Como todos los años, la Catedral de San Juan Bautista de Turín instala el belén, pero este año, con la particularidad del coronaplandemia, decidieron ponerles mascarillas (barbijos, tapabocas o como se llamen) a las figuras, desde los pastores y los Reyes Magos hasta la Virgen y San José, causando gran polémica y que la asociación Cultura Identità lanzara una campaña para exigirle a Cesare Nosiglia, Arzobispón de Turín (nombrado por Joseph Ratzinger Tauber el 11 de octubre de 2010 y ratificado por Bergoglio el 1 de Agosto de 2019 a pesar de haber pasado la edad de retiro) que las remueva.
Si pensáis que habéis visto todo, os iréis para atrás con este, del Museo Diocesano de Arte Sacro (antiguo Convento de la Encarnación) en Bilbao (España). El belén, además de contar con las figuras embozadas con mascarillas (incluido el ángel, exceptuado el Niño Jesús -vaya uno a saber por qué-), tiene las líneas de perímetro para asegurar la distancia, el portal hecho de papel higiénico con sendos carteles que dicen en castellano y vascongado: «Aforo 3 personas» y «Tiempo máximo de adoración: 15 minutos», y la estrella hecha con mascarillas y guantes quirúrgicos.
COMENTARIO: A Dios nadie lo ofende impunemente.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)