El cardenal caldeo Luis Rafael Sako de Iraq ha dejado su residencia patriarcal en Bagdad y se ha trasladado a un monasterio en Erbil, en la región del Kurdistán, después de una gira por Turquía.
La medida, anunciada por la carta patriarcal 160 del 15 de Julio, se produce después de que el presidente iraquí Abdul Latif Rashid revocara el 3 de Julio el decreto 147 del 10 de Julio de 2013, que lo reconocía institucionalmente como líder de los caldeos y administrador de los bienes eclesiásticos de su país. La razón dada fue que la Iglesia asiria y otras comunidades estaban exigiendo un decreto similar.
La activista por los derechos de los cristianos iraquíes Diya Butrus Slewa dijo a The Christian Post que la excusa era defectuosa porque el presidente podría haber convocado una reunión con todos los líderes de la iglesia para explicar la historia de estos decretos y su decisión de retirarlos.
Pero el asunto se desarrolló en los medios de comunicación, lo que llevó al patriarca a interpretar esta acción como punitiva.
Obispos caldeos de varios países han advertido a Raschid de un conflicto religioso con consecuencias nefastas.
Es de saber que Sako tiene una lucha de poder político con Rayan Salim Sadeq Dod, más conocido como Rayan al-Kaldani (Rayan “el Caldeo”), líder del “Movimiento de Babilonia”, que tiene cuatro de los cinco escaños caldeos en el Parlamento.
Sako, respaldado por Estados Unidos y sus vasallos europeos, ha protestado contra la política de cuota étnica en el Parlamento y acusado a al-Kaldani de ser pro-Irán, e incluso ha llamado a boicotear las elecciones en el área de Mosul y en la Llanura de Nínive.
Al-Kaldani manifestó que la revocación del decreto era responsabilidad del presidente de la república y no del Movimiento de Babilonia, y reiteró que busca mantener el diálogo con los distintos líderes eclesiales del país.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)