El diario chileno El Mercurio publicó póstumamente una entrevista en el año 2000 al cardenal Juan Francisco Fresno Larraín († 2004), donde reveló que Pablo VI Montini tenía planeado excomulgar al general Augusto Pinochet († 2006) y a los militares que apoyaron el alzamiento contra el presidente comunista Salvador Allende el 11 de Septiembre de 1973, recordó Infovaticana el día de ayer.
Fresno Larraín le contó a la historiadora Patricia Arancibia Clavel de la Universidad Finis Terræ de Santiago que cuando ocurrió el golpe de Estado, él (in illo témpore arzobispo de La Serena) se hallaba en Roma, y que cuando Montini lo llamó, le dijo que «veía con horror que se pudiera cortar drásticamente toda vía democrática [en Chile] con un golpe de los militares».
«Voy a hacer ahora, enseguida, un acta de excomunión a los militares que se han metido en esto. Esto no puede ser […]. El caso de Chile va a tener una influencia inmensa en las otras democracias de América», dijo un airado Montini. A lo cual Fresno se opuso tajantemente, instándolo a esperar noticias del nuncio Sotero Sanz Villalba, añadiendo que tal decisión sería «una ofensa a Chile», porque muchos de los militares eran católicos. «Me parecía que no se obraba con justicia al hacer una cosa así», contó.
Médico de profesión, Salvador Isabelino del Sagrado Corazón de Jesús Allende Gossens llegó al poder en 1970 tras los preparativos del democristiano Eduardo Frei Montalva, y pretendía imponer el comunismo en Chile con el apoyo e injerencia del dictador cubano Fidel Castro (y sin embargo, fue muerto por Patricio De la Guardia Font, uno de los agentes cubanos que formaban su guardia pretoriana). Además, era agnóstico y apoyaba la eugenesia.
Meses después, en 1974, Montini había planeado excomulgar también al Generalísimo Francisco Franco a instancias de su protegido el cardenal Vicente Enrique y Tarancón y el nuncio Luigi Dadaglio Sardi (en la “Lista Pecorelli” aparece con fecha de iniciación masónica 8 de Septiembre de 1967, matrícula # 43-B, nombre clave “LUDA”), toda vez que el presidente de Gobierno Adolfo Arias demandó que el obispo pro-etarra Antonio Añoveros Ataún fuera removido de Bilbao por representar su homilía del 24 de Febrero una amenaza a la seguridad y unidad nacional.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)