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viernes, 12 de marzo de 2021

BERGOGLIO DE NUEVO ENLODA LA HISTORIA DE LA IGLESIA

El pasado 20 de Febrero, la escritora judía húngara nacionalizada italiana Edith Bruck (nacida Edith Steinschreiber) recibió en su casa la visita “privada” de Francisco Bergoglio, quien al saludarla dijo:
«He venido aquí, a su casa, para agradecerle su testimonio y rendir homenaje al pueblo martirizado por la locura del populismo nazi. Repito con sinceridad las palabras que pronuncié desde el fondo de mi corazón en Yad Vashem, y que repito ante cada persona que, como ella, ha sufrido tanto por ello: “Perdón, Señor, en nombre de la humanidad”».
  
   
Bruck, que sobrevivió a Auschwitz (donde murió su madre), Dachau (donde murió su padre), Christianstad y Bergen-Belsen (donde fue rescatada con un hermano y una hermana por los Aliados), tuvo cuatro maridos (Milan Grün, Dany Roth, un sujeto de apellido Bruck -con el cual se casó para posponer su servicio militar en el recién nacido Israel, y del cual ella tomó su apellido luego del divorcio-, y el poeta y director de cine italiano Nelo Risi Mazzocchi), relató algunos pormenores de la conversación con Bergoglio:
  • «El sábado hablamos también de la Iglesia Católica, me ha dicho que el antisemitismo histórico tiene sus raíces en el cristianismo»
  • «Crecí entre los sacerdotes que me echaban en cara haber matado a Jesús y la madre que decía “nos han robado a Yeshua”. Estaba rodeada por el antisemitismo pero tenía amigas cristianas, porque los judíos ultraortodoxos no enviaban a sus hijos a jugar con una niña poco religiosa como yo. Y, también cuando las cosas empeoraron y me obligaron a sentarme sobre la ortiga con el trasero desnudo, una familia cristiana nos había llevado el pan al gueto. La historia está hecha de claroscuros. Creo que será difícil hacer santo al Papa Pío XII. Nosotros los judíos no tenemos santos, y yo pienso que él era un hombre que tenía miedo de dañar a su comunidad denunciando las deportaciones que se multiplicaban pero, al mismo tiempo, tantos cristianos habían escondido a los judíos».
Como es costumbre, el homenaje a la Sinagoga está plagado con falsos clichés, que no resisten el juicio histórico: En 1928, Pío XI condenó el antisemitismo (en cuanto “odio a los judíos”) de la Action Française, y nueve años después con Mit Brennender Sorge condenó la ideología racista nazi (que después sería adoptada por el fascismo italiano). Ítem, el Papa Ratti encargó a la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades la redacción del Sýllabus Antirracista, que fue publicado el 3 de Mayo de 1938, en ocasión de la visita de Hitler a Roma, y cuyo contenido publicamos por primera vez en castellano a partir de su versión francesa en La Documentation Catholique, 20 de Mayo de 1938, cols. 579-580:
«Los maestros deberán aplicarse por todos sus medios, a aprontar a la biología, a la historia, a la filosofía, a la apologética, a las ciencias jurídicas y morales, con armas para refutar con solidez y competencia las afirmaciones insostenibles que siguen:
  1. Las razas humanas, por sus características naturales e inmutables, son tan diferentes que la más humilde de entre ellas está más lejos de la más elevada que de la especie animal más alta.
  2. El hecho de conservar y cultivar, por todos los medios, el vigor de la raza y la pureza de la sangre, y todo lo que conduzca a este resultado es, por el hecho mismo, honesto y permitido.
  3. Es de la sangre, sede de los caracteres de la raza, que todas las calidades intelectuales y morales del hombre derivan como de su fuente principal.
  4. El fin esencial de la educación es desarrollar los caracteres de la raza e inflamar los espíritus de un amor ardiente por su propia raza como el bien supremo.
  5. La religión está sometida a la ley de la raza y debe adaptarse a ella.
  6. La fuente primera y la regla suprema de todo orden jurídico es el instinto racial.
  7. No existe sino el Cosmos; todas las cosas, comprendido el hombre, no son sino las formas diversas amplificándose en el curso de las edades del “viviente universal”.
  8. El hombre no existe sino por el Estado y para el Estado. Todo lo que posee de derecho deriva únicamente de una concesión del Estado».
y encargó al jesuita estadounidense John LaFarge (descendiente por parte de madre del héroe naval Oliver Hazard Perry, del Padre fundador Benjamín Franklin y de William Wallace) la redacción de la encíclica Humáni géneris únitas con la cual condenaba el racismo en general y la persecución a los judíos. Si bien la muerte de Pío XI impidió su publicación, su sucesor Pío XII empleó las ideas de esta para su primera encíclica Summi Pontificátus, publicada el 12 de Octubre de 1939 (omitiendo las acusaciones contra los judíos que estaban en el referido proyecto de encíclica, que el padre Vladímir Halka Ledóchowski SJ –cuyas hermanas María Úrsula de Jesús y María Teresa Ledóchowska fueron fundadoras de sendas congregaciones religiosas y murieron en opinión de santidad–, Prepósito general de la Compañía y superior del padre LaFarge, consideraba “de lenguaje excesivo”).
  
Pío XII (que dicho sea de paso, hoy hace 92 años fue su coronación pontificia), por su parte, durante la guerra hizo más por los judíos que muchos líderes europeos y estadounidenses (cabe recordar que el consejero judío Samuel Irving Rosenman Paler le recomendó al presidente Franklin Delano Roosevelt no recibir a la “Marcha de los Rabinos” el 6 de Octubre de 1943, que le pedían proteger a sus hermanos de Europa): por medio de monseñor Angelo Dell’Acqua Varalli O.SS.C.A., canalizó la ayuda papal hacia los judíos, y arriesgándose a ser secuestrado por los nazis y enviado a un campo de concentración, los escondió en iglesias y monasterios e inclusive, les facilitó visado para huir a países más seguros, granjeándole distintos elogios por Albert Einstein, el rabino jefe de Jerusalén Israel Herzog, el Congreso Judío Mundial, del rabino jefe de Roma Israel Zolli (que se convirtió al catolicismo el 13 de Febrero de 1945, en la basílica de Santa María de los Ángeles, y escogió como nombre de bautismo Eugenio Pío, en honor al Papa Pacelli), e inclusive de la primera ministra israelí Golda Meir y de Gideon Hausner, fiscal general israelí durante el proceso contra Adolfo Eichmann.
   
Pero como sucede siempre, los judíos siempre se han mostrado ingratos a sus benefactores, y por eso es que hoy en día tienen obstaculizada en el Vaticano la causa de canonización de Pío XII (aunque las canonizaciones modernistas NO TIENEN VALOR ALGUNO) basándose en las calumnias inventadas ¡por la KGB! Calumnias de las cuales se hace eco también Bergoglio, que, como es costumbre, no resiste la tentación de, “meaculpabilismo” por medio, echar fango sobre la Iglesia pre-conciliar y su historia, TAL COMO SU ANTECESOR WOJTYŁA… que dicho sea de paso, ERA DE ORIGEN JUDÍO y sus obras fueron influenciadas por los judíos.

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)