En
un sermón dado el Domingo del Perdón (último domingo antes de la Gran
Cuaresma en la Ortodoxia y los católicos orientales) en la catedral de
Cristo Salvador en Moscú, el Patriarca Cirilo I Gundiáyev de Moscú
justificó la operación militar rusa en Ucrania.
«¿La
invasión de Ucrania? Es correcto luchar, es una guerra contra el lobby
gay. Durante ocho años ha habido intentos de destruir lo que existe en
el Dombás, donde hay un rechazo fundamental a los llamados valores que
hoy son ofrecidos por quienes se reclaman el poder mundial», declaró el
Patriarca de Moscú y de Todas las Rusias, añadiendo que «hoy existe una
prueba de lealtad a este poder, una especie de transición a ese mundo
“feliz”, el mundo del consumo excesivo, el mundo de la “libertad”
visible. ¿Sabes cuál es esta prueba? Es muy simple y a la vez terrible:
es un desfile gay. Las solicitudes para realizar un desfile gay se
consideran una prueba de lealtad a ese mundo, tan poderoso, y sabemos
que si las personas o los países rechazan esas solicitudes, se quedan
fuera de ese mundo».
«Esto
quiere decir que se trata de imponer por la fuerza un pecado condenado
por la ley de Dios, y por lo tanto, obligar a las personas a negar a
Dios y su verdad. Lo que está pasando hoy en día en las relaciones
internacionales no solo tiene un significado político. Estamos hablando
de algo diferente y mucho más importante que la política. Se trata de la
salvación humana, hacia dónde irá la humanidad», remarcó.
Al
tiempo, Cirilo protestó: «Todo lo que digo no tiene sólo un sentido
teórico y no sólo un sentido espiritual. Hoy hay una verdadera guerra en
torno a este tema. Hemos entrado en una lucha que no tiene un
significado físico, sino metafísico. Sé cómo, lamentablemente, los
ortodoxos, los creyentes, eligen el camino de la menor resistencia en
esta guerra, no reflexionan sobre todo lo que hoy pensamos, sino que
siguen humildemente el camino que los poderes establecidos les señalen.
Nosotros seremos fieles a la palabra de Dios, seremos fieles a su ley.
Nunca toleraremos a los que difuminan la línea entre la santidad y el
pecado, y más aún a los que promueven el pecado como ejemplo o como uno
de los modelos del comportamiento humano».
«Hoy
nuestros hermanos en Dombás, los ortodoxos, sin duda están sufriendo, y
solo podemos estar con ellos, especialmente en la oración. Debemos orar
para que la paz llegue cuanto antes, para que la sangre de nuestros
hermanos y hermanas se detenga, para que el Señor incline su
misericordia sobre la tierra sufriente del Dombás, que ha llevado este
triste signo por ocho años, generados por el pecado y el odio humanos»,
concluyó Cirilo, refiriéndose a la situación en el Dombás.
Ni
bien se publicó el sermón, los medios occidentales enseguida se
hicieron eco de las críticas. La agencia AP (y la página web modernista
Alfa&Omega –de los mismos maristas de Vida Nueva Digital y Ediciones
SM–) replicó las declaraciones de Daniel Zelinski, arzobispo de la
eparquía occidental de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana de Estados Unidos
(unida al Patriarcado de Constantinopla) calificó de «incomprensibles»
las palabras del Patriarca y apuntó que «independientemente de nuestras
creencias y de nuestra postura en cuestiones sociales y morales, no se
pueden usar como una herramienta de propaganda para justificar la
invasión rusa y la matanza de inocentes» (en ese mismo sentido se
pronunciaron John Burgess, profesor del seminario de la Iglesia
presbiteriana en Pittsburgh, y Catherine Wanner, profesora de Historia y
Antropología Cultural en la Universidad Estatal de Pensilvania),
mientras que algunos clérigos en Ucrania informaron que dejaron de
conmemorar al Patriarca Cirilo en la Divina Liturgia y piden un sínodo
para declararlo depuesto e independizarse.
COMENTARIO: Antes
que algún zelote católico ose cuestionar si hemos pasado al cisma (lo
cual Dios tenga a bien librarnos), le exhortamos a mirar estas
fotografías (DISCRECIÓN CON LOS NIÑOS Y PERSONAS SUSCEPTIBLES):
Son del Desfile del “Orgullo gay” de Kiev del 2019 (el último antes de la plandemia y de la guerra), expresión de los “valores europeos” que propugna la iglesia del cismático Epifanio Dumenko
(jerarca de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana-Patriarcado de
Constantinopla), y los que Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de
Kiev y Galicia y jerarca de la Iglesia Grecocatólica Ucraniana, afirmó
que su país «defiende a costa de la sangre de sus hijos».
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)