¿Cuál fue el final de aquellas maquinaciones, que fracasaron de tanto
maquinar, y que llegaron incluso a que, muerto y sepultado el Señor,
pusieran unos guardianes junto al sepulcro? Le dijeron [los fariseos] a
Pilato: “Ese seductor...” Con este nombre quiso ser llamado el Señor
Jesucristo, para consuelo de sus discípulos, cuando les llaman
seductores. Le dijeron, pues, a Pilato: ‘Ese seductor dijo en vida:
“Resucitaré a los tres días”. Manda, pues, que sea custodiado el
sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos y se lo
lleven, y luego digan a la gente: “Resucitó de entre los muertos”, y el
último engaño sea peor que el primero’. Pilato les contestó: ‘Ahí tenéis
la guardia; id y custodiadlo como sabéis’. Ellos marchándose aseguraron
el sepulcro, poniendo los guardianes y sellando la piedra.
Pusieron una guardia militar junto al sepulcro. Tembló la tierra y el
Señor resucitó; tales milagros hubo cerca del sepulcro, que los mismos
soldados, venidos como custodios, deberían haber dado testimonio, si
hubieran querido decir la verdad. Pero aquella misma avaricia que
aprisionó al discípulo y compañero de Cristo, cautivó también a los
soldados custodios del sepulcro. Les dijeron: ‘Os damos un dinero; decid
que mientras vosotros dormíais, vinieron sus discípulos y se lo
llevaron’. Realmente “fracasaron en su discurrir e inventar”. ¿Qué es lo
que has dicho, oh infeliz astucia? ¿Hasta tal punto le vuelves la
espalda a la luz del designio del bien, y te sumerges en el abismo de la
hipocresía, que llegas a ordenarles: ‘Decid que mientras vosotros
dormíais vinieron sus discípulos y se lo llevaron’? Presentas unos
testigos dormidos; eres tú el que te has dormido, cuando inventando
tales patrañas, has fracasado.
Lecciones V y VI para los Maitines del Sábado de Gloria: San Agustín, Tratado sobre los Salmos. (Salmo LXIII, 10).
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)