1º EL SERVICIO SECRETO ITALIANO SABÍA DE LA HOMOSEXUALIDAD DE MONTINI/PABLO VI
EL DOSSIER SOBRE UN INTENTO DE CHANTAJE A PABLO VI (Diario CORRIERE DELLA SERA, 27 de enero de 2006)
El
semanario «L’Espresso» relee las cartas del general Manes, contentivas
de rumores sobre una relación homosexual de Montini, y que Saragat
estuvo dispuesto a aprovechar. Jannuzzi: son solamente murmuraciones.
Dino Martiriano
Corresponsal político de CORRIERE DELLA SERA
Las
cartas secretas del general Giorgio Manes, dos valijas llenas de sobres
amarillentos, sacan a relucir viejas noticias escandalosas que en 1967
describían el intento de chantajear a Pablo VI por su presunta relación
homosexual, como escribiese entonces el francés Roger Peyrefitte, con el
actor Paolo Carlini: «El Papa presiona sobre Aldo Moro (entonces presidente
del Consejo de Ministros, N. del R.)... La Democracia Cristiana quería
salvarlo, pero S. está decidido», escribía en su agenda el
vicecomandante general de los Carabinieri Manes citando la fuente
«Ururi», que era el lugar de origen del ministro socialdemócrata Mario
Tanassi. Ahora, aquellos viejos fascículos, ya escandalosos del primer
ministro Felice Casson en los tiempos de las investigaciones sobre la
Operación Gladio y de la comisión Stragi, han sido individualizados por
el Espresso que hoy publica un amplio artículo de Riccardo Bocca y
plantea la hipótesis de un mandante excelente para aquella operación de
inteligencia: «Es conjeturable que detrás de aquella “S.” esté el
presidente de la República Giuseppe Saragat, que de Tanassi era
compañero de partido».
Pablo
VI y Giuseppe Saragat. Es el 21 de marzo de 1966: Pablo VI se reune con
el presidente
Saragat, en el Quirinal, después que éste pronunciara su discurso de
posesión. En los encuentros entre los dos hubo momentos de tensión. A
Nixon,
en 1969, Saragat dirá que el Papa no es de fiar porque es abierto a los comunistas
MONSEÑOR
MACCHI - Corría el año 1967, tres años después del presunto intento de
golpe de Estado atribuído al general Giovanni De Lorenzo. El general
Manes, escribe el semanario, confió a sus familiares otro aspecto del
«íncubo de Montini». Refiere Renato Manes, hijo del alto oficial muerto
en 1969: «Señaló a una relación de Montini con una monja conocida en
África, una situación de la cual poquísimos estaban al corriente y que
fue antes de su nombramiento como Pontífice». Eran, aquellos, tiempos
difíciles para las instituciones republicanas, se respiraba en todas
partes una «atmósfera de SIFAR» [Servicio
de Informaciones de las Fuerzas Armadas, organismo de inteligencia
italiano creado en la posguerra y disuelto en 1966, N. del T.].
Y aún hoy es difícil encontrar confirmación en aquella intriga de
espionaje que habría puesto en seria dificultad al jefe de la Iglesia.
No habla monseñor Pasquale Macchi, que fue cercano a Montini casi desde
1954 y después le siguió en el Vaticano hasta el año de su muerte, 1978.
«Monseñor Macchi nunca se preocupó sobre estas noticias», dice su
asistente, Luciano Vaccaro, que todavía refiere una frase a menudo
pronunciada por el ex secretario de Pablo VI ante la circulación de
ciertos rumores: «Aquí se necesitaría pasar jornadas enteras para
desmentir...».
EL
PLAN SOLO - Siempre en el 1967, Manes fue encargado por el comandante
general Carlo Ciglieri de indagar sobre la fuga de noticias en el
interior del Arma que permitían en el Espresso la primicia sobre el
«Plan Solo» y sobre la presunta tentativa de golpe de 1964. Uno de los
autores de aquel golpe periodístico es Lino Jannuzzi, que en 1969, una
vez elegido diputado junto al director Eugenio Scalfari, tuvo la
casualidad de ver morir entre sus brazos al general Manes: «Estábamos en
la Cámara de diputados y él se cayó así, sobre un diván del
Transatlántico [Salón de la Cámara de Diputados en el Palacio de Montecitorio, N. del T.],
antes de poder referirse a la comisión Alessi. Fue una muerte
absolutamente natural, no tenía nada que agregar al informe escrito que
llegó al primer ministro Occorsio pero que no fue nunca leído por el
tribunal que nos condenó». Relata Jannuzzi: «La investigación de Manes
consideraba los audios de los interrogatorios de los coroneles y de los
generales que habían admitido haber sido convocados por De Lorenzo para
una serie de reuniones secretas». ¿Y las noticias sobre Pablo VI? Para
Jannuzzi, aquella historia «era marginal en el informe Manes: eran
murmuraciones. La tesis de Peyrefitte era que Carlini fuese el amigo del
Papa pero no me parece que Manes hubiese indagado sobre esto. Incluso,
no había prueba alguna que confirmase aquellas voces».
Giovanni
De Lorenzo. Jefe del SIFAR por 7 años, comandante del Arma de
Carabineros, en el 64 ideó el «plan Solo». Descubierto el escándalo, fue
destituido.
2º ESCRITOR ITALIANO: «PAOLO CARLINI ME DIJO QUE ÉL Y PABLO VI FUERON AMANTES».
PABLO VI TUVO UN AMANTE: ERA EL ACTOR PAOLO CARLINI (Diario LA VOCE D’ITALIA, 30 de noviembre de 2009)
La relación, iniciada cuando Montini era arzobispo de Milán, prosiguió también cuando devino en Papa.
Marco Marsili
Fundador y director de LA VOCE D’ITALIA.
Cuando
era arzobispo de Milán, Giovanni Montini tuvo una “afectuosa” relación
con un actor. Es una de las historias “escondidas” de Peccati scarlatti
-Pecados escarlatas- (Edizioni libreria Croce, Roma), la última novela
del escritor sardo Biagio Arixi. El futuro Pablo VI (Montini subirá al
solio petrino el 21 de julio de 1963) tuvo una apasionada y sincera
relación con Paolo Carlini, iniciada en Milán a mitad de los años 50’,
cuando Pío XII nombró a Montini arzobispo de Milán, en remplazo del
desaparecido Alfredo Ildefonso Schuster. La relación prosiguió también
cuando, a la muerte de Pío XII, el cónclave eligió como papa,
el 28 de octubre de 1958, al anciano patriarca de Venecia, Ángelo
Giuseppe Roncalli, el cuale tuvo en grande estima a Montini (entre los
dos había una amistad consolidada casi desde 1925), hasta el punto de
elevarlo al cardenalato. El actor romañol, según cuanto recordó en el
programa Voce Arixi, le habría confesado dos tentativas para asesinarlo
por parte de los servicios secretos italianos (el Presidente de la
Repúbica Giuseppe Saragat habría tenido conocimiento de tal relación
clandestina).
Carlini comenzó su carrera de actor en el cine, a los 18 años, con un papel secundario en el filme Addio giovinezza!
-¡Adiós juventud!- (1940) al cual siguieron una cuarentena de
películas, siempre en papeles de no gran importancia, entre las cuales
están Vacanze romane -Vacaciones en Roma- (1953), La baia di Napoli -Todo comenzó en Nápoles- (1960) y Don Camillo e i giovani d’oggi
-Don Camilo y los jóvenes de hoy- (1972). Luego en los años cincuenta
pasó al teatro, donde tuvo buenas críticas. Pero la gran popularidad
para Carlini llegó en 1957 con la televisión, gracias al dramatizado Il romanzo di un giovane povero
-La novela de un joven pobre-, basado en la novela homónima de Octave
Feuillet y dirigido por Silverio Blasi. Por su interpretación obtiene el
premio “Micrófono de plata”. Desde entonces tuvo parte en numerosos
programas televisivos exitosos, aunque en papeles no siempre
protagónicos.
La
relación secreta entre Pablo VI y Carlini fue narrada por el mismo
actor –fallecido como consecuencia de una trombosis el 3 de noviembre de
1979, poco después de la muerte de Pablo VI, sucedida el 6 de agosto
del año precedente– a Arixi, que ha querido así rendir homenaje al amigo
desaparecido en su último libro, presentado el sábado en la librería
milanesa Pier Pour Hom. La novela es la afortunada secuela de Figlio di vescovo
-Hijo de obispo-, el libro-escándalo, junto a la sexta edición, que
llevado al autor de Villasor a la cima en los años ’90, con 30 mil
copias vendidas hasta hoy. Relaciones homosexuales entre altos prelados,
sodomía, pedofilia, pero también amor y pasión son algunas de las
historias narradas en la última obra del escritor sardo, que mimetiza la
realidad entre las líneas de la novela. A los lectores más perspicaces
sorprenderán los protagonistas de los escándalos nunca emergidos de la
Curia romana.
Terrible. He quedado sin palabras. Pero no cedamos al objetivo sionista.
ResponderEliminar¿Y no se puede hacer algo, meter a un abogado del diablo de por medio, visibilizar la incompatibilidad entre santidad y sodomía?
ResponderEliminarTito
Tito, igualmente ellos lo ignorarían, como hicieron con los médicos cuando la infame “beatificación” de Teresa Calcutense, quienes afirmaron que la curación que le atribuían no es sino una remisión natural de la enfermedad que padecía.
EliminarY aunque no fuera cierto esto está lo otro y es que era un comunista modernista de mierda. Ya que le gustaba tanto el comunismo Pío XII lo hubiera tenido que enviar con toda justicia mínimo a Siberia a invernar como un oso, jaja que se muriera de frio y bien torturado el muy ladino.
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