Desde Apostolado Eucarístico
El Juramento Papal de Coronación se le atribuye al Papa San Agatón I hacia el 678 A.D., aunque los Papas anteriores realizaban una versión semejante. Todos los Papas lo hacían en su coronación, exceptuando Juan Pablo II y Benedicto XVI, quien incluso cambió la Tiara de su escudo por una mitra.
"«Yo prometo
- No cambiar nada de la Tradición recibida, y en nada de ella —tal como la he hallado guardada antes que yo por mis predecesores gratos a Dios— inmiscuirme, ni alterarla, ni permitirle innovación alguna.
- Juro, al contrario, con afecto ardiente, como su estudiante y sucesor fiel de verdad, salvaguardar reverentemente el bien transmitido, con toda mi fuerza y máximo esfuerzo. Juro expurgar todo lo que está en contradicción con el orden canónico, si apareciere tal, guardar los Sagrados Cánones y Decretos de nuestros Papas como si fueran la ordenanza divina del Cielo, porque estoy consciente de Ti, cuyo lugar tomo por la Gracia de Dios, cuyo Vicariazgo poseo con Tu sostén, sujeto a severísima rendición de cuentas ante Tu Divino Tribunal acerca de todo lo que confesare. Juro a Dios Todopoderoso y Jesucristo Salvador que mantendré todo lo que ha sido revelado por Cristo y Sus Sucesores y todo lo que los primeros concilios y mis predecesores han definido y declarado. Mantendré, sin sacrificio de la misma, la disciplina y el rito de la Iglesia.
- Pondré fuera de la Iglesia a quienquiera que osare ir contra este juramento, ya sea algún otro, o yo. Si yo emprendiere actuar en cosa alguna de sentido contrario, o permitiere que así se ejecutare, Tú no serás misericordioso conmigo en el terrible Día de la Justicia Divina. En consecuencia, sin exclusión, sometemos a severísima excomunión a quienquiera —ya sea Nos, u otro— que osare emprender novedad alguna en contradicción con la constituida Tradición evangélica y la pureza de la Fe Ortodoxa y Religión Cristiana, o procurare cambiar cosa alguna con esfuerzos opuestos, o conviniere con aquellos que emprendieren tal blasfema aventura.»."
"EGO PROMITTO...
Nihil de traditione quod a probatissimis praedecessoribus meis servatum reperi, diminuere vel mutare, aut aliquam novitatem admittere; sed ferventer, ut vere eorum discipulus sequipeda, totia viribis meis conatibusque tradita conservare ac venerari. Si qua vero emerserint contra disciplinam canonicam, emendare; sacrosque Canones et Constituta Pontificum nostrorum ut divina et coelestia mandata, custodire, utpote tibi redditurum me sciens de omnibus, quae profiteor, districtam in divino judicio rationem, cuius locum divina dignatione perago, et vicem intercessionibus tuis adjutus impleo. Si praeter haec aliquid agere praesumsero, vel ut praesumatur, permisero, eris mihi, in illa terribili die divini judicii, depropitius (...) Unde et districti anathematis interdictionis subjicimus, si quis unquam, seus nos, sive est alius, qui novum aliquid praesumat contra huiusmodi evangelicam traditionem, et orthodoxae fidei Christianaeque religionis integritatem, vel quidquam contrarium annintendo immutare, sive subtrahere de integritate fidei nostrae tentaverit, vel auso sacrilego hoc praesumentibus consentire."
Tomado de: Devoción Católica
En realidad, hermano, este juramento (que no es acogido pacíficamente por todos los católicos tradicionalistas) fue olvidado durante ocho siglos hasta que fue impreso con el resto del Liber Diúrnus Romanórum Pontíficum por primera vez por el jesuita Jean Garnier en 1680, con varias alteraciones al texto del manuscrito de Clermont, de las que Migne no se percató en su momento (el más completo es el manuscrito ambrosiano, descubierto por el sacerdote italiano Antonio Maria Ceriani en 1889 y publicado por su colaborador Achile Ratti -futuro Pío XI- en 1891). Ítem, el libro era UN MATERIAL DE ESTUDIO MONÁSTICO más que un ceremonial propiamente dicho. Ítem, si el original sigue la polémica de la condena conciliar constantinopolitana al Papa Honorio I por enseñar herejía (rechazada por su sucesor Juan VI, San Máximo el Confesor, San Roberto Belarmino, César Baronio y otros, amén de la notoria aversión griega al Papado romano y la ortodoxia doctrinal -no en vano la levantisca Grecia fue cuna de herejías y cismas-), la traducción es hasta papólatra, ya que al presentar al Papa como “Sucesor de Cristo” y “Sucesor y Revelador de la tradición” (ni al presidente de los mormones le dan tanto poder, y eso que lo consideran “profeta, vidente y revelador”) le da el lugar incomunicable de Dios.
ResponderEliminarAsí, ¿cómo se profesaría -y violaría- un juramento que NUNCA SE CONOCIÓ POR SIGLOS? Y si Luciani, Wojtyla, Ratzinger y Bergoglio fueron antipapas solamente por no hacer el juramento (y no es por eso), ¡TAMBIÉN LEÓN XIII SERÍA UN ANTIPAPA, porque en el registro de su coronación (que puede consultarse en este enlace https://quod.lib.umich.edu/cgi/t/text/pageviewer-idx?c=moajrnl;cc=moajrnl;q1=Coronation;rgn=full%20text;idno=bac8387.0027.158;view=image;seq=0284) NO SE RESEÑA QUE PRESTARA NI ÉSE, NI ALGÚN OTRO JURAMENTO! Y el único reclamante al Papado que hizo juramento fue ¡EL ANTIPAPA FÉLIX V (DUQUE AMADEO VIII DE SABOYA), electo por el herético y cismático Concilio de Basilea en 1439 contra los Papas Eugenio IV y Nicolás V, y que debía serle leal AL CONCILIO!
Sí, hermano Jorge. Me di cuenta de esto cuando buscaba cómo responderle a Nicolás Gonella (tristemente hoy en el error y el cisma): Durante años se ha difundido esta imprecisión histórica, y es imperativo rectificarlo, porque decir que ese juramento tuvo continuidad histórica y ceremonial es tan falso como la teoría sirianista, porque Giuseppe Siri tenía tratos con los comunistas ¡A ESPALDAS DE PÍO XII!; y por cosas como esa es que nuestra causa queda (¡Dios no lo quiera!) en descrédito a los ojos de muchos.
PUes, por una parte...nadie dice nada sobre este juramento, para achacarselo a los Papas actuales...Pero entonces ¿Que promete un Papa al aceptar el pontificado?
ResponderEliminarUn verdadero Papa debe, con o sin juramento, sostener la Fe Católica.
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