Páginas

jueves, 31 de agosto de 2023

EL “FUTURO DE LA IGLESIA” BERGOGLIANA SE REUNIÓ EN ESPAÑA

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   
   
21 representantes de los jesuitas españoles se reunieron del 26 al 27 de Agosto en El Puerto de Santa María para una “consulta ampliada”, escribe InfoSJ.es.
   
Ellos discutieron sobre los “pasos necesarios” para la provincia jesuita. Uno de los temas pudo haber sido cómo los hombres adultos y los sacerdotes decentes deberían vestir adecuadamente.
   
Francisco Bergoglio ve la secularización y la decadencia de la vida religiosa –como se ve en la imagen de este artículo– como el “futuro de la Iglesia”.
   
A la conclusión del Vaticano II, hubo 3.358 jesuitas en España. Hoy, hay menos de 700. La edad promedio es de 73 años.
   

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA

Novena publicada en Oviedo, Asturias, por la Imprenta La Cruz, a cargo de Antonio García Suárez, en 1892. Mons. Fray Ramón Martínez Vigil OP, Obispo de Oviedo, concedió 40 días de Indulgencia por cada día de la Novena.   
   
NOVENA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA
   

Hecha la Señal de la Cruz y el Acto de contrición o el Santo Rosario, se dice:

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.  
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

OFRECIMIENTO PARA TODOS LOS DÍAS
Dios mío, postrado en vuestra adorable presencia os ofrezco estos piadosos ejercicios. Aceptadlos por los méritos de vuestra Santísima Madre, y por la intercesión de los santos. Hacedme la gracia de ganar las indulgencias concedidas, a cuyo efecto por la intención del Sumo Pontífice y demás Prelados del universo, en particular del nuestro, por las necesidades de la Santa Iglesia, por la paz y concordia entre los príncipes cristianos, extirpación de errores y herejías, conversión de pecadores y salvación de todo el mundo, por los agonizantes y caminantes, por el triunfo de la religión y establecimiento del catolicismo en toda la tierra, por los que se han encomendado a mis oraciones, y por los que tengo obligación de rogar, para que todos cumplamos vuestra santa ley en vida y merezcamos el premio de la eterna gloria. Amén.
  
DÍA PRIMERO – 31 DE AGOSTO
MEDITACIÓN: SOBRE LA FE
I. Considera que la fe, como dice San Pablo, es el fundamento de todas las cosas que esperamos en esta vida y en la otra y el principio de la justificación.
  
Es necesaria para alcanzar la gracia, la caridad y las demás virtudes. Ella dio mérito y valor a todos los Santos; y sin ella es imposible agradar a Dios. Ella inspira las costumbres cristianas y, en todo tiempo, ha sido antorcha que ha guiado los pasos de todo hombre que quiere caminar al cielo. Aprecia los inmensos bienes que encierra la fe, confúndete de lo poco que has hecho para conservarla, y confiésala con valor despreciando los respetos humanos.
   
II. Mira el ejemplo que te da la Santísima Virgen. Su alma mereció ser depositaria de las verdades de la fe, reflexiona cuánto las apreciaba, y cuánto hizo por guardar este sagrado depósito.
   
Por esta integridad fue premiada con luces celestiales extraordinarias, y durante toda su vida procuró no desmerecer estos privilegios. ¿Obras tú de esta manera? Pide al Señor ilustre tu entendimiento, humilla la razón a la fe, y así te harás digno del premio que obtuvieron los héroes que la confesaron a la faz del mundo.
   
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
La Virgen de Covadonga a sus devotos: Hijo mío, aprecia el sagrado depósito de la Fe. Procura que toda tu vida sea una demostración del aprecio en que la tienes. Manifiéstalo con las obras porque de lo contrario sería una fe muerta.
El hijo de María: Madre mía, ayudadme a dar gracias a Dios por el beneficio de la fe. Ayudadme a conservarla, y por el valor que alcanzasteis a los héroes de Covadonga, obtenedme la perseverancia en esta santa virtud.
 
Aquí se rezan cinco Ave Marías en honor a la Santísima Virgen, y después la siguiente
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Amorosísima Virgen María, Soberana Emperatriz de Cielos y tierra, hermosísima Reina de los Ángeles, Madre y abogada de los pecadores, oíd la súplica que os dirigimos desde este sagrado sitio. Desde el excelso trono en que descansa vuestra majestad, dirigid una cariñosa mirada que penetre nuestro corazón. Concedednos la gracia que os pedimos en esta santa novena, llenad nuestra alma de las esclarecidas virtudes que os adornan, inflamadla en el más puro y santo amor de Dios y no permitáis que hagamos cosa alguna que os desagrade.
  
Nos consagramos a vuestro amor y servicio y nunca más olvidaremos vuestras bondades. Alcanzadnos la verdadera santificación en esta vida, la perseverancia final y recibidnos en la hora de la muerte. Amén.
   
HIMNO
   
En los campos do nobles Astures
A la voz de Pelayo acudieron,
Y morisma feroz combatieron,
Entonemos guerrera canción.
    
Huestes mil la montaña circundan
Del Auseva las cimas coronan,
Y ostentando fiereza blasonan
Al humilde cristiano vencer.
Mas, ¡oh Virgen, los fieles íberos
A tus plantas se postran rendidos,
No desdeñes sus tristes gemidos,
Dales bríos, constancia y poder.
    
En los campos do nobles Astures
A la voz de Pelayo acudieron,
Y morisma feroz combatieron,
Entonemos guerrera canción.
    
Feroz grito, cual trueno retumba,
Entre dardos el sol oscurece,
En tinieblas la luz desaparece,
Solo se oye agareno fragor.
A medida que crece el peligro,
cobra aliento el Astur valeroso,
Y en su torno difunde animoso
El espanto, la muerte, el pavor.
   
En los campos do nobles Astures
A la voz de Pelayo acudieron,
Y morisma feroz combatieron,
Entonemos guerrera canción.
    
A los fuertes el débil humilla,
Este vence, los fuertes cayeron,
Y del Deva las márgenes vieron
A torrentes la sangre correr.
Ya Castilla se ve libertada
Del alfanje y la raza moruna,
Agar tiembla con su media luna
Como tiembla la hoja al caer.
    
En los campos do nobles Astures
A la voz de Pelayo acudieron,
Y morisma feroz combatieron,
Entonemos guerrera canción.
    
Virgen pura, bendito tu nombre,
Covadonga por siempre repita,
Peregrina la España a tu ermita,
Jamás cese en tropel de acudir.
Porque tú de Mahoma triunfaste,
A Pelayo valor infundiste,
Al celoso africano rendiste,
Y al hispano tornaste feliz.
    
En los campos do nobles Astures
A la voz de Pelayo acudieron,
Y morisma feroz combatieron,
Entonemos guerrera canción.
    
LETANÍA.

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios Padre, Criador de los cielos, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad santa, que eres un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros.
Madre de Cristo, ruega por nosotros.
Madre de la divina gracia, ruega por nosotros.
Madre purísima, ruega por nosotros.
Madre castísima, ruega por nosotros.
Madre intacta, ruega por nosotros. 
Madre incorrupta, ruega por nosotros.
Madre sin mancha, ruega por nosotros. 
Madre amable, ruega por nosotros.
Madre admirable, ruega por nosotros.
Madre del Buen consejo, ruega por nosotros.
Madre del Creador, ruega por nosotros.
Madre del Salvador, ruega por nosotros.
Virgen prudentísima, ruega por nosotros.
Virgen digna de reverencia, ruega por nosotros.
Virgen digna de alabanza, ruega por nosotros.
Virgen poderosa, ruega por nosotros.
Virgen clemente, ruega por nosotros.
Virgen fiel, ruega por nosotros.
Espejo de justicia, ruega por nosotros.
Trono de la sabiduría eterna, ruega por nosotros.
Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros.
Vaso espiritual de elección, ruega por nosotros. 
Vaso digno de honor, ruega por nosotros. 
Vaso insigne de devoción, ruega por nosotros. 
Rosa mística, ruega por nosotros.
Torre de David, ruega por nosotros.
Torre de marfil, ruega por nosotros.
Casa de oro, ruega por nosotros. 
Arca de alianza, ruega por nosotros.
Puerta del cielo, ruega por nosotros. 
Estrella de la mañana, ruega por nosotros. 
Salud de los enfermos, ruega por nosotros.
Refugio de los pecadores, ruega por nosotros.
Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
Reina de los Patriarcas, ruega por nosotros.
Reina de los Profetas, ruega por nosotros.
Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros.
Reina de los Mártires, ruega por nosotros.
Reina de los Confesores, ruega por nosotros.
Reina de las Vírgenes, ruega por nosotros.
Reina de todos los Santos, ruega por nosotros.
Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros.
Reina asunta al Cielo, ruega por nosotros.
Reina del Santo Rosario, ruega por nosotros.
Reina de la paz, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, óyenos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
    
Antífona: He aquí que María era nuestra esperanza, a la que recurrimos, buscando auxilio para que nos librase, y vino en nuestra ayuda.
℣. Permitidme que os alabe, Virgen Sagrada.
℟. Dadme valor contra vuestros enemigos.
    
ORACIÓN
Omnipotente y misericordioso Dios, que constituiste admirablemente a la Santísima Virgen en perpetuo auxilio y defensa del pueblo cristiano, concédenos propicio que, peleando fortalecidos con tal amparo en la vida, merezcamos alcanzar victoria sobre el enemigo maligno en la muerte. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
DÍA SEGUNDO – 1 DE SEPTIEMBRE
Por la señal
Acto de Contrición o Santo Rosario.
    
MEDITACIÓN: SOBRE LA ESPERANZA
I. Considera que la virtud de la esperanza debe ser el apoyo de la fe, pues en vano creemos si nada esperamos. Pero como Dios nos ha prometido un premio si cumplimos su santa ley, tenemos esta esperanza guardada en nuestro corazón. ¡Qué dicha es la nuestra confiar en la palabra de Dios! ¿Has fundado siempre en ella tu esperanza? Desconfía de todas las cosas humanas que no se apoyen en Dios, y di con el Real Profeta: en ti solo esperé, no seré confundido eternamente.
    
II. Mira el ejemplo que te dan los santos y la Reina de ellos, María Santísima. Les basta oír la palabra de Dios para lanzarse a las más difíciles empresas, sin preocuparse por el resultado. Miraban en todo la acción saludable de la Providencia sin hacer caso del influjo de las pasiones. La Madre de Dios cantaba con espíritu tranquilo las magnificencias del Señor que humilla a los poderosos y exalta a los humildes, y se entregaba como una esclava al cumplimiento de la voluntad de Dios. ¿Imitas esta conducta?
  
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
Voz de María Santísima de Covadonga: Hijo mío, espera en Dios, cuyas promesas son infalibles; confía en mi cariñosa palabra que no desea más que abrirte las puertas del cielo.
El alma devota a la Virgen: Madre mía, yo alababa al Señor con mi cítara, pero estaba triste, mas desde que Vos me alentáis y quitáis mi turbación, espero en Dios con entera confianza, y no cesaré de confesar su Nombre y buscar su agradable Rostro.

Rezar cinco Ave Marías. La Oración final, el Himno, la Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
 
DÍA TERCERO – 2 DE SEPTIEMBRE
Por la señal
Acto de Contrición o Santo Rosario.

MEDITACIÓN: SOBRE LA CARIDAD
I. Considera que la caridad es la reina de las virtudes y el fundamento de la perfección. Es tan necesaria para salvarse que la fe sin ella es muerta, y como dice San Pablo, aunque tuviéramos el don de lenguas, y hablásemos como los Ángeles, si nos falta la caridad seríamos como el metal que suena y campana que tañe; y aunque convirtiésemos pecadores, revelásemos lo futuro, conociésemos los misterios y trasladásemos los montes, sin la caridad nada somos. Dios es caridad y mora en el que está lleno de esta virtud. Abre tu corazón para que venga este espíritu bueno y te conceda este precioso don por el que debes sacrificarlo todo.
  
II. La caridad además de ser la reina de las virtudes, es la virtud de las reinas. Nada más propio de alma noble que el amor de Dios y del prójimo, nada más justo que consagrar todos los afectos del corazón al Supremo Señor y dueño de todas las cosas, a quien lo debemos todos, y sacrificarnos por el bien de nuestros hermanos. Así lo hizo la Santísima Virgen desde sus más tiernos años. Sigue sus pasos, y pídele te comunique una centella de ese fuego santo que animaba todas sus acciones.
   
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
La Virgen de Covadonga a sus devotos: Hijo mío, conoce las excelencias de la caridad, limpia todo afecto desordenado, ama a Dios sobre todas las cosas y alcanzarás la vida eterna.
Promesa del alma amante de María: Madre mía dulcísima, alcanzadme fuerzas para amaros, haced que arda en mí el fuego de la caridad, y que yo contribuya con todo mi ser a la propagación del amor de Dios.

Aquí se rezan cinco Ave Marías. La Oración final, el Himno, la Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
  
DÍA CUARTO – 3 DE SEPTIEMBRE
Por la señal
Acto de Contrición o Santo Rosario.

MEDITACIÓN: SOBRE EL AMOR A LA MADRE DE DIOS
I. Considera que, después de Dios, ningún objeto se nos puede ofrecer tan digno del amor, como su Santísima Madre que lo es también nuestra. En la Cruz recibió este glorioso título, y mira qué bien lo desempeñó. ¿Cuántas veces has experimentado la saludable influencia de sus bondades? ¿De cuántos peligros te apartó esta cariñosa Madre? Agradécele la misericordia que ha tenido contigo, y pídele que la continúe toda la vida.
    
II. El amor a María Santísima no ha de ser un aprecio estéril, debemos manifestarle el amor con obras y de verdad. Sea el principal fruto de esta Novena arraigar en nuestra alma una fervorosa devoción a la Madre del amor más santo. El glorioso título de Covadonga es el despertador más propio para estimular nuestro celo. El recuerdo de los innumerables beneficios que esta celestial Señora ha hecho a nuestra patria desde este Santuario debe obligarnos al agradecimiento. Seamos sinceramente devotos de María, imitemos sus virtudes, conozca todo el mundo que somos hijos dignos de tan buena Madre.
  
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
Palabras de la Virgen a sus devotos: Hijos míos, yo amo a los que me aman. Sed imitadores míos como yo de Jesucristo.
Aspiración del alma fiel: Madre mía, haced que yo os conozca para que os ame. Sea la medida de amaros, amaros sin medida: Sois mi madre, todo lo he recibido por Vos, todo os lo consagro; dadme vuestra devoción y seré bastante rico, porque alcanzaré la vida eterna.

Aquí se rezan cinco Ave Marías. La Oración final, el Himno, la Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
   
DÍA QUINTO – 4 DE SEPTIEMBRE
Por la señal
Acto de Contrición o Santo Rosario.

MEDITACIÓN: SOBRE LA HUMILDAD
I. Considera la excelencia de la humildad. Jesucristo ha querido ser modelo de esta vitud, presentándonosla como fundamento de su enseñanza: “Aprended de mí”, nos dice, “que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas”. ¿Hemos aceptado esta doctrina? ¡Ah!, desgraciadamente, nos dejamos llevar de la soberbia. Nos levantamos con los dones de Dios y creemos ser algo, y aun pretendemos dominar sobre nuestros semejantes. Humillémonos en la tierra si queremos que Dios nos levante hasta el Cielo.
   
II. Todos los Santos han practicado la humildad. La Santísima Virgen ha superado a todos en la práctica de esta virtud. Contempla su humildad interior, cuán hermanada está con la exterior. Nada pide y nada desea más que cumplir la voluntad de Dios, sometiendo enteramente su juicio y sufriendo las humillaciones que el Señor permite para probarla y acrisolar su mérito. ¿Obras tú de esta manera? Confúndete, mortifica la soberbia, propón seriamente la práctica de la humildad.
  
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
Palabras de la Santísima Virgen: El Señor ha mirado la humildad de su sierva, por esto me llamarán bienaventurada todas las generaciones. Derribó a los poderosos de su sitio, y ensalzó a los humildes.
El alma devota: Madre mía, conozco que la raíz de todos los males es la soberbia, y el principio de todos los bienes la humildad. Alcanzádmela del humildísimo Jesús, y haced que merezca yo el descanso de la buena conciencia en esta vida, y el de los bienaventurados en la otra.

Aquí se rezan cinco Ave Marías. La Oración final, el Himno, la Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
   
DÍA SEXTO – 5 DE SEPTIEMBRE
Por la señal
Acto de Contrición o Santo Rosario.

MEDITACIÓN: SOBRE LA CASTIDAD
I. Considera cuán necesaria es la virtud de la castidad. No hay obra buena sin castidad, dice un santo Padre. En efecto, ¿de qué servirían las virtudes sin la pureza de corazón, sin la santidad de los afectos? Palabras vanas serían, como aquellas que reprobó el mismo Dios cuando dijo: “este pueblo me honra solo con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. ¿Sabes cuál es el mejor medio para acercarte a Dios? La castidad, que te eleva sobre las cosas terrenas, y te coloca en compañía de los espíritus celestiales junto al trono del Altísimo. Ama esta virtud santísima y practícala, apartándote de todo lo que puede manchar su delicadeza.
   
II. Contempla esta virtud en la Santísima Virgen. Por ella mereció atraerse las miradas de Dios y la admiración del universo. Eres hijo de esta castísima Madre, pórtate cual a esta dignidad conviene. Con la castidad alcanzarás la vista de Dios, pero para obtener esta virtud es necesario que la pidas, y que trabajes mucho por conservarla. No pretendas esta gracia por otro camino que el de los santos. La oración, la mortificación interior y exterior, la presencia de Dios, y sobre todo la frecuencia de los sacramentos son los medios más eficaces. Ponlos en práctica desde hoy, para que ellos defiendan esta virtud, porque es muy cierto que no puede llegarse a la castidad sin buenas obras.
  
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
Palabras de la Santísima Virgen: Hijo mío, sé santo porque Dios es santo. ¿Cómo quieres agradarme si manchas la hermosura de la inocencia? Purifica tu corazón, para que pueda morar en él la adorable Trinidad, cuyo templo eres.
El alma fiel: ¡Madre castísima, Madre de pureza, ruega por mí! Sin tu auxilio no puedo practicar esta virtud. Líbrame con tu poderosa intercesión de los peligros y tentaciones del mundo, demonio y carne, y haz que logre la palma victoriosa de los santos.

Aquí se rezan cinco Ave Marías. La Oración final, el Himno, la Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
   
DÍA SÉPTIMO – 6 DE SEPTIEMBRE
Por la señal
Acto de Contrición o Santo Rosario.

MEDITACIÓN: SOBRE LA ORACIÓN
I. Considera la necesidad de la oración. Dios nos ha criado para salvarnos, pero quiere que le pidamos las gracias que nos han de abrir las puertas del Cielo. “Pedid y recibiréis”, nos dice Jesucristo. Pidamos, pues, lo necesario para ir al Cielo, que no nos será negado. Oremos humilde, fervorosa y confiadamente, unas veces al Eterno Padre por su bondad y omnipotencia, otras a Jesucristo por su encarnación, pasión y trabajos de su vida, y otras al Espíritu Santo, por el amor que tiene al Padre y al Hijo, y siempre a nuestra cariñosa Madre que hará propicia nuestra oración.
   
II. Considera cuán perfectamente oraba la Santísima Virgen María. Su oración penetraba las nubes, porque era humilde, y hacía descender bendiciones y gracias de Dios sobre su alma. El Espíritu Santo fue su Maestro, y le enseñó a pedir con gemidos inenarrables. Detente un momento y atiende a estos dulcísimos suspiros. Abre tu corazón, derrámalo en la presencia de Dios y aprende a llorar tus pecados, a proponer la enmienda, y a tener tu conversación en los Cielos.
  
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
La Santísima Virgen a los fieles: Hijos míos, rogad y no ceséis de orar. La tierra está llena de desolación porque nadie piensa en su corazón las verdades eternas. Levantaos del polvo y mirad al Cielo, para cuya posesión habéis sido formados.
El hijo de María: ¡Gracias, Madre mía, gracias! Ahora conozco cuán mal aproveché el tiempo distraído en las cosas del mundo. Vuestras amorosísimas palabras me hacen elevarme a Dios para darle gracias, por los beneficios que me ha concedido, y pedirle continúe los favores que me han de hacer verdaderamente feliz. ¡Dios mío! Concededme el espíritu de oración y las gracias que a él tenéis vinculadas.

Aquí se rezan cinco Ave Marías. La Oración final, el Himno, la Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
  
DÍA OCTAVO – 7 DE SEPTIEMBRE
Por la señal
Acto de Contrición o Santo Rosario.

MEDITACIÓN: SOBRE LA MORTIFICACIÓN
I. Considera que no basta alcanzar las virtudes si no procuras conservarlas. Eres frágil, y necesitas una fuerza que te sostenga: esta es la obra de la mortificación. Sin esta virtud, que es un conjunto de virtudes, no corregirás la oración, ni perfeccionarás la humildad, ni defenderás la pureza. Todo corre inminente peligro de perderse si descuidas mortificarte. Jesucristo padeció porque quiso, he aquí el mérito. Acepta como tu divino Maestro la voluntad del sacrificio, mortifícate, recibe con alegría los trabajos que te envía el Señor, hazte semejante a Jesús varón de dolores, hecho oprobio por nuestros pecados, y camina al Cielo por este camino real de la Santa Cruz.
   
II. Considera la mortificación de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de los hombres. Toda su vida fue un continuo ejercicio de esta virtud, y la Iglesia le da justamente el título de Madre dolorosa. Compadécete del Hijo y de la Madre, busca la causa de sus dolores y la encontrarás en tu ingratitud y en tus pecados. Conviértete de corazón a Dios, y el Señor te aplicará los méritos de la Sangre de Jesús, y te lavará con ella para que seas limpio y puedas entrar en el Cielo.
  
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
La Virgen María al alma devota: ¿Quieres adelantar mucho en poco tiempo? Entra en la escuela del sufrimiento, penetra en el Corazón de mi amantísimo Hijo y en el mío, y aprende a sufrir.
El hijo de María: Hasta ahora, Madre mía, no conocí el tesoro que encierra la mortificación. Alcanzadme constancia en ella para vencerme a mí mismo y no descansar hasta dominar mis afectos desordenados y sufrir con amor los trabajos que me enviéis.

Aquí se rezan cinco Ave Marías. La Oración final, el Himno, la Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
  
DÍA NOVENO – 8 DE SEPTIEMBRE
Por la señal
Acto de Contrición o Santo Rosario.

MEDITACIÓN: SOBRE LA PERSEVERANCIA
I. Considera que la perseverancia es el más precioso de los dones en la vida espiritual. De nada aprovecha una vida empleada en la virtud sin la final perseverancia, porque solo al que venciere se le promete el premio y el maná escondido. Ella corona la obra de la santificación en esta vida, y es la prenda de la salvación en la otra. ¿Qué hacer para obtenerla? Orar fervorosamente y pelear con denuedo.
  
II. Considera que la perseverancia en el bien fue el carácter que distinguió a la Santísima Virgen. Ni un momento desfalleció en toda su vida, no obstante las muchas contradicciones y acerbas penas que tuvo que sufrir en ella. Pasó como Jesús, haciendo el bien y adornándose cada vez más con variedad de exquisitas flores de virtudes, Contempla su ciega fe, admira su constante esperanza, envidia su ardiente caridad, y no extrañarás su perseverancia en el bien. Fortalecida con el poder del Padre, guiada por la sabiduría del Hijo, y animada por el amor del Espíritu Santo, esta celestial criatura se hace el encanto de los ángeles, el cariño de los hombres y el terror del Infierno. ¡Ama a tan excelsa Madre! Pídele la perseverancia, y ella te la alcanzará.
  
Ahora recogido cada uno pedirá lo que se indica en la Meditación, y la gracia que desea en la Novena, oyendo con devoción las inspiraciones de la Santísima Virgen.
La Virgen María: Hijo mío, sé fiel hasta la muerte, y recibirás la corona inmarcesible de la gloria.
El hijo de María: Madre mía, Madre de misericordia, haced que yo imite vuestra perseverancia y que no me aparte ni un solo momento de la santa ley de Dios, para merecer el premio de la gloria eterna, prometida a los que perseveran.

Aquí se rezan cinco Ave Marías. La Oración final, el Himno, la Letanía y la Oración se rezarán todos los días.

MUSULMÁN RECIBE “COMUNIÓN” EN FUNERAL DE CARDENAL EN BRASIL

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

Durante una eucaristía el 28 de Agosto en la catedral del Sagrado Corazón de Jesús de Londrina (Brasil) en las exequias del cardenal emérito Geraldo Majella Agnelo, el arzobispón local Geremias Bieter Steinmetz, de 58 años, le dio la “Comunión” en la mano al jeque Ahmad Saleh Mahairi, fundador de la mezquita Rey Faisal de Londrina.
    
Medios informaron que Mahairi no consumió la oblea. En una nota el 30 de Agosto, Steinmetz justificó (sic!) su actuar refiriéndose absurdamente a citas de Francisco Bergoglio en “Desidério desiderávi” diciendo que la Última Cena era inmerecida (literal: «nadie había conquistado un lugar en la Última Cena»):
   
  
TRADUCCIÓN
MITRA ARCHIDIOCESANA DE LONDRINA
Calle Don Bosco, 145 – Jardín Don Bosco
Apartado Postal 872 – Teléfono (43) 3371 3141
Código Postal 86060-340 – Londrina, Paraná
E-mail: arcebispado@mitralondrina.com.br
   
NOTA ACLARATORIA
    
Queridos hermanos y hermanas, que todavía estáis de luto por la muerte del Cardenal Geraldo Majella Agnelo, Arzobispo Emérito de San Salvador y Primado de Brasil, ex Arzobispo de Londrina, con esta nota venimos a comentar el impacto generado por la Comunión ministrada por mí, Dom Geremias Steinmetz, al jeque Ahmad Saleh Mahairi.
    
Estos días estamos viviendo una ceremonia muy hermosa de nuestra Iglesia Católica Apostólica Romana, que celebra, no la muerte, sino la fe en la vida eterna por medio de Cristo vivo y resucitado. El funeral de Dom Geraldo, uno de los hombres más importantes de la Iglesia en Brasil y en el mundo, implicó más de 24 horas de oración ininterrumpida en la Catedral Metropolitana de Londrina, con la presencia de sacerdotes de todos los decanatos de la Archidiócesis de Londrina. que engloba 16 municipios de la región, y unos 20 obispos, entre ellos tres cardenales, sacerdotes y religiosos de todo el país.
    
Mucho más que una autoridad religiosa respetada, Dom Geraldo fue un amigo y un ser querido de muchos que estuvieron presentes en las celebraciones, especialmente en la última Santa Misa antes del entierro, a las 10 de la mañana, para presentarle sus respetos. Había, por tanto, personas de diferentes denominaciones religiosas, entre ellas autoridades civiles y religiosas, como el jeque Ahmad Saleh Mahairi, de la Mezquita Rey Faisal.
    
El jeque Mahairi conocía a Dom Geraldo Majella desde los años 1980 y estuvo en el funeral del cardenal Agnelo como amigo, lamentando el entierro de otro amigo. El jeque es un hombre conocido en diversos ámbitos de la sociedad y mantiene una relación respetuosa con la Iglesia católica. También era amigo de otro arzobispo de Londrina, el difunto obispo Albano Cavallin, con quien mantuvo una estrecha relación. Como amigo, participó en la celebración eucarística y, entrando en la fila de la comunión, recibió el cuerpo de Cristo.
    
Las imágenes de la transmisión de la Santa Misa muestran al jeque Mahairi recibiendo la Eucaristía de mis manos, pero no lo muestran consumiéndola. Ante la repercusión de estas imágenes, encargué al vicario general de la archidiócesis de Londrina, padre Rafael Solano, que hablara con el jeque para aclarar la situación. Lamentando profundamente lo sucedido, ya que su deseo no era faltarle el respeto a la Iglesia católica, el jeque Mahairi habló con el vicario general que recibió a Jesús, se dirigió a su banco, se sentó y consumió la Eucaristía. Según él, monseñor Albano había explicado hace muchos años que la Eucaristía es el cuerpo de Jesús, considerado un profeta para el Islam.
   
La  Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia. Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a María, su Madre virginal, y a veces también la invocan devotamente. Esperan, además, el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por ello, aprecian además el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por tanto, aprecian la vida moral, y honran a Dios sobre todo con la oración, las limosnas y el ayuno (Declaración “Nostra ætáte”, n. 3).
   
Aclarados estos puntos, quisiéramos finalmente considerar lo que nos enseña el Papa Francisco en su último documento sobre la Liturgia, Desidério Desiderávi, de 2022. Nadie había conquistado un lugar para la Última Cena. Más bien, fueron invitados, atraídos, por el ardiente deseo de Jesús de comer con ellos esa Pascua, cuyo cordero él mismo es.
  
«Antes de nuestra respuesta a su invitación –mucho antes– está su deseo de nosotros: puede que ni siquiera seamos conscientes de ello, pero cada vez que vamos a Misa, el motivo principal es porque nos atrae el deseo que Él tiene de nosotros. Por nuestra parte, la respuesta posible, la ascesis más exigente es, como siempre, la de entregarnos a su amor, la de dejarnos atraer por Él. Ciertamente, nuestra comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo ha sido deseada por Él en la última Cena», escribió el Papa Francisco. Toda la creación es manifestación del amor de Dios. Y como ese amor se manifestó en la plenitud de la Cruz de Jesús, «toda la creación es atraída por Él. Es toda la creación la que es asumida para ser puesta al servicio del encuentro con el Verbo encarnado, crucificado, muerto, resucitado, ascendido al Padre» (n. 42).
   
La Eucaristía que resucita, verdadero Cuerpo y Sangre de Jesús, es compartida por el pueblo reunido alrededor del altar también como signo de caridad, de ese amor irrepetible de Dios que se manifiesta en la Cruz de Jesús. Por lo tanto, «abandonemos las polémicas para escuchar juntos lo que el Espíritu dice a la Iglesia, mantengamos la comunión, sigamos asombrándonos por la belleza de la Liturgia. Se nos ha dado la Pascua, conservemos el deseo continuo que el Señor sigue teniendo de poder comerla con nosotros. Bajo la mirada de María, Madre de la Iglesia». (Papa Francisco –Desidério Desiderávi, n. 65). La Celebración Eucarística nos enseña el noble ejercicio de la caridad, alimenta la mansedumbre, nos conduce a la fraternidad y al respeto por todos. Que la Eucaristía, misterio de amor, sea para todos fuente de gracia y de luz que ilumine los caminos de la vida.
    
Londrina, 30 de agosto de 2023
   
En Cristo Jesús. Mis bendiciones,
   
(Fdo.) Dom Geremías Steinmetz
Arzobispo Metropolitano de Londrina
    
Un primer comulgante sabe que una persona no bautizada no puede ser admitida a los otros sacramentos. Es inexplicable cómo Benedicto XVI pudo en 2011 hacer obispón de Paranavái a Steinmetz, quien no tiene idea de la fe que supuestamente debe representar y proteger.
   

PAGANISMO NOVUSORDITA: LA CATEDRAL DE RÍO DE JANEIRO

Traducción del Comentario de John, corresponsal viajero de TRADITIO.
   

En un reciente viaje de negocios, visité la Catedral Metropolitana de San Sebastián de Río de Janeiro (Brasil), diseñada en el estilo típicamente atroz del Novus Ordo por Edgar de Oliveira da Fonseca entre 1964 (el año en que la Iglesia Novusordita fue forjada entre el Anticoncilio Vaticano II) y 1979. Aunque la gran catedral fue diseñada para albergar 22.000 personas, el servicio, incluso los domingos, es simulado para la diezmada congregación de menos de 50 fieles conciliares. Este culto no es simulado en la mesa mayor (otrora altar), sino que es relegado a una pequeña y vacía capilla lateral en la parte de atrás.

La catedral alberga imaginería satánica en su interior, por ejemplo, serpientes en las vidrieras y serpientes alrededor de la cruz. La catedral también está en la forma de una pirámide pagana maya, o mejor de un zigurat babilonio, como aquellos de los cuales el Antiguo Testamento relata que los paganos ofrecían allí sacrificios (el cual a veces incluía sacrificios de niños) al demoníaco ídolo Baal. Además, la antigua y tradicional catedral estaba anexa directamente al convento de la Tercera Orden Carmelita. La nueva catedral rechazó continuar asociada a esta orden religiosa.
   
   
La catedral ni siquiera puede reunir unos pocos miembros para cantar el canto gregoriano, así que los altoparlantes berrean cantos gregorianos grabados a través del edificio (un reconocimiento tácito de que la gente sabe instintivamente lo que siempre es bueno, bello y verdadero, incluso si la Iglesia Conciliar no puede proporcionarlo).

miércoles, 30 de agosto de 2023

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LAS MISERICORDIAS

https://archive.org/details/BrainwashedIntoSlaveryKennethGoffCirca194066pgsCOM.sml/page/n43/mode/2up
https://mobile.twitter.com/EmeritusNope/status/1494658674098384900

Novena compuesta por Mons. Miguel Ángel Builes, Obispo de Santa Rosa de Osos (Colombia). Con aprobación eclesiástica.
 
   
NOVENA EN HONOR DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MISERICORDIAS
    
De rodillas ante su Santuario o ante cualquier imagen de María Santísima, se comienza diciendo:
   
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.
   
Bendita sea la Santísima y Augustísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y la Misericordiosísima Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra. Amén.
   
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Reina de las Misericordias, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, heme aquí postrado a vuestros pies santísimos. Vengo lleno de confianza a implorar vuestra gran misericordia para el remedio de mis muchas y grandes necesidades de alma y cuerpo. Acordaos, benditísima Señora, del Hijo Santísimo que llevasteis por nueve meses en vuestras pursimas entrañas, recostásteis en las pajas del pesebre, alimentásteis con vuestra leche virginal y reclinásteis en vuestro virginal regazo. Acordáos de las tiernas caricias que durante su infancia le prodigásteis y del poder que como madre tuvisteis sobre su Corazón divino. Acordáos de vuestros dolores y angustias durante su santísima pasión y de vuestros sufrimientos infinitos al pie de la cruz. Acordáos de que nos fuisteis dada por Madre por vuestro Hijo moribundo. Acordáos de vuestros dolores indecibles, cuando le tuvisteis ya muerto en vuestros brazos maternales. Acordáos de las lágrimas que vertísteis al dejarlo bajo la losa del sepulcro y regresar sola sin vuestro Jesús, envuelta en la nube triste de vuestra amarga soledad. Acordáos de vuestra infinita alegría al verle la primera el día de la resurrección, triunfante y glorioso y de la felicidad de que disfrutáis ahora en el Cielo como Reina sentada a su derecha. Acordáos, en fn, Señora, de que sois Madre y Madre de misericordia, escuchad benigna mis súplicas y concededme, os lo suplico, la gracia que vengo a implorar rendido a vuestras plantas benditas, oh Señora, oh Reina, oh Madre de las Misericordias. Amén.
  
DIA PRIMERO
CONSIDERACION "Dios te Salve Reina
En la oracin de la salve que se recita en el hogar y en el templo, en la escuela y en el taller y que entonan con devocin el nio y el anciano, el pobre y el potentado, saludamos a Mara como Reina: Salve Regina, Dios te salve Reina. Yo tambin vengo a saludarte Madre ma con el corazn lleno de amor y a ti y con la ms dulce esperanza de ser escuchado en mi necesidad. Dios te salve. Mara es la Reina de la creacin porque el Rey de los siglos y creador del mundo la tuvo presente cuando con sus manos prepotentes sacaba de la nada el universo. Con ella lo iba creando todo, dicen los Libros Santos. Mara estuvo en el pensamiento de Dios desde la eternidad y con El rein y domin desde entonces." Apareci, dice San Juan, una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus plantas y coronada con una diadema de doce estrellas. "Ella es Reina del Cielo y de la Tierra, de los ngeles y de los Hombres; y como Reina est sentada en su trono real a la diestra de su Hijo Santsimo y coronada por el Padre Celestial con una corona de oro pursimo recamada de piedras preciosas, signo de su podero sobre el corazn de Dios, quin la ha constituido Tesorera del Cielo y soberana de la intercesin por lo cual es llamada la Omnipotencia Suplicante.
  
ORACIÓN: Virgen gloriossima, Reina de nuestros pensamientos, Reina de nuestros corazones y Reina de nuestras almas. Nosotros te aclamamos por Emperatriz nuestra y te juramos desde hoy eterna fidelidad. Tu sabes que la magnificencia de los reyes consiste en socorrer a los miserables y en premiar las virtudes de sus vasallos. Vasallos tuyos somos, Mara, y si no tenemos virtudes que premiar s tenemos miserias qu remediar. Muestra pues con nosotros tu real magnificencia. Remedia nuestros males espirituales y temporales: aleja de nosotros la miseria de la culpa: reina sobre nosotros. Madre ma, y gobirnanos con tu mano poderosa. Ya sabes que nuestra lucha sobre la tierra es una lucha interminable, lucha que hemos de sostener constantemente contra los enemigos del alma. Mira, Seora, que nuestro adversario ruge alrededor de nosotros, buscando el momento oportuno de vencernos y devorarnos. Mira que nuestro enemigo nos rodea por todas partes combatindonos con furor. Reina soberana de los cielos, saca triunfante a los que peleamos bajo tu bandera. Rompe de nuevo la cabeza del dragn antiguo y aplasta otra vez la orgullosa cerviz de la serpiente maldita que te disputa el dominio de las almas y el seoro sobre los corazones. Mira que el enemigo del hombre quiere destruir tu imperio sobre la tierra, tiene asolada la Iglesia de Dios. Mira que estamos a punto de sucumbir bajo las fuerzas del tentador y que si t no nos dejas, es segura nuestra derrota. No nos dejes, pues Reina de nuestras almas, t que has dado muerte y confundido a todas las herejas de nuestro siglo. Reina inmortal del universo, Infndenos aliento con tu mirada y danos victoria contra los enemigos. Da a conocer al mundo que t eres la Reina de los que aqu peleamos tus batallas. Tu bendicin continua nos fortalezca en este destierro, para que luchando aqu con valor y sirvindole con fidelidad, un da merezcamos la palma del triunfo y la corona de la victoria, reinando contigo eternamente en la mansin celestial. Amén. PETICION
   
GOZOS
   
A tus plantas, dulce Madre,
Ves un hijo que te implora.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
  
A ti vengo, Madre mía
Abrumado de congojas,
Implorando tu clemencia
Y tu gran misericordia;
No te olvides que ere Madre,
Abogada y protectora.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
   
Tú das vida al que sucumbe
Del pecado entre las ondas;
Da tus gracias compasiva
A un hijo que te invoca,
Aquí vengo suplicante,
No me dejes, gran Señora.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
  
Tienes luces de esperanza
En tus ojos, dulce aurora,
Y es tu goce difundirlas
En las almas pecadoras:
Madre mía, brillen pronto
De mi pecho entre las sombras.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
   
La dulzura de tu rostro
A tus hijos enamora.
Basta verte, Madre Santa,
Para amarte el alma toda.
Mi existencia es toda tuya,
Te la entrego sin demora.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
   
De tu pecho los latidos
Gritos son que claman y oran;
De tu Cristo la clemencia
Por nosotros siempre logran;
Sigue, Madre, suplicando
Por tus hijos que te invocan.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
   
Tú remedias los pesares
Del que sufre, del que llora.
Eres fuerza en las batallas
Del que lucha entre zozobras;
Madre, Madre, con presteza
Tus bondades me socorran.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
 
Desterrados los mortales
A tus plantas, gimen, lloran:
Tantos lloros, tantas lágrimas
Manos blancas las recojan:
Esas tiernas manos tuyas
Que son bálsamo, Señora.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
  
Sigue, Madre, cobijando
Con tu sombra bienhechora
Este amante y fiel devoto
Que rendido ves, Señora;
No le niegues las mercedes
Que de ti ferviente imploran.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
  
Y en la hora postrimera
De la muerte pavorosa,
No me niegues tu socorro,
No me dejes mi alma sola;
Que me lleves en tus brazos
A gozar de eterna gloria.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
   
A tus plantas, dulce Madre,
Ves un hijo que te implora.
Compadece mis miserias
Con tu gran misericordia.
   
ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS Oh Madre de misericordia, socorro de los cristianos, ministra fidelsima de la Divina Providencia, tesorera de todas las gracias, acordaos de que nunca se ha odo decir que hayis dejado sin consuelo a los que devotamente han acudido a vos. Ved aqu por que lleno de confianza en vuestra misericordia y en vuestra liberalsima generosidad, me prosterno humildemente a vuestros pies para que os dignis escuchar mis splicas. Alcanzadnos la santa providencia, es decir, las gracias en todas nuestras necesidades espirituales y tambin la providencia temporal necesaria para dirigir nuestra vida en este valle de lgrimas. A vuestro corazn afectuoso y maternal encomiendo fervorosamente la Santa Iglesia, el Soberano Pontfice, la conversin de los pecadores, la propagacin de la f, y los fieles difuntos, para que sean pronto consoladas por la entrada en el eterno refrigerio. Amn. JACULATORIAS Oh Mara nuestra esperanza, rogad por nosotros. Madre de amor de dolor y de misericordia, rogad por nosotros. Oh Mara Madre de Dios y Madre de las misericordias, rogad por nosotros y por los fieles difuntos. La bendicin del Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca siempre. Amn
DIA SEGUNDO En el nombre del Padre y lo dems como el primer da. CONSIDERACION "Madre de Misericordia Mara es Reina, lo hemos visto ayer, pero la adorna un ttulo mucho ms excelso y ms dulce y ms tierno; es madre y no madre as como quiera, sino Madre de Misericordia. Oh consuelo grande para los cristianos, que Mara la Madre de Dios nos haya sido dada por Madre al pie de la cruz donde mora Jess, vctima del amor misericordioso que redime y salva. Jesucristo tiene el dominio sobre el universo entero pero lo reparti con su Madre Santsima, quedndose El con la justicia, poder y majestad, y dndole a Ella la misericordia, la dulzura y la amabilidad. Que consuelo y que esperanza para todos los mortales saber que Dios nos ha dado como Madre a su propia Madre, que como Reina lleva un cetro que no es ni puede ser de rigor y de castigo, ya que es tambin Madre, sino de piedad y de misericordia, que emplea su poder en alcanzar el perdn y misericordia en favor de sus pobres hijos. Aunque seamos culpables de grandes pecados, ella no espera sino que acudamos a su proteccin para cubrirnos con el manto de su misericordia. Pecador soy, Madre querida de las misericordias, y tiemblo al pensar que me he hecho merecedor de las terribles justicias de vuestro Hijo Santsimo, cuya sangre he pisoteado con mis pecados y cuyos sacramentos he despreciado con mi indiferencia y mis ingratitudes. Me estremezco al pensar que la espada de la ira divina se cierne amenazante contra m, porque yo mismo he provocado su clera. Pero vos que sois Madre misericordia; detened el brazo airado de vuestro Hijo y extended sobre este pobre siervo el manto de vuestra misericordia y vuestra piedad. Oh Madre de las misericordias, tened compasin de m. ORACION Es verdad, Inmaculada Reina del Cielo, que no soy digno de tomar en mis labios tu Santsimo nombre. Es verdad que a la vista de mis pecados yo no deba tener el atrevimiento de acercarme a ti y llamarte mi Madre, pero no quiero que mis culpas me priven del consuelo y esperanza que experimenta mi corazn al llamarte Madre de Misericordia, porque este ttulo me da derecho a tu amparo y alienta mi confianza. No hay pecador en el mundo, por perdido que sea, que t no lo recibas, si acude a ti contrito y humillado. Aqu pues me tienes a tus plantas, no me desprecies. Madre Ma. Es verdad que son infinitas mis miserias, pero acurdate que para remediarlas te hicieron Madre de Misericordia. Muestra, pues, que eres mi Madre, muestra que eres refugio de pecadores. Es verdad que nosotros somos pobres miserables, para acercarnos a una reina tan excelsa como t, pero acurdate que si Dios te hizo tan rica, fue para que aliviaras nuestra pobreza y socorrieras nuestras necesidades. Socrrenos, Madre ma, y si el pecado era la causa que te impeda acercarte a nosotros, no ms pecado, fuera la culpa de nuestras almas, lejos de nosotros lo que nos aleja de ti. Cuntanos entre tus siervos, dulce Madre, cuntanos entre tus devotos, cuntanos entre tus hijos, que nosotros publicaremos por el mundo tus bondades. Diremos a todos los pecadores que acudan a T, porque eres la Madre de las Misericordias en esta vida terrenal, y la Madre del amor, de la dicha y de la gloria en la otra que es celestial y eterna. Amn. (Peticin, gozos, oracin final y jaculatorias, como el primer da) DIA TERCERO En el nombre del Padre y lo dems como el primer da. CONSIDERACION "Vida Nuestra La misericordia de Mara que hemos considerado ayer se ejercita desde luego comunicando la vida al pecador, por eso en los proverbios encontramos estas consoladoras palabras que se aplican a Mara: "El que me encuentre, hallar la vida" (8,35), el que encuentre a Mara encontrar la vida. Y en qu consiste la vida del cristiano? En la gracia santificante. El que tiene en su alma la gracia est vivo, el que est en pecado mortal est muerto! Ese horrible estado de muerte aflige hasta las lgrimas a nuestra Madre dulcsima, como se afligen las madres santas cuando tienen un hijo extraviado y perverso y quisieran hacerlo bueno. Mara Santsima no quiere, como tampoco su Hijo Divino que el pecador se condene, sino que viva. Ella di a luz en el tiempo, a que es la vida, Jesucristo, camino, verdad y vida, segn el mismo lo expres en el Evangelio, y que vino a que tuviramos vida, pero no una vida cualquiera sino una vida abundante. Y todo esto por medio de Mara, Jess, vida nuestra, nos vino por medio de Mara, luego Mara es tambin vida nuestra. Por eso en la oracin de la salve que es la oracin de la misericordia decimos: "Dios te salvevida, dulzura y esperanza nuestra". S. Mara es vida del pecador porque por su mediacin resucita de la muerte del pecado a la vida de la gracia y por lo mismo de la vida sobrenatural y le da sobre todo el don de la perseverancia final, como dice San Ligorio, don sin el cual es imposible la vida eterna. Seamos devotos de Mara Santsima, invocndola sin cesar bajo el ttulo de su misericordia, ya que ella ha prometido que los que le honraren hallarn la vida eterna, conforme lo dice el Eclesistico: (24,31)." Qui elucidant me vitam aeternam habebunt". "Los que me honran, tendrn la vida eterna". ORACION Dulcsima Madre de Misericordia, vida de todos tus devotos. T conoces muy bien los corazones que estn muertos a la gracia. Da una piadosa mirada a todos los cristianos, y si encuentras alguno muerto a la vida sobrenatural, tcalo, muvelo, resuctalo. Madre ma, haz que salga del sepulcro de sus culpas y viva en adelante a la vida de la gracia. Y a los que gozan de esa vida, ampralos para que jams la pierdan. Ruega por nosotros ahora y en la hora de la muerte. Ahora para que no pequemos y entonces para que no desfallezcamos. Y en aquel terrible trance, cuando la muerte bata sus alas sobre nuestra cabeza, cuando el infierno ruja, haciendo el ltimo esfuerzo para perdernos, ven a socorrernos. Veamos entonces la sonrisa de tus labios, sintamos la dulzura de tu presencia, expiremos en tus brazos maternales y saliendo nuestras almas del mezquino recinto de este mundo, rodeada de espritus anglicos, vuelen contigo por los espacios inmensos hacia la mansin bienaventurada. All absortos, extasiados, se pierdan en aquel pilago de suavsima luz donde tienes tu trono de amor. All cantemos tus glorias, all publiquemos tus alabanzas, all bendigamos tu clemencia y all reinemos contigo durante la prolongacin interminable de una eternidad que consiste en la posesin de la vida verdadera que es Dios. Amn. (Peticin, gozos , oracin final y jaculatorias, como el primer da). DIA CUARTO En el nombre del Padre y lo dems como el primer da. CONSIDERACION "Dulzura Nuestra Mara es nuestra vida, pero es tambin nuestra dulzura. Dulce es todo aquello que es amable, que es suave, que es deleitoso, que es complaciente, que es apacible. Dulce es la alabanza de Dios, como dice David. "Las alabanzas divinas eran ms dulces a mis labios que la miel de los panales". ( Salmo 118.103). La dulzura de Mara Santsima la pregona el Cantar de los Cantares cuando pone en labios del Celestial Esposo estas tiernsimas palabras: "Levntate , amiga ma, hermosa ma y venmustrame tu rostro y suene tu voz en mis odos, porque el eco de tus palabras es dulce para m" (2-14) y en otra parte: " Sus palabras son ms suaves que la leche y ms dulce que la miel" (4-11). Y quin ms dulce que Mara cuya voz seduce al mismo Dios? Ella es el ms perfecto dechado de dulzura, despus de su Hijo Santsimo, a su voz seductora y llena de ternura, el corazn del hombre se siente arrebatado. Basta llegarse a los pies de esta Madre de Misericordia para sentir la dulzura de su corazn de Madre en el corazn afligido que la invoca. Cuntas lgrimas de consuelo al recibir sobre las heridas de su corazn el blsamo delicioso que sabe derramar sobre ellas esta dulcsima Seora. He aqu porqu los que aman a Mara son dulces en su carcter y amables en su trato. Es que en el amor de Mara dulcsima encuentra el corazn del justo toda clase de delicias espirituales. Pero el pecador no es desechado porque Mara es a un tiempo mismo Soberana del cielo y refugio de los pecadores, Reina del universo y Madre de Misericordia, y por eso tiende amorosa sus manos maternales al pecador arrepentido que la invoca, y le deja or la dulzura infinita de su voz y la suavidad inefable de su perdn. Por la ternura de este dulcsimo corazn de Mara no estars en el infierno, oh pecador Porque cuntas veces habr intercedido por ti ante su Hijo Divino! Y de cuntos peligros espirituales y temporales te habr librado! Porque es Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra! Amala mucho, si eres justo , mala mucho, si eres pecador; invoca su nombre ms dulce que la miel y ms suave que los trinos de los pjaros y los cantos de los ngeles. Pero sobretodo, que te lleve a gozar de sus encantos en la Patria Celestial. ORACION Oh Mara! Hermosura del cielo, gloria de la creacin, embeleso del Eterno y encanto de los mseros mortales. Qu hermosa eres Madre ma, qu hermosa eres! Tus cabellos son ms hermosos que las irradiaciones del sol cuando asoma en el oriente, ms rubios que la manada de ciervos que se apacientan en el monte Galaad. Tu frente es ms pura que el firmamento azulado, ms serena y apacible que el terso cielo de nuestras campias. Tus cejas son arqueadas y majestuosas como la curva que forma la montaa del Carmelo coronada siempre de verdor inmarcesible. Tus ojos son sencillos como los de la paloma, brillantes como la estrella de la maana y claros como la fuente del Mesebn. Tus mejillas sonrosadas se asemejan a las flores del granado o a la amapola que ufana se levanta sobre la hierba del campo, tus labios son encarnados como la cinta del terciopelo purpurino, que adornaba el trono de los reyes de Israel. Tus dientes son nacarados y limpios como las riqusimas perlas que el mar encierra en su seno. Tu semblante es ms risueo que el de la aurora, ms bello y candoroso que el lirio de los valles. Tu cuello es recto y airoso como la torre de David rodeada de baluartes. Tu pecho inmaculado es el asiento de la pureza y el trono de la virtud. Tu corazn sacratsimo es fuente de misericordia y manantial perenne de amor hacia los hombres. Tu pursimo seno es el arca de la alianza donde estuvo encerrado el verdadero Man bajado del Cielo. Tu talle es ms gracioso que el empinado cedro del monte Lbano. Oh qu pura es tu mirada, que benigno tu rostro y qu bellos tus pasos, hija del Prncipe de la eternidad!. Oh! qu hermosa eres Madre de mi alma, cun hermosa y cun dulce eres! has que esa belleza me robe el corazn y que esa dulzura embriague mi alma aqu en la tierra, y sea mi recompensa en el cielo. Amn. (Peticin, gozos, oracin final y jaculatorias, como el primer da). DIA QUINTO En el nombre del Padre y lo dems como el primer da CONSIDERACION "Esperanza Nuestra Mara es la esperanza del cristiano y el segundo refugio de los pecadores. Haba entre los Israelitas ciudades de refugio para que los asesinos involuntarios tuvieran donde esconderse y escapar de la muerte. De otro modo la venganza era implacable. Entre los cristianos hay otra ciudad de refugio y es Mara, para que el pecador se escape bajo su manto de la venganza implacable del Divino Juez por lo cual es esta Madre misericordiosa la esperanza nica del pecador. Ella misma se llama en las Divinas Escrituras "La Madre de la Santa Esperanza" (Eccl. 24-24) y en otro lugar declara que en Ella est toda esperanza de vida y virtud (Ibd. 24-25). Esperemos pues de Mara Santsima que por su mediacin alcanzaremos los medios para vivir santamente en este mundo y salvarnos en la eternidad. Cuando los Hebreos queran triunfar de sus enemigos, se llevaban consigo el arca de la antigua alianza. En los combates de la vida y sobre todo para el combate final, llevemos con nosotros esta verdadera arca de la nueva alianza, Mara Santsima y saldremos vencedores. Mara es la esperanza del alma, dice San Efrn; es la nica esperanza despus de Dios, dice San Basilio; esperanza de los pecadores, la llama San Agustn; esperanza de los mismos pecadores, la llama San Juan Damasceno. Acuda a ti el que se crea abandonado, dice San Bernardo, y en ti encuentra seguro asilo, esperanza cierta. Acude presuroso a Mara, oh pobre pecador, que el que puso en Ella su confianza nunca qued confundido. ORACION Oh Madre del Amor Hermoso y de la santa esperanza! Oh vida, dulzura y esperanza nuestra! Oh esperanza de los desesperados! A ti acudimos nosotros que de pecados estamos llenos, esperando de tu intercesin poderosa lo que no podemos alcanzar por nosotros mismos. En t esperamos, Seora, has que no sea vana nuestra esperanza. El cielo y la tierra saben que ninguno de los que ha acudido a T fue confundido. Acurdate, pues, que jams se oy decir en el mundo que fuera desamparado ninguno de los pecadores que se acogieron a tu clemencia, Soberana Seora. Habra yo de ser el primer infeliz, y habra yo de ser el primer desgraciado que acudiera a tu bondad y que se viera desamparado? Me habra de tocar la triste suerte de no encontrar refugio en el mismo refugio de los pecadores? Es verdad que yo no lo merezco, es verdad que yo no soy digno de tu proteccin maternal! Pero, Madre de mi alma, acurdate que soy tu hijo, y qu madre desech a su hijo por malo y pecador que fuese? No, ciertamente no! Mil veces no! Animado, pues con esta confianza a ti vengo, Madre de mi corazn. Presntate a tu divino Hijo y dile que me he refugiado en T, y que en tu regazo vivo con la esperanza de que me salvar, porque eres vida, dulzura y esperanza nuestra. Dile en fin que con tu gracia y proteccin espero verle en la gloria. Oh! Gloria inmortal, objeto dulce de mi esperanza! A T levanto mis ojos, yo desterrado y cautivo en este valle de lgrimas, por T suspiro, por T gimo y por T lloro, cual navegante perdido en los mares de este mundo; aunque el viento furioso combata la frgil navecilla de mi alma, y aunque las olas embravecidas se estrellen contra ella, y aunque me vea mil veces en peligro de naufragar, espero confiadamente verme en el puerto seguro, porque nunca apartar mis ojos de T, oh Estrella de los mares, en quin he colocado mi esperanza. En T dulce Madre, esperamos los pecadores, haz que nuestras esperanzas no sean frustradas. En T, Seora, he puesto mi esperanza, no ser confundido eternamente. Amn. (Peticin, gozos, oracin final y jaculatorias, como el primer da). DIA SEXTO En el nombre del Padre y lo dems como el primer da. CONSIDERACION "A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva". Por el pecado de Adn, el hombre perdi su derecho a vivir en el paraso y fue arrojado de l, quedando sujeto a las penalidades del destierro. Y qu vida tan infeliz la que lleva el desterrado suspirando por su patria. Al igual nosotros, que vida tan infeliz la que llevamos desterrados ac abajo, suspirando por la Patria del Cielo, para la cual hemos nacido! Pero en este destierro tenemos un consuelo: es Mara, dispensadora de todas las gracias, de todas las consolaciones y de las ms dulces esperanzas. No es Mara propiamente la que nos lleva al Cielo, puesto que no hay bajo el Cielo otro nombre en que nos apoyemos para salvarnos sino el nombre de Jess, que quiere decir Salvador; pero Mara es Madre de Jess y El la ha constituido Madre nuestra y la Tesorera del Cielo, por cuyas manos maternales ha de pasar toda gracia que de arriba nos venga. Jess nos vino por Mara y por medio de Mara hemos de ir nosotros a Jess que constituye el Paraso y hace las delicias de todos los Santos. Nadie se salva si no por T, Oh Mara dice San Germn. Todos los bienes que la divina Majestad ha decretado conceder, dice San Ildefonso, ha dispuesto que nos venga por tus manos, Oh Mara! Y la Iglesia en las letanas de la Virgen la llama "Puerta del Cielo". Luego el que quiera entrar a la Patria Bienaventurada, abra esta bendita puerta, invoque a Mara. A T clamamos los desterrados hijos de Eva. ORACION Inmaculada Mara! Puerta nica del Cielo por donde salen todas las gracias que vienen a la tierra y por donde entran todas las almas que van al Cielo. A T clamamos los desterrados hijos de Eva, pidindote hoy tu amor dulcsimo y una devocin filial hacia T. A T clamamos desde esta tierra miserable donde el hombre lejos de su Patria, angustiosamente gime sin alivio en su dolor. A T clamamos porque estamos persuadidos de que tu proteccin soberana nos es necesaria para salvarnos. A T clamamos, porque t eres Reina que nos puedes dar la victoria contra nuestros enemigos. A Ti clamamos, porque t eres la Madre de misericordia que puedes remediar todas nuestras miserias. A T clamamos, porque eres vida, dulzura y esperanza de nuestras almas. A T clamamos, porque eres la abogada poderosa que ha de defender nuestra causa en el tribunal espantoso del Eterno Juez; A T clamamos, porque eres nuestra Madre y no tenemos otra a quin acudir sino a T. Si T no nos atiendes, a quin clamaremos que nos atienda? Si t no nos oyes, quin nos oir? Nadie, Madre ma! Por eso clamamos a Ti, esperando tu proteccin poderosa y confiando verte algn da en el Cielo. Amn. (Peticin, gozos, oracin final y jaculatorias, como el primer da). DIA SEPTIMO En el nombre del Padre y lo dems como el primer da. CONSIDERACION "A Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lgrimas". El pecado de Adn convirti la felicidad del paraso en tormentos continuos para todos los descendientes desde la cuna hasta el sepulcro. Los hijos de Adn vamos por este destierro lanzando tristes gemidos y empapando en llanto la tierra que pisamos. "El hombre nacido de mujer, dice Job (12,12) vive un tiempo tan corto como lleno de miserias; aparece como la flor que nace y se marchita; su vida fugaz huye como una sombra y nunca permanece en un mismo estado". Hemos nacido para morir y llevamos en nosotros el germen de la muerte; sufrimos enfermedades que nos destruyen y nos van llevando paso a paso al sepulcro. El dolor es nuestro compaero inseparable, por lo cual el nio al nacer lanza un gemido y brillan en sus ojitos las primeras lgrimas y el hombre, al morir lanza otro gemido y las ltimas lgrimas ruedan por sus mejillas. Pero no el dolor fsico solamente sino especialmente las penas del alma nos hieren el corazn como afilados puales. Sufren el magnate y el vasallo; el rico y el pobre; el joven y el anciano. Unas veces la tristeza nos embarga, otras veces el miedo nos aterra; a ste le corroe la envidia, a aqul le retuerce la venganza, al uno le envenena el odio, al otro le enciende la ira, y si queremos vencer tantas pasiones conjuradas contra nosotros, tenemos que vivir en un combate perpetuo, como dice Job, y todo el campo de lucha es pavoroso y llena de tortura el alma. Y mientras estamos en este valle de lgrimas, dice San Agustn nuestro corazn estar inquieto y tendr que librar hasta las heces el cliz del dolor, hasta que descanse en Dios, como lo bebi el Hijo de Dios, llamado el Varn de Dolores. Slo entonces cesar el dolor y se secarn las lgrimas. Y mientras viva el hombre en la tierra no habr consuelo? Oh, s, lo hay y est en la Madre Benditsima de las Misericordias que no puede or un gemido sin que al instante se incline compasiva, que no puede ver una lgrima sin que al instante la recojan sus manos maternales, llevando el ms dulce consuelo al alma que la invoca. Invoqumosla, pues, llenos de f, de confianza y amor, dicindole desde el fondo de nuestro corazn: "A T suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lgrimas". ORACION S Reina del Cielo, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lgrimas! Porque en hecho de verdad, qu somos nosotros en este mundo sino desterrados hijos de Eva? Qu somos Madre ma, ms que unos cautivos alejados de su Patria? Y qu remedio le queda al mendigo y al desterrado para no morir y perecer, sino acudir a las puertas de la misericordia pidiendo socorro y proteccin? Qu remedio podr tener el pajarillo recin nacido que no tiene alas para volar ni fuerzas para buscar alimento? Qu remedio le queda, sino dar voces y piar y llenar los aires de clamores, llamando a su madre para que le atienda? Pues as clamamos a T los desterrados hijos de Eva. No nos abandones, Madre ma! Y si la blanca paloma no abandona a sus polluelos, sino que acude a socorrerlos. T que eres la paloma sin mancilla, no nos abandones aunque lo merezcan nuestras culpas. A T clamamos siempre con gemidos del corazn, llorando nuestro destierro, nuestra miseria y nuestros pecados y pidindote con lgrimas y sollozos el remedio de tantos males, hasta que terminado nuestro destierro, logremos un da verte eternamente en nuestra patria verdadera, que es la celestial y eterna. Amn. (Peticin, gozos, oracin final y jaculatorias, como el primer da). DIA OCTAVO En el nombre del Padre y lo dems como el primer da. CONSIDERACION "Mara Abogada Nuestra Abog Betsab por Adonas ante su hijo el Rey Salomn. Al ver Salomn entrar a su Madre se levant de su trono y sentndose a su derecha le dijo: "Pdeme lo que quieras, Madre ma que no puedo rechazar tu peticin" Y no ser ms, mucho ms, Mara Santsima que Betsab? Ella que est sentada a la diestra de su Hijo divino en el Cielo, coronada como Reina y Seora por el Padre Celestial, no ser una abogada mucho ms poderosa que Betsab? Un abogado bueno y cristiano y de corazn generoso, goza defendiendo al miserable y procura reconciliar las partes encontradas y sobretodo mueve con razones y con ruegos al juez para que absuelva al culpable, o al menos aminore la pena. Este triple oficio desempea nuestra misericordiosa Madre, como abogada nuestra que es ante su Hijo. Desde el primer instante de su concepcin, Mara no pens sino en glorificar a Dios y salvar los pecadores; ese celo creci en ella en la medida en que creca su amor a Dios, sobretodo despus de que en el calvario la constituy su Hijo moribundo Madre de los hombres. Revel ella misma a Santa Matilde que el ttulo que ms le agrada, despus del de Madre de Dios, es el de abogada de los pecadores para ejercitar con ellos sus misericordias maternales. El pecador con el pecado mortal se echa de enemigo a Jesucristo perdiendo as la gracia; Mara se impone y aboga, a fin de que la gracia y amistad perdidas vuelvan al infeliz pecador. Sobre todo en la ltima hora de la vida. Ella ser nuestra abogada si la honramos, implorando para entonces su misericordia. Una sola cosa nos pide y es no permanecer unidos al yugo del pecado; arrepentirnos y llorar nuestros pecados. Del buen ladrn se cuenta que cuando se retorca del dolor en su cruz y blasfemaba, logr cruzar sus ojos con los ojos tristsimos de Mara Santsima, y fue tal su conmocin interior, que con los mismos ojos le suplic que intercediera por l ante su Hijo moribundo. Mara intercedi al punto, y Dimas oy estas palabras de Jess; "Hoy estars conmigo en el Paraso". ORACION Oh reconciliadora de la paz! Arco iris puesto entre las iras del Cielo y los delitos mos. A T acudo, pues eres la abogada nuestra! Cumple tu oficio volviendo hacia nosotros esos tus ojos misericordiosos. En tus manos ponemos la causa de nuestra salvacin. Defiende T, Madre ma, esa causa y si no quieres defenderla, dinos a quin hemos de acudir, para que abogue por nosotros. Yo no acudo a nadie ms que a T! Yo quiero deberte mi eterna salvacin! Yo quiero tener la dicha de entrar en el Cielo por T, que eres la verdadera puerta de aquella mansin dichosa. Madre de mi vida! Otra vez te pido me mires con ojos misericordiosos, despus de este destierro, haznos participantes de las inefables delicias que gozas en la celestial Sin. Amn. (Peticin, gozos, oracin final y Jaculatorias, como el primer da). DIA NOVENO En el nombre del Padre y lo dems como el primer da. CONSIDERACION "Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos En el antiguo testamento, cuando rega la ley del temor, las miradas de Dios eran terribles. "Toca los montes y humean" dice el Salmo 103,32, "mira a la tierra y la hace temblar", pero lleg la poca del amor y mir la pequeez y humildad de Mara, y la hizo bienaventurada para la dicha del mundo. Porque a Mara, merced a la mirada de dulzura infinita, que Dios le dirigi al verla inmaculada y sin embargo tan humilde, la dot de misericordia,, de dulzura, de paz, de gracia y de felicidad en sus miradas maternales, prerrogativas stas que caen en el alma a quien esta celestial Seora mire con tales ojos. Por lo cual los cristianos le decimos con tanta confianza: "Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos". Dichosa el alma que es objeto de las dulces miradas de Mara SantsimaComo al aparecer la aurora en el oriente huyen las tinieblas de la noche, y las nocturnas aves de rapia huyen en busca de las rocas donde anidan, as del alma del pecador huyen las tinieblas del error y del pecado, se disipan las tristezas que abaten el alma y los demonios huyen a sus cavernas infernales. Al infiel Pedro, que acaba de negarle, mir a Jess en casa de Ans, con una mirada de dulcsimo reproche y de dulzura y de misericordia infinita. Esa mirada conmovi hasta las entraas al Apstol negador, quien llor tanto que con sus lgrimas se le surcaron las mejillas. Y como esta mirada son siempre las miradas de Mara, llenas de luz; y aun se han animado a veces sus estatuas y han sonredo a sus devotos con una dulzura y una misericordia que slo Ella pueda derramar. Y el resultado ha sido la conversin de innumerables pecadores que no han resistido al mgico poder de esos ojos maternales, llenos de infinita misericordia. En todos los combates de tu alma, acude pues a Mara, oh cristiano, para que te mire compasiva y sobre todo en la hora de la muerte, vuelva a ti sus ojos misericordiosos. Amn. ORACION Dulcsima Madre de mi vida! La hora espantosa del juicio me ha de llegar sin remedio, y ver sentados en su trono de relmpagos al Juez terrible, ante cuyo tribunal severo me acusarn mis enemigos. Qu ser entonces de m si T me desamparas? Quin vendr en mi socorro si tu me abandonas? No me dejes Madre ma, no me dejes! Antes bien, hazme sentir entonces los saludables efectos de tus piadosas miradas! A T Seor, levanto hoy mis ojos y te suplico con nimo contrito que vuelvas a m, ahora y entonces, esos tus ojos misericordiosos! Mrame, Inmaculada Mara cuando mi alma turbada en sus mismos pensamientos, espere temblando la sentencia del Supremo Juez! Acgeme bajo el amparo de tus alas, oh casta paloma! Y obtenindome aqu el perdn all me consigas sentencias favorables, como consecuencia de la plegaria que de lo ms ntimo de mi corazn te dirijo con la Iglesia; "Ea, pues, Seora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos". Amn. (Peticin, gozos, oracin final y jaculatoria, como el primer da).
1.931 ________ 1.981 "En este día de bendición, 8 de Septiembre de 1.931, declaramos inaugurada oficialmente el culto de esta Sagrada Imagen de Nuestra Madre Celestial en este lugar bendito, y que ella derrame sus bendiciones sobre todos aquellos que la invoquen y envuelva entre los pliegues de su manto a este su esclavo que tanto la quiere, a su clero y a su seminario, a sus religiosos y religiosas, y a todos los fieles de la ciudad y de la Diócesis." Mons. Builes SANTA ROSA DE OSOS Antioquia-Colombia
   
   
https://docplayer.es/21609738-El-verdadero-significado-del-apocalipsis-segun-louis-billot.html 


Durante la guerra, la conexión a Internet puede desaparecer. Los cortes de Internet pueden ser el resultado de muchos factores diferentes. Durante la guerra, aumentan los riesgos de inhabilitarlo: el enemigo puede intentar censurar el libre intercambio de información entre usuarios para evitar su coordinación, movilización e información. ¿Qué hacer en tales casos y cómo mantenerse en contacto?
  • Instalar el navegador CENO (Censorship No!): Este es un navegador web canadiense para dispositivos móviles Android. La red permite a los usuarios compartir contenido descargado. Esto evita la dependencia de servidores centralizados: el contenido web se almacena en línea incluso durante el filtrado estricto. CENO se puede descargar desde Google Play Market.
  • Instalar Bridgefy: Esta es una aplicación móvil que te permite comunicarte con otros usuarios sin necesidad de conexión a Internet. Transmite datos a través de Bluetooth. Tan pronto como se detiene el servicio de Internet móvil, los usuarios pueden intercambiar mensajes a través de la función Bluetooth. La aplicación funciona tanto para Android como para iOS. Tu smartphone puede conectarse a una distancia de unos 100 metros a todos los usuarios de Bridgefy que se encuentren cerca. La aplicación envía mensajes a todos los dispositivos que te rodean, después de lo cual este proceso se repite en los dispositivos de otras personas, lo que te permite enviar mensajes a largas distancias. Bridgefy se puede descargar desde Google Play Market y App Store.
  • Instalar el servicio Psiphon: Este es un servicio VPN. Cómo funciona: el usuario descarga el archivo. Cuando abre el archivo, la seguridad de Windows pregunta: «¿Debería ejecutar la tarea de Psiphon?». Este es un paso importante en la verificación porque Psiphon es un archivo pequeño, no un programa completo.Windows generará automáticamente un certificado que confirma que es un programa real, no un virus. Psiphon se conecta a uno de los canales de red encriptados. Después de completar la conexión, el tráfico de Internet llega a través de la red Psiphon, que da acceso a los sitios bloqueados. Psiphon se puede descargar desde Google Play Market y App Store.
  • Matrix: Este es un protocolo abierto para la comunicación en tiempo real. Se puede usar para mensajes de texto, chats grupales, llamadas de audio y video y bots. Puede registrarse en cualquier servidor abierto u organizar su propio servidor (abierto o cerrado). Para comenzar a usar Matrix, usar el cliente web de Element o su versión móvil.
  • Mesh: una red densa. Los teléfonos con programas especiales de chat instalados buscan otros teléfonos similares. Ya sea a través de puntos de acceso Wi-Fi compartidos, incluso sin red, o mediante Bluetooth, que puede alcanzar los 100 metros. Para obtener una conexión sin conexión, debe formar una cadena de dispositivos. Para ello, instala estos programas para ti y tu familia: Bridgefy (disponible para Android e iOS) y Briar (disponible solo para Android)
  
¡Recordar! Los programas necesarios para eludir la censura o el uso en ausencia de Internet deben descargarse con anticipación, mientras haya acceso completo a Internet.

EL DIÁLOGO SINODAL EN UN TRINO

Los autores José Antonio Ureta Zañartu y Julio Loredo de Izcue escribieron recientemente el libro “El proceso sinodal es una caja de Pandora” (versión española disponible aquí) denunciando el Sínodo Eterno convocado por Bergoglio, y enviaron por correo una copia física de la versión inglesa a todos los presbíteros en los Estados Unidos.
  
Uno de ellos, de nombre Joseph Paul Devlin, hijo de los fallecidos James Devlin y Dorothy Bertsch e “instalado” en 1991 para la Archidiócesis de Filadelfia, quien funge actualmente como párroco de San Mateo en Conshohocken (Pensilvania), mostró cuán dispuesto al diálogo está al arrojar el libro al cesto de basura como niñata engreída y tomar una foto que publicó en su cuenta de Twitter/X con el texto «¡Donde esto pertenece! Yo apoyo y confío en el Papa Francisco».
   


La acción del presbítero Devlin recuerda lo que hizo el rey Joakim de Judá cuando oyó la lectura del rollo con las profecías de San Jeremías del castigo a Judá y Jerusalén: lo cortó con un cuchillo y lo arrojó al fuego (cf. Jeremías XXXVI, 23). Y aun así, San Jeremías volvió a escribir el rollo, y le añadió más cosas, no sin antes advertirle a Joakim de parte de Dios que no tendrá descendencia que se siente en el trono, su cadáver será arrojado fuera al calor del día y el hielo de la noche, y que recibirán el castigo anunciado, y que no quisieron escuchar (cf. Ibid., 28-32).
    
Joakim quema la Palabra de Dios (litografía producida por Providence Lithograph Company, 1904).

Y otra cosa, Devlin que pones tu confianza en Bergoglio:
«Esto dice el Señor: “Maldito sea el hombre que confía en otro hombre, y no en Dios, y se apoya en un brazo de carne miserable, y aparta del Señor su corazón. Porque será semejante a los tamariscos o retama del árido desierto, y no se aprovechará del bien cuando venga, sino que permanecerá en la sequedad del desierto, en un terreno salobre e inhabitable”» (Jeremías XVII, 5-6/Versión de Mons. Félix Torres Amat).