Nuestra Madre Dolorosa de La Salette
Recordad, querida Señora de La Salette, verdadera Madre de la aflicción, las lágrimas que derramasteis por mí en el Calvario; no os olvidéis también del continuo cuidado que Vos habéis tomado para protegerme de la justicia de Dios; y considerad si pudieseis ahora abandonar a vuestro hijo, por quien habeis hecho tanto. Inspirado por este consolador pensamiento, vengo a postrarme a vuestros pies, a pesar de mi infidelidad e ingratitud. No rehuséis mis ruegos, Oh Virgen de reconciliación, convertidme, obtened para mí la gracia de amar a Jesucristo sobre todas las cosas y de consolaros a Vos también viviendo una vida santa, para que un día yo pueda veros en el Cielo. Amén.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)