DOS AÑOS DESPUÉS DE MUERTO, Y LE HACEN UN FUNERAL MARIACHI

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.

  

Nuestro Señor citó a sus apóstoles la profecía del Antiguo Testamento de Zacarías de que la verdadera Iglesia sufrirá porque sus pastores, los obispos y los papas serán azotados, y el rebaño se dispersará.

No sorprende que la profecía de Zacarías se haya hecho realidad en nuestros días.

   

Gilberto Espinosa Chávez no era un obispo católico, ya que la Iglesia Conciliar dejó de consagrar obispos cuando adoptó el Nuevo Ordinal protestante en 1968. Desde ese momento, simplemente instaló a los obispones como burócratas pretenciosos. La Iglesia Conciliar tampoco tiene una Misa, y mucho menos una Misa de Réquiem. En 1969 la sustituyó por un servicio inválido (falso) protestante-masónico-pagano, que no tiene más eficacia que un servicio luterano. Sin embargo, Chávez tuvo su funeral el 19 de Marzo de 2022, dos años después de su muerte. Y ese funeral fue una parodia del Novus Ordo: una “Misa de mariachis”.

   

Chávez estaba profundamente involucrado en el fraude de la Nueva Iglesia del Nuevo Orden, habiendo sido uno de sus obispones para San Diego, California, desde el 21 de Junio de 1974, cuando la secta del Nuevo Orden apenas se estaba acelerando. Pero Chávez lo sabía mejor. Había sido ordenado sacerdote el 19 de Marzo de 1960, cuando la Iglesia todavía era Católica, pero en 1974 había comprado la herética Nueva Iglesia del Nuevo Orden, que había sido fundada en 1964 en el Anticoncilio del Vaticano II para reemplazar a la Iglesia Católica. como la Iglesia “institucional”. [Parte de la información para este Comentario provino de Southern Cross].

   

Católicos tradicionales, Nuestro Señor profetiza muy directamente los sufrimientos de la verdadera Iglesia que vendrán de los pastores, es decir, de los obispos y especialmente del Papa. Cristo cita las palabras del profeta Zacarías (13, 7/DRV): «Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño se dispersarán». Los Padres de la Iglesia interpretan la profecía en el sentido de que a causa del mal el mismo papado será azotado, y los fieles serán esparcidos en confusión. ¿Quién puede negar que esa profecía se ha hecho realidad en nuestros días?