Un hecho que ha pasado inadvertido es que durante meses, el Altar mayor de la Basílica de San Pedro (conocido como el Altar de la Confesión), ubicado justo sobre la tumba del Príncipe de los Apóstoles y bajo el baldaquín de Bernini, y donde en mejores épocas (o sea, antes de aquel triste 9 de Octubre de 1958) el Papa presidía cuando celebraba de Pontifical, ahora esté sin actividad.
El profesor Armin Schwibach, corresponsal en Roma del diario católico austríaco Kath.net, ha calificado este abandono reciente como un “vacío simbólico”; y atribuye esto no sólo al mentado coronavirus (que ha motivado a Bergoglio, cuando ha ido a la basílica, usar el altar de la Cátedra de San Pedro, sito detrás del Altar Mayor), sino también entrada procesional del demoníaco ídolo de la Pachamama el 27 de Octubre de 2019, a la clausura del Sínodo de la Amazonía, donde se ubicó unos tazones rojos con tierra y plantas sobre el dicho altar. Mismos tazones empleados en una ceremonia pagana el 4 de Octubre.
Este acto (considerado sacrilegio y profanación de altar) ha desencadenado otros hechos más:
- Para el Anuario de 2020, Bergoglio renunció al título “Vicario de Cristo”.
- Estalla la coronacrisis, usada por las autoridades seglares para cerrar las iglesias (todo con el placet de Bergoglio).
- Contemporáneamente, deja de celebrar en este Altar Papal.
- Cancelada la Misa de Navidad en la Medianoche (que en el Vaticano, Bergoglio simulará a las 19:30h hora local, por el toque de queda en Italia, a pesar que el Vaticano es un territorio bajo la autoridad de la Santa Sede, Sujeto de Derecho Internacional independiente y distinto de la República Italiana).
Coincidimos en que es un “vacío simbólico” que representa un vacío REAL en el Solio Petrino desde el 9 de Octubre de 1958, cuando falleció el último Papa Católico, Pío XII (en el siglo Eugenio María Pacelli), iniciándose así la Sede Vacante, que desde el 28 del mismo mes ha estado siendo usurpada por apóstatas masones, modernistas, operarios y encubridores de iniquidad. Mas no por ello quiere decir que la verdadera Iglesia Católica está acéfala (como dicen algunos herejes), porque CON O SIN PAPA, LA CABEZA Y SEÑOR DE LA IGLESIA CATÓLICA ES JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR (Efesios V, 3); y que esta Apostasía y crisis final sólo terminará EN LA PARUSÍA. Cualquier otra esperanza o intento, necesariamente es error teológico, violación al derecho canónico y condenado al fracaso.
Mejor, menos lo toque el tarambana ese menor profanación.
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