Miradme, ¡oh, mi Amado y buen Jesús!, postrado en Vuestra presencia; os ruego con el mayor fervor imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, verdadero dolor de mis pecados y propósito de jamás ofenderos, mientras que yo, con el mayor afecto y compasión de que soy capaz, voy considerando vuestras cinco llagas, teniendo presente lo que dijo de Vos el santo Profeta David: "Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos". (Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Credo; para ganar la Indulgencia Plenaria, rezar todos los viernes de Cuaresma esta oración, delante de un Crucifijo).
MUCHÍSIMAS GRACIAS POR PUBLICAR ESTA ORACIÓN,HACÍA RATO ESTABA TRATANDO DE RECORDAR LA ÚLTIMA PARTE Y NO HABÍA PODIDO HASTA HOY.
ResponderEliminarEs una oración que yo le escuchaba cuando era niña mi madre la rezaba, ella acaba de fallecer y parece que la tengo al lado escuchandola, mil gracias por publicar
ResponderEliminarYo no conseguïa pasar de la primera línea, gracias por publicarla
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