ORACIÓN EN LAS PRESENTES CALAMIDADES DE LA IGLESIA

   
LATÍN

Jesu dulcíssime, divíne Magíster noster! qui nefárias Pharisæórum machinatiónes, quíbus te freqüénter impetébant, semper elusísti; dissípa consília impiórum, et ómnium illórum qui in pusillanimitáte spíritus fallácibus suis argútiis Pópulum tuum irretíre ac circumveníre moliúntur. Omnes nos discípulos tuos illústra lúmine grátiæ tuæ, ne forte corrumpámur astútia sapiéntum hujus sǽculi, qui perniciósa sophísmata sua úbique spargunt, ut et nos in erróres suos pertráhant. Concéde nobis tale fídei lumen ut impiórum insidias agnoscámus, Ecclésiæ tuæ dógmata fírmiter credámus ac cavillórum axiómata constánter rejiciámus. Amen.

   

TRADUCCIÓN

Oh Jesús dulcísimo, nuestro divino Maestro, que siempre burlaste los impíos artificios con que frecuentemente Te asaltaban los fariseos; disipa los consejos de los impíos, y de todos aquellos que con espíritu pequeño maquinan enredar y sorprender con sus engañosas sutilezas a tu pueblo. Ilumina con la luz de tu gracia a todos nosotros, discípulos tuyos, para que no vayamos a ser corrompidos por la astucia de los sabios de este siglo, que siembran por todas partes sus perniciosos sofismas, para arrastrarnos también a sus errores. Concédenos una luz de fe tan viva, que podamos conocer las asechanzas de los impíos, creamos firmemente los dogmas de tu Iglesia, y rechacemos constantemente los sofismas de la mentira. Amén.

  

La Santidad del Papa Pío IX, por medio de Decreto del cardenal Alejandro Barbanò, Prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fídei, fechado a 22 de Octubre de 1866, se dignó conceder 100 días de Indulgencia a cuantos devotamente rezaren esta oración.