San Leandro
San Leandro nació en torno a los años 535-540 de una familia de origen
grecolatino, cuya vivencia de la religión cristiana queda refrendada por
la vida de sus hijos, cuatro de los cuales: Isidoro, Fulgencio,
Florentina y Leandro merecieron el honor de los santos. Su padre,
Severiano, era uno de los hombres más prestigiosos de la región. En 554
la familia emigró de Cartagena a Sevilla, ante la cesión de la costa
levantina al imperio bizantino. A la muerte de sus padres, ejerce la
tutela de sus hermanos menores sin abandonar por ello los estudios
eclesiásticos, ya iniciados en Cartagena. Nombrado obispo de Sevilla, no
descuidó esta tarea, creando una escuela en la que se formaría el
futuro San Hermenegildo y su hermano Recaredo, factores de la conversión
del pueblo visigodo español. Desterrado por el padre de ambos, el rey
Leovigildo, marchó Leandro a Constantinopla, donde trabó sólida amistad
con el que, andando el tiempo, sería el papa San Gregorio Magno. Al
comenzar el reinado de Recaredo, pudo retornar Leandro a su sede
arzobispal, presidiendo poco más tarde el histórico Concilio III de
Toledo (589) y asistiendo a la abjuración de la herejía arriana del
propio monarca. A esta regia conversión siguió la masiva del pueblo, así
como la orientación cristiana de las leyes, obras que pertenecen en
gran parte a la siembra efectuada por este gran pastor. Consagró este el
resto de sus días a consolidar el edificio que tan buenos cimientos
había recibido, con la presencia de su propia vida y con la luz de sus
escritos que tendían por encima de todo al robustecimiento; de la fe
ante cualquier error. Aquejado por la gota, murió hacia el año 600,
probablemente el mismo año en que, lo hiciera el propio rey Recaredo.
Además de la enseñanza oral de San Leandro tenemos noticias de varias
obras por él escritas, que no han llegado hasta nosotros, excepto su
'Tratado contra arrianos'.
ORACIÓN
Oh Dios, que por medio de vuestro obispo san Leandro mantuvisteis en vuestra Iglesia la integridad de la fe, conceded a vuestro pueblo permanecer siempre libre de todos los errores. Por J. C. N. S. Amén
Oh Dios, que por medio de vuestro obispo san Leandro mantuvisteis en vuestra Iglesia la integridad de la fe, conceded a vuestro pueblo permanecer siempre libre de todos los errores. Por J. C. N. S. Amén
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)