UN RETABLO ELOCUENTE DEL MANICOMIO ALEMÁN”

Elementos tomados de GLORIA NEWS, WESTDEUTSCHER RUNDFUNK y DOM RADIO.

  

   

El lunes de Pentecostés 24 de Mayo, luego de un trabajo de remodelación, la iglesia románica de San Clemente en Drolshagen, perteneciente a la archidiócesis de Paderborn (Alemania) reveló un retablo de 5×4,5 metros diseñado por el artista local Thomas Jessen (62) y “consagrado” por Hans-Josef Becker, ordinario de Paderborn, luego de 10 años de remodelación. 

     

El retablo, que pretende representar la Asunción de María, muestra a “Nuestra Señora” (representada con jeans y un suéter de cuello alto) subiendo por una escalera plegable y entregándole a “Santo Tomás” (en jeans, pero descamisado y sosteniendo una copia de “La duda de Tomás” de Caravaggio, para identificarlo) su cinturón (que más parece serpiente) como prueba de su Asunción, mientras “Santa Verónica” (también en jeans y suéter, y sobre una escalera de mano) esculpe un bloque de mármol (¿representando la Santa Faz de Jesús?).

   

Markus Leber (52), párroco de San Clemente, dijo que conocía a Jessen, y le dio plena libertad de acción para su obra. Explicó que «La escalera se erige como un símbolo del encuentro entre el cielo y la tierra. Se exige repetidamente que la Iglesia católica se vuelva más moderna. Ahora lo hemos hecho», y justificó «El arte debería hacerte pensar. ¿Qué piensa la gente? María no corría por Nazaret con una corona en la cabeza. Siempre fue una mujer normal del pueblo», añadió, en referencia a la oposición que despertó en varios de sus feligreses, y prometió que Jessen explicaría la obra el miércoles 26. Afirmó que no la puede remover porque de otro modo, le caería la ira de la oligarquía seglar y la nomenkaltura diocesana.

   

COMENTARIO: Aunque no es de nuestros afectos, el filósofo Friedrich Nietzsche tiene razón al escribir lo siguiente: «La locura es algo raro en los individuos, pero la es la norma en los grupos, los partidos, los pueblos, las épocas» (Más allá del bien y del mal, 4). Pero más que locura, se ve reflejada la apostasía y la adopción de este remedo de “artista” y de la Iglesia Conciliar de la simbología masónica y comunista (el compás y el martillo eran los elementos centrales del emblema de la República Democrática Alemana y de la canción propagandística “Hammer und Zirkel im Ährenkranz”: «Hammer und Zirkel im Ährenkranz, / Zeichen des Glücks an der Wiege, / weit über die Grenzen des Vaterlands / trägt es den Ruhm unsrer Siege» [Martillo y Compás en la Corona de espigas, / Signo de Suerte en la Cuna, / sobre las Fronteras de la Patria / lleva la Fama de nuestras Victorias] -a pesar que, dicho sea de paso, Paderborn era parte de la República Federal-), deshonrando el Dogma de la Asunción de Santa María en el proceso (y Dios nuestro Señor no dejará impune tal ofensa: NEMO ILLAM IMPÚNE LACÉSSIT!)