Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
El Anticoncilio (1962-1965) que fundó la Iglesia Novusordita en 1964 para remplazar a la Iglesia Católica está deviniendo desquiciado: tantos presbíteros y fieles están abandonándolo, que está hundiéndose rápido, y sus templos están siendo cerrados alrededor del mundo.
El cardenal conciliar Blaise Joseph Cupich Mayhan, de Chicago (Ilinois) es un íntimo de Francisco Bergoglio, y marcha junto a los decretos bergoglianos suprimiendo la semi-novusordita Nueva Misa Latina de 1962, que ni siquiera es la Misa Latina Tradicional, sino una forma severamente corrompida de esta que fue usada parcialmente como la base para la protestante-masónico-pagana Nueva Misa de 1969. Bergoglio elevó a Cupich a la posición de cardenal, y lo nombró como miembro del poderoso Dicasterio para los Obispones, que controla la selección de los obispones alrededor del mundo, asegurándose que estén en conformidad a las herejías de Bergoglio.
Cupich soltó la sopa sobre por qué Bergoglio está tan maniático en buscar la supresión de la semi-novusordita Nueva Misa Latina. Bergoglio piensa que este movimiento asegurará el “legado” del Anticoncilio Vaticano II (1962-1965). El Anticoncilio está en necesidad desesperada de ser asegurada. Su creación de la Iglesia Novusordita en 1964 para remplazar a la Iglesia Católica u su supresión concomitante del sacerdocio católico, la Misa católica, y la doctrina y la moral católica, está hundiéndose rápido. Los presbíteros-ministros novusorditas (la Iglesia Conciliar no ha ordenado sacerdotes desde 1968) están abandonando la Iglesia Conciliar en cifras récord, y la asistencia a los servicios modernistas, sea en lenguas vernáculas o en latín, está cayendo en picado. La floración está fuera de la rosa del Vaticano II (aunque para empezar, nunca estuvo allí realmente).
Si bien Bergoglio es usualmente señalado como el malhechor en este juego litúrgico conciliar, Benedicto XVI Ratzinger tuvo su papel también. Él escribió un decreto en 2007, “Summórum Pontíficum”, que supuestamente liberó en alguna forma la antitradicional Nueva Misa Latina, pero él escribió el decreto en una forma deliberadamente defectuosa que fácilmente podía ser rechazada, una vez que los pseudotradicionalistas fueran denunciados y puestos para castigo. Ratzinger señaló específicamente que su decreto sería revisado, incluso revisado o rechazado en el futuro cercano. Y eso es justo lo que Bergoglio hizo en “Traditiónis Custódes” en 2021. Los pseudotradicionalistas trataron de defraudar a Ratzinger y Bergoglio intentando hacer la Nueva Misa Latina una alternativa igual al servicio novusordita. Envalentonados, incluso trataron (¡Dios lo quiera!) de rechazar las herejías del Anticoncilio [Parte de la información para este Comentario provino de la Archidiócesis de Chicago (Ilinois)].
Católicos tradicionales, los pseudotradiocnalistas trataron de crear una “iglesia paralela” dentro de la Iglesia Conciliar. Ellos no tuvieron la honestidad para salir de la Iglesia Conciliar, fundada en 1964 durante el Anticoncilio, y alinearse con la Iglesia Católica, que ha existido independientemente de la apostasía conciliar. La única elecciñon moral de un verdadero católico es salir de la protestante-masónico-pagana Iglesia Novusordita, que muy ciertamente no es la Iglesia Católica. Uno no puede jugar con el Enemigo. Su cola te golpeará en el trasero cada vez, como los deshonestos y pseudotradicionalistas lo hallaron, puesto que están unidos inexorablemente con la apostasía conciliar.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)