Por Domenico Agasso Jr., de VATICAN INSIDER-LA STAMPA
Bergoglio Sívori/Francisco I continúa la línea de sus antecesores conciliares: igualarse a las religiones falsas.
«Católicos y luteranos pueden pedir perdón por el mal provocado los unos a los otros y por las culpas cometidas ante Dios». Lo dijo Papa Francisco esta mañana durante la audiencia que concedió a la delegación de la Federación luterana mundial y a los miembros de la Comisión luterano-católica para la Unidad.
Este encuentro entre el Pontífice y el obispo Munib Younan, presidente de la Federación, y con el secretario Martin Junge, fue el segundo tras el que se llevó a cabo en ocasión de la celebración del inicio del ministerio petrino del nuevo Papa. «Veo con sentido de profundo agradecimiento al Señor Jesucristo –dijo Papa Francisco– los numerosos pasos que las relaciones entre luteranos y católicos han dado en las últimas décadas, y no solo a través del diálogo teológico, además de la colaboración fraterna en múltiples ámbitos pastorales y, sobre todo, en el compromiso para continuar en el ecumenismo espiritual».
Munib Younan, “obispo” luterano de Palestina y Jordania. Presidente de la Federación Mundial de Luteranos.
Justamente este ecumenismo «constituye, en cierto sentido, el alma de nuestro camino hacia la plena comunión y nos
permite saborear desde ahora algunos frutos, aunque imperfectos; en la
medida en la que nos acerquemos con humildad de espíritu a Nuestro Señor
Jesucristo, estamos seguros de acercarnos también entre
nosotros, y, en la medida en la que invoquemos el don de la unidad del
Señor, estamos seguros de que Él nos tomará de la mano y será nuestro
guía». Franicisco después recordó: «Este año, como resultado del diálogo teológico, que cumple 50 años, y en
vista de la conmemoración del quinto centenario de la Reforma, fue
publicado el texto de la Comisión para la Unidad luterano-católica, con
el significativo título: “Del conflicto a la comunión. La interpretación
luterano-católica de la Reforma en 2017”». Por ello, subrayó
el Papa, es verdaderamente importante el esfuerzo para que todos
dialoguen «sobre la realidad histórica de la Reforma, sobre sus
consecuencias y sobre las respuestas que a ella se dieron».
Martín Lutero: Judío, rosacruz, heresiarca, sacrílego, homicida y suicida, enemigo de la Iglesia Católica
Católicos y luteranos pueden pedir perdón por el daño causado los unos a los otros y por las culpas cometidas ante Dios, y alegrarse juntos por la nostalgia de unidad que el Señor ha despertado en nuestros corazones, y que nos hace mirar hacia adelante con una mirada de esperanza.
«A la luz del camino de estos decenios y de tantos ejemplos de comunión fraterna entre luteranos y católicos de los que somos testigos, confortados por la confianza en la gracia que nos es dada en el Señor Jesucristo, estoy seguro de que sabremos seguir avanzando en nuestro camino de diálogo y de comunión, afrontando también las cuestiones fundamentales, así como en las divergencias que surgen en el campo de la antropología y de la ética. ¡Por supuesto, no faltan y no faltarán dificultades, necesitamos todavía paciencia, diálogo comprensión recíproca, pero no tengamos miedo!»
“Al cabo [del Infierno] estaba el maldito Lutero con su capilla y sus mujeres, hinchado como un sapo y blasfemando. (...) si murió y padeció Cristo para
enseñarnos lo que cuesta un pecado, y lo que hemos de huirle ¿de dónde
coliges que murió para darnos licencia para hacer delitos? ¿De qué te aprovecharon tus letras y agudeza?” (Visión del Infierno, Francisco de Quevedo y Villegas)
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)