Salió ayer 24 de Octubre la encíclica “Diléxit nos”, cuarta y última (contando la “encíclica a cuatro manos” Lumen Fídei) de Francisco Bergoglio, abordando el tema del Sagrado Corazón de Jesús (o más exactamente, «Del amor humano y divino del corazón de Jesucristo»).
En su primera nota al pie (de las 227 que tiene –extrañamente, con citas preconciliares–), se menciona que «Buena parte de las reflexiones de este primer capítulo se han dejado inspirar por escritos inéditos del sacerdote Diego Fares SJ». Este Diego Javier Fares Giansiano SJ († 2022), primogénito del abogado, periodista y profesor universitario Raimundo Fares Antún y María Olga Giansiano, fue elogiado póstumamente por el “hagiógrafo” bergogliano Austen Ivereigh como «Nuestro más grande intérprete del Papa Francisco».
La encíclica, publicada en alemán, español, francés, inglés, italiano, polaco y portugués, fue presentada por Bruno “Los judíos no necesitan a Jesús, que el Viernes Santo se me cayó de la cruz” Forte, arzobispón de Chieti-Vasto, el cual dijo que esta «ofrece la clave de lectura de todo el magisterio del Papa, entendido torpemente» al vincularse solo a los aspectos sociales.
Las palabras más presentes en esta divagación de 40 páginas y 220 párrafos son, en su orden y sin contar el título:
- Corazón (468 veces).
- Amor (288 veces).
- Cristo (268 veces).
- Dios (133 veces).
Católicamente hablando, si bien la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, su mensaje de amor y reparación y sus prácticas propias (la Hora Santa, la Comunión reparadora de los primeros viernes, la Guardia de Honor, la Letanía, la Novena y el mes) son algo que se debe alentar siempre (y por ello es que este año se ha declarado Año Santo del Sagrado Corazón de Jesús), no se debe tomar este remedo de encíclica que no vale la pena leer como fuente de instrucción sobre esta devoción, no solo por contener material de y posterior al Vaticano II así sea que no haya tanta referencia a Bergoglio (como dijo San Gregorio de Elvira en su Tratado de la Fe ortodoxa contra los arrianos, citado por León XIII en “Satis cógnitum”, «Nada es más peligroso que esos heterodoxos que, conservando en lo demás la integridad de la doctrina, con una sola palabra, como gota de veneno, corrompen la pureza y sencillez de la fe que hemos recibido de la tradición dominical, después apostólica»), sino por las incontables veces que Bergoglio (cuyo historial puede consultarse aquí) ha distorsionado las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo y/o ha blasfemado de Él, y continúa haciéndolo aquí con su (de él o de su/sus escritor/es fantasma/s, poco importa) «prosa homopoética pseudosacra» (como dice Louie Verrechio).
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Aparte, una lectura algo atenta muestra varios errores, señalando los párrafos donde se encuentran:
- Reivindica las encíclicas globalistas Laudato si’ y Fratelli tutti (párrafo 217):
«lo escrito en las encíclicas sociales Laudato si’ y Fratelli tutti no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo, ya que bebiendo de ese amor nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de cada ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común».
- Citando a Wojtyła en “Centéssimus annus”, denuncia las “estructuras de pecado” con la asepsia de un tratado de sociología, mas no condena el Nuevo Orden Mundial que los produce y sus “ODS” que los preconiza (párrafo 183).
- Cuando presenta (párrafo 170) ejemplos de la “dignidad de la persona” (tomados ellos de la declaración “Dígnitas infiníta”): «los neonatos abandonados, los huérfanos, los ancianos en soledad, los enfermos mentales, personas con enfermedades incurables o graves malformaciones y aquellos que viven en la calle», omite los no nacidos que son abortados.
- Presenta la diversidad religiosa como opción válida de salvación (párrafo 31): Según él,
Todas las criaturas «avanzan, junto con nosotros y a través de nosotros, hacia el término común, que es Dios, en una plenitud trascendente donde Cristo resucitado abraza e ilumina todo» (cf. Laudato si’, párrafo 83)
- Condena el proselitismo en el párrafo 210, a pesar que la Gran Comisión (Mateo 28, 19-20; Marcos 16, 15-16) requiere el proselitismo para su cumplimiento.
- En el párrafo 1, dice de Dios: «Su corazón abierto nos precede y nos espera sin condiciones», lo cual alienta una presunción de la misericordia de Dios sin merecer (primer pecado CONTRA EL ESPÍRITU SANTO, que no tiene absolución), porque está escrito: «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Juan 14, 15).
- Menoscaba el papel de la razón, la voluntad y la libertad (párrafos 11, 13 y 24).
- El párrafo 220 dice: «Hasta que celebremos felizmente unidos el banquete del Reino celestial. Allí estará Cristo resucitado, armonizando todas nuestras diferencias», trasluciendo el universalismo y el relativismo (y hasta se puede afirmar que también se ve la herejía de Retorio, quien afirmaba que «todos los herejes caminan rectamente y dicen la verdad». Algo tan inaudito que San Agustín ni siquiera podía creer que existiese algo así de lo absurdo que es).
- En el párrafo 159, se dice: «Más hondo se vuelve el deseo de consolar al Señor mientras más se profundiza la compunción del corazón creyente». Nuestro Señor Jesucristo, en cuanto hombre, sufrió, es verdad. Pero como Dios, es impasible, por tanto no puede sufrir esencialmente. Insinúase en este párrafo la antigua herejía teopasquita de los armenios.
- El párrafo 219 hace una alusión crítica a la Tradición (aunque toda crítica contra ella perfectamente le cae al propio Bergoglio):
«La Iglesia también lo necesita, para no reemplazar el amor de Cristo con estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las comunidades».
- La única alusión que se hace del pecado, en el párrafo 37, es en burla y del nivel de un artículo de autoayuda en revista de variedades: «No temas. Deja que él se acerque, que se siente a tu lado. Podremos dudar de muchas personas, pero no de él. Y no te detengas por tus pecados». Y si bien se cita a Zacarías 12, 10 y 13, 1, es una cita que queda al aire, porque no la desarrolla. Para él el costado traspasado de Cristo es solo fuente de la vida y «la sede del amor» (párrafo 99).
Y a los tartufos que han salido con «si el diablo me diera a besar una cruz, yo la besaría», sepan que esa imagen no tiene asidero en la realidad, toda vez el diablo prefiere más que le recalentasen 10.000 veces el Infierno antes que tener siquiera a su vista el instrumento que lo ha derrocado y bajo el cual será eternamente atormentado junto con los que lo siguen.
En su lugar, recomendamos las encíclicas siguientes, de verdaderos Papas católicos:
1. “Annum Sacrum” (LEÓN XIII, 1889).
2. “Miserentíssimus Redémptor” (PÍO XI, 1928).
3. “Cáritas Christi compúlsi” (PÍO XI, 1932).
4. “Hauriétis Áquas” (PÍO XII, 1956).
JORGE RONDÓN SANTOS
25 de Octubre de 2024 (Año Santo del Sagrado Corazón de Jesús).
Viernes de la XX Semana después de Pentecostés. Fiesta de los Santos Crisanto y Daría, Mártires; de los Santos Crispín y Crispiniano, Mártires; y de San Bernardo Calbó O. Cist., Obispo de Vich. Nacimiento de Jacques Paul Migne, Sacerdote y compilador de Patrología Græca y Patrología Latína. Conquista de Lisboa por Alfonso I “El fundador”, rey de Portugal. Dedicación de la catedral primada de Santa María de Toledo.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)