Desde Católicos Alerta
INTRODUCCIÓN
Es cierto que el movimiento neocatecumenal no merece una aprobación sino una reprobación.
Así, no hay que definirlo como «un camino de formación católica» sino, más bien, como un “itinerario de perversión herética”. Es una severa condenación lo que merece y no un llamamiento a los obispos para que lo exalten.
«En realidad, no son muchos los textos programáticos de Kiko y Carmen (sus fundadores). Los pocos a disposición carecen de difusión comercial, están mecanografiados para uso de las comunidades o han aparecido en revistas de escasa tirada». En rigor existe sólo un texto «programático» reservado estrictamente a los catequistas, mecanografiado y multicopiado; es la transcripción de una serie de conferencias pronunciadas por Kiko Argüello y Carmen Hernández.
Cuando se logra, con gran dificultad, procurarse este documento, queda uno asombrado al leer las recomendaciones hechas a los propios adheridos, recomendaciones repetidas veces, de guardar secreto sobre los verdaderos objetivos de este movimiento. «Esto no lo digáis a la gente porque huirían a toda velocidad». Guardadas las proporciones, nos encontramos ante una asociación de tipo masónico: el programa real es sólo conocido por uno pocos y la masa es engañada. Y pese a que varios obispos en diversas partes del mundo habían lanzado su grito de alarma, el movimiento tiene la aprobación de Juan Pablo II.
Juan Pablo II, fiel a su espíritu disgregador heredado del CV2 (Concilio Vaticano II), aprobó el "Camino Neocatecumenal"
Como prueba de nuestras afirmaciones y para ayudar a nuestros lectores reproducimos seguidamente el artículo que publicamos en junio de 1983 (edición italiana) sobre los neocatecumenales. Recientemente ha aparecido un estudio crítico sobre ese movimiento escrito por el pasionista romano Padre Enrico Zoffoli que no ha vacilado en titular su libro «Herejías del movimiento neocatecemenal».
Nos proponemos hablar de él. Por el momento, una simple comparación entre los subtítulos de nuestro artículo y el índice del Padre Zoffoli basta para demostrar que el «catecismo» oficial, o mejor el catecismo secreto del movimiento, permanece el mismo, como por lo demás nos asegura el propio P. Zoffoli (p.8).
Parece sobre todo que las muy graves herejías reconocidas por muchas personas en diversos momentos permanecen evidentes en un tal movimiento que, aun afirmando querer oponerse a la «descristianización» del mundo contemporáneo, «se orienta -como ha dicho el Padre Zoffoli- a minar el cristianismo».
EL MOVIMIENTO CATECUMENAL
El «fondo» secreto del movimiento
La opinión aproximada que me había hecho, de oídas, de este movimiento, era parcialmente favorable, sosteniendo que se trataba de grupos generosos que se entregaban a una actitud útil, si bien eran un poco demasiado autónomos y un poco demasiado aficionados a algunas de sus originalidades litúrgicas. Pero el análisis cuidadoso que ahora he podido acabar no me ha revelado otra cosa que un plan muy diferente y gravísimo. He podido estudiar atentamente el volumen de cerca de 400 páginas que contiene las «orientaciones» dadas a catequistas del movimiento, sacadas de las grabaciones de las «reuniones hechas por Kiko y Carmen» para orientar a los catequistas de Madrid en febrero de 1972. La historia, la finalidad y la práctica del Movimiento están condensadas en este volumen de la manera más auténtica. Todas mis citas entre comillas las he extraído cuidadosamente de este volumen; si no indico la página, es que se trata de afirmaciones a menudo repetidas; ya que el libro, mecanografiado y fotocopiado, no es fácil encontrarlo.
Se trata, de hecho, de un texto reservado a los catequistas, que no deben cederlo a nadie. Tuve que recurrir a una estratagema para conseguirlo y fotocopiarlo. Lo que se observa enseguida es esta cualidad negativa del movimiento: “el secreto, el esoterismo”. En no pocos pasajes está escrito: «No digáis nada de eso». «Lo que voy a deciros no es para que lo digáis a la gente, sino para que os sirva de base, de fundamento». Pero es precisamente este fondo, esta base, que son inadmisibles. De hecho, los catecúmenos y los superiores eclesiásticos -a quienes los miembros del movimiento muestran tanto respeto- están engañados, pues no se les pone al corriente de este fondo. Y se trata, como lo mostraré, de graves desviaciones doctrinales y prácticas.
Acentos carismáticos y métodos fanatizantes
En el marco dolorosamente estático de ciertas parroquias, los grupos catecumenales, con sus actividades semanales (reuniones bíblicas preparadas por tumo por ciertos miembros y larga reunión eucarística), con los cambios de experiencias efectuadas y el acento comunitario de las reuniones de cohabitación mensual, con la formación sistemática en el sostenimiento del prójimo y en el desprendimiento de los bienes, con la perspectiva ratificada de nos estar más que en camino de una nueva conversión a proseguir durante el precatecumenado y el catecumenado en el transcurso de siete años, dan en tales grupos, digo yo, una buena impresión de compromiso y de fervor. Pero en realidad, ¿es fervor o fanatismo?
Kiko se presta a la pregunta: «No se trata, dice, de enganchar a quien quiera que quiere», pues no se practica ningún «lavado de cerebro por razonamientos». Pero esta especie de «lavado» y de «enganche» aparecen propiamente al contrario en ausencia de razonamientos claros reemplazados por un fuego arrollador de afirmaciones drásticas, sugestivas, en un tono carismático. Aparte de las diferencias evidentes de contenido, es por semejantes medios de sugestión e imponiendo radicalmente la fuerte autoridad del guía que se efectuó en América el enganche de masas puestas bajo el yugo de movimientos pseudo-religiosos y sociales osados y atrevidos, hasta el de Jim Jones, «el Templo del Pueblo», que concluyó con la trágica matanza de la Guayana el 18 de noviembre de 1978. Las situaciones son por lo demás opuestas en todo ello, sin duda alguna, pero el método para subyugar es el mismo. He aquí lo que dice Kiko: «El cristianismo tradicional, que consiste en bautismo, ...primera comunión, ...misa dominical, ...no matar, no hurtar... no tenía nada de cristianismo era basura... Nosotros somos "precristianos"... sin haber recibido el espíritu nuevo venido del cielo... Ahora, Dios nos ha llamado para lanzar un Catecumenado orientado hacia el renacimiento»; «aun siendo poco numerosos, señalamos una piedra miliar... volviendo presente el hecho de que el reino de Dios ha llegado sobre la tierra»; para la «renovación del Concilio», fue necesario el «descubrimiento del Catecumenado»; «os hablo en nombre de la Iglesia, en nombre de los obispos,... los catequistas Catecumenales poseen un carisma confirmado por los Obispos»; «yo soy Juan Bautista en medio de vosotros; convertios, pues el Reino de Dios está muy cerca de vosotros»; «os doy la vida mediante la palabra de Dios depositada en mi; la explicación de la palabra, soy yo quien la da»; «como Moisés lo que en el desierto, somos nosotros quienes somos vuestra ayuda»; «que Jesús ha resucitado, está atestiguado por los Apóstoles: yo también os lo atestiguo,... doy de ello mi vida en prenda»; «así como Abrahán caminaba,... habéis de caminar vosotros también: según la palabra, nosotros os remitiremos el Espíritu Santo»; «seréis convocados en asamblea por el Espíritu Santo;... Dios os hablará»; «todos vosotros habéis sido señalados por el dedo de Dios»; «ninguna comunidad fundada por nosotros ha fallado:... yo os aseguro que Dios está aquí».
El Camino Neocatecumenal es una secta en sí mismo, porque emplean métodos de opresión contra sus miembros; y su doctrina es conocida sólo por sus líderes
La opresión sugestiva y fanática se refuerza continuamente por el carácter radica excesivo de las afirmaciones y de las referencias bíblicas integralistas y despojadas de crítica. Por ejemplo, la «participación» (sobrenatural) de la naturaleza divina se dice que consiste en «llegar a ser Dios mismo», en «tener la naturaleza divina; resucitar con Cristo» corresponde a «tener la misma sangre redentora de Jesucristo», a llegar a ser también nosotros «Espíritu vivificante» con la obligación de repetir y de «manifestar a cada generación lo que ha sucedido una sola vez en el Calvario, al dejarnos matar»: la influencia deletérea del pecado personal se dice en la comunidad «destruir la Comunidad, la Iglesia»; cuando en el curso del precatecumenado «dice uno vender los bienes, deberá venderlos todos,... no pudiendo de otro modo entrar en el Reino, ni aun en el Catecumenado»; nuestro cristianismo de antes de nuestra conversión era basura, etc. Todo esto acentúa la presión y el fanatismo en quien se dejó agarrar, sobre todo en la perspectiva de la larga carrera de formación prometida (siete años).
Grosero desprecio para con la Tradición
Las lagunas y lo nocivo de este movimiento aparece gravísimo si, de sus métodos, se pasa a su contenido. No hay posición doctrinal o práctica católica que no se la deforme gravemente. Todo se presenta con confusiones teológicas y bíblicas que impresionan por así decirlo, junto con una actitud de ostentación de fines redescubiertos y de recuperación de las auténticas verdades cristianas, sepultadas y olvidadas siglos ha. Ello se acompaña también de impresionantes perspectivas de empeñó personal «elitista» (de ser la flor y nata) de sacrificio.
El «redescubrimiento» de los valores cristianos primitivos y auténticos se presenta en plan fideísta, carismático, de fe «existencialmente» vivida. Muestra un cordial desprecio por las tesis «filosóficas» de la Iglesia y de lo que se llama el «juridicismo» de la llamada especulación «teológica», organizada en los diferentes tratados. «Ellos habían encajonado al Espíritu Santo, lo habían embotellado y puesto en tratado que pudiéramos dominar, donde todos tuviéramos las más puras joyas del conocimiento de Dios: de Dios, Uno y Trino, del Dios creador, etc., y sin darnos cuenta de que habíamos empobrecido la visión de Dios». Particularmente deplorable fue «el inmovilismo casi total determinado por el Concilio de Trento», que finalmente se hubiera superado por el Vaticano II.
El "Vaticano II" es, para los Neocatecumenales, la "superación del Concilio de Trento, y en general, de la Tradición Católica"
Semejantemente, toda la estructura, la práctica, la liturgia de la Iglesia hubieran decaído, después de la paz de Constantino y la irrupción de las masas en la Iglesia, en un «juridiscismo» de puros ritos y peticiones de favores celestiales, comunes a toda pobre «religiosidad natural», al perder la auténtica vitalidad de fe de la «Iglesia primitiva», que, finalmente, tras el Vaticano II, se «redescubre», se recupera, justamente gracias al movimiento catecumenal.
El hecho de que hoy «las naciones salen de las Iglesias» constituiría respecto a ello una ventaja que neutralizaría el efecto de aquella irrupción de masas y nos conduciría a la época preconstantiniana. «Así el cristianismo podrá brillar en toda su pureza y su frescor. Así podremos reanimarnos al a Iglesia primitiva».
Es trazar una cruz sobre siglos y más siglos de la vida de la Iglesia con la presunción de no tener cura, como es el hecho de quienes tienen como brillantes estrellas a tantos santos.
Concepción luterana de la salvación
Se trata pues no de un movimiento de masas, sino un movimiento de élites. Sin embargo, su intención es totalmente otra que la de quedar replegado en sí mismo. Sin duda dicen: «Nosotros no conquistamos a nadie, no predicamos un cristianismo proselitista»; pero en realidad presionan para multiplicar sus grupos en las parroquias. Entienden constituir también la única y verdadera manera para la «salvación del mundo».
Se toca aquí una perspectiva fundamental del movimiento, estrechamente unido a una noción nebulosa e inadmisible de la «salvación», continua y confusamente repetida.
La salvación del mundo consistiría en anunciar y acoger por la fe la «buena nueva», la del «evento» salvífico que es la resurrección de Jesús, esta definitiva «victoria sobre la muerte» y, por ello, el perdón amorosamente acordado por Dios. Los catecumenales comunican esta «buena nueva» y manifiestan este «signo» al aceptar el «evento» y la renovación personal de la «victoria sobre la muerte». Esta victoria advendrá, como se dio el caso para Jesús, al «pasar a través de la muerte», es decir al «dejarnos matar» por amor paciente para con los demás, al responder con la «no violencia» a su oposición, al «acabar con la cruz de los derechos del prójimo que nos destruyen». Por tal testimonio, los catecumenales salvan al mundo: «los catecumenales son los guardianes de la Palabra que es el germen del Espíritu, son la presencia de Dios en el mundo, son la Iglesia: una comunidad de hermanos. Ahí tenemos un misterio impresionante: un grupo de hombres están deificados y forman el Cuerpo de Jesucristo resucitado, el Hijo de Dios. Si ésto se produce en un lugar, allí se reproduce la victoria sobre la muerte. Ahí está el anuncio constante de la Buena Nueva y que ya ha llegado la Vida Eterna, que el Reino de Dios está próximo. Y esto es lo que salva al mundo».
Estamos en presencia de afirmaciones alborotadas que, pese a algunas partecillas de verdad, no son aptas sino para sugestionar, embriagar, escondiendo del todo su real gratuidad é incoherencia. Enseguida aparece evidente que entre el Calvario de Jesús y el que el prójimo pueda procuramos, hay buena diferencia; que Jesús ha vencido la muerte, no sólo por el hecho de soportarla, sino al resucitar corporalmente, y que la solidaridad edificante y el altruismo de un grupo, que no puede influir más que en un círculo restringido, no son en modo alguno suficientes para la difusión universal de la fe y de la salvación.
Pero a parte de esto, el más grave equívoco concierne en la noción fundamental de la salvación. Por cierto que, en el marco de tan gran confusión teológica. se registran también, al contrario, afirmaciones correctas. Pero se contradicen por otras innumerables afirmaciones, que reducen ese tan pequeño número estricto a varios retoques y a artificiosas escapatorias, medio de defensa contra el temor de condenaciones. Es en vano, por ejemplo, que se afirme incidentemente que también hay que «dar los signos de la fe. Nosotros no somos protestantes. La fe sin las obras está muerta» . Ante todo, las «obras» no se requieren sólo como un «signo», sino como conformidad obligatoria a la ley moral según la divina voluntad. Enseguida y sobre todo, tal afirmación se destruye por las innumerables repeticiones de la concepción netamente luterana al respecto: ningún esfuerzo ascético se ha unido con el sostenimiento de la gracia: la salvación se debe exclusivamente a la fe: «El hombre, habiéndose separado de Dios, se ha quedado radicalmente impotente para hacer el bien, esclavo del maligno»; «el hombre no se salva en modo alguno mediante las prácticas» ; «para un cristiano a lo San Luis -según su divisa: "antes morir que pecar"- es fundamental estar en gracia de Dios, no perder esta gracia, perseverar. La gracia es una cosa de la que no se sabe demasiado lo que es, pero que se tiene en el interior y con la cual hay que morir... Pero en seguida he comprendido que vivir en gracia es vivir en la gratuidad de Dios, quien persiste en perdonarte gracias a su amor»; «Dios perdona nuestros pecados y su Espíritu Santo nos convierte en santos hijos de Dios. Y esto gratuitamente para quien quiera que cree que Jesús es el enviado del Padre como Salvador» ; «el cristianismo no es una llamada a la conciencia v a la honestidad, sirio la invitación de acoger el anuncio del perdón gratuito de todos nuestros pecados»; «el cristianismo no es un moralismo. Jesucristo no es exactamente un ideal, un modelo de vida, él no vino a darnos ejemplo»; «los sacramentos no constituyen una ayuda a tal fin»; «el Espíritu vivificante está bien lejos de incitarnos al perfeccionamiento, a las buenas obras, a la fidelidad a Cristo muerto»; «el cristianismo no exige nada de nadie, todo lo convierte en don» ; «al más pecador, al más vicioso. se convierte en don de vida eterna»: « Dios es amor del enemigo... Si hemos hecho cosas horribles, Dios nos ama y nos perdona... De tí, él no exige nada». La Palabra de salvación no exige, como la ley, «un esfuerzo de más, un esfuerzo íntimo, pues él nos lo da todo entero ».
Negación de la Redención
Más grave todavía, y aun más allá de la concepción luterana, es la negación de todo lazo ontológico. sobrenatural, meritorio, entre la salvación y la inmolación de Jesús.
Con la noción de redención, de rescate, se derrumba uno de los frutos cardinales de la fe. Por su resurrección después de su muerte, Jesús simplemente hubiera notificado a los hombres que lo habían matado su voluntad de perdón. Con grosera ignorancia se osa afirmar que, «gracias a la renovación teológica operada por el Concilio, no se habla más del dogma de la Redención, sino del misterio de la Pascua de Jesús»; como si el uno contradijera el otro. Y con insistencia al fin subrayada con tosca ironía: «Las ideas sacrificiales entraron en la eucaristía por condescendencia, sugeridas por el momento histórico, para con la mentalidad pagana»; «en lugar del Dios justiciero de las religiones, quien, por más que te muevas, te da algún bastonazo en la cabeza, nosotros, descubrimos el Dios de Jesucristo»; «¿acaso tiene Dios necesidad de la sangre de su Hijo para apaciguarse? Hemos llegado a pensar que Dios apaciguaba su cólera por el sacrificio de su Hijo al modo de los dioses paganos»...
Contrario al Catolicismo, para el Camino Neocatecumenal, la Muerte de Jesucristo como Precio de nuestra Redención ¡ES REMEMORANZA DEL PAGANISMO!
Negación de la confesión
Como he dicho, todas las verdades teológicas fundamentales son gravemente deformadas, y naturalmente también los sacramentos. Me limitaré a algunos detalles acerca de éstos, en particular la Confesión y la Eucaristía.
La actitud de fondo, muy laudable en sí, de querer manifestarse serio, está continuamente excitada por la incomprensión y por el desprecio superficial y presuntuoso de todo lo que se ha enseñado v practicado hasta ahora. He aquí, por ejemplo, cómo se trata por Carmen la clásica y profunda distinción entre atrición y contrición: «Se empieza por dar importancia a la contrición. Verdaderamente daría risa pensar que sólo la atrición es necesaria si uno va a confesarse, y la contrición si uno no se confiesa». He ahí ignorancia burlona.
Para la confesión, la afirmación superficial de obediencia a la Iglesia no falta: «Mantenemos la confesión individual, porque hay que conservarla, y además porque tiene su valor». Es probable que en cuanto a ello haya habido algún llamamiento explícito de parte de la autoridad. Pero es evidentemente una práctica que se soporta simplemente. Y está en contradicción con todo el contexto de la enseñanza
La noción de pecado, entendido como violación de la ley moral y como rebelión a la voluntad divina, está descartada por ser la «concepción legalista que mira el pecado como falta a una serie de preceptos». Se burlan del presunto automatismo de las «expiaciones» asignadas (la penitencia sacramental) para obtener el «perdón», pues se olvida su justo aspecto de reparación (que exige, ciertamente, el previo arrepentimiento. absolutamente esencial). Se menosprecia el arrepentimiento: «La conversión no consiste en arrepentirse de lo pasado, sino en ponerse en camino para lo futuro». Como si la conversión pudiera considerar un nuevo porvenir sin reprobar lo pasado y sin entristecerse de la ofensa cometida contra Dios: ofensa que no se nombra jamás en tal catequesis. La conversión sin arrepentimiento de lo pasado empalma con la afirmación ya citada del perdón «gratuito» de Dios, sin «esfuerzo» personal, sin otra obligación que la de reconocerse pecador y aceptar ese perdón. Aunque en las reuniones penitenciales se admiten las confesiones particulares rápidas, oídas y absueltas por los padres, tales absoluciones, consideradas en sí mismas, se menosprecian en no pocas ocasiones reiteradas, y aún se critican, así como el Concilio de Trento que las ha prescrito, porque darían a la confesión un carácter «mágico» (incomprensión completa es ello de la eficacia de los sacramentos ex opere operato). Fundándose en un pequeño número de autores, unilaterales, seguidos paso a paso, se expone una especie de historia de la confesión sin referencia alguna al preciso relato de su institución dado por el Evangelio.
La Confesión privada (el penitente revela sus pecados al sacerdote para recibir la absolución), para Carmen y Kiko, es una práctica supérflua
Una vez descartada la maduración teológica sancionada por el Concilio de Trento, la norma de la confesión se daría por la práctica, confusamente supuesta, de la Iglesia primitiva. Henos aquí en una reunión penitencial del movimiento catecumenal: «Todo cuanto os hemos anunciado acerca del amor de Dios y el perdón de los pecados va a realizarse ahora, pues Dios nos da el poder no sólo de anunciar el perdón, sino de comunicarlo mediante un signo»: «en la Iglesia primitiva, el perdón no se confería por la absolución, sino por la reconciliación con toda la comunidad por medio del signo de la readmisión en la asamblea en un acto litúrgico» ; «el valor del rito no reside en la absolución, ya que en Jesucristo ya estamos perdonados» ; «es la comunidad eclesial, allí presente, signo de Jesucristo para los hombres, que perdona concretamente». Nos hemos alineado con la negación protestante del verdadero sacramento.
Groseras deformaciones
Todo ello se dice sin que se comprenda en lo más mínimo la verdadera naturaleza del sacramento católico, como se destaca de la grotesca exposición que se da de él: «Es así que hemos practicado, nosotros los católicos, la confesión, y de ahí porqué esta práctica está hoy en crisis. El perdón pasa al segundo plano, lo esencial subsiste simplemente en confesar los propios pecados y en recibir la absolución. La confesión se transforma en algo mágico. Se tiene una visión legalista del pecado, para la cual no importa tanto la actitud interior como el acto exterior de confesar, y en todos los detalles, todos los pecados en todo su género. Es visión individualista, completamente privada, donde la Iglesia no aparece en parte alguna, y es un hombre quien te perdona las pecados».
He aquí completa incomprensión de la confesión tridentina. Impresionante muestra de la grosería teológica del movimiento. En e! sacramento católico de la penitencia, el perdón ocupa de tal modo el primer plano, que de él se busca la seguridad en la absolución; ésta es tan poco mágica (obtenida por recurso a falsos poderes), que depende del divino poder de Jesús; el cuidado de los valores interiores está tan poco ausente, que el último arrepentimiento es condición de validez; la cual depende tan poco de cualquier hombre, que éste obra in persona Christi y por mandato de la Iglesia. También Lutero se lo tomaba así para atacar las verdades católicas: las deformaba.
Negación del Sacrificio Eucarístico
Cuando tuve las primeras informaciones sobre las reuniones catecumenales pensé que tales originalidades rituales tan sólo consistían en libertades litúrgicas, en parte tolerables, en parte corregibles. Jamás me hubiera imaginado que tuvieran por lo contrario semejante término tan gravemente heterodoxo. Ahora también comprendo por qué hubo tanta resistencia a los recursos a la autoridad para conformar sus ritos a las normas litúrgicas prescritas. Tales actitudes de autonomía y de deformidad referentes a las normas prácticas comunes se enlazan doctrinal y psicológicamente oposiciones de fondo. Se pretende abiertamente «redescubrir» la verdadera eucaristía, pues lo hemos «menospreciado y empobrecido todo».
La Eucaristía no sería más que «la memoria de la Pascua de Jesús, o sea, su paso de la muerte a la vida, del mundo al Padre, acontecimiento que ensalza y en el cual nos formamos la experiencia de la resurrección de la muerte», es decir, «la proclamación de nuestro perdón y de nuestra salvación», pues esto es «el carro dé fuego que viene a trasladarnos a la gloria».
La esencia de la Misa como sacrificio se niega claramente al modo luterano: «Las ideas sacrificiales han entrado en la eucaristía por condescendencia para con la mentalidad pagana»: «la masa de paganos (que irrumpió después de Constantino) vio la liturgia cristiana según sus conocimientos religiosos vueltos hacia la idea del sacrificio»; «en el edificio que Dios construyó, las ideas sacrificiales que había tenido Israel, y que se habían superado por el mismo Israel en su liturgia pascual, eran las fundaciones: ahora que el edificio se ha construido, se ha vuelto a tales fundaciones, o sea, a las ideas sacrificiales y sacerdotales del paganismo»; «las discusiones medievales acerca del sacrificio concernían en cosas que no existían en la eucaristía primitiva, ya que no habla entonces sacrificio cruento alguno, ni nadie que se sacrificara, Cristo, el sacrificio de la cruz, el Calvario, sino nada más que un sacrificio de alabanza por comunión con la Pascua del Señor: dicho de otro modo, con su paso de la muerte (bajo la especie del pan) a la resurrección (el cáliz)».
A semejanza de Lutero, los Neocatecumenales niegan la actualidad del Santo Sacrificio de la Misa
Por estas últimas afirmaciones, mientras el sacrificio está ajusto título excluido del altar, con todo igualmente queda excluido el sacrificio incruento de Jesús sacramentalmente presente: se excluye pues la actualidad sacrificial de la Misa.
Esta exclusión, por otra parte, es plenamente coherente con la exclusión ya citada de la inmolación cruenta y salvífica de Jesús, proclamada para nuestra salvación Una vez excluidos los méritos redentores del Calvario, su aplicación por medio del calvario místico del altar no tendría sentido alguno para los catecumenales. Dolorosamente también coherente su hostilidad alas numerosas, repeticiones de Misas, ya que su fruto impetratorio se ignora por ellos como se ignora por Lutero.
También se oponen rotundamente a toda la parte del ofertorio. Si es Dios quien lo hace todo, quien «pasa como carro de fuego y arrastra a toda la humanidad», ¿para qué aceptar las ofrendas? «Ofrecer las cosas a Dios para serle propicio? ¡Qué lejos estamos de la Pascua!»; «es idea pagana la de aportar ofrendas para aplacar a Dios»; «se llega a la enormidad diciendo: ¡Con la hostia pura, santa e inmaculada, ofrécete tú mismo y tu trabajo y la jornada que comienza!»; «en la Eucaristía no ofrezcas nada: es Dios absolutamente presente quien da lo máximo: la victoria de Jesucristo sobre la muerte»; «las procesiones, las grandiosas basílicas, ... los ofertorios... llenan la liturgia de ideas unidas a una mentalidad pagana». Todas estas tesis son tristemente coherentes con la negación de que Jesús se inmola y se ofrece sacramentalmente: toda otra ofrenda no puede concebirse más que en unión con la suya.
Se elimina así todo movimiento ascensional hacia Dios y todo coloquio íntimo con Jesús en el Santísimo Sacramento, como si no hubiera aquí más que humillación «estática» de la Eucaristía, que no debiera ser más que exultación para el «descenso» de la divina intervención y, al contrario, la proclamación de la victoria ya obtenida. «Hemos transformado la Eucaristía, que era canto a Cristo resucitado, en divino prisionero del Tabernáculo»; hemos hablado, como en las «primeras comuniones», de un «Jesusillo que nos metemos en el pecho cuando lo queremos... siendo la Eucaristía todo lo contrario... es Dios quien pasa y quien arrastra a la humanidad».
Negación de la presencia real
Aquí ya se dibuja el oscurecimiento de la verdad fundamental de la presencia real, pues una vez admitida ésta, debiera al contrario aparecer el precio del Tabernáculo y de la presencia en quien ha comulgado así como el precio de la íntima conversación. Pero este oscurecimiento se manifiesta gravísimo y más directo en otras afirmaciones: oscurecimiento que manifiestamente se extiende al hecho de la consagración y a la naturaleza y valor de los poderes sacerdotales: «El sacramento, esto es el pan, el vino y la asamblea: es de la asamblea de la que surge la Eucaristía». Estas palabras se adecuarían para un rito puramente conmemorativo, pero en modo alguno para el sacramento eucarístico ni para los poderes sacerdotales. Y con ostentación presuntuosa de superioridad sobre toda la teología y la práctica católica, acosada hasta la ironía: «La Iglesia Católica se ha vuelto obsesa por causa de la presencia real, hasta tal punto que, para ella, la presencia real es todo»; (esto es falso: la considera no como el todo, sino como el fundamento del todo); «las discusiones teológicas obsesivas sobre la cuestión de saber si, de hecho, Cristo está presente en el pan y en el vino hacen reír»; «en cierto momento fue necesario insistir contra los protestantes acerca de la presencia real, pero ahora ya no es más necesario y no hay que insistir más en ello» (visto el desorden teológico y litúrgico actual, es, por lo contrario. más necesario que antes); «inútiles tentativas filosóficas se efectuaron para explicar cómo está presente Cristo, con sus ojos o sin ellos, físicamente, etc., o por la transfinalización holandesa... se ha pretendido explicar el misterio por la transubstanciación » (no explicarlo sino más bien precisarlo esencialmente, determinarlo, como lo hicieron, comprometiéndose en lo máximo, el Concilio de Trento y todo el Magisterio consecuentemente, menospreciados por los catecumenales); la indiferencia en cuanto a la presencia «física», que va a la par, en sentido inverso, con la transfinalización holandesa, revela en todo por lo menos la incomprensión de la verdadera presencia. Una vez excluido todo aspecto de sacrificio, y que todo se ha reducido á «banquete» de exultación (he aquí una concepción de los catecumenales, verdaderamente obsesiva, la que se incita hasta recibir la comunión sentados y a considerar como «inconcebible que alguien no comulgue, ya que a la cena pascual justamente se va para comer»), «todos los valores de adoración y de contemplación, extraños a la celebración del banquete, se eliminan» ; «el parí y el vino, no se conciben para que estén expuestos, pues así se echan a perder (!)»; la inquietud por las «migajas». que caracteriza a quien cree en la presencia real, se pone en ridículo: «no es cuestión de migajas, sino del sacramento de la asamblea»; «el Tabernáculo, el Corpus Christi, las exposiciones solemnes, las procesiones, las adoraciones, las genuflexiones, la elevación, las visitas al Santísimo Sacramento, todas las devociones eucarísticas, ir a Misa para comulgar y llevar a Jesús en el corazón, dar gracias después de la comunión, las misas privadas... (todo eso) minimiza la Eucaristía... y está muy lejos del sentimiento de la Pascua».
Para los miembros del Camino Neocatecumenal, lo que muestra esta estampa (la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía) es una mentira
Otras continuas afirmaciones procuran devaluar el problema de la presencia, que es por lo contrario el fundamento de todo lo demás: «Lo importante no consiste en la presencia de Jesucristo en la Eucaristía... sino en su meta: en la Eucaristía en tanto en cuanto es misterio de Pascua». Así multiplican afirmaciones evanescentes: «Así como Dios estaba presente en la Pascua, es decir en la liberación que fue la salida de Egipto, del mismo modo Jesús está presente por su espíritu resucitado de la muerte» (¿es la presencia de la acción sin la presencia de la persona?); «en lugar de poner el problema de la presencia de Cristo en la Eucaristía, hay que pensar que Cristo es realidad viva que realiza la Pascua y que arrastra a la Iglesia» ; «la presencia de Cristo es otra cosa. Es el carro de fuego que viene a llevarnos para la gloria, a hacernos pasar de la muerte a la resurrección».
Negación de la resurrección
Esta misma evanescencia, justamente en los puntos que exigirían la máxima determinación, aparece también con respecto a la resurrección de Jesús: «El memorial que nos deja es su espíritu, resucitado de la muerte» ; «¿Cómo vieron los apóstoles a Cristo resucitado? ¿Cómo un fantasma? No, lo vieron en sí mismos... constituido Espíritu vivificante».Esta última expresión se repite a menudo. Ciertamente Jesús envió su Espíritu. Pero la resurrección concierne al cuerpo real de Cristo.
"Cristo está muerto". Eso es lo que el Camino Neocatecumenal quiere hacernos ver: la Resurrección es un mito (lo cual es blasfemia)
Superficialidad - Presunción - Astucia
Tal evanescencia corresponde a la gran confusión teológica y bíblica y a la superficialidad, unida a presunción de sutileza y de ahondamiento crítico sin hablar de la presunción carismática. Como ya lo he dicho, no hay verdad teológica ni bíblica que no se haya deformado, entre otros motivos porque esos catequistas laicos carecen de toda sólida formación teológica y bíblica de base, dependen de un pequeño número de textos. escogidos de entre los menos seguros, los más atrevidos (por ejemplo la revista Concilium). Esa inconsistencia y esa confusión se encuadran luego en la doctrina catecuménica fundamental. que hemos visto al principió, acerca del anuncio pascual de la salvación, nebulosamente presentada, sin precisión alguna, inconsistente en cuanto al dogma de la redención.
El método, simplista y astuto, de esos maestros no preparados e improvisados, para eludir toda inquisición seria, toda discusión teológica. es procurar despreciarla desde el punto de partida y reemplazarla por afirmaciones categóricas. Su método, para evitar las condenaciones y la ruptura con los superiores, consiste en la recomendación del secreto. la nebulosidad de ciertas expresiones (cortinas de humo) y la protesta de sumisión al magisterio, insertado acá v allá (como si fuera polvareda que enceguece), pero que continuamente se contradice por el contexto.
Conclusión
Nos hallamos, para concluir, en presencia de un deplorable y muy nocivo lavado de cerebro, de tipo fanatizante, en el plano doctrinal, práctico, litúrgico, usado en grupos de fieles, de los que algunos quizá estén animados de mejores intenciones, pero víctimas de ilusiones y desviaciones del recto camino de seguridad ascética, del ejemplo de los santos, y sobre todo de la ortodoxia.
Entre la gente sencilla, tales grupos suscitan la admiración, confrontados como están con ciertos ambientes tan grises y apáticos, porque se presentan como generosos y comprometidos. Parecen presentarlo auténtico, lo diferente, lo sumo, frente a tanta grisalla. Pero lo que es «diferente» se entiende... como repulsa de la madurez doctrinal y práctica de la Iglesia desde Constantino, retomo obsesivo á la Iglesia primitiva (inexactamente interpretada), aversión a las estructuras jerárquicas; en las reuniones la presidencia dada al sacerdote es ficticia, pues la dirección real es de los catequistas, aun en las reuniones bíblicas.
Las interpretaciones literales despojadas de espíritu crítico de la Santa Escritura, por ejemplo para vender todos los bienes propios, la absoluta pasividad no violenta, la misma perspectiva de morir por los demás, pueden dar la impresión de grande y admirable fervor. Pero si esto puede estar equilibrado y ser real entre algunos, en conjunto refleja un falso proceso de fanatización y falaz construcción en la arena, con gran perjuicio del abandono doctrinal y disciplinar. También Valdo, el iniciador de los valdenses, se lanzó, guardada toda proporción, y lanzó a sus catequistas laicos empezando por la puesta en práctica de «vende lo que tienes», y suscitó discípulos fervientes, pero acabó en la rebelión y en la herejía.
RESUMEN DE LAS PRINCIPALES AFIRMACIONES DE LA FE CRISTIANA CRONTRADICHAS POR LA PSEUDOTEOLOGIA DEL MOVIMIENTO NEOCATECUMENAL.
He aquí un extracto del estudio del Padre Enrico Zoffoli, titulado Herejías del movimiento neocatecumenal. Reproducimos el apéndice que es la recapitulación.
Verdad Católica. Herejía Neocatecumenal
1/.- Cristo ha redimido el mundo. 1/.- Cristo no ha llevado a cabo ninguna redención.
2/.- La premisa fundamental de la obra redentora de Cristo es la realidad histórica del pecado. 2/.- El pecado no es posible porque el hombre no puede evitarlo.
3/.- La gracia, aun siendo necesaria, respeta sin embargo la libertad humana. 3/.- No hay ningún problema en las relaciones entre gracia y libre‑arbitrio, puesto que el hombre no puede no pecar.
4/.- Jesús ha satisfecho a la justicia de Dios en tanto que Mediador de la familia humana pecadora. 4/.- Jesús no puede haber satisfecho a la justicia de Dios porque El es solamente misericordia que perdona.
5/.- Jesús ha satisfecho a la justicia de Dios ofreciéndose libremente como víctima por los pecados del mundo sobre el altar de la Cruz. 5/.- Jesús no se ha ofrecido como víctima por los pecados del mundo. Sobre la Cruz no ha realizado ningún «sacrificio».
6/.- Jesús ha salvado al mundo por los méritos de su pasión y de su muerte. 6/.- Jesús ha salvado al mundo en virtud de su resurrección.
7/.- Jesús continúa su obra de salvación por medio de la Iglesia, como sociedad visible y jerárquica. 7/.- La Iglesia no es una sociedad jerárquica jurídicamente constituida, sino una sociedad carismática.
8/.- La Iglesia cumple su misión en virtud del sacerdocio, fundamento de la Jerarquía, haciendo la distinción entre el «sacerdocio» de los ministros de culto recibido en el sacramento del Orden, y el «sacerdocio» de los simples fieles incorporados a Cristo por el Bautismo. 8/.- En la Iglesia, no se confiere un sacerdocio derivado del sacramento del orden puesto que el Bautismo basta para incorporar todo el mundo a Cristo, único y supremo sacerdote.
9/.- La Iglesia, sobre el altar, celebra un «sacrificio» verdadero y real, como «sacramento» del único y perfectísimo sacrificio ofrecido por Jesús en la Cruz. 9/.- Sobre el altar, no se ofrece ningún «sacrificio» porque no ha sido jamás celebrado por Jesús.
10/.- La Misa es un verdadero Sacrificio celebrado por Cristo por medio de su ministro visible independientemente de la presencia y participación de los fieles... 10/.- « No hay Eucaristía sin asamblea que la proclame (...). Es de esta asamblea que surge la Eucaristía...».
11/.- El Sacrificio eucarístico depende esencialmente de la consagración distinta del pan y del vino tranubustanciados en Cuerpo y Sangre de Cristo. 11/.- La « Transubstanciación» no es un dogma de fe, sino una mera tentativa de los teólogos, destinada a explicar el «modo» de presencia de Cristo.
12/.- La Iglesia adora a Cristo, verdadera, real y substancialmente presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad bajo las especies del pan y del vino consagrados. 12/.- La presencia verdadera, real y substancial de Cristo en la Eucaristía no puede aceptarse, así como no es creíble el pretendido prodigio de la «transubstanciación»: las partículas que sobran o que caen del altar no contienen esta «presencia», y no son pues «adorables».
13/.- La presencia eucarística enseñada por la Iglesia justifica el culto del Santísimo Sacramento, de ahí la práctica de la Comunión frecuente, las visitas al Santísimo Sacramento, las bendiciones, las procesiones, las adoraciones solemnes, los congresos (Eucarísticos); como también el deber de observar las normas concernientes al modo de comportarse en presencia de Cristo y todas las reglas destinadas a cultivar la piedad eucarística de los fieles, etc. 13/.- Negada la presencia de Cristo, todas las prácticas relativas al culto, que se siguen, son vanas y ridículas.
14/.- El sacramento de la Penitencia es realmente distinto del sacramento del Bautismo. 14/.- La Penitencia se reduce al Sacramento del Bautismo: la distinción del uno y del otro no se remonta a la Iglesia primitiva.
15/.- La «conversión» del pecador, que precede al sacramento de la penitencia, es un hecho eminentemente personal. 15/.- «La Iglesia (...) lleva y conduce a la conversión...».
16/.- Dios concede el perdón de los pecados por la absolución del sacerdote... 16/.- «Lo importante no es la absolución». «El valor esencial (... ) del sacramento de la penitencia es: comunitario y religioso».
17/.- La acusación de los pecados es secreta, auricular ... . 17/.- La confesión es pública, comunitaria.
18/.- La Iglesia cree en la realidad del infierno que amenaza a los pecadores obstinados en el trance de la muerte. 18/.-En virtud de la Misericordia de Dios, al fin de los tiempos, todo el mundo será salvo.
19/.- Fuera de la Iglesia no hay Salvación. 19/.- Para salvarse, no es necesario que todos pertenezcan a la Iglesia, o estén dispuestos a entrar en ella como dentro del único Rebaño de Cristo.
20/.- Jesús, así como es el único redentor y maestro, es también el único Modelo de santidad que los creyentes deben esforzarse en imitar. 20/.- Él no se ha presentado como «Modelo» de vida.
21/.- El Concilio Vaticano II no está en total armonía con el concilio de Trento, cuyas definiciones no pueden cambiarse. 21/.- Vaticano II es el único Concilio válido para la Iglesia de hoy y de mañana, en tanto que el Concilio de Trento representa una regresión en la vida de la Iglesia.
22/.- Sólo el Magisterio de la Iglesia es competente para interpretar la Biblia. 22/.- «La Biblia se interpreta por ella misma a través dé los paralelismos».
Lo que USTED publica, sus opiniones, sí que son UNA TOTAL MENTIRA!.
ResponderEliminarQué lástima, porque veo que defiente la vida y la FAMILIA....
Por medio del Camino Neocatecumenal muchas familias que estaban por destruirse ahora están juntas y felices... Dios Nuestro Señor con su inmenso amor usó al Camino Neocatecumenal para llegar a ellas, amarles y mostrarles que son Hijos de Dios!.
Que Dios le perdone por el montón de falacias sin sentido ha escrito aquí!. Sólo demuestra su terrible ignorancia.
Prefiero ser un terrible ignorante que un esclavo de secta.
ResponderEliminarSi os molesta la Verdad, es porque vosotros estáis en las tinieblas.
De verdad, no me puedo quedar callado ante tanta blasfemia, Ojalá el Señor te perdone, y algún día hermano puedas darte cuenta que por medio de este camino el señor ha cambiado vidas, y un ejemplo es la mía. La Paz esté contigo. Robinson
ResponderEliminarRóbinson, dejemos que Dios declare quién es el blasfemo, ¿o tú qué te crees para juzgarme a mí?
ResponderEliminarTe invito a que consigas los estatutos que creó Kiko, los estudies, compares con la Doctrina católica y saques tus conclusiones.
Afectuosamente,
Jorge
he caminnado 25 años en el CNC. He sido responsable, coresponsable, salmista, maestro de canto y catequista. He leido michos mamotreots y tambien el de 400 pajinas. Todas las criticas sobre el neocatecumenado son mas que ciertas. He sido Lutherano y tambien he estudiado Luthero, Melanchton y Zugli. Me han destruido mi familia. Vivimos juntos, pero en distintos mundos. Me basta. Que lean el dialogo de la Santa Cathalina de Siena. Doctora de la Iglesia. Otro momento, escribire mas. Stephan.
ResponderEliminarno tengo nada que decir aparte de LA PAZ ! el señor es el mejor juez!, y ACLARO QUE LO QUE DICE EN ESTE BLOG ES FALSO!.. JESUS HA RESUCITADO Y HA MUERTO POR MIS PECADOS Y LOS TUYOS! ademas la confesion es un sacramento sagrado... pero a todos nos sienta bien un poco de persecucion para darnos cuenta de la ignorancia de algunos hombres...Dios mio concede a este hermano la sabiduria y la prudencia y derrama sobre el la inteligencia!!!!....
ResponderEliminarVIVA EL CAMINO NEOCATECUMENAL!
PD. si esto que menciona este hombre fuera cierto no existiria el CREDO en el CNC ADEMAS CASI TODAS LAS CITAS ESTAN FUERA DE CONTEXTO... EXPLICAME ENTONCES LOS (...) Y SI SE DEJAN DE DECIR ALGUNOS DETALLES EN LAS CATEQUESIS NO ES POR QUE SEAMOS UNA"SECTA" sino para evitar el escandalo y persecucion de ignorantes como este!,y la verdad si seguir una secta es estar tan feliz en jesucristo siguiendo una realidad cristiana y catolica renovando las promesas bautismales en una maduracion cristiana, expiando los pecados y aprendiendo a amar al projimo siguiendo los carismas sucitados en siervos como kiko!,... estoy una secta jajajajaj
Angrés, ¿y por qué crees que los "ignorantes" como nos llamas nos escandalizamos de vosotros y os consideramos secta?
ResponderEliminar¿No es porque vuestra doctrina sólo la conocen vuestros líderes, y el rebaño lo ignora?
¿No es porque os presentáis como un grupo "salvador de la Iglesia"?
¿No es por la cantidad de almas destruidas, familias divididas?
Entonces, ¿por qué negáis lo que sois realmente? VOSOTROS SOIS SECTA, Y EL VATICANO TAMBIÉN.
esto que usted publica es una total mentira este camino es lo mejor que he conocido ha hecho que mi vida sea totalmente de dios y a permitido que yo vuelva a creer en el de verdad espero que usted como tanta gente pueda ver la huhmildad de estas personas que dios le bendiga y lo ilumine
ResponderEliminarHOLA HNO LA VERDAD ME ATERRA MUCHO OIRTE HABLAR DE ESTA FORMA..DE CIERTA MANERA VEO TU INQUIETUD PORQUE TE HABLEN DEL CAMINO NEOCATECUMENAL...CUANDO ENCUENTRAS HNOS QUE HABLAN DE ESTA FORMA DUDAS DE QUE FUERAN CATOLICOS, PARA HABLAR HAY QUE CONOCER DE CERCA..TU NO LO HAS HECHO..COMO DESCONFIAR DEL CONCILIO VATICANO SEGUNDO Y DE SU SANTIDAD EL PAPA JUAN PABLO SEGUNDO PROXIMO A LA BEATIFICACION, COMO PODRIAN UNOS HOMBRES POBRES CONVERCER A SU SANTIDAD CON MENTIRAS, ACASO NO CREES QUE EL HA SIDO LA REPRESENTACION DE PEDRO DIGNO DE TENER EL ESPIRITU SANTO ILIMINANDOLO PARA GUIAR A SU IGLESIA SANTA EN CUERPO DE MARIA COMO ESPOSA...SE QUE COMO MUCHOS NOS LO HAN DICHO SE VIENE POR LAS OBEJAS DESCARRIADAS Y NO LAS REACEAS Y LAMENTABLEMENTE VEO ESO EN TI..PERO ANIMO!!!!!! SOMOS HNOS Y ES MUCHOOO MEJOR Y ME ALEGRA PODER HABLAR CON UN HNO EN LA FE..QUE CON OTRO QUE LA DESPRECIE Y NO QUIERA ESCUCHAR...ME ALEGRA TU PREOCUPACION PORQUE NO SE FORMEN SECTAS Y COMO OI A UN HNO NOS VIENE BIEN LA PERSECUCION QUE VIENE DESDE JESUCRISTO Y DEJADA A SUS APOSTOLES...LA PAZ DE CRISTO RESUCITADO
ResponderEliminarO SEA QUE A JORGE RENDON SANTOS mas le vale que los que estamos en el camino sigamos emborrachandonos tomando drogas hablando mal de los sacerdotes calumniando a las monjitas durmiendome en las eucaristias aprobando y viendo que es normal el homosexualismo el aborto que no mas hijos solo dos lo maximo odiando por muchos años a alguien que segun yo me ha hecho daño sin perdonarlo o mas bien que me perdone robando eso es lo que hacia antes y el CAMINO NEOCATECUMENAL ME ENSEÑO QUE ESO NO ME HACE FELIZ HOY NO BEBO POR NO CAUSAR DAÑO A MI FAMILIA AYUDO EN LA IGLESIA A MI PARROCO DEFIENDO LA IGLESIA PORQUE HAY MUCHOS QUE HABLAN MAL A MIS HIJOS LOS LLEVO A MISA Y NO LOS DEJO EN LA TV CONVERSO CON ELLOS Y LOS ACONSEJO REZAMOS DANDO GRACIAS A DIOS POR UN DIA MAS DE VIDA QUE NOS HA REGALADO ETC ETC ENTONCES DEJO TODO PARA VOLVER A LO DE ANTES PORQUE EL CAMINO ES UNA BLASFEMIA NO LO CREO JORGE EL CAMINO NO ES ASI....ES LA PALBRA LA EUCARISTIA QUE CELEBRAMOS Y LA PALABRA LA QUE NOS HABLA NO KIKO A EL NI SIQUIERA LO CONOZCO....
ResponderEliminarHugo Antonio, admiro mucho la senda de conversión hacia la vida devota que has emprendido, pero dime ¿es acaso el Camino Neocatecumenal la única vía para lograrlo, habiendo tantos movimientos apostólicos para escoger? ¡NO!
ResponderEliminarNo te digo "retorna a tu vida pasada" sólo por ser el CN una secta, sino que la doctrina de los líderes (Carmen y Kiko) es contraria al Magisterio de la Iglesia. Pero insisto, me gozo por tu conversión.
Si el camino, no viene de dios, entonces como es que el santo padre aprobo los estatutos del camino neocatecumenal, acaso duda de la sabiduria de "Pedro" o a lo mejor, las miles de vocaciones sacerdotales que sucita entre sus jovenes dentro del camino neocatecumenal, entonces que podemos pensar, viene de dios o no :) La paz contigo hermano.
ResponderEliminarMe recuerdas mucho a Saulo de Tarso hermano... mataba cristianos por defender con celo las leyes y reglas judías de entonces... También creía que hacía bien, y se sentía orgulloso de hacer lo que él creía correcto y las leyes de entonces lo amparaban... hasta tenía satisfacción de ello, como tú. Míra toda la atención que nos ofreces, todo el ensañamiento que tienes en contra nuestra, hay algo que te inquieta desde aquí, que no entiendes, que no pasa por tú comprensión... es el espíritu de Cristo Resucitado que actúa respondiendo a la voluntad del Padre que casi siempre ha sido un desafío a la lógica humana, ya te lo contará mejor Abraham camino al Horeb... Y todo lo que nos queda es orar por tí... para que camino a Damasco te encuentres con el Señor a quien sin quererlo, persigues! Necesitas conocer el Camnino Neocatecumenal, cada una de tus palabras aquí escritas, son un grito desesperado por entenderlo! Tus justificaciones no te las crées ni tú mismo! Aceptalo! Está experiencia también está abierta para tí! Ánimo! Que Dios te ama! Myrian
ResponderEliminarHermanos, de veras os felicito por vuestro esmero para preservar la Santa Tradición Católica, pero me veo en necesidad de aportar a vuestra observación del Camino Neocatecumenal y al Concilio Vaticano II.
ResponderEliminarCon lo referente al camino, nada mas que deciros mi experiencia : estoy agradecido del camino por que me ha llevado a conocer el verdadero evangelio de Cristo : el amor a Dios y al prójimo en Cristo; y también he sido testigo de muchos milagros dentro y fuera de la comunidad. Con solo afirmarte que antes de entrar a la Iglesia (atrevas del camino) mi vida no tenía sentido, pues vivía pendiente del auto-amor y no era capaz de amar ni de aceptar a nadie, mas me hundía cuando alguien no me ha aceptaba. Un día el Señor Jesucristo, no se de que forma, me amó tal como era, con aquel amor que perdona y acepta todo, mas me levantó y cada día me invita a una vida nueva con Él, en los hermanos , en mi Iglesia y en hacer su voluntad.
De Teología y de Dogmas no se mucho pero se ver que la principal doctrina es el amor para todo y ha eso el camino me lleva. Así de simple EL AMOR no divisiones dogmaticas estúpidas que han hecho tanto dañado a la verdadera imagen de Dios.
También hermano te invito a que abras tu corazón a esta realidad de la Iglesia del Señor, deja atrás toda raíz de amargura y pídele al Señor que te ilumine.
Luchemos por la unidad católica a la que Jesús suplicó a su Padre en presencia de sus discípulos y, por ellos, en la nuestra.
Lo mismo te digo por el Concilio VATICANO II que yo lo ve como algo fantástico pues revela la propiedad participación de los laicos, que por tanto tiempo fue una incógnita.
Muchas bendiciones y que el Señor te ilumine. Amen !!!
No es mi intención juzgar a nadie. Pero tambien en "católicos Alerta" he leído sobre ésto, y me pregunto: ¿por qué motivo van a mentir?
ResponderEliminarTambién hay que tener mucho cuidado, porque la gente busca mucho el "amor"(antes del Vaticano ll se lo llamaba "caridad") y puede meterse en cualquier cosa, contraria al Magisterio, dogmas, Catecismo de la Iglesia Católica.
No sé por qué Juan Psblo ll lo aprobó, y aunque me gustaron sus virtudes personales, no estoy de acuerdo con muchas cosas que fomentó, como el "ecumenismo".
Creo que los Católicos somos muy ignorantes de nuestra religión, por eso surgen éstos movimientos, donde no importan las enseñanzas de la Iglesia, síno el amor...
disculpenme hermanos pero si ud son caballeros de la inmaculada y publican semejantes murmuraciones acerca de un CARISMA no movimiento de la unica iglesia q fundó JESUCRISTO no me imagino lo q serian, pero bueno es obvio q no conocen el CRISTIANISMO al a dicen pertenecer bueno q DIOS les conceda la conversion y se apiade de sus engañadas almas no es cierto nada de lo q publican pero eso no hará q el CAMINO deje de existir porque es obra del ESPIRITU SANTO ud se lo pierden es su eleccion yo elijo a CRISTO la paz
ResponderEliminarjesuscristo pidio a DIOS que resucitara a su amigo lazaro, y DIOS mando un angél para quitar la piedra del sepulcro, para q el resucitara en y se encontrara con jesús y asi pudiera salir, que piedra tienes en tu corazón q no te deja salir del sepulcro.
ResponderEliminarSi vienes a hablarme de conversión, ERES EL MENOS INDICADO PARA HACERLO:
ResponderEliminarKiko asegura que el hombre no puede hacer nada para salir del pecado (al que le niega capacidad de ofensa a Dios), y que la conversión es "un simple reconocimiento de culpas cometidas y confianza en Cristo resucitado).
LOS CATÓLICOS creemos que la Gracia de Dios nos impulsa a arrepentirnos por haber ofendido a Dios con nuestros pecados; y que la Sangre de Cristo CRUCIFICADO nos redime para asumir la vida de santidad.
¿Cómo creer en la Resurrección si se niega el Misterio de la Cruz de Cristo y su carácter redentor?
DESPIERTA, TÚ QUE DUERMES EN LA HEREJÍA Y EL ERROR, Y CRISTO TE GUIARÁ A LA VERDADERA FE CATÓLICA.
Frater Jorge
Considero irónico e innecesario levantar protestas por cualquier medio para atacar cualquier realidad de la Iglesia, peor aún viniendo de alguien que pertenece a la misma.
ResponderEliminarEn este caso El Camino Neocatecumenal, si fuese esto un error dejad que Dios se encargue de enmendarlo, por el contrario si es una verdadera gracia renovadora para la Iglesia dejad al Señor difundirla.
Nunca me ha parecido una buena opción las practicas activistas ofensivas y rebeldes dentro de la Iglesia, hacen que las gentes pierdan la fe en nuestra Santa Iglesia Católica.
Asumir que el Papa en sus decisiones se ha equivocado al aprobar el camino nos llevaría a pensar que que Dios ya no sopla su Espíritu Santo en nuestra querida Iglesia Católica, en ese caso ¿para que seguir en ella no?.
Así que ¿porque peleáis?
Si en verdad estuvieseis convencidos de que la voluntad de Dios pasa a traves de la Iglesia y más aún de Pedro, estas discusiones serian completamente innecesarias y por ende estaríamos mejor ocupándonos de ver como está nuestra vida.
Mi nombre es Nivaldo, vivo el camino en Chile, y doy fe de que el camino es una realidad de la iglesia suscitada por el espiritu santo para rescatar a los que estan en tinieblas. El Señor se ha valido del camino para mostrarme su verdad, que nada tiene que ver con lo que se publica en este blog. El camino no contradice nada de la iglesia catolica, ya que es parte del cuerpo de la iglesia. Yo soy del camino, pero participo sin problemas en actividades de la pastoral juvenil de mi parroquia, de las actividades de la diocesis, soy catequista de confirmacion, etc.
ResponderEliminarSi el camino fuera todo lo que aqui se dice, quitaria el "Credo" y cambiaria la "Plegaria Eucaristica", no invitaria a sus participantes a rezar la liturgia de las horas, en la oracion universal no rezaria por la santa iglesia catolica, etc.
Definitivamente estas muy equivocado...
Jorge Rondon defiende a la iglesia catolica, pero dice que el vaticano es una secta! Cueck!
ResponderEliminarQue cantidad de Falacias...Nadie ama lo q no conoce!!!
ResponderEliminarPor sus frutos los conocereis, la iglesia necesita adaptarse para transmitir la fe en estos tiempos modernos----->La nueva estetica salvara la iglesia!!!
de donde salen la mayoria de vocaciones y familias en mision q se despojan de sus comodidades para anunciar el evangelio?
es ésto acaso obra de las tinieblas?
Vuelvo y digo nadie ama lo q no conoce!!!
A LOS HERMANOS QUE HAN HECHO COMENTARIOS:
ResponderEliminar"NO OS RESISTAIS AL MAL"...
Y AL HERMANO DE ESTE BLOG:
"DIOS TE BENDIGA POR TU PERSECUCIÓN, LA NECESITAMOS..."
Que paso Jorge??? Te dejo el mensaje que dio nuestro Santo Padre acerca del Camino Neocatecumenal.
ResponderEliminarPor cierto, estamos llamados a la Nueva Evangelización, espero que tampoco a esto lo llames BLASFEMIA, CALUMNIAS... ETC... ETC... ETC... Y todo lo que hacemos en el Camino Neocatecumenal viene dentro de lo que dicta nuestro Papa Benedicto XVI, así es que mejor ponte a Evangelizar que eso es a lo que estamos llamados desde que Jesucristo nuestro Señor dejo su mensaje aquí en la tierra, a decirle a todos que el ha muerto y ha resucitado por nuestros pecados.
Me llamo Tadeo Rivas de México, mi correo es: trivast@me.com ÁNIMO HERMANO!!! No te dejes engañar por los impíos.
Te dejo a liga de lo que dice el Varicano acerca del
Camino Neocatecumenal:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2012/january/documents/hf_ben-xvi_spe_20120120_cammino-neocatecumenale_sp.html
Bendito sea Dios por ponernos a ti en nuestro camino,"dichosos los que son perseguidos por mi causa" =)!
ResponderEliminar¡¿ACASO PRETENDEMOS AGRADAR A LOS HOMBRES QUE NO A DIOS?! ¿Cómo es eso de "la iglesia necesita adaptarse para transmitir la fe en estos tiempos modernos----->La nueva estetica salvara la iglesia"? ¿ACASO EL EVANGELIO NO VALE POR SÍ, PARA QUE TENGÁIS QUE ADORNARLO Y HACERLO "AGRADABLE" AL MUNDO?
ResponderEliminarDice la Palabra de Dios: "Mi palabra y mi predicación no tenían nada de la argumentación persuasiva de la sabiduría humana, sino que eran demostración del poder del Espíritu." También: "El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo. Sobre él se puede edificar con oro, plata, piedras preciosas, madera, pasto o paja: la obra de cada uno aparecerá tal como es, porque el día del Juicio, que se revelará por medio del fuego, la pondrá de manifiesto; y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno."
María Santísima dice: "Os alerto y os lo recuerdo acerca de la proliferación de sectas, sectas que son acomodadas a ciertos principios y pensamientos humanos. La Verdadera Iglesia es la fundada por Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Permaneced en la Verdadera Iglesia. Huid, huid de la
falsa iglesia."
En vez de predicar el Evangelio, se dedican más a atacar al pobre apóstol.
ResponderEliminarQue saña tiene este hermano por el camino, de verdad que Dios te aleje de ese espíritu que no viene de él. Y aclaro, el espíritu santo que ha suscitado muchas bendiciones por medio del catecumenado NO SE EQUIVOCA hermano, ya deja de repartir veneno y ponte a predicar no solo con la boca si no con el ejemplo. Como no se quejan de los sacerdotes y las monjas que salen del camino..? Pobre de ti..sal de esa furia que se representa en tus palabras y vive la paz de Cristo.
ResponderEliminar¡Ay del mundo por los escandalos¡
ResponderEliminarporque es forzoso que los escandalos vengan pero ¡Ay del hombre por el que los escandalos vengan¡
Palabras de Jesús
DEJEMOS QUE DIOS ACTUE; NO ES LO QUE QUEREMOS ES LO QUE DIOS QUIERE Y SUCITA EN EL HOMBRE PARA RENOVARLO. SEAMOS MENOS EGOISTAS Y VEREMOS LA GRACIA DE DIOS.
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