«Donde se acostumbran hacer las conmemoraciones en la sagrada liturgia,
debe ser conmemorado primero el Romano Pontífice, luego el propio obispo
y patriarca, siempre que estos sean católicos. Pero si uno de ellos o ambos son cismáticos o herejes, de ningún modo deben ser conmemorados» (PAPA BENEDICTO XIV, Encíclica Ex quo primum témpore, #9, 1 de Marzo de 1756).
Esta cita es muy importante, porque pondría punto final a la disputa sobre la mención de prelados herejes o cismáticos, que de antiguo se realizaban en las Misas y Liturgias. Un ejemplo lo encontramos en el antiguo rito Mozárabe e incluso en épocas más recientes. Así, está documentado, verbigracia que hasta el siglo XVIII los sacerdotes católicos en Holanda seguián mencionando a los obispos jansenistas de Utrecht.
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