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miércoles, 31 de mayo de 2023

PRESBÍTERO CRITICA AL NOVEL ARZOBISPÓN BONAERENSE (Y ANTE LA POLÉMICA, SE RETRACTA)

Noticia tomada de GLORIA NEWS, ampliada en algunos detalles.
  

Un audio enviado en un grupo de WhatsApp de presbíteros conciliares por el presbítero argentino Rodrigo Vázquez, párroco de Santa Julia en Pergamino (diócesis de San Nicolás de los Arroyos) y ex capellán castrense, donde este critica el nombramiento de Jorge Ignacio García-Cuerva como arzobispón de Buenos Aires, ha causado polémica:
«Muy buenos días a todos, queridísimos amigos, camaradas de este grupo tan distinguido. No soy de escribir ni hablar mucho, pero participo asiduamente de este grupo, escuchando y rezando por las intenciones de cada uno de ustedes, la Santa Misa y el Santo Rosario, bueno, mis sacrificios diarios. 
   
Con García-Cuerva fuimos compañeros de seminario. Él estaba 2 años más adelantado que yo, pero lo conozco bastante. Se ordenó en el año ’97 y yo en el 99. Soy exalumno del colegio Marín de San Isidro, hice todo el seminario allí y después terminé como alumno externo en Devoto, en el Seminario Metropolitano, viviendo en el Colegio Militar de la Nación, porque después me ordenaron allí en el obispado castrense Monseñor Martina. Entonces, lo conozco a él, fuimos compañeros.
   
Primero, es una persona gay, que apoya el LGTB, toda esa porquería; además apoya el terrorismo, es kirchnerista, peronista y es recontrafrancisquista. Así que no se ilusionen, es lo peor que nos pudo pasar. Lo peor de lo peor, eligió para ponerlo allí. Estaba entre él y Víctor Manuel Fernández, que es el de La Plata. Otro gay, otro afeminado, y que además no sigue la doctrina de la Iglesia de siempre, que están destruyendo la Iglesia continuamente, diciendo que es bueno lo que es malo y malo lo que es bueno. ¿Es antimilitar? Por supuesto. ¿Amigo de las Abuelas de Plaza de Mayo? Por supuesto que sí, así que no se ilusionen para nada. No recuerdo bien su pasado, si tiene algo que ver con la fuerza que pusieron acá del Aviador, pero lo que sí les puedo asegurar es que es lo peor que puede haber sucedido. Así que, a rezar mucho y bueno, a pedirle al Señor que con su providencia nos acompañe. Que viva Cristo Rey, viva María Reina y el glorioso Patriarca San José».
  
El audio se hizo viral, atrayendo la polémica de los sectores de siempre y el anuncio de una investigación canónica por su obispón Hugo Norberto Santiago Terrero (ante lo cual consultó al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el obispón conspiracionista de San Isidro, Óscar Vicente Ojea Quintana), por lo que se viró para atrás con otro audio diciendo:
«Hermanos, les habla el padre Rodrigo Vázquez, y bueno, quiero pedir disculpas por los dichos manifestados por WhatsApp en relación al nuevo nombramiento del arzobispo de Buenos Aires, ~monseñor García-Cuerva, designado por el Santo Padre, el Papa Francisco. También por lo referido al señor arzobispo de La Plata, Fernández. Así que, bueno, manifiesto que mis dichos son mendaces, y no se corresponden con la realidad. Solamente fue un comentario sin sentido, solicito a todos el perdón. Me arrepiento de todo el contenido del audio que hizo circular. Además quiero dejar en claro que no tengo nada en contra de las personas de orientación gay, para nada, no es una actitud de Cristo. Quiero decirlo claramente, pedir disculpas si alguno se sintió herido y a todos los que haya podido escandalizar. Desde ya pido el perdón y la bendición del Señor y su misericordia».
Lo irónico en el asunto es que García-Cuerva reconoció en una entrevista que había trabajado con personas LGBT y que es francisquista, pero negó ser kirchnerista y apoyar el terrorismo (dijo que su padre Jorge Antonio fue miembro de la Fuerza Aérea y un tío segundo –Gustavo Argentino García-Cuerva Calabrese– murió en la guerra de las Malvinas). Algo de verdad había.
   

BERGOGLIO DEJA EN RIDÍCULO Y SIN TRABAJO A SUS “APOLOGISTAS”

Traducción del artículo publicado en NOVUS ORDO WATCH. Textos bíblicos tomados de la versión de Mons. Félix Torres Amat.
  
FRANCISCO BERGOGLIO LO DEJA CLARO: ¡ÉL ENTIENDE EL PROSELITISMO COMO CONVERTIR A LAS PERSONAS, Y ESO ESTÁ MAL!
Mira que te lo dijimos…
  
    
Durante los últimos 10 años y contando, los apologistas novusorditas se han esforzado al máximo tratando defender la condena constante que hace Jorge Bergoglio del “proselitismo”. Nos dijeron que no se refiere a que la gente se convenza de la Fe verdadera, y mucho menos a que se convierta. No, él se refiere a presionar a la gente a que se convierta, usar medios engañosos para convertirlas, matonearlas hacia la conversión, y amenazarlas con la condenación si no se convierten.
    
Te dijimos desde el vamos que definitivamente no es eso a lo que Bergoglio se refiere, y esto es evidente por el contexto en que habla, por las otras cosas que ha dicho, por su rechazo general a buscae la conversión de alguno, por su mínimo común denominador del ecumenismo, y por el hecho que de todos modos virtualmente nadie en la Iglesia Novusordita presiona o matonea a nadie para que se convierta, así que ¿dónde está la necesidad de estas tiraderas incansables contra un problema fantasma?
  
Aquí unos cuantos enlaces que muestran lo obvio:
El 19 de Enero de 2023, Francisco Bergoglio recibió una delegación ecuménica de Finlandia y una delegación budista de Camboya. A los fineses, él les comunicó claramente que ellos eran hijos de Dios, verdaderos creyentes, y justificados ante el Altísimo y en camino a la salvación eterna. Las herejías fueron asombrosas, pero nada inusual para el pseudopapa:
Ese mismo día, Bergoglio se dirigió a una delegación de budistas, y les habló de la conversión. Por supuesto, no de la conversión a Jesucristo o al catolicismo, sino de la conversión ecológica por un planeta más saludable. Él alabbó las «profundas riquezas» del budismo a ese respecto, específicamente invocando las enseñanzas de Buda, «entre ellos la práctica llamada “mettā”, que consiste en no dañar a los seres vivos (cfr. Mettā SuttaSutta Nipāta 1.8), y viviendo un estilo de vida sencillo…» (fuente).

Advierte cómo Bergoglio no tiene ningún problema proselitizar sobre su agenda ambientalista. Solamente del catolicismo es que él no quiere que la gente se convenza, para que pueda tener la salvación eterna:
«La conversión ecológica sucede cuando se reconocen las raíces humanas de la actual crisis ambiental; cuando el verdadero arrepentimiento lleva a frenar o detener tendencias, ideologías y prácticas nocivas e irrespetuosas de la creación y cuando las personas se comprometen a promover modelos de desarrollo que curen las heridas infligidas por la avaricia, la búsqueda desmedida de ganancias económicas, la falta de solidaridad con el prójimo y la falta de respeto por el medioambiente» (Antipapa Francisco Bergoglio, Discurso a la delegación de monjes budistas de Camboya, 19 de Mayo de 2023).
Mira eso, ¡Bergoglio hablando a los budistas sobre el “verdadero arrepentimiento”! Lo bueno es que en el contexto en que está hablando no es el del catolicismo, porque de lo contrario ¡él estaría cometiendo «el pecado más grave que un misionero podría cometer»!
    
El 29 de Mayo de 2023, el pseudopapa confirmó una vez más que cuando él condena el proselitismo, se refiere a convertir a la gente al catolicismo instruyéndoles de su verdad con argumentos, con evidencias, usando la razón y la divina revelación. Básicamente, lo que los apologistas novusorditas han estado haciendo. ¡Epa!

He aquí lo que dijo el gárrulo apóstata bonaerense:
«¡Nuestro anuncio misionero no es proselitismo –destaco tanto esto– sino el compartir de un encuentro personal que ha cambiado nuestra vida! Sin esto, no tenemos nada que anunciar, ni un destino hacia el cual caminar juntos.
    
En esto he tenido una experiencia fea, en un encuentro juvenil hace algunos años. Salía de la sacristía y había una señora, muy elegante, se veía también que era muy rica, con un chico y una chica. Y esta signora, que hablaba el español, me dice: “Padre, estoy contenta porque he convertido a estos dos: este viene de tal puesto y esta viene de tal otro”. Me dio rabia, ¿sabéis?, y le he dicho: “¡Tú no has convertido a nadie, [sino que] le has faltado el respeto a estas personas: no los has acompañado, has hecho proselitismo y esto no es evangelizar!”. ¡Estaba orgullosa por haber convertido! Estad atentos a distinguir bien la acción apostólica del proselitismo: nosotros no hacemos proselitismo. El Señor nunca hizo proselitismo» (Antipapa Francisco Bergoglio, Discurso a la Congregación de Clérigos Regulares de San Pablo –Padres Barnabitas–, 29 de Mayo de 2023)
Mirar, ¡todo se basa en el encuentro! Sobre una experiencia subjetiva que supuestamente debes compartir. Por supuesto, el problema con eso rs que los musulmanes también tienen sus propias experiencias, como también los hindúes, zoroastrianos, judíos, protestantes, testejehovistas, mormones, y otros.
   
Como escribió el Papa San Pío X en su encíclica insignia condenando el modernismo:
«Desde luego, es bueno advertir que de esta doctrina [modernista] de la experiencia, unida a la otra del simbolismo, se infiere la verdad de toda religión, sin exceptuar el paganismo. Pues qué, ¿no se encuentran en todas las religiones experiencias de este género? Muchos lo afirman. Luego ¿con qué derecho los modernistas negarán la verdad de la experiencia que afirma el turco, y atribuirán sólo a los católicos las experiencias verdaderas? Aunque, cierto, no las niegan; más aún, los unos veladamente y los otros sin rebozo, tienen por verdaderas todas las religiones» (Papa San Pío X, Encíclica “Pascéndi Domínici gregis”, n. 13).
Entonces, según el ‘Papa’ Francisco, el Señor Jesús nunca proselitizó. ¿En serio? ¿Y los discípulos y los Apóstoles tampoco? Veamos. A continuación, algunos ejemplos:
  • «Le respondió Jesús [a Tomás]: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida: Nadie viene al Padre sino por mí”» (Joann. XIV, 6).
  • «“Pero cualquiera que oye estas instrucciones que doy y no las pone por obra, será semejante a un hombre insensato que construyó su casa sobre arena: y cayeron las lluvias y los ríos salieron de madre, y soplaron los vientos y dieron con ímpetu contra aquella casa, la cual se desplomó, y su ruina fue grande”. Al fin, habiendo Jesús concluido este razonamiento, los pueblos que le oían no acababan de admirar su doctrina; porque su modo de instruirlos era con cierta autoridad soberana, y no a la manera de sus escribas y fariseos» (Matth. VII, 26-29).
  • «Habiendo ido [Jesús] a Nazaret, donde se había criado, entró, según su costumbre, el día de sábado en la sinagoga, y se levantó para encargarse de la leyenda e interpretación. Le fue dado el libro del profeta Isaías. Y abriéndolo, halló el lugar donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor reposó sobre mí, por lo cual me ha consagrado con su unción divina, y me ha enviado a evangelizar, o dar buenas nuevas, a los pobres; a curar a los que tienen el corazón contrito; a anunciar libertad a los cautivos, y a los ciegos vista; a soltar a los que están oprimidos; a promulgar el año de las misericordias del Señor o del jubileo, y el día de la retribución” (Isa. LXI, 1-2). Y arrollado o cerrado el libro, se lo entregó al ministro, y se sentó. Todos en la sinagoga tenían fijos en él los ojos. Su discurso le comenzó diciendo: “La Escritura que acabáis de oír hoy se ha cumplido”» (Luc. IV, 16-21).
  • «Por último, les dijo [a sus discípulos]: “Id por todo el mundo; predicad el mensaje de salvación a todas las criaturas; el que creyere y se bautizare se salvará; pero el que no creyere será condenado”» (Marc. XVI, 15-16).
  • «Y Jesús proseguía diciéndoles [a los judíos]: “Vosotros sois de acá abajo, yo soy de arriba: Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados; porque si no creyereis ser yo lo que soy, moriréis en vuestro pecado”» (Joann. VIII, 23-24).
  • «Otras muchísimas razones alegó [Pedro], y los amonestaba, diciendo: “Poneos en salvo de entre esta generación perversa”. Aquellos, pues, que recibieron su doctrina, fueron bautizados; y se añadieron aquel día a la Iglesia cerca de tres mil personas» (Act. II, 40-41).
  • «Mientras [Pedro y Juan] estaban hablando al pueblo, sobrevinieron los sacerdotes con el magistrado o comandante del templo y los saduceos, no pudiendo sufrir que enseñasen al pueblo, y predicasen en la persona de Jesús la resurrección de los muertos» (Act. IV, 1-2).
  • «Por tanto [Pablo] disputaba en la sinagoga con los judíos y prosélitos, y todos los días en la plaza, con los que allí se le ponían delante» (Act. XVII, 17).
  • «Predica la palabra de Dios con toda fuerza y valentía, insiste con ocasión y sin ella, reprende, ruega, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina, sino que, teniendo una comezón extremada de oír doctrinas que lisonjeen sus pasiones, recurrirán a un montón de doctores propios para satisfacer sus desordenados deseos, y cerrarán sus oídos a la verdad, y los aplicarán a las fábulas» (2.ª Tim. IV, 2-4).
¿Por qué Bergoglio está haciendo esto? ¿Por qué está distorsionando tan descaradamente la verdad sobre la evangelización y el proselitismo? ¿Por qué él condena convertir a la gente por medio de la apologética católica tradicional?
   
La razón es simple: No puedes facilitar la construcción de la religión mundial masónico-humanista de la fraternidad mientras el Catolicismo afirme ser la única religión verdadera y pueda además probarlo. Según el sistema modernista al que adhiere Bergoglio, toda religión debe estar basada en la experiencia subjetiva, porque entonces cambiará con el tiempo, entonces podrá ser ajustada a las necesidades y contingencias del momento, entonces la verdad objetiva será defenestrada y podemos todos ser justo una familia humana “feliz” y apóstata donde el Camino, la, Verdad y la Vida (cf. Jn. XIV, 6) puede existir en nuestra experiencia personal, mas no en la realidad objetiva que obliga a todos por igual.

Que Dios ponga pronto fin a esta Gran Apostasía que sin duda estamos afrontando justo ahora; puesto que, si no es así, simplemente no quedará nada de qué apostatar.

CARTA APOSTÓLICA DE LEÓN XIII CONDENANDO EL PROSELITISMO PROTESTANTE EN ROMA

Después de la toma de Roma por los bersaglieri del masón José Garibaldi al servicio de la Casa de Saboya, las sectas protestantes hasta entonces proscritas del territorio de los Estados Pontificios empezaron a propagarse por la misma Ciudad, amparadas por las leyes de tolerancia religiosa del novel Reino de Italia y con el patrocinio de sociedades de misiones y/o de los gobiernos de Inglaterra y Alemania (y en una época posterior, de los Estados Unidos).
  
Para hacer frente a esta situación, León XIII inspiró en 1899 la Obra de la Conservación de la Fe en el Vicariato de Roma (obra que ya existía en otras diócesis de Italia) a fin que se prevenga a los fieles sobre los peligros de las sectas, que se estaban empezando a propagar valiéndose de la ignorancia, la pobreza y la debilidad de muchos. Y con el propósito de impulsar esta obra de defensa precisamente en el centro del mundo católico, el papa Pecci le escribe la carta Già fin dagli esordi (en latín Inde Nos a Pontificátus exórdiis) [publicada en Acta Sanctæ Sedis XXXIII (1900-1901), págs. 194-198], que hoy tenemos la oportunidad de traducir al español.
  
Esta carta contrasta en forma radical con el proceder de los usurpadores modernistas, particularmente con Francisco Bergoglio, que condena el proselitismo católico mientras que él mismo defiende el de las falsas religiones y le hace proselitismo a causas mundanas como el ecologismo, la ideología de género, la coronavacuna y la Agenda 2030.
   
CARTA APOSTÓLICA DE NUESTRO SANTÍSIMO SEÑOR LEÓN, POR DIVINA PROVIDENCIA PAPA XIII, SOBRE EL PROSELITISMO PROTESTANTE EN ROMA
  

Al Señor cardenal Pedro Respighi, Nuestro Vicario General.
   
Señor Cardenal,
   
Casi desde el comienzo de Nuestro Pontificado, Nos debimos señalar al activo proselitismo de la herejía y el consecuente peligro al que era expuesta la fe de Nuestro pueblo como uno de los daños más deplorables que el cambiado orden de cosas trajo a esta Capital del mundo católico. Y con tal próposito, dirigiéndonos a Nuestro Cardenal Vicario (Cartas Apostólicas a Rafael Monaco La Valletta, Cardenal Vicario de Roma, 26 de Junio de 1878 y 25 de Marzo de 1879, hemos impartido repetidamente a los fieles exhortaciones, consejos y advertencias, poniéndolos en guardia contra las múltiples tentativas que sectas de todo tipo, venidas del extranjero, estaban trabajando aquí, bajo la tutela de las leyes públicas, por esparcir en las almas de los creyentes, el veneno de la negación y del error.
  
Pero si por un lado nos alegramos de reconocer que Nuestra palabra, fortalecida por atención ininterrumpida, no fue carente de buenos resultados; por el otro nos vemos obligados a confesar que por la pertinacia de los enemigos de la católica religión, redoblada por los poderosos auxilios que les llegan del extranjero, el mal, lejos de disminuir, fue aumentando, especialmente en estos últimos tiempos.  Por esto Nos es necesario, Señor Cardenal, volver sobre este penoso e importante argumento, que se conecta tan íntimamente con los derechos y deberes de Nuestro Apostólico Ministerio y con el amor tierno y paterno que tenemos a Nuestra población se Roma.
    
Es actualmente notorio a cualquiera por la evidencia de los hechos, que el designio concebido por las sectas heréticas, emanación multiforme del protestantismo, es el de plantar la bandera de la discordia y de la rebelión religiosa en la Península, pero sobre todo en esta alma Urbe, en la cual el mismo Dios, con admirable disposición de los acontecimientos, fundó el centro de aquella fecunda y sublime unidad, que fue el objeto de la oración dirigida por nuestro Divino Salvador a suo Padre celestial (Joann. XVII., 11, 21), y que los Papas conservaron celosamente aun a costa de su vida, y a despecho de las oposiciones de los hombres y el discurrir del tiempo.
   
Después de haber destruido en sus respectivas patrias, con discordes y opuestos sistemas, las antiguas y veneradas creencias que formaban parte del sacro depósito de la revelación; después de haber infundido en las almas de sus secuaces el hálito glacial de la duda, de la división y de la incredulidad (ruina inmensa, que desde el fondo del corazón deploramos y Nos mueve a compasión, reconociendo en todas estas criaturas los hijos del mismo Padre y redimidos por la misma Sangre), las antedichas sectas se han introducido en esta Viña electa del Señor a fin de continuar su obra destructora y funesta. No pudiendo contar con la fuerza de la verdad, ellos se aprovechan de la indefensa ternura de los años, de la insuficiencia de la cultura, de las aflicciones de la indigencia, y de la simplicidad de muchos, accesible a las lisonjas, los engaños y las seducciones, para extinguir o al menos reducir la fe católica en las almas.
    
Ante todo, Nos sentimos frente a esto la necesidad de declarar públicamente, como hemos hecho tantas veces, cuán penosa es la condición hecha al Jefe de la Iglesia  Católica, constreñido a observar el libre y progresivo desarrollo de la herejía en esta Ciudad santa, de la cual debe expandirse por todo el mundo la luz de la verdad y del ejemplo, y que debería ser la sede respetada del Vicario de Jesucristo. Como no bastase para corromper la mente y el corazón del pueblo el torrente de malsanas doctrinas y de depravaciones, que irrumpe diaria e impunemente por los libros, por las cátedras de enseñanza, por los teatros, y los periódicos, debía agregarse a todas estas causas de perversión el insidioso trabajo de hombres heréticos, los cuales luchando entre sí, están de acuerdo únicamente en vilipendiar el supremo Magisterio pontifìcio, el Clero católico y los dogmas de nuestra santa religión, de los cuales no comprenden el significado y mucho menos la augusta belleza. De ahí que los fieles, los cuales desde todas las regiones, aun las más remoras, afluyen peregrinando a Roma para encontrar descanso a su piedad y a su fe, deben permanecer profundamente entristecidos al ver este suelo, bañado como está de la sangre de los mártires, invadido por sectas de toda especie, encaminadas únicamente a arrancar de las almas aquella religión, que sin embargo fue declarada religión del estado, y que forma el objeto principal de su amor y de su culto.
   
Vuestra Excelencia comprenderá fácilmente, Señor Cardenal, cuán doloroso es a Nuestro corazón este estado de cosas, y cuán vivo es Nuestro deseo de ver adoptados remedios oportunos que valgan, si no para remover enteramente el mal, al menos para mitigar su gravedad y aspereza. Y es por eso que Nos fueron de no poco alivio la fundación de una Obra egregia, a la cual Nos mismos demos inspiración e impulso, que se intitula de la Conservación de la Fe, y más todavía por los satisfactorios resultados que ella ha comenzado a obtener mediante el celo infatigable de aquellos que la dirigen y hacen parte de ella.
   
Nos queremos, Señor Cardenal, contando con Vuestra conocida y acostumbrada diligencia, que esta saludable obra, tan adecuada a la presente necesidad, se sostenga, se refuerce y se propague hasta constituir una defensa eficaz y gallarda contra el señalado peligro. A ella debe proporcionar un válido y constante apoyo, en primer lugar el Clero parroquial de Roma, aquel Clero laborioso, celoso y modesto, al cual incumbe principalmente el cuidado y la responsabilidad de la salvación de las almas; a ella debe agregar vitalidad, fuerza y extensión el laicado católico de esta ciudad, el cual está siempre pronto para aportar su inteligente y caritativo concurso donde lo requiera el interés de la religión y el bien morale y material del prójimo.
    
A todos pues corresponde corroborar el carácter del pueblo católico, inspirándoles nobles y santos propósitos y previniendo al mismo tiempo a los incautos que bajo las inocuas apariencias de reuniones para jóvenes, de educadoras de señoritas, de escuelas de lenguas extranjeras, de aumento de cultura, de subsidios a familias indigentes se cela el reo designio de insinuar en las mentes y los corazones las máximas reprobadas de la herejía. Que todos los fieles sean penetrados de esta verdad, que nada puede haber de más valioso y más precioso que el tesoro de la fe, por la cual sus padres afrontaron impávidos no solo las privaciones y miserias, sino frecuentemente persecuciones violentas y la misma muerte. Y tal sentimiento de fortaleza no puede ser sino natural y profundo en el alma de esta Nuestra población, la cual bien sabe que la Iglesia Católica no solo posee notas divinas que la distinguen como la única verdadera y la única que ha recibido las promesas de la vida inmortal; sino también que ha derramado, en todo tiempo, beneficios incomparables sobre Roma, sobre la Italia y sobre el mundo, domando la barbarie con la justicia de las leyes y la dulzura de las costumbres, extendiendo como bien dice San León Magno (Sermón I en la fiesta de San Pedro y San Pablo), el dominio de la paz cristiana mucho más allá de los confines explorados por las águilas romanas, salvando las letras, las bibliotecas, la cultura y los monumentos; inspirando todo orden de ciencias y artes; viniendo en ayuda de los débiles, de los pobres y de los oprimidos con la generosidad de los afectos y la magnanimidad del sacrifìcio y del heroísmo.
   
Alimentamos por tanto la confianza que ninguno de los romanos, que son los hijos más privilegiados de la Iglesia Católica, querrá nunca, por ningún interés humano, separarse de esta ternísima madre, que después de haberlos parido a la gracia, no ha cesado de rodearlo con sus afectuosas solicitudes; como estamos también persuadidos que aquellos católicos generosos, los cuales fundaron y promovieron la mencionada obra de la Conservación de la Fe, no se darán tregua ni reposo mientras pueda estar en peligro la salvación eterna aunque sea de una sola alma, mostrándo así con hechos que, si los enemigos de la religión son más poderosos por la cantidad de riquezas, ellos los vencen con la amplitud de la caridad.
   
Suplicando por tanto el divino favor para bien conducir la gravísima empresa, impartimos de todo corazón a Vos, Señor Cardenal, a los Promotores de la pía Obra y a cuantos la favorecerán, la Apostólica bendición. 
    
Dado en el Vaticano, el 19 de Agosto de 1900LEÓN PAPA XIII.

LA EXTINCIÓN DE LA MISA: LO QUE ELIMINARON PARA CREAR LA “NUEVA MISA”

Traducción del artículo publicado en INTROIBO AD ALTARE DEI.
  
Servicio Novus Ordo en el salón de la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles de Belfort (Francia), luego de la desacralización de la iglesia (25 de Marzo de 2015).
  
  
Se ha escrito mucho sobre la diferencia entre una Verdadera Misa Católica y la “Cena feliz” de la secta del Vaticano II, el servicio neoprotestante del pan y vino. En este artículo, no discutiré las diferencias per se. En cambio, señalaré las admirables oraciones y partes de la Verdadera Misa que fueron abolidas. Todo lo que los modernistas removieron fue una obra maestra de la teología católica, perfectamente adecuada para ofrecer el Sacrificio Incruento del Calvario. Afortunadamente, servirá como otro recordatorio de lo que nos fue quitado, y nos hará siempre más determinados para sostener la Fe de la Única Iglesia Verdadera.
   
(Presentaré muchas fuentes en la compilación de este artículo, incluyendo mis notas de las discusiones con el Padre DePauw. No tomaré crédito para mí sino en poner todas las fuentes en una publicación concisa ---Introibo)
   
De las Oraciones al pie del altar hasta el Credo
   
Debe recordarse que la razón para cambiar la Misa fue para hacerla ecuménica. Todos los errores de la secta modernista proceden de la herética eclesiología del Vaticano II. En el abominable documento Lumen Géntium, pár. #8 enseña:
«Esta Iglesia [de Cristo], establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, si bien fuera de su estructura visible se encuentren muchos elementos de santidad y verdad».
Desde Su fundación por Cristo en el año 33 A.D., la Iglesia de Cristo siempre ha profesado que Ella, la Única Iglesia Verdadera de Cristo, es idéntica con la Iglesia Católica Romana. En el Vaticano II, se hizo una división. Hay una entidad llamada “la Iglesia de Cristo” cual es distinta de la Iglesia Católica Romana, pero subsiste allí en plenitud con todos los “elementos de verdad”. El Concilio dirigido por modernistas también afirma que la Iglesia de Cristo subsiste en otras religiones, en mayor o menor grado, dependiendo de cuántos “elementos de verdad” tiene cada una.
     
Tener todos los elementos es mejor, pero tener solo algunos es también bueno y conduce a la salvación. Por tanto, para unir todos los elementos, debe haber una “mínima denominación común”, una Única Secta Mundial que haya abandonado todas las diferencias en aras de una falsa y vacía “unidad” donde todos los “elementos” puedan al menos alabársele de dientes afuera, aun si no están presentes. La “misa” Novus Ordo es, primero y sobre todo, ecuménica para lograr este objetivo. Para el resto del artículo, la Misa Latina Tradicional recibirá las iniciales “MLT” y la cena Novus Ordo recibirá las iniciales “NO”

La remoción de lo verdadero, lo bueno y lo bello de la MLT es abrumadora. Ella consiste en 4.420 palabras. El NO tiene aproximadamente 2.240 palabras; casi el 50% de la fraseología fue abolido (digo “aproximadamente” 2.240 por todas las “opciones” del Novus Ordo que el “presidente de la asamblea” o “presbítero” puede usar). Las redacciones han resultado en defectos graves, culminando en la eliminación o puesta en segundo plano de:
  • La naturaleza sacrificial de la Misa.
  • La Presencia Real.
  • El carácter teocéntrico de la Misa.
  • La importancia de la Santísima Trinidad.
  • La indignidad de la humanidad ante Dios.
  • La enseñanza de las verdades católicas.
  • El verdadero sentido de las Escrituras.
   
No se estudiarán todas las partes de la Misa; ello requeriría muchos artículos. Solo se considerarán algunas de las mutilaciones más significativas. Teniendo en cuenta estos puntos preliminares, puede comenzar el examen de las omisiones.

ORACIONES AL PIE DEL ALTAR
La Misa Latina Tradicional comienza así:
[Inclinándose ante el altar, el sacerdote (S)  hace la señal de la cruz, diciendo:]
S: En el nombre del Padre, (✠) y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

S: Entraré al altar de Dios.
M: Hasta Dios, que alegra mi juventud.

SALMO 42
[El sacerdote y el ministro responden alternados:]

S: Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa contra la gente malvada: del hombre perverso y engañador líbrame.
M: Siendo Tú, oh Dios mi fortaleza, ¿cómo me siento yo desamparado, y por qué ando triste al verme molestado por mi enemigo?
S: Envíame tu luz y tu verdad: ellas me han de guiar y conducir a tu santo monte, y a tu morada del Cielo.
M: Y entrare al altar de Dios: hasta Dios que es la alegría de mi juventud.
S: Y te alabaré con la cítara, oh Dios, Dios mío: ¿por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas?
M: Espera en Dios; pues aún he de celebrarle como a mi Dios y Salvador.
S: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
M: Como era en un principio, y ahora y siempre  y en los siglos de los siglos. Amén.

S: Entraré al altar de Dios.
M: Hasta Dios, que alegra mi juventud.

S: Nuestro auxilio ✠ está en el nombre del Señor.
M: Que hizo el cielo y la tierra.
  
Lo que fue eliminado:
Después de hacer la señal de la Cruz (porque la Misa es el mismo Sacrificio de la Cruz, en una manera incruenta), el sacerdote dice que se acercará al altar de Dios y dice el Salmo 42. El Salmo 42 nos recuerda nuestro infeliz estado en un mundo caído donde el mal abunda, y nuestro deseo de estar a salvo con Dios en Su templo. El salmo nos habla de un mundo lleno de hombres injustos y engañadores, y confiamos en Dios como nuestro Protector y Consolador. El modernismo considera prejuiciosos estos sentimientos, y «¿Quién soy yo para juzgar?».

Lutero, en particular, odiaba el Salmo 42, y él (junto con la secta anglicana) lo eliminó por sus ideas de un sacrificio, un sacerdote, y un altar de sacrificio. La luterana “Cena del Señor” tuvo cuidado de eliminar todo esto y remplazar el altar de sacrificio por una mesa de comedor. Los modernistas de la secta del Vaticano II hicieron otro tanto. 

EL CONFÍTEOR
Sigue en la MLT:
[Inclinándose, el sacerdote dice:]
S: Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado San Miguel Arcángel, al bienaventurado San Juan Bautista, a los santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a vosotros, hermanos; que pequé gravemente con el pensamiento, palabra, y obra, (El sacerdote se da tres golpes de pecho diciendo:) por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado San Miguel arcángel, al  bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a vosotros, hermanos, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.
M: Dios todopoderoso tenga misericordia de ti, y perdonados tus pecados, te lleve a la vida eterna.
S: Amen.

[Ahora dice el ministro:]
M: Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado San Miguel Arcángel, al bienaventurado San Juan Bautista, a los santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a vos, Padre; que pequé gravemente con el pensamiento, palabra, y obra, (El ministro se da tres golpes de pecho diciendo:) por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado San Miguel arcángel, al  bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a vos, Padre, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.
S: Dios todopoderoso tenga misericordia de vosotros, y, perdonados vuestros pecados, os lleve a la vida eterna.
M: Amén.

[El sacerdote se signa, diciendo:]
S: El Señor todopoderoso y misericordioso nos conceda la indulgencia ✠, la absolución y la remisión de nuestros pecados.
M: Amén.

[Nuevamente inclinándose ligeramente, el sacerdote sigue:]
S: Oh Dios, vuélvete a nosotros y nos darás la vida.
M: Y tu pueblo se alegrará en Ti.
S: Muéstranos, oh Señor, tu misericordia.
M: Y danos tu salvación.
S: Señor, escucha mi oración.
M: Y mi clamor llegue hasta Ti.
S: El Señor sea con vosotros.
M: Y con tu espíritu.

[Yendo hacia el altar, el sacerdote dice en silencio:]
S: Borra, oh Señor, nuestras iniquidades, para que merezcamos entrar con pureza de corazón al Santo de los Santos, por Jesucristo Nuestro Señor. Así sea.

[Se inclina sobre el altar, que besa, diciendo:]
S: Rogámoste, Señor, que por los méritos de tus Santos, cuyas Reliquias están aquí, y por los de todos los Santos, te dignes perdonarme todos mis pecados. Así sea.

Lo que fue eliminado:
El Confíteor reconoce nuestra pecaminosidad individual y suplicamos a Dios que tenga misericordia de nosotros. El sacerdote, haciendo la señal de la cruz, usa las palabras del sacramento de la Penitencia: «El Señor todopoderoso y misericordioso nos conceda la indulgencia ✠, la absolución y la remisión de nuestros pecados. Esto está lleno de significado y simbolismo católico. Indulgencia, absolución, y remisión no son solo tres sinónimos usados para ser repetitivo. Cada término tiene un significado único y bello en la teología católica usada en la Misa Tradicional. 

El perdón (indulgencia) es asociado con la intercesión de Cristo, los santos, y la Iglesia, cuyos méritos mueven a Dios a mostrar Su misericordia. La absolución tiene la connotación del juicio y la purificación. En el sacramento de la Penitencia, Cristo actúa a través de Su sacerdote para purificarnos sacramentalmente, restaurándonos a un estado de gracia santificante. La remisión tiene la connotación de expiación, para la cual necesitamos de los dones del Espíritu Santo. El sacerdote hace la señal de la cruz para asociar la indulgencia con Dios Padre, la absolución con Dios Hijo, y la remisión con Dios Espíritu Santo. Todo esto riñe con la teología protestante, y los modernistas lo consideran “teología negativa” con excesivo énfasis en la pecaminosidad y la idea católica de la justificación. Tenía que irse. Advierte, también, la mención de las reliquias de los santos en el altar de piedra. Reverenciar las reliquias y los santos mártires no es ecuménico, porque los protestantes y los modernistas lo rechazan como “superstición”. Esto fue expurgado, y muchas mesas de la secta del Vaticano II no tienen siquiera un altar de piedra con reliquias. 

EL KÝRIE
De la MLT:
[El sacerdote regresa al medio del altar y dice alternado con el ministro:]
S: ¡Señor, ten piedad de nosotros!
M: ¡Señor, ten piedad de nosotros!
S: ¡Señor, ten piedad de nosotros!
M: ¡Jesucristo, ten piedad de nosotros!
S: ¡Jesucristo, ten piedad de nosotros!
M: ¡Jesucristo, ten piedad de nosotros!
S: ¡Señor, ten piedad de nosotros!
M: ¡Señor, ten piedad de nosotros!
S: ¡Señor, ten piedad de nosotros!

Lo que fue eliminado:
Aquí se implora misericordia a la Santísima Trinidad. Tres veces Kýrie, eléison (¡Señor, ten piedad de nosotros!) en honor a Dios Padre; tres veces Christe, eléison (¡Señor, ten piedad de nosotros!) en honor a Dios Hijo; tres veces más Kýrie, eléison en honor a Dios Espíritu Santo. Esto es muy trinitario. Muchas sectas que se autodenominan “cristianas” no creen en la Trinidad (v. g., los unitarios), por eso era menester que esto se fuera porque no era lo suficientemente ecuménico. Ahora, cada invocación se ha reducido a dos veces, lo que no tiene un significado simbólico y ni siquiera tiene sentido.. 

El Ofertorio hasta el fin del Canon
   
De la MLT:
S: Recibe, oh Padre Santo, omnipotente y eterno Dios, esta que va a ser Hostia inmaculada y que yo, indigno siervo tuyo, te ofrezco a Ti, mi Dios vivo y verdadero, por mis innumerables pecados, ofensas y negligencias, y por todos los circunstantes, así como también por todos los fieles cristianos vivos y difuntos; a fin de que a mí y a ellos nos aproveche para la salvación y vida eterna. Así sea.

[El sacerdote va al lado de la epístola y vierte el vino y el agua en el cáliz].
   
[El diácono, o el sacerdote, vierte vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en silencio:]
S: Oh Dios, ✠ que maravillosamente formaste la naturaleza humana y mas maravillosamente la reformaste: haznos, por el misterio de esta agua y vino, participar de la divinidad de Aquel que se dignó hacerse participante de nuestra humanidad, Jesucristo, tu Hijo Señor nuestro, que, Dios como es, contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Así sea.

[En medio del altar, el sacerdote dice:]
S: Te ofrecemos, Señor, el Cáliz de salvación, implorando de tu clemencia que llegue en olor de suavidad hasta el acatamiento de tu Divina Majestad, para nuestra salvación y la de todo el mundo. Así sea.

[Después de esto, el sacerdote, inclinado profundamente, dice en silencio:]
S: Recíbenos, Señor, animados de un espíritu humilde y de un corazón arrepentido: y tal efecto produzca hoy nuestro sacrificio en tu presencia, que del todo te agrade, oh Señor y Dios nuestro.

S: Ven, ¡oh Dios santificador, omnipotente y eterno!, y ben ✠ dice este sacrificio preparado para gloria de tu santo nombre.

Lo que fue eliminado:
Estas oraciones tienen la idea de una ofrenda sacrificial. Ellas prefiguran la Transubstanciación al llamar a la hostia «inmaculada», como la Víctima inmaculada del Calvario, y el «cáliz de salvación» que tendrá Su Preciosa Sangre: «… produzca hoy nuestro sacrificio en tu presencia, que del todo te agrade, oh Señor y Dios nuestro. Ven, ¡oh Dios santificador, omnipotente y eterno!, y ben ✠ dice este sacrificio preparado para gloria de tu santo nombre». Además, se ofrece tanto por los vivos como por los difuntos (Purgatorio). 

Lo que más desprecian los protestantes es la idea de la Misa como un sacrificio. ¿A alguien sorprende que Lutero hiciera burla de estas oraciones porque «apestan a sacrificio»?  La doctrina del Purgatorio (también universalmente rechazada fuera de la Única Iglesia Verdadera) se hace clara al ofrecer la Misa por los difuntos. 
   
El NO remplazó este Ofertorio con palabras tomadas de la cena de Séder judía. La cena del Séder es conmemorativa, no sacrificial. Esta también fue una apertura ecuménica para con la raza deicida. El término sacrificio se conservó esta vez (en el contexto de la cena judía) significando «alabanza y acción de gracias», no realmente como ofrecer una Víctima a Dios. Se removió toda mención del Purgatorio.
   
El Canon de la Misa
  
(a) El Te Ígitur en la MLT
[El sacerdote ora en silencio]
S: Te pedimos, pues, y humildemente te rogamos, oh Padre clementísimo, por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que recibas y bendigas estos ✠ dones, estas ✠ ofrendas y estos ✠ santos y puros sacrificios; que te ofrecemos, en primer lugar, por tu Santa Iglesia católica, para que te dignes darle la paz, guardarla, unificarla, y gobernarla en toda la redondez de la tierra, juntamente con tu siervo el Papa N., nuestro Prelado N., y todos los que profesan la verdadera fe católica y apostólica.
Lo que fue eliminado:
Aquí, una vez más, es inequívoca la naturaleza sacrificial de la Misa. Se bendicen tres veces el pan y el vino en honor de la Santísima Trinidad, y se ofrece por todos los que son ortodoxos en la creencia, y quienes se oponen a ella son heterodoxos, implicando que no se puede ser hereje y miembro de la Iglesia. El NO removió dos de las tres señales de la cruz y la referencia a ser ortodoxos en la fe (Ortodoxo como adjetivo (Fe verdadera), no como sustantivo para los cismáticos orientales). El Canon, una regla invariable de Fe, fue remplazada en el NO por cuatro opciones de “Plegarias eucarísticas” de las cuales solo la #1 si quiera remotamente recuerda el Canon fijado desde el año 604 AD. 

(b) La conmemoración de los vivos
S: Acuérdate, Señor, de tus siervos y siervas N. y N.…, y de todos los circunstantes, cuya fe y devoción te son conocidas; por los que te ofrecemos, o que ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, por sí y por todos los suyos, por el rescate de sus almas, y por su salud y bienestar corporal; y que también te tributan sus homenajes a Ti, Dios eterno, vivo y verdadero.
Lo que fue eliminado
Aquí la palabra devoción era un problema para los reformadores de la secta del Vaticano II, porque tiene la connotación de celo y piedad. La idea de la devoción es anatema para los modernistas que creen que Dios «nos ama tal como somos», y tuvo que irse.

(c) El Communicántes
S: Unidos por la comunión de los Santos y honrando, primeramente, la memoria de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, Señor y Dios nuestro, y la de tus bienaventurados Apóstoles y Mártires: Pedro y Pablo, Andrés, Santiago, Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo, Lino, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián, y de todos tus Santos; te pedimos, por sus méritos e intercesión, nos concedas ser fortalecidos en todo con el auxilio de tu protección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Así sea.

Lo que fue eliminado:
Los protestantes rechazan la invocación de los santos. Todos los santos mencionados aquí fueron “hechos opcionales” excepto San Pedro, San Pablo y San Andrés. En la Misa Tradicional hay 62 nombres de santos, muchos de los cuales son papas. El NF tiene 41 santos mencionados, pero 32 son opcionales, dejando una mención obligatoria de solo nueve santos. 

(d) El Hanc Ígitur y Quam Oblatiónem  
S: Por lo mismo, Señor, te rogamos te dignes admitir favorablemente esta oblación en testimonio de nuestra dependencia y de toda tu familia: y hacer que pasemos, en paz contigo, los días de nuestra vida, que nos veamos libres de la condenación eterna y seamos por Ti incluidos en el número de tus escogidos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Así sea. [Aquí la campana suena una vez].

S: La cual oblación, suplicámoste, oh Dios, te dignes ordenar sea ben ✠ dita, adscri ✠ ta, ratifi ✠ cada, racional y agradable: de suerte que se convierta, para nuestro provecho, en el Cuer ✠ po y San ✠ gre de tu muy amado Hijo Jesucristo, Nuestro Señor.
Lo que fue eliminado:
La palabra devoción, que significa celo y piedad, fue removida una vez más. La palabra oblación, que significa sacrificio ofrecido a Dios, ha sido remplazada en el Novus Ordo por la palabra ofrenda, la cual no está unida definitivamente a un sacrificio, ni necesita referencia a Dios (uno puede hacer una ofrenda de dinero a una caridad seglar). La palabra consagrar, que trae a nuestra mente la Transubstanciación, fue removida, y las cinco señales de la Cruz (por las Cinco Llagas de Cristo) se reducen a una sola.

(e) La Consagración del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
No se discutirá la Forma del Sacramento. Aun con materia y forma correctas, no hay sacerdote válido. Si el sacerdote fuera válido, seguiría siendo un servicio inválido porque han removido la Intención al volver esta parte en el Novus Ordo un Relato de la Institución.

Las Palabras de la Consagración son llamadas ahora las Palabras de la Institución, y recitadas dentro de un “Relato de Institución” en la “Plegaria Eucarística”. En el Canon de la Misa, el sacerdote debe detenerse, inclinarse sobre la hostia o el cáliz que será consagrado, y hablando en una voz secreta (baja), debe decir atenta y devotamente las palabras sin interrupción. Esto es para mostrar que el sacerdote no está simplemente repitiendo las Palabras de Nuestro Señor dichas hace casi 2000 años en alguna narración de un evento histórico, sino que planea realizar la acción de la Consagración efectuando la transubstanciación aquí y ahora.
   
Al recitar las Palabras de la Institución en un Relato de Institución, el presbítero hace exactamente lo contrario. Él lee como si se tratase de un gran relato histórico, viciando así su intención de consagrar, según algunos teólogos como el rubricista John Baptist O’Connell. Es análogo a bautizar un bebé dentro del contexto de leer el capítulo 28 del Evangelio de San Mateo (¿es el intento de bautizar aquí y ahora, o estás simplemente recitando lo que tuvo lugar en tiempos de la vida de Nuestro Señor en la Tierra? ¿El resultado? Aun asumiendo que haya sacerdote válido, materia válida y forma válida, el defecto de intención lo hace inválido.

El Pater Noster hasta el fin de la Misa
   
De la MLT:
S: Oremos. Teniendo en cuenta la orden del Señor y aleccionados por el divino Maestro, nos atrevemos a exclamar:
S: Padre nuestro, que estás en los cielos. Santificado sea el tu nombre. Venga a nos el tu reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación.
M: Mas líbranos del mal.
S: Así sea.

S: Líbranos, sí, Señor, de todos los males pasados, presentes y futuros; y por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios, y de tus bienaventurados Apóstoles San Pedro, San Pablo y San Andrés, y todos los demás Santos danos bondadosamente la paz en nuestros días; a fin de que, asistidos con el auxilio de Tu misericordia, estemos siempre libres de pecado y al abrigo de cualquier perturbación.

[El sacerdote parte la Sagrada Hostia, diciendo:]
S: Por el mismo Jesucristo, Señor nuestro e Hijo tuyo, que, Dios como es, contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo. Por los siglos de los siglos.
M: Así sea.

S: La paz ✠ del Señor ✠ sea siempre con ✠ vosotros 
M: Y con tu espíritu.

[El Sacerdote deja caer en el Cáliz la partícula de la Hostia]
S: Que esta mezcla de los elementos consagrados del Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, nos aproveche a quienes la recibimos, para la vida eterna. Así sea.

Lo que fue eliminado:
El Pater Noster (Padre nuestro) se dice como fue enseñado. Toda la atención está puesta en la Divina Víctima presente en el altar. El NO añade la doxología protestante (Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre), quitando la atención de Cristo hacia un “signo de la paz”, que incluye apretones de manos, abrazos, besos, etc., porque Cristo está tan presente en “la asamblea” como en aquello que aún llaman la Eucaristía. Desapareció la invocación de la Santísima Virgen María, los Apóstoles Sa Pedro, San Pablo y San Andrés, y todas las tres señales de la Cruz fueron suprimidas.

EL AGNUS DEI
De la MLT:
[Inclinándose, el sacerdote dice:]
S: Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo ¡ten misericordia de nosotros! Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo ¡ten misericordia de nosotros! Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo ¡danos la paz!

S: Señor Jesucristo, que dijiste a tus Apóstoles: Mi paz os dejo, mi paz os doy; no te fijes en mis pecados, sino en la fe de tu Iglesia, a la cual dígnate pacificarla y unirla conforme a tu voluntad. Tú que vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Así sea.

S: Oh Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que, por voluntad del Padre y con la cooperación del Espíritu Santo, diste la vida al mundo por tu muerte: líbrame, por tu sagrado Cuerpo y Sangre de todas mis iniquidades y de todos los demás males, y haz que cumpla siempre tus mandamientos y no permitas que jamás me aparte de Ti, quien siendo Dios, vives y reinas con el mismo Dios Padre y con el Espíritu Santo, Por los siglos de los siglos. Así sea.
   
S: La comunión de tu Cuerpo, Señor Jesucristo, que yo indigno me atrevo a recibir ahora, no se me convierta en motivo de juicio y condenación; sino que, por tu misericordia, me sirva de protección  para  alma y para cuerpo y de medicina saludable. Tú, que siendo Dios, vives y reinas con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Así sea. 
   
Lo que fue eliminado:
Las tres oraciones después del Agnus Dei tenían que irse, porque sufrían de mucha teología negativa. Las “iniquidades” (las inclinaciones pecaminosas, como también el pecado), “que cumpla siempre tus mandamientos” (buenas obras), y “no permitas que jamás me aparte de Ti” (pecado mortal), son todas contrarias al modernismo y ofensivas a los protestantes. La oración final hace que el sacerdote se refiera a sí mismo solamente (sacerdocio sacrificial) aparte de la “asamblea”.

COMUNIÓN DEL SACERDOTE
De la MLT:
[El sacerdote hace genuflexión, se levanta y dice:]
S: Recibiré el Pan celestial, e invocare el Nombre del Señor.

[Tomando la Sagrada Hostia con su mano izquierda, el sacerdote golpea su pecho tres veces, diciendo (aquí la campana suena cada una de las tres veces que el sacerdote dice):]
S: Señor, yo no soy digno de que entres en mi pobre morada, mas di una sola palabra y mi alma será salva. (tres veces).
    
[Tomando la Sagrada Hostia en su mano derecha, el sacerdote hace la señal de la cruz con ella y dice:]
S: El Cuerpo de Nuestro Señor ✠ Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Así sea.

[El sacerdote recibe la Sagrada Comunión y después de una breve meditación continúa:]
S: ¿Con qué corresponderé yo al Señor por todo cuanto Él me ha dado? Sumiré el Cáliz de salvación e invocaré al Señor con cánticos de alabanza, y me pondré a salvo de mis enemigos.

[El sacerdote toma el Cáliz en su mano derecha y hace la señal de la cruz diciendo:]
S: La Sangre de Nuestro Señor ✠ Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Así sea.
   
[Aquí se dicen el segundo Confíteor, y las oraciones Misereátur e Indulgéntiam].
  
[El sacerdote entonces se vuelve a los fieles con el Ciborio y, sosteniendo una de las Sagradas Partículas ante los comulgantes, dice:]
S: Ved aquí el Cordero de Dios, ved aquí al que quita los pecados del mundo.

[El sacerdote dice en voz alta:]
S: Señor, yo no soy digno de que entres en mi pobre morada, mas di una sola palabra y mi alma será salva. (tres veces)
Lo que fue eliminado:
«Tuyo es el reino». Es reducida de tres recitaciones por el sacerdote y tres por el ministro a solamente una por la “asamblea”. La indignidad es negativa. El segundo Confíteor, y las oraciones Indulgéntiam y Misereátur fueron suprimidas (el Misal roncalliano de 1962 los suprimió también).  

COMUNIÓN DE LOS FIELES
De la MLT:
[El sacerdote da la Sagrada Comunión a cada comulgante diciendo:]
S: El Cuerpo de Nuestro Señor ✠ Jesucristo guarde tu alma para la vida eterna. Así sea.

Lo que fue eliminado:
En la MLT, el sacerdote hace la señal de la cruz con la Sagrada Hostia sobre cada comulgante antes de colocarla en la lengua de la persona mientras están arrodilladas. Mientras hace la señal de la cruz, el sacerdote entona el efecto del Sacramento si este es recibido dignamente, esto es, la gracia para preservar el alma, que cooperando con dicha gracia, la persona pueda morir en estado de gracia y heredar el Reino de los Cielos (la vida eterna). TODO esto fue eliminado como “rémoras de teología católica”.
   
El NO tiene la hostia no consagrada manipulada por laicos de uno y otro sexo (los denominados “Ministros Extraordinarios de la Eucaristía (sic)”). Ellos sostienen la galleta frente al receptor (que está de pie) y dicen: «El Cuerpo de Cristo» y a lo cual él o ella responde «Amén». Tú puedes entonces tomar la galleta en tu mano y ponerla en tu boca, o tenerla puesta en tu lengua. Todo esto es lo que los luteranos y anglicanos hicieron para destruir la creencia en la Presencia Real, y los modernistas han hecho exactamente lo mismo. No hay manos sacerdotalmente consagradas para sostener la hostia, no hay distinción entre laicos y clérigos, no hay señal de la cruz, no hay mención de los efectos del Sacramento, y el receptor debe afirmar su creencia, mientras que la teología católica no tiene a los laicos diciendo «Amén» antes de recibir la Hostia. Cristo está realmente Presente creas o no en ello.

EL ÚLTIMO EVANGELIO
En la Misa Tradicional, el sacerdote lee el Evangelio de San Juan I, 1-14 (a menos que el propio de la Misa disponga que se lea otro).

Lo que fue eliminado:
Todo. Esto es antiecuménico porque dice que Jesucristo es Dios, el cual vino Encarnado, y que no hay salvación para el que Lo rechace. 

ORACIONES DESPUÉS DE LA MISA REZADA
La MLT tiene tres Ave Marías, la Salve Regína, una oración por la Iglesia, y la Oración a San Miguel Arcángel, y finaliza con la triple invocación por la misericordia del Sagrado Corazón de Jesús.

Lo que fue eliminado:
Todo. El Papa Pío XI dispuso que el objeto de estas oraciones fuera la conversión de Rusia. Por Bergoglio sabemos que «el proselitismo es un solemne sinsentido». Implorar el auxilio de la Inmaculada Madre de Dios, San José y los Santos, y pedir por «la conversión de los pecadores y la libertad y la exaltación de la Santa Madre iglesia» es más de lo que cualquier modernista puede tragar. Añade a eso la oración a San Miguel, que nos recuerda nuestra batalla contra satanás, que también es muy real, y la invocación al Sagrado Corazón, despreciado por los protestantes, hizo que todo esto acabase arrojado en la basura de la secta del Vaticano II.

CONCLUSIÓN
   
Tú puedes felizmente ver las sólidas doctrinas católicas que fueron eliminadas o puestas en segundo plano en la “Cena feliz” del Novus Ordo, donde el entretenimiento de la gente y hacerla sentir bien es la principal prioridad. Este es un circo ecuménico de tres pistas para destruir la Fe e inculcar el modernismo. Debes estar más resuelto que nunca para sostener la Única Fe Verdadera, la Verdadera Misa y los verdaderos sacramentos. No permitas nunca que nadie te convenza de disminuir o (Dios no lo quiera) eliminar de tu corazón y tu alma la Fe verdadera, porque sin ella nadie puede ser salvo.

martes, 30 de mayo de 2023

OTRA VEZ EL ANTISEDEVACANTISMO DE SCHNEIDER (y esta vez llevándose a Santo Tomás de Aquino)


El obispón auxiliar de María Santísima en Astaná (Kazajistán) Atanasio Antonio Schneider Trautmann ORC, participó el 14 de Marzo en la conferencia en vivo de la Confraternidad de Nuestra Señora de Fátima fundada por Christopher P. Wrent.
   
Ante la pregunta «¿El Papa Francisco ha perdido su oficio porque siempre enseña herejía y va contra la Fe Católica?», Schneider respondió con esta parrafada:
«Primero, yo diría que la cuestión de la pena de muerte todavía no ha sido procmamada como un dogma de fe de manera infalible, por tanto formalmente, aun si el Papa Francisco negase la verdad de la legitimidad de la pena de muerte, él no cometió herejía formalmente, es solo una cuestión técnica.
   
La otra cuestión, más de principios, es que es imposible que un Papa pierda automáticamente su oficio por enseñar herejía. ¿Por qué? Porque, nuevamente, somos una estructura jerárquica. No somos una comunidad democrática que puede deponer a su líder, como las comunidades protestantes, o los partidos políticos, o las comunidades ortodoxas de los obispos ortodoxos que no tienen lo que yo llamo una “estructura jerárquica”, una cabeza visible, sino un colegio, la sinodalidad. Y entonces, cuando hay solamente el principio de la sinodalidad, como en los ortodoxos, ellos pueden deponer a su patriarca, pueden deponer a su cabeza. Y por tanto, ya hay un error: la sinodalidad como el único principio. La sinodalidad también es válida en la Iglesia Católica, pero no es el único principio ni el más importante: El más importante es el primado de Pedro. Por supuesto, claro está, junto con la sinodalidad de los obispos.
   
Esto llevaría a la herejía del Conciliarismo, que fue condenada por la Iglesia en el siglo XV, que dice que hay en la Iglesia un cuerpo, digamos, el concilio o un grupo de obispos o cardenales, que pueden pronunciar un juicio definitivo sobre la cabeza de la Iglesia. Esto es contrario, es ilógico, de nuestra estructura, la estructura católica del primado, que fue dada por Dios. En este caso, iríamos a la estructura del conciliarismo, la sinodalidad o el episcopalismo. Esto es muy peligroso, y por tanto es imposible deponerlo. ¿Por qué? Repito, por la estructura divina de la Iglesia.
  
Y en segundo lugar, también porque el Papa no recibió su oficio de los cardenales –ellos solo lo eligieron–, sino que lo recibió inmediata y directamente de Dios, y solo Dios puede removerlo, o él mismo cuando renuncia o cuando está muriendo. Quiero decir, en este caso, Dios lo remueve.
   
A veces, Dios puede removerlo antes, para librar a la Iglesia de otros males, pero esa es decisión de Dios y de Su providencia. Y así, detrás de todas estas teorías, incluso las de San Roberto Belarmino, [Tomás de Vío] Cayetano, y demás, estas son solo teorías, no son enseñanza de la Iglesia, nunca. ¿La Iglesia ha enseñado esto? Nunca. Incluso los Santos Doctores de la Iglesia pueden tener errores, y cometieron errores. Incluso el mayor Doctor de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, cometió errores en doctrina, porque él rechazó la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, él negó el carácter sacramental de la consagración episcopal, por ejemplo, y estaba convencido que la materia de la ordenación es la transmisión del cáliz al sacerdote. Estos son errores objetivos, así que Santo Tomás de Aquino cometió estos errores, y sin embargo siguió siendo un hombre santo y un doctor confiable, porque Tomás de Aquino no tenía el don de la infalibilidad. Es solamente la Iglesia la que tiene totalmente este don, y el Papa bajo circunstancias muy estrictas.
  
Y el mismo San Roberto Belarmino cometió aquí un error cuando promovió esta hipótesis, o Cayetano, o digamos, San Francisco de Sales, y otros. Esto no es una demostración de la Tradición constante e inmutable de la Iglesia, por tanto, no es para mí una autoridad en este caso, quiero decir. Tengo mucho respeto a San Roberto Belarmino, por supuesto, pero no en este punto.
   
Y entonces, ¿qué hay detrás de todo esto? Bueno, también tenemos que declarar que un Papa no es capaz de cometer herejía cuando está enseñando ex cáthedra, quiero decir, cuando está enseñando en una forma definitiva, final. Es imposible, porque está definido dogmáticamente por el Concilio Vaticano I, que dice que en estos casos, la Divina Providencia, la asistencia del Espíritu Santo está protegiendo al Papa, está guardándolo, de que no cometa un error. Así, él no puede cometer herejía cuando está enseñando definitivamente. En otras palabras, cuando el Papa no está enseñando definitivamente, no está enseñando ex cáthedra, él puede cometer errores, inclusive una herejía. Y esto no significa, quiero decir, con esto no está perdiendo automáticamente su oficio porque no está enseñando definitivamente.
  
Así, detrás de todas estas teorías de la pérdida automática del oficio papal y luego juzgar al Papa y deponerlo, y demás, para mí, detrás de todo esto hay una falta de confianza en que Dios está guiando a Su Iglesia. Es un atentado implícito de que nosotros tomemos la Iglesia en nuestras manos y resolvamos el problema. Es demasiado humano. Y también está detrás de todo esto un remplazo implícito de la cruz, del momento del Gólgota de la Iglesia que tenemos que soportar y aceptar, creyendo que Dios acabará con este tiempo de confusión con un Papa que está promoviendo errores. Así que debemos tener una visión sobrenatural más profunda».
   
Si nos tomamos el marrón de transcribir todo esto que acabas de leer, fue porque es necesario para refutar los errores de Schneider, que como el cabestro (buey manso adiestrado para dirigir la manada de los toros de lidia), a los que se suma el llevarse por delante esta vez a Santo Tomás de Aquino en un juicio injusto, deshonesto y anacrónico, a saber:
  • Contrario a la vulgáta posterior, Santo Tomás de Aquino postuló que la Santísima Virgen María fue concebida sin mancha de pecado original. Las afirmaciones de que él no aceptaba esta doctrina (que entonces era una cuestión disputada) no podían nacer sino de falsificadores posteriores como Juan de Monzón OP († 1412), cuyas vicisitudes y polémicas refiere San Juan Eudes y que provocaron no solo la excomunión a De Monzón, sino que la orden dominica fuese proscrita de la Sorbona y la diócesis de París entre 1387 y 1403.
  • Del Suplemento a la Suma Teológica, cuestión 37, art. 2, y del Compendio Moral Salmaticense, se concluye que para Santo Tomás de Aquino, la materia del Orden era tanto la transmisión del cáliz lleno de vino y la patena con la hostia como la imposición de manos por el obispo. Por otra parte, la CONSAGRACIÓN (no Ordenación) episcopal significa la promoción a la plenitud del sacerdocio a fin de ejercer algunas funciones de carácter jerárquico (Suplemento a la Suma Teológica, cuestión 40, art. 3), y el tema de si esta es un sacramento o no era algo discutido incluso en fechas recientes (León XIII ni siquiera quiso abordar el tema en “Apostólicæ Curæ”, ¿ahora Schneider, que no es sino un laico a la luz de esta última encíclica, viene a pontificar sobre ello? Lo que hay que ver…)
Como buen neocón que está bajo sospecha por su postura ambivalente y camaleónica, Schneider necesita siempre defender que está en conexión canónica visible con el Papa Francisco Bergoglio, conexión que expresa por «la aceptación pacífica y moralmente universal del nuevo Pontífice por parte del episcopado y del pueblo católico» (argumento que actualmente se verifica falaz e inútil), aun cuando ello le lleve a calumniar a los Santos y Papas verdaderos (como es tradición en él) y a desconocer de manera hortera y flagrante que esa «teoría» como él la llama está basada en un dogma de Fe católica cual es que los herejes, cismáticos y apóstatas están fuera de la Iglesia y en consecuencia no puede pretender ser cabeza quien está fuera del Cuerpo Místico; y se refleja en el derecho canónico, como quiera que el canon 188 § 4 pío-benedictino (e incluso el canon 194 §1, 2º del código wojtyliano) están influidos por la Bula “Cum ex Apostolátus Offício”, que establece claramente (sin perjuicio de la infalibilidad pontificia) que la asunción de un jerarca incurso en herejía, apostasía o cisma, es nula e inválida, sin necesidad de declaración o juicio alguno:
«si en algún tiempo aconteciese que un Obispo, incluso en función de Arzobispo, o de Patriarca, o Primado; o un Cardenal, incluso en función de Legado, o electo Pontífice Romano que antes de su promoción al Cardenalato o asunción al Pontificado, se hubiese desviado de la Fe Católica, o hubiese caído en herejía, o incurrido en cisma, o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los Cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto; y de ningún modo puede considerarse que tal asunción haya adquirido validez, por aceptación del cargo y por su consagración, o por la subsiguiente posesión o cuasi posesión de gobierno y administración, o por la misma entronización o adoración del Pontífice Romano, o por la obediencia que todos le hayan prestado, cualquiera sea el tiempo transcurrido después de los supuestos antedichos. Tal asunción no será tenida por legítima en ninguna de sus partes, y no será posible considerar que se ha otorgado o se otorga alguna facultad de administrar en las cosas temporales o espirituales a los que son promovidos, en tales circunstancias, a la dignidad de obispo, arzobispo, patriarca o primado, o a los que han asumido la función de Cardenales, o de Pontífice Romano, sino que por el contrario todos y cada uno de los pronunciamientos, hechos, actos y resoluciones y sus consecuentes efectos carecen de fuerza, y no otorgan ninguna validez, y ningún derecho a nadie. Y en consecuencia, los que así hubiesen sido promovidos y hubiesen asumido sus funciones, por esa misma razón y sin necesidad de hacer ninguna declaración ulterior, están privados de toda dignidad, lugar, honor, título, autoridad, función y poder» (Papa Pablo IV, Bula “Cum ex Apostolátus Offício”, 15 de Febrero de 1559, n. 6-7).
Y desde luego, ante el Magisterio, la “teoría” de Schneider nada puede hacer, y tanto él como quienes lo siguen, quedan corridos.

lunes, 29 de mayo de 2023

LA “MISA” DE LAS LÁGRIMAS DE PABLO VI

Este año, en los modernistas, se cruzan dos festividades de ellos hoy 29 de Mayo de 2023: la fiesta de María Madre de la Iglesia, y la fiesta de Pablo VI, el Papa del Concilio Vaticano II. Vale recordar la anécdota que este último protagonizó el lunes de Pentecostés de 1970, y que recogió el presbítero John Zuhlsdorf de un antiguo ceremoniero papal:
Estamos en 1970, el lunes de Pentecostés [18 de Mayo, N. del T.]. La reforma litúrgica ha entrado en vigor hace pocos meses, en el trastornado entusiasmo de los ancianos de la Iglesia: las casandras que han visto lejos son ignoradas, los laoocontes que estaban en guardia son silenciados y enroscados por las espiras del perbenismo eclesial.
   
Pablo VI se levantó temprano por la mañana para ir a su capilla privada a celebrar la “Misa”. Con sorpresa, encuentra dispuestos para él en la sacristía los ornamentos verdes en vez de los rojos, que corresponden al Pentecostés y su octava. Interroga al Ceremoniero (Maestro de Ceremonias) de ese día diciéndole: «¿Qué diablos es esto? ¡Esta es la Octava de Pentecostés! ¿Dónde están los ornamentos rojos?». Éste le responde: «Pero Santità, ya es tempus per annum (Tiempo ordinario), el color es verde. La Octava de Pentecostés fue abolida».
  
«¿Verde? ¿eso cómo va a ser? ¿Quién ha abolido la Octava?», pregunta intrigado el Papa.
   
«Usted lo hizo, Santidad».
  
Y Pablo VI llora.
   

John Rotondi Jr. dispuso una Misa PARODIA para conmemorar este misterio del llanto de Montini ante el cambio de la Misa:
  

Las oraciones son de suyo propio muy dicientes:
  • ORACIÓN: Oh Dios, que regocijas a tu Iglesia cada año con la plenitud de distintas octavas, concédenos Te suplicamos, que como has apresurado compunción en las lágrimas de tu siervo Pablo, que por el mismo dolor, también podamos apresurarnos en la restauración de tu culto legítimo. Por J. C. N. S.
  • SECRETA: Acepta, oh Dios omnipotente y sempiterno, esta oblación que te ofrecemos en expiación por todos pecados cometidos por la innovación en la sagrada liturgia. Por J. C. N. S.
  • POSTCOMMUNIO: Saciados por estos sagrados misterios, Señor Dios, concédenos alcanzar el gozo sempiterno al restaurar para Ti la plenitud y dignidad de tu culto. Por J. C. N. S.
pero vamos a analizar con algún detenimiento las lecciones:
  • Lección de Aníbal Secretario (Epístola I de Bugnini, 19, 55-56). «En aquellos días, así habló Pío XII: “A varones expertos les han sido encomendados los asuntos peculiares de esta Comisión, y les fue demandado el estudio de la restauración litúrgica en general. Esta Comisión, después de un cuidadoso estudio de toda la materia, decidió que las presentes rúbricas deberían ser reducidas a regulaciones más convenientes en tal manera, sin embargo, que puedan ponerse en práctica, manteniendo, entre tanto, los libros litúrgicos como están, hasta que se tomen provisiones adicionales. Solo las octavas de Pascua, Navidad y Pentecostés se celebrarán; todas las otras presentes o en los calendarios universal o particulares son suprimidas”».
    La cita es del decreto Cum nostra hac ætáte del 23 de Mayo de 1955 (carta que dicho sea de paso, aunque publicada en las Acta Apostólicæ Sedis 47 –año 1955–, pág. 218-219, no fue incluida en ninguno de los libros litúrgicos), por la cual se estableció la Reforma de 1955, que entraría en vigor el 25 de Marzo del año siguiente. Es de resaltar que la misma Comisión reconozca que la reforma de 1955 era parte de un plan de futuras modificaciones litúrgicas Y que fueron introducidas en forma subrepticia y so capa de piedad (no nos digamos mentiras, la inclusión de San José en el canon de la Misa por Roncalli –decisión producto del enojo de Roncalli porque el 10 de Noviembre de 1962, el cardenal Ernesto Ruffini interrumpió al obispo de Mostar-Duvno Petar Čule Šarac diciendo: «Le pido que por favor concluya su muy piadoso sermón. Yo estoy muy seguro que todos somos devotos de San José», causando una risotada en el Aula conciliar– fue simplemente una tapadera para todos los demás cambios).
  • Secuencia del Santo Evangelio según los Papas Modernos (Pp. 19, 62-70). «En aquel tiempo, Pablo VI habló así: Desde que comenzó a afirmarse y a extenderse en el pueblo cristiano el movimiento litúrgico, que –como afirmaba Nuestro Predecesor Pío XII, de venerada memoria– debe ser considerado como un signo de las disposiciones providenciales de Dios sobre nuestra época y como un paso saludable del Espíritu Santo por la Iglesia, se percibió claramente que los textos del Misal Romano necesitaban ser revisados y enriquecidos. El mismo Predecesor Nuestro, Pío XII, inició esta obra de revisión con la restauración de la Vigilia pascual y de la Semana Santa, que constituyeron el primer paso de la adaptación del Misal Romano a las exigencias de la mentalidad contemporánea”. Y sucedió que el lunes después de Pentecostés en 1970, su santidad el Papa Pablo VI fue a la capilla para ofrecer la Santa Misa. Y vio que, en lugar de los ornamentos rojos, que todos conocen para la Octava que sigue a Pentecostés, le fueron preparados ornamentos verdes. Pablo demandó al ceremoniero asignado ese día: “¿Qué diablos es esto? ¡Esta es la Octava de Pentecostés! ¿Dónde están los ornamentos rojos?”. Y el ceremoniero respondió: “Santidad, ahora es el tiempo ordinario, ahora es verde. La Octava de Pentecostés fue abolida”. Oído esto, el Papa exclamó: “¿Verdes? ¡Eso no puede ser! ¿Quién hizo eso?” Y le respondió: “Santidad, tú lo hiciste”. Y el Papa Pablo VI lloró».
      
    La perícopa se divide en dos partes: la primera es la cita de la Constitución Missále Románum del 3 de Abril de 1969 (entró en vigor el 30 de Noviembre de ese año) y que llevó a culminación todo el proceso de subversión litúrgica que había alcanzado nuevo impulso desde 1962, con el rito roncalliano y el comienzo del Vaticano II, cuya inspiración y sustento ideológico es. La segunda (cuyo último verso se toma como antífona de comunión) corresponde al episodio en la sacristía vaticana del lunes después de Pentecostés de 1970, que hemos referido anteriormente. Vale anotar que en el Novus Ordo, la Octava de Pentecostés no existe, sino que se retoma el “Tiempo Ordinario”.

EL JUICIO DE DIOS SOBRE CONSTANTINOPLA POR EL CISMA GRIEGO

Entrada del Sultán Mehmet II en Constantinopla el 29 de Mayo de 1453 (Benjamín Constant. Museo de los Agustinos de Tolosa).

El justo juicio de Dios cayó entonces sobre la nueva Roma, tan profundamente decaída. El 6 de Abril, el sultán Mehmet II la rodeó por tierra y por mar; las naves de Venecia y de Génova, y con ellas gentes enviadas por el cardenal Isidoro de Kiev, ayudaron a la defensa, que fue conducida con el supremo esfuerzo. Pero el 29 de Mayo de 1453 la ciudad fue tomada por asalto; el emperador Constantino cae en la masacre, el imperio griego llegó a su fin y la espléndida iglesia de Santa Sofía fue convertida en mezquita ante los ojos de los orgullosos griegos. Grande fue el dolor del Occidente y mayormente del Papa, el cual ya planeaba enviarles una armada más fuerte para socorrerla [1].
   
El conquistador, a quien le gustaba mucho el cisma, buscó atraer a los griegos dispersos para regresar a la ciudad, e hizo que se eligiese patriarca a Genadio (Jorge Escolario), enemigo de la unión, el cual fue investido por él, como se acostumbraba de antiguo por los emperadores cristianos. El patriarcado recuperó poco a poco Su externo esplendor, mas quedó sometido a la tiranía turca y sus ambiciosos manejos. Ya en el 1458, el patriarca fue obligado a abdicar; el clero era tan indócil que su sucesor Joasaf se precipitó por desesperación a un pozo el domingo de Pascua (10 de Abril) de 1463: luego fue rescatado, pero de ahí a poco maltratado por el sultán y desterrado.
    
Luego que en 1461 el sultán puso fin también al imperio griego de Trebisonda, muchas familias notables de allí se trasladaron a Estambul (que así se llamo en adelante a Constantinopla), y aquí procuraron lograrse el patriarcado. De aquí a corto paso se llegó a tal punto que el patriarcado era comprado por dinero al sultán: la simonía triunfaba cada día peor y muchos sujetos indignos conseguían las más altas dignidades de la Iglesia griega. Solo el patriarca Nifón II estaba exento del odio hacia los latinos: él, aconsejando al metropólita José de Kiev a aceptar el concilio de Florenci, onservaba que tal vez la cólera de Dios golpeó a los griegos precisamente por la ruptura de la unión. Este era el sentimiento que dominaba entre los latinos, como también entre los griegos, que repararon en Occidente y que dispersos mantuvieron fe en la unión. El absolutismo imperial había además causado una profunda decadencia en el imperio, y por tal decadencia fue precisamente llevado a ruina: el islamismo de tiempo atrás había tomado una injerencia notable y se hallaba preferido a lo que era latino [2].

Card. JOSÉ HERGENRÖTHER HORSCHHistoria universal de la Iglesia, vol. 8: “Los Papas renacentistas, la Unión con los griegos, y el Descubrimiento de América”. Traducción propia.

NOTAS
[1] Card. Isidoro de Kiev, Epist. ad omn. christ., en Migne, Patrología Græca CLIX, 953 s. Leonardo de Quíos OP, arzobispo titular de Mitilene, De Constantinopoli capta ad Nicol. V, ibid. CLIX, 923 s. Hist. polit. ed. cit. p. 16-25. Mateo Camariota, Narratio lamentabilis de Constantinopoli capta, en Migne, Patrología Græca CLX, 1059 s. Andrónico Calisto, Monodia de Constantinopoli capta, ibid. CLXI, 1131: s. Nicolás Bárbaro, Ephemerides de Constantinopoli a. 1453 obsessa atque expugnata, ibid. CLVIII, 1067 s. Relato francés del Cardenal de Aviñón, en Bouchon, Collect. des Chroniques nat. franç. t. XXXVIII; Martène y Durand, Collect. ampliss., tomo V. Diario del veneciano Nicolás Bárbaro, ed. de Viena, 1856. Krumbacher, Ein dialogischer Threnos auf den Fall von Konstantinopel (Sitzungsber. der bayr. Akad. der Wiss., Histor. Kl. 1901. p. 329. ss.). Mordtmann, Belagerung und Eroberung Konstantinopels durch die Turken, Stuttgart, 1858. Vlasto, Les derniers jours de Constantinople, Paris, 1883. Chedomil, Constantine, the last emperor of the Greeks; the conquest of Costantinople, London, 1892.
[2] Genadio II, Histor. patriarch., ed. cit. p. 78 s. Cuper, Acta Sanctor. l. c. p. 192 s.; Epístola de Nifón II en Raynald. l. c. a. 1486, n. 62.