Noticia tomada de GLORIA NEWS.
Francisco y Milei fueron el “par de pigmeos” que asistió a la canonización el 11 de Febrero de la Hermana María Antonia de San José de Paz y Figueroa († 1799), la primera santa argentina, escribe Bernardino Montejano Linares desde Buenos Aires el 12 de Febrero.
La hermana María Antonia fue conocida como “Mamá Antula”. Era una verdadera santa, aunque fue canonizada por Francisco.
Después de la canonización, Francisco le dijo a Javier Milei: «Gracias por venir, vos que sos medio judío».
Montejano comenta: «Es la prueba del humor con el cual, se toma el servidor de los siervos de Dios, algo tan tremendo como una apostasía».
Francisco elogió el compromiso de Mamá Antula con los débiles y pobres, pero Montejano sigue sin estar convencido: «Este Francisco es la misma persona que cuando era Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, trató a tantos débiles como “basura”».
Cita el ejemplo de Monseñor Antonio González Silvano, discípulo del Padre Julio Meinvielle y párroco de San Isidro Labrador desde hace mucho tiempo, cuyos ahorros Bergoglio trató de retener.
Al hermano de González, Matías, se le negó el acceso al dinero. El caso terminó en los tribunales civiles y en una humillante derrota para Bergoglio, quien tuvo que devolver todo lo que se le había retenido.
Montejano cree que el rencoroso Bergoglio quería vengarse de la humillante derrota que los monseñores Enrique Humberto Lavagnino y González Silvano habían infligido a los sacerdotes del Tercer Mundo en las elecciones entre los sacerdotes diocesanos.
Francisco también transfirió al fundador del Instituto del Verbo Encarnado, el padre Carlos Miguel Buela, quien ya había sido removido de la dirección del Instituto, de cerca de Roma a Génova, en el norte de Italia, sin tener en cuenta su edad y enfermedades y la importancia de estar cerca de sus médicos.
Montejano cita las palabras del padre Buela: «Fue una victoria a lo Pirro, porque tenemos que confiar en la palabra de un hombre que no tiene palabra».
Bergoglio también liquidó la obra del reverendo Jorge Benson Sorondo en la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes en Bajo Belgrano, enviando al sacerdote a la Parroquia del Señor del Milagro, donde no hay iglesia y la Eucaristía se preside en una casa ordinaria.
También eliminó al padre Ramos de la parroquia de Colegiales porque celebró la Misa romana en el Instituto de Filosofía Práctica en el aniversario del Congreso Eucarístico, destruyendo el trabajo litúrgico que estaba haciendo, especialmente con los jóvenes.
«¡Hipócrita! ¡Cuántas vigas en tu ojo!», le grita Montejano a Francisco.
Le recuerda a Francisco que la Iglesia ha tenido muchos papas a quienes Dante puso en el infierno, «de cuya existencia Bergoglio duda».
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)