Esta invitación la hago para revelar las verdades olvidadas de la Compañía de Jebus (porque lo de Jesús lo perdieron irremisiblemente). Para ello publico el artículo que mi hermano Raúl publicó en Sursum Corda.
Laxismo actualizado: confesiones por e-mail algo más
Revisando el Blog amigo Caballero de la Inmaculada encontré la noticia de que el Presidente de la Conferencia Espicopal colombiana el "Obispo" Juan Vicente Córdoba (por la edad, posiblemente ni sacerdote verdadero sea) dijo:
“No se puede ir a misa por Internet y tampoco hacer confesiones online a menos que la persona esté en la selva o esté enferma”
Naturalmente que esto es escandaloso, como el nuestro querido Jorge de la Compasión lo hace. Sin embargo cuando comprobamos que el “Obispo” pertenece a la Compañía de Jesús no podemos sino esbozar un “¿Te sorprende?” . Muy al contrario de lo que cuentan los manuales, los Jesuitas no han sido a lo largo de su historia defensores de la Fe Católica. Lejos y muy excepcionales fueron los casos del Santo Fundador, San Ignacio de Loyola y algún que otro padre de la orden. Ya desde sus inicios la orden mantuvo posiciones cercanas al semipelagianismo, como bien fue denunciado por el Padre Domingo Bañez OP y la increible controversia de los Auxilios de la gracia, en la que los jesuitas atacaron la doctrina católica de la Gracia y la Predestinacion, inventando un sistema de claro sabor herético.
La orden estuvo corrupta desde temprano y eso condujo a que el Papa Alejandro VII e Inocencio XI condenaran 110 proposiciones que constituían el sistema llamado “laxismo” y que exponían varios representativos sacerdotes jesuitas con aprobación de sus superiores. Los principales autores fueron Aegidius Estrix SJ y Stephen Bauny SJ. Entre las increíbles herejías y errores doctrinales y morales que caracterizan a este sistema, bien propio de la “Compañía de Jesús” estaba el principio de salvación fuera de la Iglesia, sin necesidad de mantener la fe, la posibilidad de apostatar por una causa razonable, la salvación desconociendo la Trinidad, por lo que herejes, cismáticos y apostatas pueden salvarse:
No parece necesaria con necesidad de medio sino la fe en un solo Dios, pero no la fe explícita en el Remunerador (Dz 1172)
Veamos algunos ejemplos sobre lo que dicen acerca de la gula y los pecados carnales
Comer y beber hasta hartarse, por el solo placer, no es pecado, con tal de que no dañe a la salud; porque lícitamente puede el apetito natural go-zar de sus actos (Dz 1158)
El acto del matrimonio, practicado por el solo placer, carece absoluta-mente de toda culpa y de defecto venial (Dz 1159)
Sobre la caridad al prójimo, mantuvieron y enseñaron:
No estamos obligados a amar al prójimo por acto interno y formal (Dz 1160)
Apenas se halla entre los seculares, aun entre reyes, nada superfluo a su estado. Y así apenas si nadie está obligado a la limosna, cuando sólo está obligado de lo superfluo a su estado (Dz 1161)
Si se hace con la debida moderación, puede uno sin pecado mortal entristecerse de la vida de alguien y alegrarse de su muerte natural, pedirla y desearla con afecto ineficaz, no ciertamente por desagrado de la persona, sino por algún emolumento temporal (Dz 1162)
Es lícito procurar el aborto antes de la animación del feto, por temor de que la muchacha, sorprendida grávida, sea muerta o infamada. (Dz 1184)
Es probable que no peca mortalmente el que imputa un crimen falso a otro para defender su derecho y su honor. Y si esto no es probable, ape-nas habrá opinión probable en teología. (Dz 1194)
¿Cómo no va a sostener este moderno jesuita (fiel discípulo de lo peor de esa orden corrompida tan pronto por el Demonio) semejantes aberraciones sobre la posible confesión por correo electrónico, cuando sus padres en la moral mantuvieron que “Es probable que basta la atrición natural, con tal de que sea honesta” (Dz 1207)? ¿No sostuvieron además, entre otras tantas barbaridades lo siguiente?:
Es lícito absolver a los que se han confesado sólo a medias, por razón de una gran concurrencia de penitentes, como puede suceder, verbigracia, en el día de una gran festividad o indulgencia (Dz 1209)
Estas aberraciones, propias de la secta jesuita no son, pues poca cosa al lado de lo que mantuvieron sobre la recepción del Cuerpo de Nuestro Señor:
La confesión y comunión frecuente, aun en aquellos que viven de modo pagano, es señal de predestinación (Dz 1206)
Entonces, querido Jorge, queridos amigos... pensemos quienes pertenecen a esta orden y que ilustres representantes en épocas modernas nos dieron... ¿Von Balthassar les suena?
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)