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viernes, 28 de agosto de 2015

EL HEREJE ES MÁS PELIGROSO QUE EL MISMO INFIEL

San Agustín disputando con los herejes (Jaume Huguet)
 
De los que están lejos no hay problema; no me engaña tan fácilmente el que me dice 'Ven, adora este ídolo'; está muy lejos de mí. Le preguntas '¿Eres cristiano?' 'Sí, soy cristiano', responde [el hereje o cismático]. Ése es tu enemigo cercano, está a tu lado. Su paz rescata mi alma de los que se me acercan, ya que en muchas cosas estaban conmigo. ¿Por qué dijo "Los que se me acercan"? Porque en muchas cosas estaban conmigo. Esta frase "En muchas cosas estaban conmigo", tiene doble sentido. Primero, En muchas cosas estaban conmigo: 
  • El bautismo lo tuvimos todos: en eso estaban conmigo; 
  • El Evangelio lo leíamos unos y otros: estaban conmigo; 
  • Celebrábamos la fiesta de los mártires: allí estaban conmigo; 
  • Asistíamos a la solemnidad de la Pascua: estaban juntos conmigo. 
Pero no totalmente conmigo: EN EL CISMA NO ESTÁN CONMIGO, EN LA HEREJÍA TAMPOCO. EN MUCHAS COSAS SÍ ESTÁN CONMIGO, PERO SÓLO EN POCAS NO LO ESTÁN. Y POR ESTAS POCAS COSAS EN QUE NO ESTÁN CONMIGO, NO LES APROVECHAN LAS MUCHAS EN QUE SÍ ESTÁN.
  
San Agustín, Tratado sobre los Salmos. (Salmo LIV, 19).

jueves, 27 de agosto de 2015

TRANSVERBERACIÓN DE SANTA TERESA DE JESÚS

Transverberación del corazón de Santa Teresa

La fiesta de la Transverberación de Santa Teresa se celebra desde el siglo XVIII con misa propia en el Rito Carmelitano, y con oración propia (pero la misa es "Dilexísti me" del Común de las Vírgenes) en el Rito Romano, en recuerdo de que un día de 1559, Santa Teresa fue traspasada en su corazón con una flecha encendida, en medio de una experiencia mística. Ella misma describió después esta experiencia mística:
“Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta visión: veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en forma corporal, lo que no suelo ver sino por maravilla; aunque muchas veces se me representan ángeles, es sin verlos, sino como la visión pasada que dije primero. En esta visión quiso el Señor le viese así: no era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan.
 
Deben ser los que llaman querubines, que los nombres no me los dicen; mas bien veo que en el cielo hay tanta diferencia de unos ángeles a otros y de otros a otros, que no lo sabría decir. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento” (Libro de la Vida 29,13).
 
REFLEXIÓN
Santa Teresa, desde su conversión, resolvióse a poner su confianza y amor en Dios, despreciando por Él cualquiera cosa terrena. Y ardiendo su corazón en el amor de Dios, logró elevadas cumbres en la santidad, y realizó la reforma del Carmelo. Pidámosle su intercesión para que por ella, merezcamos la gracia de rechazar todo cuanto no tenga su origen o fin en la Divina majestad.
 
ORACIÓN
Oh Dios, que traspasaste con un dardo encendido el puro Corazón de nuestra madre la bienaventurada virgen Teresa tu esposa, y la consagraste víctima de la caridad; concédenos por su misma intercesión, que nuestros corazones se inflamen con el fuego del Espíritu Santo y te amen siempre y sobre todas las cosas. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

miércoles, 26 de agosto de 2015

MISA DE NUESTRA SEÑORA DE CZESTOCHOWA

Del Misal Propio de Polonia.
  
Die 26 Augusti
B. MARIÆ V. CLAROMONTANÆ SEU CZESTOCHOVIENSIS
  
Introitus. Ps. 86, 1-2. Fundaménta ejus in móntibus sanctis: díligit Dóminus portas Sion super ómnia tabernácula Jacob. (T. P. Allelúja, allelúja) Ps. Ibid., 3. Gloriósa dicta sunt de te, civitas Dei. ℣. Glória Patri.
  
ORATIO
Omnípotens et miséricors Deus, qui ad defensiónem pópuli Polónici in beatíssima Vírgine María perpétuum auxílium mirabíliter constituisti, ejúsque sacram Imáginem Claromontánam solémni fidélium veneratióne insígnem reddidísti: concéde propítius; ut, tali præsídio muniti, certántes in vita, victóriam de hoste malígno conséqui valeámus in morte. Per Dóminum.
   
Léctio libri Sapiéntiæ.
Prov 8, 17-24, 32-35.
      
Ego diligéntes me díligo, et qui mane vígilant ad me, invénient me. Mecum sunt divítiæ et glória, opes supérbæ et justitia. Mélior est enim fructus meus auro et lápide pretióso, et genímina mea argénto elécto. In viis justítiæ ámbulo, in médio semitárum judícii, ut ditem diligéntes me et thesáuros eórum répleam. Dóminus possédit me in inítio viárum suárum, ántequam quidquam fáceret a princípio. Ab ætérno ordináta sum, et ex antíquis, ántequam terra fíeret. Nondum erant abýssi, et ego jam concépta eram. Nunc ergo, fílii, audíte me: Beáti, qui custódiunt vias meas. Audíte dísciplinam, et estóte sapiéntes, et nolíte abjícere eam. Beátus homo, qui audit me, et qui vígilat ad fores meas quotídie, et obsérvat ad postes óstii mei. Qui me invénerit, invéniet vitam, et háuriet salútem a Dómino.
   
Graduale: Porta cæli et stella maris es, Virgo María, Regis ætérni Mater ac Regína nostra.
℣. Gratos nos redde Fílio tuo: quia omnis virtus et decor et glória ex te respléndet.
  
Allelúja, allelúja. ℣. Luc. 1, 28 et 42. Ave, grátia plena: Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus. Allelúja.

In Missis votivis post Septuagesimam, omissis Allelúja et versu sequenti, dicitur: 
Tractus: Ps. 44, 12 et 18. Concupíscet Rex decórem tuum: quóniam ipse est Dóminus Deus tuus et adorábunt eum. 
℣. Mémores erunt nóminis tui in omni generatióne et generatiónem. Proptérea pópuli confitebúntur tibi in ætérnum, et in sǽculum sǽculi. 
   
Tempore autem paschali omittitur graduale, et ejus loco dicitur: 
Allelúja, allelúja. 
℣. Ps. 45, 5-6.Sanctificávit tabernáculum suum Altíssimus. Deus in médio ejus, non commovébitur; adjuvábit eam Deus mane dilúculo. Allelúja.
℣. Luc. 1, 28. Ave María, grátia plena: Dóminus tecum: benedícta tu in muliéribus. Allelúja.
   
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem.
Joann. 2, 1-11.
  
In illo témpore: Núptiæ factæ sunt in Cana Galilaeæ: et erat Mater Jesu ibi. Vocátus est autem et Jesus, et discípuli ejus ad núptias. Et deficiénte vino, dicit Mater Jesu ad eum: Vinum non habent. Et dicit ei Jesus: Quid mihi et tibi est, mulier? nondum venit hora mea. Dicit Mater ejus minístris: Quodcúmque díxerit vobis, fácite. Erant autem ibi lapídeæ hýdriæ sex pósitæ secúndum purificatiónem Judæórum, capiéntes síngulæ metrétas binas vel ternas. Dicit eis Jesus: Implete hýdrias aqua. Et implevérunt eas usque ad summum. Et dicit eis Jesus: Hauríte nunc, et ferte architriclíno. Et tulérunt. Ut autem gustávit architriclínus aquam vinum fáctam, et non sciébat unde esset, minístri autem sciébant, qui háuserant aquam: vocat sponsum architriclínus, et dicit ei: Omnis homo primum bonum vinum ponit: et cum inebriáti fúerint, tunc id, quod detérius est. Tu autem servásti bonum vinum usque adhuc. Hoc fecit inítium signórum Jesus in Cana Galilaeæ: et manifestávit glóriam suam, et credidérunt in eum discípuli ejus.

Et dicitur Credo.
  
Offertorium. Ps. 47, 13-15. Circúmdate Sion, et complectímini eam: narráte in túrribus ejus: pónite corda vestra in virtúte ejus: et distribuite domos ejus, ut enarrétis in progénie áltera, quóniam hic est Deus. (T. P. Allelúja, allelúja)
  
SECRETA
Pro religiónis christiánæ triúmpho hóstias placatiónis tibi, Dómine, immolámus: quæ ut nobis profíciant, opem auxiliátrix Virgo praestet, per quam talis perfécta est victória. Per Dominum.
  
Præfatio de B.M.V. Et te in Festivitáte:
Vere dignum et justum est, ǽquum et salutáre, nos tibi semper et ubique grátias ágere: Dómine sancte, Pater omnípotens, ætérne Deus: Et te in Festivitáte beátæ Maríæ semper Vírginis collaudáre, benedícere et prædicáre. Quæ et Unigénitum tuum Sancti Spíritus obumbratióne concépit: et, virginitátis glória permanénte, lumen ætérnum mundo effúdit, Jesum Christum, Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cœli cœlorúmque Virtútes ac beáta Séraphim sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admitti jubeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:
  
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus, Deus Sábaoth. Pleni sunt cœli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus, qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.
 
Communio. Ps. 86, 32. Gloriósa dicta sunt de te, cívitas Dei. Dilígit Dóminus portas Sion super ómnia tabernácula Jacob. (T. P. Allelúja, allelúja)
  
POSTCOMMUNIO
Adésto, Dómine, pópulis, qui participatióne córporis et sánguinis tui reficiúntur: ut, sanctíssima tua Genitríce auxiliánte, ab omni malo et perículo libérentur, et omni ópere bono custodiántur. Qui vivis.

sábado, 22 de agosto de 2015

LETANÍA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

LITANÍÆ IMMACULÁTI CORDIS BEÁTÆ MARÍÆ VÍRGINIS
  
  
Kyrie, eléison.
Christe, eléison.
Kyrie, eléison.
 
Christe, audi nos.
Christe, exáudi nos.
  
Pater de cœlis, Deus, miserere nobis.
Fili, Redémptor mundi, Deus, miserere nobis.
Spiritus Sancte, Deus, miserere nobis.
Sancta Trínitas, unus Deus, miserere nobis.
  
Cor Maríæ, Sacrárium Sanctíssimæ Trinitátis, ora pro nobis.
Cor Maríæ, obsequentíssimæ ancíllæ Dómini, ora pro nobis.
Cor Maríæ, humáni géneris Corredemptrícis, ora pro nobis.
Cor Maríæ, tótius orbis reparátio, ora pro nobis.
Cor Maríæ, per quod maledíctio defécit, ora pro nobis.
Cor Maríæ, compassiónis gládio transfíxum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, pro peccátis nostris Christo cruci confíxum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, spinis peccatórum sæptum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, nostræ apud Deum Mediatrícis, ora pro nobis.
Cor Maríæ, ómnium gratiárum aquædúctus, ora pro nobis.
Cor Maríæ, per quod accésum habémus ad Christum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, Jánua Cordis Jesu, ora pro nobis.
Cor Maríæ, domus Dei et porta cœli, ora pro nobis.
Cor Maríæ, Christi Redemptóris primítiæ, ora pro nobis.
Cor Maríæ, Dógmatum Christi exórdium, ora pro nobis.
Cor Maríæ, Cordi Jesu simíllimum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, ab omni culpa immúne præservátum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, grátiæ plenitúdine áuctum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, turris dracóni impérvia, ora pro nobis.
Cor Maríæ, lílium puritátis, ora pro nobis.
Cor Maríæ, virginitátis odóre semper fragrans, ora pro nobis.
Cor Maríæ, rosis caritátis floridíssimum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, fortitúdinis miráculum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, fragrántia Christi suavitátis, ora pro nobis.
Cor Maríæ, Matris nostræ amantíssimæ, ora pro nobis.
Cor Maríæ, tenérrimum erga fílios, ora pro nobis.
Cor Maríæ, fons tótius consolatiónis, ora pro nobis.
Cor Maríæ, humilitátis abýssus, ora pro nobis.
Cor Maríæ, spes et lætítia cordis nostri, ora pro nobis.
Cor Maríæ, peccatóribus tutíssimum perfúgium, ora pro nobis.
Cor Maríæ, amíca stella náufragis, ora pro nobis.
Cor Maríæ, misericórdiæ thronus, ora pro nobis.
Cor Maríæ, cujus cura et amóre Christus nobis adolévit, ora pro nobis.
Cor Maríæ, Regína clementíssimæ, ora pro nobis.
Cor Maríæ, cœ́litum decus et gáudium, ora pro nobis.
Cor Maríæ, in quo res Christi conservántur et conferúntur, ora pro nobis.
Cor Maríæ, amóri nostro redamándum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, nostris offíciis reparándum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, devotiónis nostræ digníssimum, ora pro nobis.
Cor Maríæ, in Cœlum assúmptum, ora pro nobis.
  
Aníphona: Tuam ipsíus ánimam pertransíbit gládius, ut relevéntur ex multis córdibus cogitatiónes.
 
V. María conservábat ómnia verba hæc.
R. Cónferens in Corde suo.
 
Orémus: Dómine Jesu Christe, qui in Corde Beátæ Maríæ Vírginis dignum tibi sacrárium præparásti: exórna, quǽsumus, corda nostra tali puritáte et amóre, ut ea a Te secúndum Cor Maríæ inveníri mereántur, qui vivis et regnas in sǽcula sæculórum. Amen.
 
V. Cor Maríæ Immaculátum.
R. Esto salus nostra.
 

TRADUCCIÓN
  
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
 
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, ten piedad de nosotros.
  
Corazón de María, Sagrario de la Santísima Trinidad, ruega por nosotros.
Corazón de María, obsecuentísima esclava del Señor, ruega por nosotros.
Corazón de María, Corredentora del género humano, ruega por nosotros.
Corazón de María, reparación del orbe entero, ruega por nosotros.
Corazón de María, por el cual es suprimida la maldición, ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado por la espada de dolor, ruega por nosotros.
Corazón de María, crucificado con Cristo por nuestros pecados, ruega por nosotros.
Corazón de María, rodeado de espinas por nuestros pecados, ruega por nosotros.
Corazón de María, Medianera nuestra ante Dios, ruega por nosotros.
Corazón de María, acueducto de todas las gracias, ruega por nosotros.
Corazón de María, por el cual tenemos acceso a Cristo, ruega por nosotros.
Corazón de María, Puerta del Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Corazón de María, casa de Dios y puerta del Cielo, ruega por nosotros.
Corazón de María, primicia de Cristo redentor, ruega por nosotros.
Corazón de María, exordio de los dogmas de Cristo, ruega por nosotros.
Corazón de María, el más semejante al Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado inmune de toda culpa, ruega por nosotros.
Corazón de María, plenamente lleno de la gracia, ruega por nosotros.
Corazón de María, torre insuperable para el dragón infernal, ruega por nosotros.
Corazón de María, lirio de pureza, ruega por nosotros.
Corazón de María, olor siempre fragante de la virginidad, ruega por nosotros.
Corazón de María, floridísima rosa de caridad, ruega por nosotros.
Corazón de María, milagro de fortaleza, ruega por nosotros.
Corazón de María, fragancia suave de Cristo, ruega por nosotros.
Corazón de María, madre nuestra amantísima, ruega por nosotros.
Corazón de María, ternísima con tus hijos, ruega por nosotros.
Corazón de María, fuente de toda consolación, ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo de humildad, ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza y alegría de nuestro corazón, ruega por nosotros.
Corazón de María, muy seguro refugio de los pecadores, ruega por nosotros.
Corazón de María, estrella amiga de los náufragos, ruega por nosotros.
Corazón de María, trono de la misericordia, ruega por nosotros.
Corazón de María, que nos inflamas de amor y solicitud hacia Cristo, ruega por nosotros.
Corazón de María, Reina clementísima, ruega por nosotros.
Corazón de María, decoro y gozo del Cielo, ruega por nosotros.
Corazón de María, en el cual conservas y llevas a Cristo, ruega por nosotros.
Corazón de María, que nos retornas amor por amor, ruega por nosotros.
Corazón de María, que reparas nuestras obras, ruega por nosotros.
Corazón de María, dignísimo de toda devoción, ruega por nosotros.
Corazón de María, asunto al Cielo, ruega por nosotros.
  
Antífona: Tu propia alma será traspasada por una espada, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
  
V. María conservaba todas estas palabras.
R. Meditándolas en su Corazón.
 
Oremos: Señor Jesucristo, que te preparaste un digno sagrario en el Inmaculado Corazón de María: te suplicamos exornes nuestros corazones con tal puridad y amor, para que según el Corazón de María merezcamos encontrarte. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. Inmaculado Corazón de María.
R. Sé nuestra salvación.

CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A JESUCRISTO, LA SABIDURÍA ENCARNADA, POR MEDIO DE MARÍA SANTÍSIMA

Al final de los 33 días de preparación para la Consagración Total, se ha de hacer esta oración consagratoria escrita por San Luis María de Montfort (El Amor de la Sabiduría Eterna, n. 223-227):
¡Oh Sabiduría eterna y encarnada! ¡Oh amable y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre Virgen! Os adoro profundamente en el seno y en los esplendores de vuestro Padre, durante la eternidad, y en el seno virginal de María, vuestra dignísima Madre, en el tiempo de vuestra Encarnación.
  
Os doy las gracias porque os habéis anonadado tomando la forma de un esclavo para sacarme de la cruel esclavitud del demonio. Os alabo y glorifico porque os habéis sometido a María, vuestra Santa Madre, en todo, a fin de hacerme por Ella vuestro fiel esclavo. Pero ¡ay!, ingrato e infiel como soy, no he cumplido las promesas que tan solemnemente os hice en el Bautismo; no he guardado mis deberes, no he merecido ser llamado vuestro hijo ni vuestro esclavo, y como nada hay en mí que no merezca vuestra repulsa y vuestra cólera, no me atrevo a aproximarme por mí mismo a vuestra Santísima y Augusta Majestad. Por esto he recurrido a la intercesión de vuestra Santísima Madre, que Vos me habéis dado como medianera para con Vos, y por este medio espero obtener de Vos la contricción y el perdón de mis pecados, la adquisición y la conservación de la Sabiduría.
  
Os saludo, pues, ¡oh María Inmaculada!, Tabernáculo viviente de la Divinidad, en donde la Sabiduría eterna escondida quiere ser adorada por los ángeles y los hombres. Os saludo, ¡oh Reina del cielo y de la tierra!, a cuyo imperio está todo sometido, todo lo que está debajo de Dios. Os saludo, ¡oh refugio seguro de los pecadores!, cuya misericordia no falta a nadie; escuchad los deseos que tengo de la divina Sabiduría, y recibid para ello los votos y las ofertas que mi bajeza os presenta:
  
Yo, N., pecador infiel, renuevo y ratifico en vuestras manos los votos de mi Bautismo. Renuncio para siempre a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz tras Él todos los días de mi vida. Y a fin de que le sea más fiel de lo que he sido hasta ahora, os escojo hoy, ¡oh María!, en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y mi Señora. Os entrego y consagro en calidad de esclavo mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y aún el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras, otorgándoos un entero y pleno derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenece, sin excepción, a vuestro agrado, a la mayor gloria de Dios, en el tiempo y en la eternidad.
   
Recibid, ¡oh Virgen benignísima!, esta pequeña ofrenda de mi esclavitud en honor y unión de la sumisión que la Sabiduría encarnada quiso observar para con vuestra Maternidad; en homenaje del poder que ambos tenéis sobre este pequeño gusano y miserable pecador; y en acción de gracias por los privilegios con que os dotó la Santísima Trinidad.
   
Protesto que para en adelante quiero, como verdadero esclavo vuestro, procurar vuestra honra y obedeceros en todo.
  
¡Oh Madre admirable!, presentadme a vuestro querido Hijo en calidad de eterno esclavo, a fin de que como me rescató por Vos, me reciba de vuestras manos. ¡Oh Madre de misericordia!, hacedme la gracia de alcanzarme la verdadera sabiduría de Dios y de colocarme a este efecto en el número de los que amáis, enseñáis, guiáis, alimentáis y protegéis como hijos y esclavos vuestros. ¡Oh Virgen fiel!, hacedme en todo tan perfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría encarnada, Jesucristo, vuestro Hijo, que por vuestra intercesión y a ejemplo vuestro, llegue, a imitación vuestra, a la plenitud de la perfección sobre la tierra y de la gloria en los cielos. Así sea.