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viernes, 26 de marzo de 2010

MI CASA ES CASA DE ORACIÓN, PERO VOSOTROS LA CONVERTISTEIS EN CASA DE MERCADO (JUAN II, 13-22)

 Purificación del Templo (por El Greco)

Esas palabras las dijo Nuestro Señor Jesucristo cuando expulsó a los cambistas y mercaderes del Templo de Jerusalén, lleno como estaba del santo celo de la Gloria de Dios, como está escrito: 

"Me devora el celo por tu casa" (Salmo LXVIII, 10; Vulgata).

Mas, si Cristo leyera esta noticia, añadiría a su grito enérgico: "Convertisteis mi Casa en guarida de ladrones y templo de hedonistas". ¿Por qué? Porque el gobierno de Zetapé echó a los monjes de la orden de San Jerónimo en Yuste (Cáceres) para convertir el monasterio en hotel.

 Monasterio de Yuste (Cáceres)

Madrid.- La totalidad de los monjes jerónimos de España (o del mundo –si se quiere ver así–, puesto que esta orden histórica nunca ha rebasado nuestras fronteras) se concentra en la actualidad en el monasterio de Santa María del Parral, en Segovia. Hasta allí se trasladaban a finales de 2009 los seis jerónimos del monasterio cacereño de Yuste, hartos como estaban de soportar las presiones de Patrimonio Nacional. El organismo dependiente de Vicepresidencia del Gobierno (María Teresa Fernández de la Vega) firmaba en 2004 un convenio con la orden, en virtud del cual aquél pasaba a gestionar el bello complejo arquitectónico que eligió el rey Carlos V para acabar sus días. A partir de ese momento, Patrimonio emprendió algunas actuaciones menores, como la mejora del estacionamiento de vehículos en los accesos al conjunto monumental. Poco más. 

Pero, en los últimos meses, lo que han ido demostrando los acontecimientos es que la entidad que dirige Yago Pico de Coaña no pretende otra cosa que expulsar a los jerónimos del monasterio con el objetivo de convertirlo en un hotel de lujo, según las fuentes consultadas por LA GACETA. Más allá de los suculentos beneficios que la operación reportaría a las arcas públicas, el Gobierno pensó que no sería demasiado complicado librarse de los jerónimos. Mas ante la negativa de los monjes a abandonar el que es su hogar, los gestores de Patrimonio decidieron pasar a la acción. Lejos de ver respetadas las condiciones del convenio firmado en 2004, los religiosos han tenido que sufrir las molestias de una ampliación injustificada de las visitas turísticas. Más estancias abiertas al público y más horas, con el consiguiente perjuicio para la clausura y la tranquilidad de la comunidad. 

Lo más grave, no obstante, llegó con el reciente inventario de los bienes de los jerónimos de Yuste que elaboró Patrimonio Nacional. En él, según ha podido saber este diario, el organismo se atribuía la propiedad de buena parte de lo adquirido por la orden a lo largo de los años. 

Los vecinos
“Carlos V trajo a los jerónimos cuando vino al monasterio para morir. Es una pena que se hayan ido, aunque dicen que volverán en abril o mayo. Les echamos de menos”. En esos términos se expresa Pedro, un hostelero del municipio cacereño. Su opinión es compartida por el millar de habitantes de Cuacos de Yuste, aunque son los mayores los que más aprecian el papel de la orden. En cuanto a las intenciones de Patrimonio, nadie se moja, aunque “lo del hotel de cuatro o cinco estrellas lleva sonando desde hace tiempo”, comenta Miguel. Más de un lugareño evoca la traumática desamortización del masón Juan Álvarez de Mendizábal en el siglo XIX para decir que “parece que estamos ante otra desamortización; ésta encubierta y en pleno siglo XXI”. 

Llueve sobre mojado
La presión a la que Patrimonio viene sometiendo a los jerónimos del monasterio de Yuste recuerda a la pesadilla que también viven en la actualidad los benedictinos del Valle de los Caídos. Como denunciaba LA GACETA el pasado 17 de marzo, la entidad que dirige Pico de Coaña se reafirma continuamente en su estrategia de hostigamiento a aquella comunidad, bajo cuya autoridad eclesiástica se encuentra la Basílica del complejo. El Gobierno le prometió al Padre Abad que abriría el templo a los fieles el día 1 de marzo y aún no lo ha hecho. Nunca, desde los terribles acontecimientos del 36, se había vulnerado en España la inviolabilidad de un lugar de culto.

Según otras fuentes, las monjas cistercienses de San Bernardo que habitan el monasterio de Santa María la Real de las Huelgas (Burgos) también están siendo víctimas de la maquiavélica estrategia de Patrimonio. Suma y sigue.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)