niño nos diría sin vacilar, que si su madre no está, y ve fuego, tratará de apagarlo.
  
Hace unos años, volviendo al tema religioso, por ejemplo, solicitando a una autoridad eclesiástica la inclusión de una Misa en la Catedral Metropolitana en desagravio por una blasfemia pública y escandalosamente difundida contra María Santísima un 8 de diciembre, se nos respondió que “desagravio es una palabra muy fuerte…” y se incluyó entonces nuestro pedido como “intención particular” (sic)…
  
Pero es el Año Sacerdotal, y estamos transitando sin duda el tiempo del Espíritu Santo, quien no sufre por supuesto tentaciones del mundo, ni merma con los siglos. Sin olvidar con Job [7] y Santa Teresa que “milicia es la vida del hombre sobre la tierra”… sabemos que es el mismo Espíritu el que alentó a Marta y a María allá en Betania; a San Benito y también a Santa Juana; al Santo Cura en Ars y a Santiago en España; y aunque se empeñen los tibios en sembrar con inquietudes dialécticas el campo, ahí está San Juan [8], y aquí Nuestra Señora, en Fátima, que nos señalan sin ambages que los momentos decisivos, se cifran en combates…
  
Quedan formuladas, sencillamente, estas reflexiones, como para retomar tal vez, rosario en mano, el Catecismo, el Evangelio, y suplicar la guarda y caridad del corazón, y la fidelidad en cada hora y en cada obra, para que sean según Su Voluntad, sin temeridad ni cobardía.
  
¡San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla!
  
María Virginia Olivera de Gristelli
Octubre, 2009, semana de la Hispanidad.
 
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NOTAS
[1] San Juan Crisóstomo, Homilías sobre san Mateo, 54,4; trad. de D. Ruiz Bueno en: Obras de san Juan Crisóstomo. II Homilías sobre el Evangelio de san Mateo (46-90), Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1956, pág. 148 (BAC 146). Aquí su seriedad de reformador y también su falta de tacto le llevaron a serios conflictos con obispos y con la corte imperial. Depuesto y desterrado, sus tribulaciones y muerte (14 de Septiembre de 407) en el exilio fueron una dolorosa prueba martirial para él y para el sector de la comunidad eclesial que se le mantuvo fiel.
[2] “Alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Ap. 12:12)
[3] “Un sectario capaz de vociferar en abundancia, un abogado charlatán, un diputado locuaz, y hasta ventrílocuo, jamás serán sospechosos de fanatismo”… (Bloy, L. Exégesis de Lugares comunes, C. Lohlé, Bs. As. 1977)
[4] Nosotros, católicos, a quienes me dirijo ex profeso en un “entre-nos” íntimo y amistoso, sin ánimo de polemizar pero sí de compartir premisas algo olvidadas o caídas en desuso, porque no se llevan a la práctica…
[5] 2263. “La acción de defenderse puede entrañar un doble efecto: el uno es la conservación de la propia vida; el otro, la muerte del agresor… solamente es querido el uno; el otro, no.
 
2264 El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal: Si para defenderse se ejerce una violencia mayor que la necesaria, se trataría de una acción ilícita. Pero si se rechaza la violencia en forma mesurada, la acción sería lícita... y no es necesario para la salvación que se omita este acto de protección mesurada a fin de evitar matar al otro, pues es mayor la obligación que se tiene de velar por la propia vida que por la de otro.
  
2265 La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro, del bien común de la familia o de la sociedad.
  
2266 La preservación del bien común de la sociedad exige colocar al agresor en estado de no poder causar perjuicio. Por este motivo la enseñanza tradicional de la Iglesia ha reconocido el justo fundamento del derecho y deber de la legítima autoridad pública para aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir, en casos de extrema gravedad, el recurso a la pena de muerte. Las penas tienen como primer efecto el de compensar el desorden introducido por la falta. Cuando la pena es aceptada voluntariamente por el culpable, tiene un valor de expiación. La pena tiene como efecto, además, preservar el orden público y la seguridad de las personas. Finalmente, tiene también un valor medicinal, puesto que debe, en la medida de lo posible, contribuir a la enmienda del culpable”. (Catecismo de la Iglesia Católica)
[6] Fotos en www.iesvs.org
[7] Job 7, 1.
[8] Ap. 12:17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)