Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
El cardenal Gaetano Cicognani, presidente de la Comisión preparatoria del Vaticano II para la Liturgia, flanqueado por su secretario el padre Annibale Bugnini, saluda a Mons. Joseph-Albert Malula Bolumbu (de espaldas), obispo auxiliar de Léopoldville (Congo Belga). A la derecha, Mons. Henri-Martin Félix Jenny, entonces obispo auxiliar de Cambrai (12 de Noviembre de 1960).
El 5 de Febrero de 1962, hace cincuenta años, murió el eminentísimo cardenal Gaetano Cicognani Ceroni.
Nacido de Guglielmo Cicognani y su esposa Anna Ceroni en Brisighella, en el Ravenado, el 26 de Noviembre de 1881, fue ordenado sacerdote el 24 de Septiembre de 1904 por Mons. Gioachino Cantagalli, Obispo de Faenza. Graduado de Filosofía, Teología y ambos Derechos en el Ateneo Romano de San Apolinario, entró a trabajar en la Sagrada Rota, obteniendo una cátedra en el mencionado ateneo.
1915 es el año de su ingreso en la Secretaría de Estado, que sin embargo debió abandonar un año después, siendo enviado primero a la nunciatura de Madid, y después a la de Bruselas.
El 11 de Enero de 1925, Pío XI lo eligió Obispo titular de Ancira y lo nombró Nuncio Apostólico en Bolivia. La consagración episcopal le fue conferida por el cardenal Pietro Gasparri el 1 de Febrero siguiente.
En 1928 pasó a la nunciatura del Perú, luego en 1936 a la de Viena y finalmente en 1938 nuevamente a la de España, en los años de la Anschluß y de la tremenda guerra de España.
Pío XII lo creó Cardenal Presbítero de Santa Cecilia en el Consistorio de Enero de 1953. La birreta le fue impuesta en Madrid por el Generalísimo Franco.
En Octubre del mismo año recibe el nombramiento como Prefecto de la Sagrada Congregacióne de Ritos, encargada en las cuestiones de Liturgia y en las causas de los Santos.
Muerto Pío XII el 9 de Octubre de 1958, con la elección de Juan XXIII bis, conservó los cargos y obtuvo adicionalmente el obispado suburbicario de Frascati, vacante por la muerte del cardenal Federico Tedeschini Serani el 2 de Noviembre de 1959.
En el contexto de la preparación del Concilio Vaticano II, recibió el cargo de Presidente de la Comisión Preparatoria para la Liturgia, con el padre Annibale Bugnini Ranieri como Secretario. A esto encargo se liga el “drama” aludido en este título.
Después de dos años de trabajo (1960-1962), se necesitaba que Cicognani pusiese su firma en la parte final del borrador del texto sobre la liturgia que se quería proponer a los padres conciliares. Con todo, el cardenal dudaba y se negaba precisamente a firmarlo. El mismo Roncalli pensó en obligarlo, como relata Ralph Wiltgen en “El Rin desemboca en el Tíber” (1967):
«El Papa Juan llamó a su Secretario de Estado y le dijo que visitase a su hermano y no volviese hasta que el esquema estuviese debidamente firmado. El 1 de febrero de 1962 acudió a la oficina de su hermano, se reunió con el Arzobispo Felici y con el P. Bugnini en un pasillo próximo, e informó a su hermano de los deseos del Papa Juan. Posteriormente, un peritus de la Comisión Preparatoria de Liturgia afirmó que al anciano cardenal casi se le saltaban las lágrimas cuando blandió el documento en el aire y dijo: “quieren que firme esto, pero yo no sé si quiero hacerlo”. Luego apoyó el documento sobre su mesa, tomó una pluma, y le puso su firma. Cuatro días después falleció» [1].
Escribió Bugnini:
«Si el cardenal Cicognani no hubiese firmado la Constitución, el resultado, humanamente hablando, sería un verdadero desastre» [2].
Un desastre para los progresistas, pero tal vez no para la Santa Iglesia.
NOTAS
[1] Le Rhin se jette dans le Tibre, ed. estadounidense, Hawthorn Books. Nueva York, 1967. Ed. du Cèdre (ed. francesa) 1976, pág. 139. Criterio Libros (ed. española) 1999, pág. 163.
Amleto Giovanni Cicognani, su hermano menor, diplomático como él, fue hecho cardenal en el primer consistorio de Juan XXIII, que a la muerte del card. Domenico Tardinini Malerbini lo nombró su Secretario de Estado.
[2] Annibale Bugnini, La riforma liturgica (1948-1975), Edizioni Liturgiche, Roma, 1983, pág. 36.
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