Un presbítero polaco de 38 años fue arrestado en Gmünd (Baja Austria) el pasado 24 de Julio de 2024 por presunta posesión de drogas, informaron medios austriacos.
Si bien no fue identificado por los medios locales ni por la diócesis de San Hipólito, se trata del presbítero Radosław Pleskot. Nacido en Stettin/Szczecin (Polonia) en 1986, fue “instalado” presbítero por la archidiócesis de Varsovia en 2014 y desde 2021 ha estado residiendo en Austria. En 2022, fue nombrado provisor de la iglesia de San Esteban de Gmünd, en remplazo del presbítero Rudolf Wagner, que falleció días antes de su retiro forzoso.
Posteriormente, una redada policial a la rectoría parroquial de San Esteban encontró precursores de metanfetamina e instrumentos de laboratorio que fueron incautados. La fiscalía de Krems informó que en el caso, fue detenido un hombre iraquí de 30 años residente en Viena.
El portavoz de la policía local Stefan Loidl declaró que debido a la cantidad de metanfetamina incautada, «Es posible que el acusado utilizara la metanfetamina para venderla, además de consumirla él mismo». Circunstancia confirmada con la confesión del propio Pleskot.
Sus feligreses, en medio del asombro, comentaban que nada hacía sospechar que el presbítero (quien era popular en el sector etario de 30 a 40 años por sus sermones ingeniosos y por poner música popular a todo volumen fuera de la iglesia) se dedicase a producir drogas.
Al día siguiente a su captura, la diócesis de San Hipólito emitió un comunicado informando que a Pleskot le fueron retiradas las facultades presbiterales y que se informó a la archidiócesis de Varsovia para que tomen las medidas pertinentes.
El canónigo y socialité Anton “Toni” Faber, rector de la catedral de Viena (tal vez lo recordéis por el jersey y la Sábana Santa al revés que fungieron allí como velo cuaresmal), comentó al diario “Heute” que después del proceso seglar, se abrirá un proceso canónico contra el presbítero, que podría concluir con la pérdida del estado o la excomunión (cosa que hallamos poco probable que suceda).
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)