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martes, 3 de septiembre de 2019

ALGUNOS MILAGROS DE SAN PÍO X E HIMNO

Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
   
En el día de su Fiesta, he aquí un artícuo dedicado al grande Papa, el Santo enemigo del modernismo. Sancte Pie Décime, Glorióse Patróne, ora, ora pro nobis!
    
FAMA DE SANTIDAD - MILAGROS
   
Este capítulo es solamente el reflejo de las voces que circulaban en el pueblo, viviendo todavía Pío X y más acentuadamente después de su muerte.
 
Nosotros no hacemos más que recoger estas voces como las hemos leído y oído, sin agregar nada de nuestro y sin idea de dirigir o anticipar las conclusiones del proceso de Beatificación que está en el estudio por las supremas jerarquías de la Iglesia.
  
VOZ DEL PUEBLO
“El pueblo es unánime en sus votos, pero no está en él juzgar”. Así concluye [René] Bazin su magistral libro sobre Pío X. Y nosotros replegamos estas palabras suscribiéndolas plenamente. Los juicios de los hombres en esta materia valen lo que valen. Incluso, algunos según la boca de la que provienen, adquiriendo mayor o menor autoridad. [El barón Ludwig von] Pastor, que había conocido a Pío X muy de cerca, dice que quienquiera lo acercaba debía tener la convicción de hallarse en presencia de un SANTO.
  
La muerte, que habíamos narrado en otra parte de este manual, fue la de un SANTO. El muchas veces citado P. G. Albrecht ha escrito estas palabras: “Con plena convicción hacemos nuestra la sentencia que en el anuncio de la muerte (de Pío X) viene pronunciada por muchos: no me maravillaría de hecho, si, a su tiempo, Pío X fuese elevado al honor de los altares”. El abad Benedetto Pierami OSB. Vall. refiere varios MILAGROS, hechos por el SANTO PAPA en vida y en muerte.
  
EL CÓNSUL BELGA
“El cónsul belga Sr. Charles Dubbi –escrive el abad– por mucho tiempo sufría gravemente por una infección en todo el cuerpo de forúnculos de naturaleza maligna. Él recurrió a médicos y había intentado todos los remedios para curarse, pero sin resultado. Por el contrario, sus condiciones iban empeorando. La mañana del 8 de Octubre de 1912 la señora Dubbi, no sabiendo más en qué apoyarse y desesperando de todo remedio humano, llena de fe recurre a Pío X, el cual, requerido de su intervención, alzó los ojos al cielo, oró brevemente y luego dijo a la señora: «Será oída en aquello que ha pedido, siempre confía en Dios» y la bendijo. Vuelta a casa llena de esperanza, mientras la señora se disponía a curar a su marido, encontró que éste estaba curado completamente e instantáneamente”.

«SÍ, SÍ, SÍ»
“En una pública audiencia, concedida por el Papa. Estaba presente un hombre con un brazo completamente paralizado. En vano había experimentado los auxilios del arte médico, en vano habíase dirigido a Lourdes para encontrar la salud. Tuvo finalmente la esperanza de ser curado por Pío X. Cuando éste le fue cercano, el hombre se le dirige con fe y mostrándole el brazo inerte: «Padre Santo, curadme», suplicó. El Papa sonriendo le puso la mano sobre el brazo y casi acariciándolo, repitió tres veces: «sí, sí, sí». En aquel mismo momento un estremecimiento de vida corrió por el brazo, inerte, que improvisamente se distensa, recuperando sus libres movimientos. Era curado”.
  
LA PEQUEÑA FRANCESA
Una niña de 11 años, francesa, estaba afectada casi desde el nacimiento, de parálisis en todo el cuerpo y no podía moverse. Los padres la condujeron a Roma, y, solicitada una audiencia, la presentaron al Santo Padre. Cuando la jovencita fue a la presencia del Pontífice, se sintió INSPIRADA a pedirle la curación y el Papa, escuchádola, dice: “Que Dios os mande todo lo que deseáis. En aquel instante un estremecimiento corrió por sus miembros y enseguida se puso a caminar. ERA CURADA.
   
MISTERIOS DOLOROSOS Y MISTERIOS GOZOSOS  
Bazin, nos trae esto, relatado en una manera admirable:
«Cuando Giuseppe Sarto era Obispo en Mantúa, un día, hallándose en Castiglione delle Stiviere, patria di San Luigi Gonzaga, fue conducido a casa del ecónomo del colegio, donde estaba designado. Allí estaba en una cuna un niño de tres años, enfermo de fiebre tifoidea que los padres temían ver morir. El obispo se acercó y dice al padre: “No morirá, no morirá Luigi. Luego, bendecido el niño, se retiró. El niño, de hecho, se recuperó y los testigos no gritaron milagro, pero muchos debieron pensar, como en otras circunstancias, del todo semejantes, de la vida de Pío X, que hay por el mundo de los misterios dolorosos y misterios gozosos».
«AQUELLA MONJA ES MÁS BUENA QUE YO»
Una monja de un Monasterio de Roma –aún viviente Pío X– estaba afecta de enfermedad, declarada incurable por los médicos. Resignada a su muerte pero todavía confiando en la virtud taumaturga del Santo Padre, la monja fue un día por una de las hermanas del Papa, tal vez esperando obtener, por este medio, una audiencia. La piadosa Sarto no le rehusó sus buenos oficios, pero allí mismo le dio una camisa usada por el Pontífice, que la monja agradeció mucho, llevó al Monasterio y en la tarde, como una preciosa RELIQUIA, se la aplicó sobre la parte enferma. MILAGRO VERDADERO, en la mañana siguiente la monja estaba ya mejor y en poco tiempo curada completamente. Cuando la cosa fue referida a Pío X, Él primero reprobó dulcemente a su hermana, después dice: “Si las cosas están en aquel modo, quiere decir que la monja es más buena que yo”.
  
Estos son algunos de los Milagros obrados por Pío X en vida. Y los que lo recibieron están vivos y sanos para testimoniarlos. Pero más todavía son los MILAGROS obtenidos, por INTERCESIÓN DE PÍO X, después de su muerte.
  • Una niña de tres años, hija de un ferroviario habitante en Roma, el 15 de Abril de 1915 fue golpeada por meningitis que la reduce a los extremos. El médico dice a la madre: “Haga todo lo que pueda, pero haga cuenta que su niña ya está muerta”. La pobre madre, consternada, viendo que no había más que esperar de la onra humana, recurre a la Intercesión de Pío X, haciendo voto de ir en peregrinación a su tumba y hacer celebrar una Misa. La hija comenzó a mejorar, y tres días después estaba fuera del lecho completamente curada.
  • El 6 de Septiembre de 1915 la niña María del Carmen Zappino de San Sebastiáno en España, hallándose con la nana en Usurbil fue puesta bajo las ruedas de un automóvil y permanece como aplastada. Las ruedas del vehículo le pasaron sobre la parte superior de la persona y habían hecho estragos especialmente en la cabeza. Los médicos le encontraron graves fracturas en la base y en otras partes del cráneo, muchas heridas en el cuero cabelludo y desligamiento de la mandíbula, fractura de dientes, etc. Ante tal infortunio, los médicos se encontraron como perdidos. Entendieron luego que el arte humano nada tenía frente a aquel triste caso. Mas esto que era locura esperar de los hombres, lo podía bien CONCEDER DIOS POR INTERCESIÓN DE PÍO X. La madre de la niña [María Teresa Barcaiztegui Manso, vda. de Zappino], llena de confianza, se dirige al Siervo de Dios y colocó una RELIQUIA suya, tenida del Conde de Lariz [Antonio María de Murúa y Rodríguez de Paterna], bajo la almohada de la hija. Esta en pocos días volvió en perfecta salud, contra las previsiones de la ciencia y sin la ayuda de ésta.
  • Eufrasia Natali, Monja de la caridad, agregada en el hospital de Anagni, el 19 de Agosto  de 1918 cae gravemente enferma de cólico abdominal de tipo apendicular con amenaza de peritonitis que en pocos días la reduce en estado preagónico y comatoso. El médico propone la operación, mas con escasísima esperanza de éxito. La superiora invitó a la enfermera a encomendarse con fe a Pío X y le da una RELIQUIA del Siervo de Dios, que pone sobre la parte enferma. La pobre moribunda balbuceó una oración y enseguida fue sorprendida por un sueño benéfico. Cuando se despertó era otra. Gritó: “¡Estoy curada, estoy curada! Pío X me ha hecho el MILAGRO”. Y cuando a las tres del mismo día viene el cirujano para la operación, permanece como absorto ante aquel espectáculo. Pero debe reconocer y verificar la realidad de la curación instantánea.
Texto tomado de «Il Santo Papa Pio X, Terziario Francescano», obra de las bibliotecas franciscanas, Alessandro Francini Bruni, Unione Francescana, Via dei Cappuccini 28, Florencia, 1936. Fuente secundaria: parrocchiariesepiox.it
   

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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)