PRELADO CONCILIAR COLOMBIANO DEFIENDE CONSUMO DE DROGAS Y ALCOHOL EN VÍA PÚBLICA

El pasado viernes 7 de Junio, la Corte Prostitucional (que no Constitucional) de Colombia, resolviendo mediante la sentencia C-253 de 2019 la acción de inconstitucionalidad presentada por Alejandro Matta Herrera (profesor de la Universidad EAFIT) y Daniel Porras Lemus (estudiante de la Universidad de Medellín) contra los artículos 33 y 140 de la Ley 1801 de 2016 (Código Nacional de Policía y Convivencia Ciudadana), sentencia cuya ponente fue la magistrada Diana Fajardo Rivera, declaró inconstitucional que se prohíba el consumo de drogas y alcohol en el espacio público y espacios abiertos al público, y se sancione pecuniariamente dicha contravención, alegando que “constituyen violación al libre desarrollo de la personalidad, la libre expresión y el uso común del espacio público”.

  

Dicha decisión judicial fue recibida con indignación por los colombianos de bien, toda vez que representa un ataque a las buenas costumbres y exponer al vicio a los menores de edad; y se anuncian desde manifestaciones en contra del fallo hasta convocar una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la justicia en Colombia, tan mancillada por el denominado “Cartel de la Toga”, las irregularidades en los últimos concursos para ingresar y ascender en la Rama Judicial, y el poder casi omnímodo del tribunal de la guerrilla narcoterrorista marxista atea de las FARC (premiada por el régimen del masón, corrupto, adúltero, sostenedor del tirano Nicolás Maduro y agente del G-2 cubano Juan Manuel Santos Calderón, alias “Santiago”), fuera de la politización de las Altas Cortes, que pululan en individuos rastreros que deshonran la abogacía.

  

Y aun a pesar de todo esto, sorprende que, contrariando a la conciliar Conferencia Episcopal de Colombia presidida por el cardenal Rubén Salazar, “Arzobispo” de Bogotá y Primado de Colombia (que se declaró desconcertada y rechazó el fallo de marras), Darío de Jesús Monsalve Mejía, “Arzobispo” de Santiago de Cali, apoyó la decisión del tribunal argumentando que “el tema es para reflexionarlo bien, a los niños y niñas hay que protegerlos, pero la forma no es generando autoritarismos o moralismos excesivos que llevan a cohibir las libertades de la gente. Para los niños hacemos espacios como parques infantiles. ¿Qué están haciendo los niños sueltos en un parque público en las horas de la noche?”.

  

Darío de Jesús Monsalve Mejía (instalado presbítero el 17 de octubre de 1976, obispo titular de Giunca in Mauritania y auxiliar de Medellín el 15 de noviembre de 1993, obispo ordinario de Málaga-Soatá el 29 de septiembre de 2001, arzobispo de Santiago de Cali el 18 de mayo de 2011 -todo con el inválido Rito Montiniano-)

Monsalve agregó durante el servicio novusordiano del domingo 9, en el marco de la celebración de Pentecostés que tuvo lugar en las Canchas Panamericanas, dentro de la Semana Arquidiocesana:

“Hay que distinguir las cosas, porque yo veo que se está tomando con mucho apasionamiento eso. Soy un pastor católico y me gustaría que nadie consumiera drogas ni alcohol, pero entiendo que aquí nuestros regímenes no son estilo talibán. En cualquier lugar del mundo uno siente que la gente es respetándose sin ofender a los niños o familias. La sociedad no se puede volver una cárcel, debe tener un respeto por la libertad, el autocontrol. Por la autodeterminación de las personas y el aprendizaje de las personas. Que las autoridades pongan los controles y las familias la responsabilidad. Y las cortes defiendan las libertades”

Incluso tildó de “oportunistas y demagogos que siembran división” valiéndose de la protección a los niños a los que se oponen al fallo y convocaron marchas contra la Corte, en especial alusión al partido Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe Vélez y del actual Iván Duque.

 

Las reacciones no se hicieron esperar: el senador vallecaucano Gabriel Velasco Ocampo dijo: “Como católico, prácticamente duele que el arzobispo de Cali respalde el consumo de drogas en la calle. Apague y vámonos. La iglesia siempre ha defendido la familia, a los niños, la moral y las buenas costumbres. No es un tema de libertades, es de libertinaje. [Monsalve] parece como si fuera una rueda suelta dentro de la Iglesia católica”; ciudadanos del común y líderes de opinión también expresaron su rechazo a las palabras de su prelado, hasta cuestionando si siendo arzobispo de Medellín (ciudad que ha sido especialmente estigmatizada por el narcotráfico) se hubieran aguantado semejante papelón.

 

Decisiones como la arriba indicada son clara muestra del carácter marcadamente izquierdista y amoral del prevaricador tribunal constitucional colombiano, que pretende erigirse por encima del Legislativo y del Gobierno siguiendo el “Nuevo derecho”. Ya lo habían mostrado ordenando remover el Sagrado Corazón de Jesús del Congreso, despenalizando la llamada “dosis personal”, la eutanasia y el aborto hasta antes del nacimiento, permitiendo el avance de la ideología de género y aprobando los espurios e ilegítimos “Acuerdos de La Habana” a pesar de serle adverso el plebiscito del 2 de octubre de 2016 (NO CREAN QUE LO HEMOS OLVIDADO), blindándolos por doce años contra cualquier revisión por el Congreso.

Con todo este antecedente y los escándalos, a esos togados corruptos les ha salido un defensor: el laico travestido de obispo Darío de Jesús Monsalve Mejía, un mamerto de siete suelas que hizo propaganda por el sí en el plebiscito del 2 de octubre diciendo que “todo ciudadano honesto apoyaría los acuerdos”, censuró al Gobierno y a las FF.MM. que “no protegieran la vida” del entonces comandante en jefe de las FARC Guillermo León Sáenz Vargas alias “Alfonso Cano” en la Operación Odiseo, criticó el apoyo del presidente Iván Duque al presidente interino de Venezuela Juan Guaidó, pidió retomar los diálogos con los narcoterroristas del ELN aun cuando siguen secuestrando y asesinando a militares, policías y civiles, guarda silencio ante las acusaciones de la ONU al gobierno colombiano de ser genocida, y ahora se suma al ex-ministro del Interior santista y gamonal putumayense Guillermo Abel Rivera Flórez enlazando en un trino un artículo de aquél; ítem al hecho de que OTRA VEZ predica moral en calzoncillos (en 2014 insinuó que la iglesia conciliar “debía acoger a los homosexuales y pedir perdón por los juicios a su tendencia”, anticipándose un año al anticristo Francisco Bergoglio), y ha estado envuelto en polémica por el tema de la pedofilia: fue obligado judicialmente a pedir perdón el 2 de mayo próximo pasado en el templo caleño de Nuestra Señora de La Candelaria del barrio Alfonso Bonilla Aragón en el distrito oriental de Aguablanca por los tres casos de abuso sexual cometidos por el presbítero William de Jesús Mazo Pérez en 2009 cuando era párroco de la misma -por los que fue condenado a 33 años de prisión-, a pesar de dar en sus trece al responsabilizar de los mismos a los padres de las víctimas (incluso se le acusó de haber ofrecido dinero al abogado de las víctimas para detener el proceso).

  

Nosotros somos conscientes de que nos estamos arriesgando a muchas cosas por este artículo: cierre de oportunidades laborales, procesos penales, amenazas de muerte, los caritativos anatemas de los tartufos, et cœ́tera. NO NOS IMPORTA NI LES TENEMOS MIEDO, SINO QUE VOSOTROS NOS LO TENÉIS. Como San Bernabé Apóstol, estamos dispuestos a cualquier género de martirio por la causa de la Verdad y de las Buenas Costumbres que por garante frente a la hidra liberal-modernista han tenido siempre al Catolicismo tradicional.

  

Resta preguntarle a los conciliares de la sufrida Colombia: ¿OS PARECE PRESENTABLE UN PRELADO ASÍ, QUE EN VEZ DE DEDICARSE AL EVANGELIO ESTÉ METIÉNDOSE EN LA POLÍTICA SEGLAR? ¿A qué fin quejarse si por gente así muchos se van con los herejes protestantes? Esas son las consecuencias del diabólico Vaticano II. Ya estuvo bueno, salid de una vez por todas de allí, para que no participéis de su ridículo y condenación eterna. Que el Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen del Rosario de Chiquinquirá os ayuden.

  

JORGE RONDÓN SANTOS

11 de Junio de 2019

Martes infraoctava de Pentecostés, Fiesta de San Bernabé Apóstol, Tránsito de San Juan de Sahagún OESA, Confesor; y Traslación de San Gregorio Nacianceno, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia.