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sábado, 31 de julio de 2010

COCAÍNA PARA EL ALMA

Desde Radio Cristiandad

Una jueza boliviana envió ayer a prisión al líder espiritual aimara Valentín Mejillones, acusado de fabricar cocaína junto a su hijo y a dos colombianos en un laboratorio casero en la ciudad de El Alto, vecina a La Paz. La juez Marcela Siles ordenó la reclusión preventiva del amauta (sabio en aimara) y de los otros detenidos en una cárcel de La Paz, después de que la policía antidrogas los sorprendiera el martes en plena purificación de cocaína. En la operación fueron confiscados 350 kilos de droga.

El amauta Valentín Mejillones (derecha), fue detenido por narcotráfico

(Agencias/InfoCatólica) La policía antidroga allanó el domicilio del aimara en la madrugada de ayer y se incautó de 350 kilos de cocaína y otras sustancias -soda cáustica, permanganato de sodio, entre otros-, que estaban en un pequeño laboratorio. El producto está valorado en unos 300.000 dólares e iba a ser enviado a Santa Cruz. En la operación fue detenido también al hijo del amauta y a dos colombianos, informó la policía al culminar una investigación sobre la actividad de los colombianos en la ciudad de El Alto. Mejillones aseguró que lo único que hizo fue alquilar su vivienda a la pareja de colombianos y que desconocía las actividades que estos realizaban allí. Sin embargo, según las fuerzas de seguridad, su función era vigilar y alertar de la presencia de policías en el barrio.

Valentín Mejillones, reconocido líder religioso de la cultura aimara, dirigió la ceremonia de toma de posesión del presidente Evo Morales en enero del 2006, a quien entregó un báculo de poder indígena en el templo de Kalasasaya.

Como sabio aimara, fue secretario de cultura de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto -una entidad que impulsó la carrera política de Morales y de la que surgieron varios de los colaboradores de gobierno-. En 1998, una convención de pueblos indígenas lo nombro coordinador de los guías espirituales indígenas de América, señalan informes de prensa.

LAS PRÉDICAS DEL "CARDENAL" ROUCO VARELA

Adaptación de un artículo de la Agencia FARO

No queremos dejar terminar el mes de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor, sin dejar constancia de la explicitación de su política (porque de política se trata, aunque no de política católica; pero también de heterodoxia plena, contra la doctrina de la Iglesia) que el "Arzobispo" de Madrid, Antonio María, "Cardenal" Rouco Varela, efectuó en Ávila el pasado 22 de julio.

Antonio María "Cardenal" Rouco Varela, "Arzobispo" de Madrid"

En declaraciones a los medios unos momentos antes de pronunciar una conferencia titulada "Anunciar a Dios en la sociedad española contemporánea" (dentro del curso "Dios en la sociedad postsecular", organizado por su Facultad de Teología San Dámaso, la Universidad CEU San Pablo y la Universidad Católica de Ávila; es decir, en un entorno cómodo, controlado, y proclive al error conciliar de la "laicidad positiva", entre otros), afirmó literalmente (así quedó recogido por los micrófonos de la COPE, propiedad de la Conferencia Episcopal que Rouco Varela preside, y reproducido por InfoCatólica, entre otros) cosas como las siguientes: "Un gobernante tiene que aplicar la ley y si no lo hace tendrá que renunciar a su cargo"; "un gobernante tiene la obligación de cumplir la ley, no está por encima de la ley"; "otra cosa es qué hace con su conciencia ante una ley que es injusta", lo cual, según Rouco, "es un problema que habría que ver en cada caso". Estas enormidades las decía respecto de la nueva ley del aborto, negando así la legitimidad hasta a las tímidas manifestaciones de algunos presidentes de gobiernos autónomos en el sentido de que podrían no aplicarla. En su defensa del régimen laicista imperante, Rouco Varela dijo que confiaba en que el Tribunal Constitucional declarase inconstitucional "algunos aspectos" (por lo que se ve, al Cardenal no le parecen mal todos; o admite que muchos son compatibles con la Constitución de 1978, y sin embargo la defiende e invoca) de dicha nueva ley del aborto; "tiene que ver con la interpretació n a la luz de la Constitución" de 1978, en la que, dijo Rouco, "se garantiza el derecho a la vida de todos". Añadió el presidente de la Conferencia Episcopal que la "forma" en que el Tribunal Constitucional "trató la constitucionalidad de la primera ley" (1984) cuando "declaró que el embrión, el concebido, desde el primer momento de su existencia, es un bien constitucionalmente protegido". Como se ha visto con la ley despenalizadora del aborto vigente hasta ahora, aprobada por ese mismo Tribunal, con la cual España se convirtió en el paraíso abortista de Europa (más de un millón de niños asesinados por aborto quirúrgico, incontables por aborto químico). 

Con la actual legislación, España es el país que más abortos practica en toda la UE

Resumiendo: Rouco Varela niega no sólo la doctrina católica perenne, según la cual las leyes injustas no son propiamente leyes, y no obligan: niega hasta el tímido recurso de la "objeción de conciencia" que hasta ahora parecía promover. Afirma en su lugar que los católicos tienen que abandonar cualquier tipo de cargos públicos, dejándolos así plenamente en manos anticatólicas, o cumplir y hacer cumplir las leyes inicuas (con lo cual se ponen fuera de la Iglesia y se convierten en enemigos de la sociedad). Se niega a sacar la consecuencia lógica de esta trágica situación, que es que el régimen imperante y la Constitución de 1978 son causa de la misma; son injustos, y por lo tanto, ilegítimos; los católicos no les deben acatamiento y tienen la obligación de esforzarse en derribarlos y restaurar un régimen justo. En vez de eso, invoca la misma Constitución, ignorando la doctrina de la Iglesia que se supone representa.

No es de extrañar, por lo demás, en un prelado que --como sabemos los lectores de FARO-- es propagandista y turiferario del irreligioso Jefe de Estado constitucional, Juan Carlos, y de su entorno; favorable al laicista, divorcista, abortista y aberrosexualista Partido Popular; protector e impulsor de sectas y "nuevos movimientos", como el llamado Camino Neocatecumenal; enemigo acérrimo de la Santa Misa y practicante y promotor de la más groseras formas litúrgicas setenteras, protector de estrafalarios "teólogos de la liberación", como los que manejan sacrílegamente la tristemente célebre parroquia de San Carlos Borromeo en Entrevías; y un largo etcétera que, por una vez, ha coronado sin ambigüedades con su adhesión a una "legalidad" y a un régimen incompatibles con el Cristianismo. Sosteniendo una doctrina radicalmente contraria al deber de resistencia de los católicos. Lo cual hace a los católicos incompatibles con Antonio María, Cardenal Rouco Varela, a quien tras declaraciones como esta cabe juzgar plenamente fuera de la Iglesia, además de enemigo de España y, por supuesto, de los niños por nacer.

Es inevitable recordar a los clérigos juramentados de la Revolución Francesa, o a los jansenistas de las falsas Cortes de Cádiz. O al trágala de los liberales decimonónicos: sólo que ahora lo canta un prelado. Estar en comunión con Rouco Varela es estar en comunión con  Roma.

SAN IGNACIO DE LOYOLA

“Haced todo a gloria de Dios”. (1 Corintios 10, 31)
  
San Ignacio de Loyola
   
SAN IGNACIO nació probablemente, en 1491, en el castillo de Loyola en Azpeitia, población de Guipúzcoa, cerca de los Pirineos. Su padre, don Bertrán, era señor de Ofiaz y de Loyola, jefe de una de las familias más antiguas y nobles de la región. Y no era menos ilustre el linaje de su madre, Marina Sáenz de Licona y Balda. Iñigo (pues ése fue el nombre que recibió el santo en el bautismo) era el más joven de los ocho hijos y tres hijas de la noble pareja. Iñigo luchó contra los franceses en el norte de Castilla. Pero su breve carrera militar terminó abruptamente el 20 de mayo de 1521, cuando una bala de cañón le rompió la pierna durante la lucha en defensa del castillo de Pamplona. Después de que Iñigo fue herido, la guarnición española capituló.
   
Los franceses no abusaron de la victoria y enviaron al herido en una litera al castillo de Loyola (su hogar). Como los huesos de la pierna soldaron mal, los médicos consideraron necesario quebrarlos nuevamente. Iñigo se decidió a favor de la operación y la soportó estoicamente ya que anhelaba regresar a sus anteriores andanzas a todo costo.
   
Pero, como consecuencia, tuvo un fuerte ataque de fiebre con tales complicaciones que los médicos pensaron que el enfermo moriría antes del amanecer de la fiesta de San Pedro y San Pablo. Sin embargo empezó a mejorar, aunque la convalecencia duró varios meses. No obstante la operación de la rodilla rota presentaba todavía una deformidad. Iñigo insistió en que los cirujanos cortasen la protuberancia y, pese a éstos le advirtieron que la operación sería muy dolorosa, no quiso que le atasen ni le sostuviesen y soportó la despiadada carnicería sin una queja. Para evitar que la pierna derecha se acortase demasiado, Iñigo permaneció varios días con ella estirada mediante unas pesas. Con tales métodos, nada tiene de extraño que haya quedado cojo para el resto de su vida.
   
Con el objeto de distraerse durante la convalecencia, Iñigo pidió algunos libros de caballería (aventuras de caballeros en la guerra), a los que siempre había sido muy afecto. Pero lo único que se encontró en el castillo de Loyola fue una historia de Cristo y un volumen de vidas de santos. Iñigo los comenzó a leer para pasar el tiempo, pero poco a poco empezó a interesarse tanto que pasaba días enteros dedicado a la lectura. Y se decía:
Si esos hombres estaban hechos del mismo barro que yo, bien yo puedo hacer lo que ellos hicieron.
     
Inflamado por el fervor, se proponía ir en peregrinación a un santuario de Nuestra Señora y entrar como hermano lego a un convento de cartujos. Pero tales ideas eran intermitentes, pues su ansiedad de gloria y su amor por una dama, ocupaban todavía sus pensamientos. Sin embargo, cuando volvía a abrir el libro de la vida de los santos, comprendía la futilidad de la gloria mundana y presentía que sólo Dios podía satisfacer su corazón. Las fluctuaciones duraron algún tiempo. Ello permitió a Iñigo observar una diferencia: en tanto que los pensamientos que procedían de Dios le dejaban lleno de consuelo, paz y tranquilidad, los pensamientos vanos le procuraban cierto deleite, pero no le dejaban sino amargura y vacío. Finalmente, Iñigo resolvió imitar a los santos y empezó por hacer toda penitencia corporal posible y llorar sus pecados.
   
Aparición de Nuestra Señora a San Ignacio (Sebastián Ricci)
  
Una noche, se le apareció la Madre de Dios, rodeada de luz y llevando en los brazos a Su Hijo. La visión consoló profundamente a Ignacio. Al terminar la convalecencia, hizo una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Montserrat, donde determinó llevar vida de penitente. Su propósito era llegar a Tierra Santa y para ello debía embarcarse en Barcelona que está muy cerca de Montserrat. La ciudad se encontraba cerrada por miedo a la peste que azotaba la región. Así tuvo que esperar en el pueblecito de Manresa, no lejos de Barcelona y a tres leguas de Montserrat. El Señor tenía otros designios más urgentes para Ignacio en ese momento de su vida. Lo quería llevar a la profundidad de la entrega en oración y total pobreza. Se hospedó ahí, unas veces en el convento de los dominicos y otras en un hospicio de pobres. Para orar y hacer penitencia, se retiraba a una cueva de los alrededores. Así vivió durante casi un año.
 
Cueva de Manresa, donde San Ignacio hizo penitencia durante un año (allí nacieron los Ejercicios Espirituales)
     
A fin de imitar a Cristo nuestro Señor y asemejarme a El, de verdad, cada vez más; quiero y escojo la pobreza con Cristo, pobre más que la riqueza; las humillaciones con Cristo humillado, más que los honores, y prefiero ser tenido por idiota y loco por Cristo, el primero que ha pasado por tal, antes que como sabio y prudente en este mundo. Se decidió a escoger el Camino de Dios, en vez del camino del mundo... hasta lograr alcanzar su santidad.
   
A las consolaciones de los primeros tiempos sucedió un período de aridez espiritual; ni la oración, ni la penitencia conseguían ahuyentar la sensación de vacío que encontraba en los sacramentos y la tristeza que le abrumaba. A ello se añadía una violenta tempestad de escrúpulos que le hacían creer que todo era pecado y le llevaron al borde de la desesperación. En esa época, Ignacio empezó a anotar algunas experiencias que iban a servirle para el libro de los Ejercicios Espirituales. Finalmente, el santo salió de aquella noche oscura y el más profundo gozo espiritual sucedió a la tristeza. Aquella experiencia dio a Ignacio una habilidad singular para ayudar a los escrupulosos y un gran discernimiento en materia de dirección espiritual. Más tarde, confesó al P. Diego Laínez que, en una hora de oración en Manresa, había aprendido más de lo que pudiesen haberle enseñado todos los maestros en las universidades. Sin embargo, al principio de su conversión, Ignacio estaba tan sugestionado por la mentalidad del mundo que, al oír a un moro blasfemar de la Santísima Virgen, se preguntó si su deber de caballero cristiano no consistía en dar muerte al blasfemo, y sólo la intervención de la Providencia le libró de cometer ese crimen.
   
En febrero de 1523, Ignacio por fin partió en peregrinación a Tierra Santa. Pidió limosna en el camino, se embarcó en Barcelona, pasó la Pascua en Roma, tomó otra nave en Venecia con rumbo a Chipre y de ahí se trasladó a Jaffa. Del puerto, a lomo de mula, se dirigió a Jerusalén, donde tenía el firme propósito de establecerse. Pero, al fin de su peregrinación por los Santos Lugares, el franciscano encargado de guardarlos le ordenó que abandonase Palestina, temeroso de que los mahometanos, enfurecidos por el proselitismo de Ignacio, le raptasen y pidiesen rescate por él. Por lo tanto, el joven renunció a su proyecto y obedeció, aunque no tenía la menor idea de lo que iba a hacer al regresar a Europa. Otra vez, la Divina Providencia tenía designios para esta alma tan generosa.
     
En 1524, llegó de nuevo a España, donde se dedicó a estudiar, pues pensaba que eso le serviría para ayudar a las almas. Una piadosa dama de Barcelona, llamada Isabel Roser, le asistió mientras estudiaba la gramática latina en la escuela. Ignacio tenía entonces treinta y tres años, y no es difícil imaginar lo penoso que debe ser estudiar la gramática a esa edad. Al principio, Ignacio estaba tan absorto en Dios, que olvidaba todo lo demás; así, la conjugación del verbo latino amáre se convertía en un simple pretexto para pensar: Amo a Dios. Dios me ama. Sin embargo, el santo hizo ciertos progresos en el estudio, aunque seguía practicando las austeridades y dedicándose a la contemplación y soportaba con paciencia y buen humor las burlas de sus compañeros de escuela, que eran mucho más jóvenes que él.
    
Al cabo de dos años de estudios en Barcelona, pasó a la Universidad de Alcalá a estudiar lógica, física y teología; pero la multiplicidad de materias no hizo más que confundirle, a pesar de que estudiaba noche y día. Se alojaba en un hospicio, vivía de limosna y vestía un áspero hábito gris. Además de estudiar, instruía a los niños, organizaba reuniones de personas espirituales en el hospicio y convertía a numerosos pecadores con sus reprensiones llenas de mansedumbre.
    
Había en España muchas desviaciones de la devoción. Como Ignacio carecía de los estudios y la autoridad para enseñar, fue acusado ante el vicario general del obispo, quien le tuvo prisionero durante cuarenta y dos días, hasta que, finalmente, absolvió de toda culpa a Ignacio y sus compañeros, pero les prohibió llevar un hábito particular y enseñar durante los tres años siguientes. Ignacio se trasladó entonces con sus compañeros a Salamanca. Pero pronto fue nuevamente acusado de introducir doctrinas peligrosas. Después de tres semanas de prisión, los inquisidores le declararon inocente. Ignacio consideraba la prisión, los sufrimientos y la ignominia como pruebas que Dios le mandaba para purificarle y santificarle. Cuando recuperó la libertad, resolvió abandonar España. En pleno invierno, hizo el viaje a París, a donde llegó en febrero de 1528.
    
Los dos primeros años los dedicó a perfeccionarse en el latín, por su cuenta. Durante el verano iba a Flandes y aun a Inglaterra a pedir limosna a los comerciantes españoles establecidos en esas regiones. Con esa ayuda y la de sus amigos de Barcelona, podía estudiar durante el año. Pasó tres años y medio en el Colegio de Santa Bárbara, dedicado a la filosofía. Ahí indujo a muchos de sus compañeros a consagrar los domingos y días de fiesta a la oración y a practicar con mayor fervor la vida cristiana. Pero el maestro Peña juzgó que con aquellas prédicas impedía a sus compañeros estudiar y predispuso contra Ignacio al doctor Guvea, rector del colegio, quien condenó a Ignacio a ser azotado para desprestigiarle entre sus compañeros. Ignacio no temía al sufrimiento ni a la humillación, pero, con la idea de que el ignominioso castigo podía apartar del camino del bien a aquéllos a quienes había ganado, fue a ver al rector y le expuso modestamente las razones de su conducta. Guvea no respondió, pero tomó a Ignacio por la mano, le condujo al salón en que se hallaban reunidos todos los alumnos y le pidió públicamente perdón por haber prestado oídos, con ligereza, a los falsos rumores. En 1534, a los cuarenta y tres años de edad, Ignacio obtuvo el título de maestro en artes de la Universidad de París.
    
Las palabras fervorosas de Ignacio, llenas del Espíritu Santo, abrió los corazones de algunos compañeros. Por aquella época, se unieron a Ignacio otros seis estudiantes de teología: Pedro Fabro, que era sacerdote de Saboya; Francisco Javier, un navarro; Diego Laínez y Alfonso Salmerón, que brillaban mucho en los estudios; Simón Rodríguez, originario de Portugal y Nicolás Bobadilla. Movidos por las exhortaciones de Ignacio, aquellos fervorosos estudiantes hicieron voto de pobreza, de castidad y de ir a predicar el Evangelio en Palestina, o, si esto último resultaba imposible, de ofrecerse al Papa para que los emplease en el servicio de Dios como mejor lo juzgase. La ceremonia tuvo lugar en una capilla de Montmartre, donde todos recibieron la comunión de manos de Pedro Fabro, quien acababa de ordenarse sacerdote. Era el día de la Asunción de la Virgen de 1534.
 
Profesión de votos de San Ignacio y los siete primeros jesuitas
   
Ignacio mantuvo entre sus compañeros el fervor, mediante frecuentes conversaciones espirituales y la adopción de una sencilla regla de vida. Poco después, hubo de interrumpir sus estudios de teología, pues el médico le ordenó que fuese a tomar un poco los aires natales, ya que su salud dejaba mucho que desear. Ignacio partió de París, en la primavera de 1535. Su familia le recibió con gran gozo, pero el santo se negó a habitar en el castillo de Loyola y se hospedó en una pobre casa de Azpeitia.
  
Dos años más tarde, se reunió con sus compañeros en Venecia. Pero la guerra entre venecianos y turcos les impidió embarcarse hacia Palestina. Los compañeros de Ignacio, que eran ya diez, se trasladaron a Roma; Pablo III los recibió muy bien y concedió a los que todavía no eran sacerdotes el privilegio de recibir las órdenes sagradas de manos de cualquier obispo. Después de la ordenación, se retiraron a una casa de las cercanías de Venecia a fin de prepararse para los ministerios apostólicos. Los nuevos sacerdotes celebraron la primera misa entre septiembre y octubre, excepto Ignacio, quien la difirió más de un año con el objeto de prepararse mejor para ella. Como no había ninguna probabilidad de que pudiesen trasladarse a Tierra Santa, quedó decidido finalmente que Ignacio, Fabro y Laínez irían a Roma a ofrecer sus servicios al Papa. También resolvieron que, si alguien les preguntaba el nombre de su asociación, responderían que pertenecían a la Compañía de Jesús (San Ignacio no empleó nunca el nombre de “jesuita. Este nombre comenzó como un apodo), porque estaban decididos a luchar contra el vicio y el error bajo el estandarte de Cristo. Durante el viaje a Roma, mientras oraba en la capilla de “La Storta, el Señor se apareció a Ignacio, rodeado por un halo de luz inefable, pero cargado con una pesada cruz. Cristo le dijo: Ego vobis Romæ propítius ero (Os seré propicio en Roma).
 
Aparición en La Storta     
Pablo III nombró al padre Fabro profesor en la Universidad de la Sapienza y confió a Laínez el cargo de explicar la Sagrada Escritura. Por su parte, Ignacio se dedicó a predicar los Ejercicios y a catequizar al pueblo. El resto de sus compañeros trabajaba en forma semejante, a pesar de que ninguno de ellos dominaba todavía el italiano. 
    
Aprobación de Pablo III a los estatutos de la Compañía de Jesús
   
Ignacio y sus compañeros decidieron formar una congregación religiosa para perpetuar su obra. A los votos de pobreza y castidad debía añadirse el de obediencia para imitar más de cerca al Hijo de Dios, que se hizo obediente hasta la muerte. Además, había que nombrar a un superior general a quien todos obedecerían, el cual ejercería el cargo de por vida y con autoridad absoluta, sujeto en todo a la Santa Sede. A los tres votos arriba mencionados, se agregaría el de ir a trabajar por el bien de las almas adondequiera que el Papa lo ordenase. La obligación de cantar en común el oficio divino no existiría en la nueva orden, “para que eso no distraiga de las obras de caridad a la que nos hemos consagrado. No por eso descuidaban la oración que debía tomar al menos una hora diaria.
  
La primera de las obras de caridad consistiría en enseñar a los niños y a todos los hombres los mandamientos de Dios. La comisión de cardenales que el Papa nombró para estudiar el asunto se mostró adversa al principio, con la idea de que ya había en la Iglesia bastantes órdenes religiosas, pero un año más tarde, cambió de opinión, y Pablo III aprobó la Compañía de Jesús por una bula emitida el 27 de septiembre de 1540. Ignacio fue elegido primer general de la nueva orden y su confesor le impuso, por obediencia, que aceptase el cargo. Empezó a ejercerlo el día de Pascua de 1541 y, algunos días más tarde, todos los miembros hicieron los votos en la basílica de San Pablo Extramuros.
    
Ignacio pasó el resto de su vida en Roma, consagrado a la colosal tarea de dirigir la orden que había fundado. Entre otras cosas, fundó una casa para alojar a los neófitos judíos durante el período de la catequesis y otra casa para mujeres arrepentidas. En cierta ocasión, alguien le hizo notar que la conversión de tales pecadoras rara vez es sincera, a lo que Ignacio respondió: Estaría yo dispuesto a sufrir cualquier cosa por el gozo de evitar un solo pecado. Rodríguez y Francisco Javier habían partido a Portugal en 1540. Con la ayuda del rey Juan III, Javier se trasladó a la India, donde empezó a ganar un nuevo mundo para Cristo. Los padres Luis Gonçalves y Juan Nuñez Barreto fueron enviados a Marruecos a instruir y asistir a los esclavos cristianos. Otros cuatro misioneros partieron al Congo; algunos más fueron a Etiopía y a las colonias portuguesas de América del Sur.
  
El Papa Pablo III nombró como teólogos suyos, en el Concilio de Trento, a los padres Laínez y Salmerón. Antes de su partida, San Ignacio les ordenó que visitasen a los enfermos y a los pobres y que, en las disputas se mostrasen modestos y humildes y se abstuviesen de desplegar presuntuosamente su ciencia y de discutir demasiado. Pero, sin duda que entre los primeros discípulos de Ignacio el que llegó a ser más famoso en Europa, por su saber y virtud, fue San Pedro Canisio, a quien la Iglesia venera actualmente como Doctor. En 1550, San Francisco de Borja regaló una suma considerable para la construcción del Colegio Romano. San Ignacio hizo de aquel colegio el modelo de todos los otros de su orden y se preocupó por darle los mejores maestros y facilitar lo más posible el progreso de la ciencia. El santo dirigió también la fundación del Colegio Germánico de Roma, en el que se preparaban los sacerdotes que iban a trabajar en los países invadidos por el protestantismo. En vida del santo se fundaron universidades, seminarios y colegios en diversas naciones. Puede decirse que San Ignacio echó los fundamentos de la obra educativa que había de distinguir a la Compañía de Jesús y que tanto iba a desarrollarse con el tiempo.
     
En 1542, desembarcaron en Irlanda los dos primeros misioneros jesuitas, pero el intento fracasó. Ignacio ordenó que se hiciesen oraciones por la conversión de Inglaterra, y entre los mártires de Gran Bretaña se cuentan veintinueve jesuitas. La actividad de la Compañía de Jesús en Inglaterra es un buen ejemplo del importantísimo papel que desempeñó en la contrarreforma. Ese movimiento tenía el doble fin de dar nuevo vigor a la vida de la Iglesia y de oponerse al protestantismo. La Compañía de Jesús era exactamente lo que se necesitaba en el siglo XVI para contrarrestar la Reforma. La revolución y el desorden eran las características de la Reforma. La Compañía de Jesús tenía por características la obediencia y la más sólida cohesión. Se puede afirmar, sin pecar contra la verdad histórica, que los jesuitas atacaron, rechazaron y derrotaron la revolución de Lutero y, con su predicación y dirección espiritual, reconquistaron a las almas, porque predicaban sólo a Cristo y a Cristo crucificado. Tal era el mensaje de la Compañía de Jesús, y con él, mereció y obtuvo la confianza y la obediencia de las almas (cardenal Enrique Manning). A este propósito citaremos las, instrucciones que San Ignacio dio a los padres que iban a fundar un colegio en Ingolstadt (Alemania), acerca de sus relaciones con los protestantes: Tened gran cuidado en predicar la verdad de tal modo que, si acaso hay entre los oyentes un hereje, le sirva de ejemplo de caridad y moderación cristianas. No uséis de palabras duras ni mostréis desprecio por sus errores. El santo escribió en el mismo tono a los padres Pascasio Broët y Salmerón cuando se aprestaban a partir para Irlanda.
    
Una de las obras más famosas y fecundas de Ignacio fue el libro de los Los Ejercicios Espirituales. Es la obra maestra de la ciencia del discernimiento. Empezó a escribirlo en Manresa y lo publicó por primera vez en Roma, en 1548, con la aprobación del Papa. Los Ejercicios cuadran perfectamente con la tradición de santidad de la Iglesia. Desde los primeros tiempos, hubo cristianos que se retiraron del mundo para servir a Dios, y la práctica de la meditación es tan antigua como la Iglesia. Lo nuevo en el libro de San Ignacio es el orden y el sistema de las meditaciones. Si bien las principales reglas y consejos que da el santo se hallan diseminados en las obras de los Padres de la Iglesia, San Ignacio tuvo el mérito de ordenarlos metódicamente y de formularlos con perfecta claridad.
Portada de la primera edición de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola (Año 1548)
   
La prudencia y caridad del gobierno de San Ignacio le ganó el corazón de sus súbditos. Era con ellos afectuoso como un padre, especialmente con los enfermos, a los que se encargaba de asistir personalmente procurándoles el mayor bienestar material y espiritual posible. Aunque San Ignacio era superior, sabía escuchar con mansedumbre a sus subordinados, sin perder por ello nada de su autoridad. En las cosas en que no veía claro se atenía humildemente al juicio de otros. Era gran enemigo del empleo de los superlativos y de las afirmaciones demasiado categóricas en la conversación. Sabía sobrellevar con alegría las críticas, pero también sabía reprender a sus súbditos cuando veía que lo necesitaban. En particular, reprendía a aquéllos a quienes el estudio volvía orgullosos o tibios en el servicio de Dios, pero fomentaba, por otra parte, el estudio y deseaba que los profesores, predicadores y misioneros, fuesen hombres de gran ciencia. La corona de las virtudes de San Ignacio era su gran amor a Dios. Con frecuencia repetía estas palabras, que son el lema de su orden: A la Mayor Gloria de Dios. A ese fin refería el santo todas sus acciones y toda la actividad de la Compañía de Jesús. También decía frecuentemente: Señor, ¿qué puedo desear fuera de Ti?”. Quien ama verdaderamente no está nunca ocioso. San Ignacio ponía su felicidad en trabajar por Dios y sufrir por su causa. Tal vez se ha exagerado algunas veces el “espíritu militar de Ignacio y de la Compañía de Jesús y se ha olvidado la simpatía y el don de amistad del santo por admirar su energía y espíritu de empresa.
  
Durante los quince años que duró el gobierno de San Ignacio, la orden aumentó de diez a mil miembros y se extendió en nueve países europeos, en la India y el Brasil. Como en esos quince años el santo había estado enfermo quince veces, nadie se alarmó cuando enfermó una vez más. Murió súbitamente el 31 de julio de 1556, sin haber tenido siquiera tiempo de recibir los últimos sacramentos.
   
Fue canonizado en 1622, y Pío XI le proclamó patrono de los ejercicios espirituales y retiros.
   
Adaptado del trabajo de Alban Butler et al, edición en español de R.P. Wilfredo Guinea. La Vida de los Santos de Butler, vol. 3. (Chicago USA: Rand McNally, 1965) págs. 222-228.


MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SAN IGNACIO
I. San Ignacio, en la soledad de Manresa, había trazado el plano del edificio espiritual que debía edificar durante toda su vida. Su libro de los Ejercicios espirituales es un resumen de lo que debe hacerse y de lo que él mismo hizo para llegar a la perfección. Comenzó por llorar sus pecados y expiarlos mediante ruda penitencia. Es el primer paso: lavar nuestros pecados con lágrimas. Así procedieron todos los santos; ¿los imitamos nosotros? Aunque no hubiésemos cometido sino un solo pecado mortal, seria suficiente para llorar hasta la muerte.
   
II. El segundo paso hacia la perfección, dice San Ignacio, es la imitación de Jesús que obra y sufre para la gloria de Dios y la salvación de los hombres. San Ignacio ha seguido paso a paso a este Modelo de los predestinados: después de su conversión llevó primero una vida escondida como Él; después se consagró por entero a la salvación del prójimo, sufriendo a causa de esto injurias, calumnias y prisión. ¿Cómo imitamos nosotros la vida oculta de Jesús, sus trabajos y sus sufrimientos? Sigamos la divisa de San Ignacio: Todo para la mayor gloria de Dios.
  
III. El tercer paso hacia la perfección, que tan alto elevó la santidad de San Ignacio, es la unión perfecta con Dios. Para llegar a ella, hay que desasirse del temor de todo lo que no sea Dios, y darse enteramente a Él. Tenemos amor para las cosas de este mundo, y no lo tenemos para Dios. ¡Todo amamos, todo buscamos, sólo Dios nada vale ante nuestros ojos! (Salviano).
   
El celo por la gloria de Dios. Orad por las órdenes religiosas.
   
ORACIÓN
Oh Dios, que, para la mayor gloria de vuestro Nombre, habéis dado por el bienaventurado Ignacio un nuevo socorro a vuestra Iglesia militante, haced, que después de haber combatido en la tierra, siguiendo su ejemplo y bajo su protecci6n, merezcamos ser coronados con él en el cielo. Por J. C. N. S. Amén.

viernes, 30 de julio de 2010

LA INFILTRACIÓN JUDÍA EN LA IGLESIA

 
Inevitablemente y a pesar del gran secreto, muchos reyes y gobiernos de naciones que hospedaron a colonias judías fueron descubriendo que llegaban con el propósito de explotar, conquistar y regir a los pueblos anfitriones. Para defender a sus naturales, muchos gobiernos debieron prohibirles acceder a grados militares en los ejércitos locales o a posiciones de gobierno, pero como esto no fue suficiente, hubo que recurrir muchas veces al inevitable expediente de desterrarlos del país que los había acogido.

Los judíos que abusaban de su religión para fines políticos, alegando discriminación racial y/o religiosa, trataban de evitar las medidas que se tomaban contra ellos. Cuando estas maniobras no daban resultado, acudían a la simulación. En efecto, fingían abandonar la nación y la religión judías para convertirse en ciudadanos del país huésped y en profesantes de su religión, e iban más allá, hasta el punto de cambiar sus nombres y apellidos judíos por los corrientes del país que pretendían conquistar.

Estos ciudadanos aparentemente normales, siguen siendo criptojudíos, asisten a sinagogas escondidas en casas particulares y no dejan de obedecer ciegamente a sus dirigentes. Las familias de estos judíos secretos practican públicamente la religión del país anfitrión y envían sus hijos a las mismas escuelas de sus nuevos conciudadanos, pero una vez llegan a cierta edad, son iniciados en los secretos sionistas y deben pronunciar juramentos de obediencia y secreto, cuya violación es castigada a veces con la muerte, hasta en forma de tortura.

En su obra, Complot contra la Iglesia, Maurice Pinay en las pp. 137, 138,., afirma lo siguiente:
La infiltración judía en el clero era una técnica de conquista del mundo cristiano que el imperialismo judaico consideró indispensable para dominar a su principal baluarte, la Iglesia de Cristo, empleando para ello diversas tácticas, que variaron desde los ataques frontales hasta las infiltraciones. El arma favorita de la quinta columna consistió en introducir en las filas del clero a los jóvenes cristianos descendientes de judíos que practicaban en secreto el judaísmo, para que una vez ordenados sacerdotes trataran de ir escalando en la jerarquía de la Santa Iglesia, ya fuera en el clero secular o en las órdenes religiosas, con el fin de que usaran luego las posiciones adquiridas dentro de la clerecía en perjuicio de la iglesia y en beneficio del judaísmo, de sus planes de conquista y de sus movimientos heréticos o revolucionarios.

El clérigo falso cristiano criptojudío está realizando, según el criterio rabínico, una empresa santa para sus intereses inconfesables. La quinta columna en el clero ha sido y es uno de los pilares básicos del judaísmo internacional.

Los fines que persigue la infiltración de los criptojudíos en el clero, se explica claramente en un interesante documento que dio a la publicidad el abate Chabauty y que cita el Arzobispo de Port Louis, Monseñor Meurin. Se trata de una carta del jefe secreto de los judíos internacionales, radicados a finales del siglo XV en Constantinopla, dirigida a los hebreos de Francia, dándoles instrucciones, en contestación a una carta anterior que Chamor, Rabino de Arlés, le había dirigido solicitándolas. La carta dice textualmente:

-Bienamados hermanos de Moisés, hemos recibido vuestra carta, en la que nos hacéis conocer las ansiedades e infortunios que os véis obligados a soportar, y nos hallamos penetrados de un dolor tan grande como el vuestro. El consejo de los más grandes rabinos y sátrapas de nuestra Ley es el siguiente:

-Decís que el Rey de Francia os obliga a haceros cristianos; pues bien, hacedlo, pero guardad la ley de Moisés en vuestros corazones.

-Decís que os quieren arrebatar vuestros bienes; haced a vuestros hijos mercaderes, para que ellos despojen de los suyos a los cristianos por medio del tráfico.

-Decís que se atenta contra vuestras vidas; haced a vuestros hijos médicos y boticarios, a fin de que ellos priven de las suyas a los cristianos sin temor al castigo.

-Decís que se destruyen vuestras sinagogas; haced a vuestros hijos curas y canónigos, a fin de que ellos destruyan la Iglesia Cristiana.

-Decís que atentan contra vuestras vidas; haced a vuestros hijos abogados, notarios o miembros de otras profesiones que están corrientemente a cargo de los asuntos públicos, por este medio dominaréis a los cristianos, os apropiaréis de sus tierras y os vengaréis de ellos.

-Seguid esta orden que os damos y veréis por experiencia que, por abatidos que estéis, llegaréis a la cúspide del poderío.

-Firmado V. S. S. V. E. F. Príncipe de los judíos de Constantinopla al de Casleo de 1489".

jueves, 29 de julio de 2010

IMPERDIBLE: EL ABUELO DE ZETAPÉ ERA MASÓN

Desde Diario La Nueva España

Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el talante le viene de familia. Hay un capítulo de la vida de su abuelo el capitán Juan Rodríguez Lozano que avala su carácter pacífico y su búsqueda del entendimiento. El abuelo de Zapatero fue masón bajo el seudónimo de «Rousseau». Su pertenencia a la masonería queda acreditada con un documento sellado en Gijón, sede de la Gran Logia del Noroeste de España, en 1933, que acaba de ver la luz: «Sabed que nuestro querido hermano Juan Rodríguez Lozano, simbólicamente Rousseau, que firma al margen, es un francmasón regular recibido como aprendiz grado 1.º por la Respetable Logia Emilio Menéndez Pallarés número 15 de los Valle de León de la obediencia de esta Gran Logia Regional, y como a tal le recomendamos a vuestro favor y protección», reza el documento.

Acta de enlistamiento de Juan Rodriguez Lozano en la masonería (documento fechado en 1933 en Gijón)

El asturiano Víctor Guerra, masón de la Logia del Gran Oriente de Francia, ha analizado para LA NUEVA ESPAÑA el documento asturiano que acredita la pertenencia a la masonería del abuelo de Zapatero. «Se ha escrito mucho sobre la pertenencia a la masonería de la familia Zapatero; no es un tema que haya explorado demasiado, pero por lo que me consta fue más bien algo anecdótico», señala. «Él pertenecía a un triángulo de León y Gijón, era la sede de la Gran Logia Regional del Noroeste, que agrupaba las de Asturias, Galicia, Cantabria y León, de ahí que el documento esté sellado en Gijón», explica. En 1933, fecha en la que el abuelo de Zapatero firma el documento, el gran maestre de la Gran Logia Regional del Noroeste era el gijonés Rogelio García, según explica Guerra, que puntualiza que otra de las personas que aparecen en el documento es el secretario, Antonio López del Villar. Sobre la Logia Menéndez Pallarés a la que pertenecía el abuelo de Zapatero, Víctor Guerra cuenta que «durante la II República sólo existió en León capital el Triángulo Libertad número 3, que en diciembre del 1932 tenía siete miembros y que se convirtió en la Logia Menéndez Pallares número 15 a mediados de 1933 y el número documentado de hermanos masones fue de quince apenas, incluyendo esta cifra a los que ya se habían dado de baja en diciembre del año 1931».

Sobre los vínculos del presidente Zapatero con la masonería se ha escrito mucho, pero lo único cierto, como puntualiza Guerra, es que su abuelo fue masón durante un breve período de su vida, puesto que el capitán Lozano fue ejecutado en 1936 por los sublevados en la Guerra Civil, un capítulo al que se ha referido en numerosas ocasiones el presidente del Gobierno. Eso sí, el capitán Lozano estaba orgulloso de su pertenencia a la masonería, y así lo manifestó antes de morir. Cuando ya estaba convencido de cuál iba a ser su final, decidió cerrar voluntariamente su comparecencia ante el juez militar que firmó su sentencia declarando que pertenecía a la masonería, aunque en ningún momento se le había preguntado por esta cuestión.

Acta del Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo donde consta que Rodriguez Lozano es masón (Documento fechado a 1936)

El historiador de la masonería Pedro Álvarez Lázaro tiene una publicación titulada «El abuelo masón de Zapatero» en la que desmiente que el ascendente del presidente del Gobierno hubiese adquirido un «inimaginable poder de influencia» dentro de la masonería, como ha trascendido en algunos círculos. «Juan Rodríguez Lozano ingresó efectivamente el 23 de agosto de 1933 en la Logia Menéndez Pallarés y llegó al estadio de compañero masón el 4 de diciembre de 1935», explica el historiador de la masonería Pedro Álvarez Lázaro. Este fue el máximo cargo que ostentó en la logia el abuelo del presidente del Gobierno. «En sus dos años de afiliación no pasó del segundo grado, no asumió cargo ni responsabilidad alguna en su logia madre, y no desempeñó actividades masónicas conocidas», concreta el historiador, que considera este episodio «una trayectoria sustancialmente anodina e intrascendental para su vida militar y política». Es más, según explica, «dada la insignificancia masónica de Juan Rodríguez Lozano, ni siquiera fue recogido su nombre por Manuel de Paz en su imprescindible diccionario "Militares masones en España"».

miércoles, 28 de julio de 2010

CANDIDATA A LA PRESIDENCIA DE BRASIL DILMA ROUSSEFF ES ABORTISTA

Traducido desde Coetus Internationalis Fidelium

“Vosotros tenéis por padre al diablo, y queréis satisfacer los deseos de vuestro padre. El fue homicida desde el principio, y no se afirma en la verdad, porque no hay verdad en el. Cuando él profiere mentira, habla de que le es propio, porque es mentiroso, y padre de la mentira” (Juan 8: 44)

A través de la Secretaria de Políticas para las Mujeres, encabezada por la Ministra Nilcéia Freire, el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva acaba de firmar un documento, en el ámbito del derecho internacional, que propone para todos los gobiernos de América Latina, inclusive el Brasil, la completa legalización del aborto.
El documento fue aprobado el viernes, día 16 de julio de 2010, en Brasília, por ocasión de la conclusión de la XIª Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, promovida por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU) en conjunto con la Secretaria de Políticas para las Mujeres del gobierno Lula, y realizada en Brasília entre el 12 y 16 de julio de 2010. 

martes, 27 de julio de 2010

ESCOLIOS DE NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA

  • El mundo actual acoge con tan generosa tolerancia cualquier novedad que en pocos instantes trivializa. ¿Quién escribirá sobre la libertad estranguladora?
  • La teología católica enseña que el acto de fe no es solamente sobrenatural y voluntario, sino también racional. Tesis exacta mientras no concluya que un raciocinio sustenta el acto, sino que la razón demuestra que ninguna causa empírica lo explica.
  • El acto de fe es racional cuando la razón demuestra que no procede de paralogismos, de estados emocionales, de regresiones infantiles, de estructuras sociales, o de comportamientos económicos. Fe racional es la que se acredita como dato último de la experiencia. Como acto sobrenatural.
  • El santo no es un distinto tipo de hombre, sino una nueva especia humana.
  • Tanto nos han predicado que el justo camina disfrazado de pecador que acostumbramos olvidar que a veces se viste de justo.
  • El clero progresista vitupera la “mentalidad de ghetto” del actual cristiano viejo. Esos clérigos prefieren la actividad mercantil y bursátil del judío moderno al ghetto, donde floreció la fidelidad de Israel.
  • Solamente porque ordenó amar a los hombres, el clero moderno se resigna a creer en la divinidad de Jesús; cuando, en verdad, es sólo porque creemos en la divinidad de Cristo que nos resignamos a amarlos.
  • Cristiano es el que funda su aceptación del evangélium Christi sobre su fe en el evangélium de Christo. Y no inversamente.
  • Quien profese que lo esencial del cristianismo no es la “doctrina", sino la práctica y la vida, predica subrepticiamente una doctrina nueva. Con el mote, atractivo para el tonto, de “preeminencia de la vida” nos quieren insinuar que sólo cuenta nuestro destino terrestre. La irreligión goza equipándose en la guardarropía evangélica.
  • La libertad, para el demócrata, no consiste en poder decir todo lo que piensa, sino en no tener que pensar todo lo que dice.
  • Meditar es dialogar con algún muerto.
  • Los cristianos de Nietzsche no son los de ayer, sino los de hoy. Historiador inexacto, pero tal vez profeta.
  • El que cree en Cristo, porque admira sus palabras o sus obras, no es cristiano. El cristiano no cree en Cristo porque predique valores previamente admirados, llama valores, al contrario, lo que Cristo predica, porque cree en Cristo. El cristianismo no aplica un criterio a Cristo, sino aplica a Cristo como criterio. El cristanismo es un método específico de fundar el valor.
  • Valor es lo que la voluntad afirma, si la voluntad que afirma es la voluntad de Dios. El valor es subjetivo para Dios, objetivo para el hombre. El racionalismo tomista hace de Dios un hombre, el subjetivismo axiológico hace del hombre un dios.
  • Hoy decirse “cristiano” suele ser manera de indicar que no se lucha contra el cristianismo desde afuera, sino desde adentro.
  • En el seno de la Iglesia actual, son “integristas” los que no han entendido que el cristianismo necesita una teología nueva y “progresistas” los que no han entendido que la nueva teología debe ser cristiana.
  • Al creerme dueño de una verdad no me interesa el argumento que la confirma, sino el que la refuta.
  • El cristiano moderno no piede que Dios lo perdone, sno que admita que el pecado no existe.
  • Religión de la burguesía fue la que profesaron los burgueses del siglo pasado - religión burguesa es la que profesan los cristianos revolucionarios de este siglo. Allí se trataba de homenaje, quizás hipócrita, a la idea cristiana - aquí se trata de sincero entusiasmo con las ambiciones terrestres y los utilitarios ideales de la burguesía.
  • El no pertenecer a ningún partido nos permite despreciar tan sólo lo auténticamente despreciable.
  • Para poder aliarse con el comunista, el católico de izquierda sostiene que el marxismo meramente critica las acomodaciones burguesas del cristianismo, cuando es su esencia lo que condena.
  • El católico progresista pretende restarurar el cristianismo primitivo remedando el moralismo humanitario de los clérigos incrédulos del XVIII.
  • No urge convocar nuevos concilios sino esperar a un Decio o a un Diocleciano.
  • El determinismo se invoca para exorcizar la gracia. Con la cantilena del efecto y la causa tratamos de ensordecer nuestro miedo y de enmudecer nuestra culpa.
  • Dios es el nombre del único enigma cuyo descifre no sería un desengaño.
  • El individualismo doctrinario no es peligroso porque produzca individuos, sino porque los suprime.
  • El producto del individualismo doctrinario del XIX es el hombre-masa del XX.
  • La teología de los sacramentos dispone de las únicas categorías propicias a una teoría rigurosa de la civilización. La civilización, en efecto, no es un sistema de actos serviles, sino de actos sacramentales.
  • Tres personajes, en nuestro tiempo, detestan profesionalmente al burgués: El intelectual -ese típico representante de la burguesía. El comunista -ese fiel ejecutante de los propósitos y de los ideales burgueses. El clérigo progresista -ese triunfo final de la mente burguesa sobre el alma cristiana.
  • Al hombre moderno le es indiferente no hallar la libertad en su vida, si la halla ensalzada en los discursos de quienes lo oprimen.
  • Cuando el oficiante profesa que la liturgia no pretende actuar sobre los dioses sino sobre los fieles, el culto pierde todo significado religioso y se convierte en terapéutica colectiva.
  • Cuando oigo pronunciar solemnemente la palabra “razón", me dispongo siempre a escuchar una frase sin sentido.
  • La decadencia de España dejó de ser problema desde que tocó a sus vencedores de ayer compartir el mismo destino. De ahora en adelante bastará averiguar cómo mueren las naciones.
  • La imparcialdiad es hija de la pereza y del miedo.
  • Los que tratan de mondar al cristianismo de sus acrecencias milenarias, para devolverlo a su “pureza primitiva", declaran “originales” y “auténticos” tan sólo los factores del cristianismo que aprueba la metnalidad vulgar de su tiempo. Desde hace dos siglos, el “cristianismo primitivo” se amolda, en cada nuevo decenio, a las opiniones reinantes.
  • Las tres hipóstasis del egoísmo son: el individualismo, el nacionalismo, el colectivismo. La trinidad democrática.
  • La Iglesia es una historia que se pensó a sí misma como sistema. Mientras no hubo historiador que la interrogara, la Iglesia pudo proclamarse inmóvil desde su origen, sin estorbar el proceso inconsciente de su metabolismo histórico. Pero cuando se vio su incomensurabilidad a una simple estructura lógica, la Iglesia, en lugar de volver teóricamente explícitas las categorías implícitas en su praxis, se empeñó en negar la evidencia. Engendrando alternativamente, así, un intengrismo que oculta su crecencia y un progresismo que viola su constancia.
  • En el cristiano obseso por la “justicia” social no es fácil saber si la caridad florece o si la fe se extingue.
  • El católico de izquierda acierta al descubrir en el burgués al rico de la parábola, pero yerra al identificar al proletariado militante con los pobres del evangelio.
  • Abogado de los pobres, en el santoral democrático, significa demagogo enriquecido.
  • Frente a la Iglesia triunfante y a la Iglesia militante, el nuevo clero se incorpora en la Iglesia claudicante.
  • El catolicismo, para el católico de izquierda, es el gran pecado del católico.
  • La sociedad libre no es la que tiene el derecho de elegir al que la manda, sino la que elige al que tiene derecho a mandarla.
  • La división es radical entre los que acechan una consumación terrestre de la historia y los que aguardan una conclusión abrupta a su prolongación empírica. La raza de los primeros cae en un cielo infernal, donde la exaltación maniática frente al triunfo apocalíptico alterna con la depresión melancólica ante el fracaso rutinario. Los segundos, en cambio, contemplan la mediocridad inalterable de la existencia humana con resignación cristiana o con escéptica ironía. Entre cristianos y escépticos existe un pacto para salvar al hombre de las demensias progresistas.
  • “Tener el valor de aceptarse” es una de tantas fórmulas modernas que pretenden ocultar la vileza del hombre llamando difícil lo fácil. El moderno asevera que nada cuesta tanto trabajo al hombre, como ceder a su animalidad.
  • Aguardar que [Baruch] Spinoza y [Hermann Samuel] Reimarus hicieran las preguntas fue tan tonto como esperar que un protestantismo desteñido, de [Ferdinand Christian] Baur a [Rudolf Karl] Bultmann, diera las respuestas.
  • El primado de san Pedro estorba al clero progresista, el misticismo de san Juan le carga, la teología de san Pablo lo irrita. ¿No será que su patrón es el apóstol dotado de conciencia social, el que protestó contra el despilfarro ceremonial de ungüentos, el que propuso vender la mirra litúrgica para repartir su precio entre los pobres?
  • La desorientación intelectual en que vivimos no proviene del fraccionamiento creciente de la ciencia, sino del rigor creciente de la filosofía. El hombre caminta a trompicones cuando la filosofía renuncia a ensuciarse las manos.
  • La inmoralidad del gobernante es la última protección del ciudadano contra el creciente poderío del Estado. Del prevaricador se puede esperar compasión, pero no del doctrinario.
  • “Dios ha muerto”, exclamó ese Viernes Santo que fue el siglo XIX. Hoy vivimos en el atroz silencio del sábado. En el silencio de la tumba habitada. ¿En cuál siglo alboreará, sobre la tumba desierta, el Domingo de Pascua?
  • El catolicismo popular es el blando de todas las iras progresistas. Fe popular, esperanza popular, caridad popular, irritan a un clero de extracción pequeño burguesa.
  • Las tácticas de la polémica tradicional fracasan ante el dogmatismo impertérrito del hombre contemporáneo. Para derrotarlo requerimos estratagemas de guerrillero. No debemos enfrentárnosle con argumentos sistemáticos, ni presentarle metódicamente soluciones alternativas. Debemos disparar con cualquier arma, desde cualquier matorral, sobre cualquier idea moderna que se avance sola en el camino.Cierta raza de apologistas le busca puesto al cristianismo en la sociedad moderna exhibiendo certificados favorables, expedidos por físicos o biólogos. Como si mendigaran recomendaciones de antiguos criados para recluir en un sanatorio al amo arruinado.
  • Toda “totalización” de la aventura humana que pretenda cumplirse fuera de la inimaginable Jerusalén celeste será sólo una cárcel totalitaria.
NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA (Escolios a un texto implícito, tomo I).

MÁS DE LA ABERRACIÓN CONCILIAR: CURAS GAY

Nuestros agentes en Italia y el Vaticano nos envían estos apuntes que confirman una vez más el hecho de que LA IGLESIA CONCILIAR ES LA MERETRIZ DE BABILONIA.

El semanario italiano Panorama dio a conocer el día 22 de Julio la historia de tres sacerdotes homosexuales que frecuentan locales gay en Roma, entre "numerosos" casos descubiertos, y los filmó en fiestas con "taxi boys" e incluso durante encuentros sexuales con amantes ocasionales.

"Las noches bravas de los curas gay" es el título del reportaje, ilustrado en la primera plana del número del semanario que apareció el 23 de Julio y fue anticipada el día anterior, con una foto de dos manos masculinas sosteniendo un rosario, con las uñas pintadas.

 
Portada de la próxima edición de Panorama

"Durante 20 días, un periodista de Panorama, con la complicidad de un amigo gay, se infiltró en las noches bravas de algunos curas que conducen una sorprendente vida doble en Roma: de día son sacerdotes de sotana, y de noche están perfectamente integrados en los ambientes homosexuales de la capital", explicó el artículo.

A partir de los "numerosos casos" que ha descubierto, Panorama cuenta tres historias, usando nombres inventados. Se trata de Paul, un sacerdote francés de 35 años, Carlo, de unos 45, y Luca, un cura contactado por Internet y luego filmado en su casa, mientras mantenía una relación sexual con el cómplice del periodista.

Todas las filmaciones efectuadas para el reportaje, anunció Panorama, están disponibles en la edición digital del periódico.


"Roma perdió la Fe, y se convirtió en la sede del Anticristo... No esperes la conversión de ellos (los jerarcas conciliares), pues Dios los va a destruir, y no quedará una piedra sobre otra." (Palabras de Nuestra Señora de La Salette a Jorge de la Compasión)

lunes, 26 de julio de 2010

KOSOVO: CRÓNICA DE UN ROBO ANUNCIADO

Desde La Antorcha Negra

El Tribunal de Justicia de la Haya ha avalado el expolio a Serbia de su provincia de Kosovo. Se quiere dar así un barniz de legitimidad a una de las más sucias agresiones a la integridad de una nación europea.

Kosovo es símbolo del agresivo intervencionismo del NOM

Kosovo es la cuna espiritual de Serbia desde el siglo VII. En 1389, los turcos atacan Kosovo. Masacran a una coalición cristiana comandada por el príncipe serbio Lazar en la Batalla del Campo de los Mirlos e invaden toda Serbia. La población cristiana es deportada hacia el norte y los turcos repueblan Kosovo con tribus albanesas. Hasta la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, la provincia serbia permanece bajo el yugo turco.

En 1918, Serbia se integra en la recién creada Yugoslavia, llamada en un principio Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Yugoslavia, al igual que media Europa, sería entregada a Stalin por los vencedores en la Segunda Guerra Mundial pasando a formar parte del bloque soviético hasta el derrumbe de éste.
 
El Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Yugoslavia) pasó a ser parte del bloque soviético desde la Segunda Guerra mundial

En 1998, el grupo terrorista albano-kosovar ELK (Ejército de Liberación de Kosovo) comienza una campaña de atentados ante la indiferencia de la ONU. Los terroristas albanos queman todas las iglesias ortodoxas de Kosovo, asesinan a cientos de civiles serbios y dejan sin casa a más de sesenta mil serbokosovares que se ven obligados a abandonar la región. Mientras se realizaba esta limpieza étnica, las fuerzas de la ONU destacadas en Pristina, la capital, miraban hacia otro lado.
 
Mientras los de la ONU se hacían los de la vista gorda, el ELK organizaba matanzas de serbios

Este proceso culmina en 2008 con la proclamación de independencia de Kosovo auspiciada por Estados Unidos y que ahora ha sido bendecida por el Tribunal de la Haya.

Cuando se indaga en las razones de este atropello, es inevitable preguntarse por qué se han ocultado a la opinión pública una serie de datos reveladores:
  • Todos los negociadores en las guerras de Yugoslavia (Lord Owen, Lord Carrington, Javier Solana, Carl Blindt) son miembros del Club Bilderberg o de la Comisión Trilateral.
  • La desmembración de Yugoslavia sirvió para abrir una vía para la comercialización de la heroína afgana en Europa occidental. Es curioso que el primer ministro kosovar Hashim Thaçi sea precisamente un terrorista y traficante de drogas.
  • Kissinger, uno de los perros falderos de Rockefeller, asesoró a Radovan Karadzic y, al mismo tiempo, vendió armas a Alia Etzebegovic, cabecilla de los bosnios musulmanes.
Como otras veces, la mafia globalizadora está detrás del origen de un conflicto creado artificialmente. Lo importante de este asunto es que la decisión del Tribunal de la Haya legitima la posibilidad de que un territorio se independice por causas étnicas y bajo la presión terrorista. El sueño de cualquier peneuvero.

jueves, 22 de julio de 2010

CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA - DÍA PRIMERO


Capítulo VI: "Aposentos del Amor Santo", del libro "María Arca de la Salvación", que fue dictado al vidente Agustín del Divino Corazón

Aposentos del Amor Santo
Preparación para todos los días
Noviembre 15/08

María Santísima dice:
Hijitos míos: No os importe el que no podáis verme con vuestros ojos físicos, basta que me sintáis en vuestro corazón, corazón que perfumaré con olor a rosas. Rosas cultivadas en el vergel florecido de mi Inmaculado Corazón. Rosas que podréis aspirar sus profusos aromas, aromas que son señal de mi verdadera presencia en medio de vosotros. Porque cuando un alma ora, pidiendo para sí misma y para otras, yo desciendo del cielo y le arropo cariñosamente con la orla de mi Sagrado Manto.

Así es, pues, mis pequeños, que debéis abrir el libro de vuestro corazón para que toméis atenta nota de todo lo que estoy por deciros, porque son enseñanzas de incalculable valor. Apreciadlas y apetecedlas más que al oro y a la plata porque aquí en este Aposento del Amor Santo conoceréis lo que es la verdadera vida. Vida que será transformada, renovada porque un alma que haya tenido el privilegio de conocer mis Lecciones de Amor no volverá a ser la misma, ya que su conciencia y su corazón serán salpicados de mi Pureza Virginal; pureza que limpiará la suciedad de su corazón tornándolo diáfano y cristalino como el agua. Su alma recibirá el brillo como el de una estrella y su espíritu volará radiante hacia el cielo porque puso en práctica mis enseñanzas, no las guardó como un trebejo viejo sino que meditaba en ellas día y noche hasta esculpirlas con letras imborrables en su corazón.

-Meditar el día correspondiente.
-Terminar con las Letanías y Consagración al Inmaculado Corazón

Primer día (1)
Mi oración predilecta: El Santo Rosario

El alma a su Inmaculada Reina:

Heme aquí Madre celestial, necesitada de vuestro cariño. 

Sin Vos soy como barco a la deriva a punto de naufragar. 

Sin Vos soy como arco iris de colores desteñidos, sombríos.

Sin Vos mi corazón padece de frío y soledad porque los rayos del sol no me calientan tan fuertemente como la llama del Amor Santo de vuestro Inmaculado Corazón.

Soberana Reina, venid y reinad en mi corazón. Tomad trono en él y haced de mí vuestro súbdito, súbdito que gaste su vida en amaros. Súbdito que os escucha atentamente para crecer en santidad. Súbdito que muera al mundo y nazca al cielo. Súbdito que forme parte de vuestro Ejército Victorioso. Súbdito que tome en sus manos el arma con el que batallará en este final de los tiempos. Arma poderosa que aniquilará todo poder maléfico. Arma que azotará y encadenará a satanás en estos tiempos difíciles de la tribulación.

Mi bella Señora sé que esa arma letal es el Santo Rosario, concédeme la gracia de regalaros diariamente ramos de rosas de distintos colores; tomadlas en vuestras purísimas manos y enajenad mi corazón con vuestro celestial aroma. 

Cómo quisiera responderos ante vuestro gran amor que sentís por mí; estrechadme, Madre mía, en vuestro regazo maternal, estoy ávido de vuestro abrazo de vuestros susurros de amor.

Alentadme a caminar siempre de vuestro lado, para que no perdáis vuestra mirada en mí, arropadme con el suave oleaje de vuestra presencia y haced que os ame con amor frenesí, porque amándoos a vos también amo a vuestro adorable Hijo.

Lección de Amor de la Reina del Cielo:

Hijo querido: no sabéis cuanto había esperado este momento, deseaba escuchar de vuestros labios vuestra dulce queja.

No temáis que no os dejaré solo, en mi Corazón Inmaculado hay un espaciecito de amor. Si queréis, venid a habitarlo, en Mí hallaréis calidez, os abrasaré con las llamas de mi Amor Santo y haré que exudéis lágrimas de amor por mí. En Mí, vuestro corazón sentirá el cariño de madre porque os amo. Aún, no sabéis qué tanto he llorado; me causasteis grandes preocupaciones porque os hablaba y no respondíais a mi voz. Sé que el mundo os tenía sordo, os había arrebatado de mis sagradas manos; pero no penséis más en esto, no os quiero entristecer por ningún motivo, al contrario os alegraré porque habéis encontrado el camino, os habéis subido al Arca de mi Inmaculado Corazón. Aquí no os anegaréis ya que soy Yo, vuestra Madre, quien toma los remos para navegar mar adentro y presentaros a Jesús.

Niño amado, haced de vuestra oración salmodia de Ángeles y cantad al unísono con la Iglesia Triunfante mi oración predilecta: El Santo Rosario. Cada Ave María es capullo que se convierte en rosa, rosa que planto en el Jardín de mi Corazón y os la devuelvo en gracias.

No os adormiléis, despertad. Abrid bien vuestros ojos y vuestro corazón y rezad diariamente la Corona completa del Santo Rosario. Corona de Rosas que Yo misma os ceñiré en vuestras cabecitas el día en que os durmáis eternamente al mundo y despertéis a la gloria.

Niñito querido, sostened siempre en vuestras manos la Corona de Rosas y el crucifijo como señal de fidelidad al Amor Santo y Divino.

Letanías al Inmaculado Corazón de María

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. 
Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos. 
Cristo, escúchanos. 

Dios Padre celestial. Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo. Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo. Ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios. Ten misericordia de nosotros.

Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso del amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado íntegro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unísono con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatífica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al Cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y Tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oremos:
Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.

Consagración al Inmaculado Corazón de María

Inmaculado Corazón de María os consagro mis pensamientos para que por medio de ellos os honre por ser Corredentora y Madre del Redentor.

Inmaculado Corazón de María os consagro mis ojos, ojos que han de extasiarse ante vuestra singular belleza porque sois modelo de toda virtud.

Inmaculado Corazón de María os consagro mis oídos, oídos que han de abrirse a vuestra dulce voz, voz que ha de sosegar mi espíritu y aquietar mi alma.

Inmaculado Corazón de María os consagro mi boca, boca que han de pronunciar susurros de amor porque sois intercesora perenne ante vuestro amadísimo Hijo Jesús.

Inmaculado Corazón de María os consagro mi corazón, corazón que ha de encenderse en la llama de vuestro Amor Santo, llama que quemará toda imperfección y todo pecado.

Inmaculado Corazón de María os consagro mis manos, manos que han de levantarse al cielo porque sois mi Madre, Madre que ha de presentarme ante su Hijo Jesús el día que exhale mi último suspiro.

Inmaculado Corazón de María os consagro mis pies, pies que ha de seguiros porque sois puerta del cielo.

Inmaculado Corazón de María os consagro mi ser, ser que ha de refugiarse en Vos porque sois Arca de Salvación. Amén.