Novena dispuesta por el Padre Fray Pedro de Zubero OFM, y publicada en Valladolid por la Imprenta y Librería Religiosa de Andrés Martín en 1908.
INTRODUCCIÓN
¡Qué triste es la vida sin religión! Muchas necesidades nos agobian, nos rodean mil peligros, fieros enemigos nos combaten y tantas tribulaciones nos cercan ¡Ah! ¡Con cuánta propiedad se llama este mundo valle de lágrimas! ¿Pero qué? ¿No habrá remedio para tantos males? Sí, lo hay. ¿Dónde está? Dios es nuestro Padre y Padre amantísimo, y nos ama sin límites, con amor infinito. Pues bien: la oración es la llave de oro que abre las puertas del Cielo y hace descender al corazón atribulado el rocío de las consolaciones celestiales y bondades divinas. Mas una oración tan humilde como la nuestra, nacida muchas veces de labios impuros, aunque ya contritos, ¿llegará hasta el trono del Altísimo y le moverá a misericordia? Sí, no lo dudes, oh caro lector, ni te desanimes. En el Cielo, junto al trono del Señor, están nuestros amigos, nuestros hermanos, y ellos ven nuestras necesidades y presentan a Dios nuestras súplicas y su intercesión es poderosísima; estos son los Santos.
Y entre todos, después de la Virgen Santísima, Reina de Cielos y Tierra, descuella por su poder ante Dios y su amor al hombre San Pedro Regalado, preclarísimo hijo de Valladolid. ¡Cuántos favores ha dispensado a los hombres! ¡Cuántos milagros y qué estupendos prodigios ha obrado a favor de sus devotos! Por eso ante su sepulcro, que se conserva en el Santuario de su nombre en la villa de la Aguilera, se han postrado reyes como Carlos I, II, III, Felipe II, III, IV, V; reinas como Isabel la Católica; prelados como Cisneros, Portocarrero, Cascajares, Aguirre y otros, príncipes y princesas y grandes de España y aun extranjeros; y pueblos enteros en numerosas peregrinaciones le han visitado y le visitan aún hoy día, experimentando todos los maravillosos efectos de su protección.
Oh caro lector, cualquiera que tú seas, rico o pobre, sano o enfermo, joven o anciano, eclesiástico o secular, prelado o súbdito, ¿padeces? ¿Sufres? ¿Tienes necesidades que remediar? ¿Quieres conseguir algo de la misericordia infinita de Dios? Pues he aquí un medio eficaz, sé devoto de San Pedro Regalado.
Por su intercesión, los ciegos han recibido la vista, los sordos el oído, los paralíticos el movimiento, muchos muertos han recuperado la vida y enfermos de toda clase de enfermedades la salud del cuerpo. Su intercesión poderosa confiesan haber experimentado muchos prelados en la dirección de sus pueblos, muchos jóvenes en la elección de estado, muchas madres en los apuros del parto, muchos pecadores para salir de sus vicios y mala vida. Por su intercesión los labradores han conseguido benéficas lluvias para sus campos y además ahuyentar de ellos los nublados, los pedriscos, los hielos y animales dañinos.
Anímate, pues, oh caro lector, y para que puedas conseguir del Santo Regalado lo que solicitas te presento esta novena recogida de acá y acullá, e indulgenciada añadiéndola los versos que se acostumbran cantar en este Santuario suyo.
ADVERTENCIA
Esta Novena puede hacerse en cualquier tiempo del año, pero el mejor es desde el 4 de Mayo hasta el 12, víspera de la fiesta del Santo. Para conseguir de Dios por la intercesión del Santo la gracia que se solicita, son medio eficaz una buena confesión y fervorosa comunión, oír el santo sacrificio de la Misa durante los nueve días, y hacer algunas obras de misericordia.
NOVENA DE SAN PEDRO REGALADO, GLORIOSO PATRONO DE VALLADOLID Y DE LA AGUILERA
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador, Padre y Redentor
mío, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me
pesa, Señor, de todo corazón de haberos ofendido, y propongo firmemente
de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y
de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y
restituir y satisfacer si algo debiere; y por vuestro amor perdono a mis
enemigos, y ofrezco vuestra santísima Pasión y muerte, mi vida, obras y
trabajos, en satisfacción de todos mis pecados. Y como os lo suplico,
así confío en vuestra bondad y misericordia infinita que me los
perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, y me
daréis gracia para enmendarme y perseverar hasta la muerte. Amén.
Altísimo
Dios y soberano Señor, postrado
me pongo ante vuestro divino acatamiento yo el más vil gusano de la
tierra, y la menor de
vuestras criaturas, y os doy infinitas gracias y
alabanzas, porque os habéis dignado elevar a
vuestro fiel siervo San Pedro Regalado con tantas virtudes y
perfecciones para ejemplo y
provecho de los fieles, para esplendor de la
Iglesia, y para vuestra mayor gloria, comunicándole tantos dones de
naturaleza, a que respondió con exacta vigilancia, empleando sus
potencias y sentidos en vuestro adorable beneplácito, tantos dones de
gracia que aumentó
abrasado en un amor ardentísimo a vuestra
soberana majestad, y tantos dones de gloria en
que posee un trono elevadísimo, correspondiente a su santidad admirable.
Suplícoos, omnipotente Señor mío, me concedáis lo que os
pido en esta novena, si es para gloria vuestra
y provecho de mi alma, y sino enderezad mis
súplicas para lo que fuere vuestra santísima
voluntad. Amén.
DÍA PRIMERO – 4 DE MAYO
LA FE DE SAN PEDRO REGALADO
Sin
fe es imposible agradar a Dios, dice San
Pablo; y el divino Salvador asegura que el
que no cree está juzgado, esto es, está condenado. Por esta santa virtud
conocemos las verdades reveladas por Dios, por ella caminamos
hacia la salvación y nos ponemos en comunicación con Dios. Mas la fe que
produce estos
efectos es una fe viva, íntegra, pura y operativa.
Así fue la fe del Santo Regalado; viva, evitando los pecados mortales, y aún los veniales con sumo cuidado; íntegra, admitiendo
todas las verdades contenidas en la Sagrada
Escritura, y todo lo que ordena la Iglesia; pura, excluyendo toda superstición y mezcla de
error; operativa, sujetándose y poniendo por
obra no solo los preceptos, sino también los
consejos evangélicos. Por eso subió a la cima
de la perfección y santidad.
¿Es
así nuestra fe? ¿Hay verdadera correspondencia entre nuestras obras y
las verdades
sublimes que confesamos con la boca? ¿Evitamos el pecado y sus
ocasiones, como lo son
ciertas compañías, ciertas lecturas de libros y
periódicos que apagan los sentimientos religiosos? Si no es así,
levantémonos pronto de ese estado, pidamos a Dios perdón de nuestra
tibieza e indiferencia religiosa.
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Fidelísimo
San Pedro Regalado, dulcísimo
protector mío, en quien la fe vivísima de los
misterios y verdades divinas era como la columna del desierto que
llevaba al pueblo de
Dios a la tierra prometida, siguiendo la luz de
esta virtud soberana vuestros afectos y obras,
y siendo su perfección el blanco de vuestro
aprecio, ya enseñándola en los campos y en
las selvas a la rusticidad humilde de los pastores, ya llorando con
lágrimas inconsolables al verla perseguida, y en tan copioso llanto, que
eran menester nuevos lienzos para recogerle,
explicando vuestra devoción tiernísima los
misterios de la Iglesia, e ilustrando el Señor la
fe con que enriqueció vuestra alma, no solo
con la corona de muchas gracias y prerogativas admirables, sino
haciéndoos obrador de
innumerables milagros. Suplícoos amorosísimo
Padre y protector mío, que me alcancéis una
fe viva con que crea y confiese lo que me
enseña nuestra santa madre Iglesia, y que correspondan a ella mis obras,
y juntamente
la gracia que os pido en esta novena, si es para gloria de Dios y
provecho de mi alma.
Amén.
Tres Padre nuestros, Ave María y Gloria.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Dios de bondad y de misericordia!, luz
inaccesible que ilumináis a todo hombre que
viene a este mundo, iluminad con un destello
de vuestra luz la ceguedad de nuestro entendimiento, y abrasad nuestro helado corazón en
las llamas de vuestro amor; para que contemplando los méritos y virtudes de vuestro siervo
Pedro Regalado, nos resolvamos desde ahora a imitarle en la tierra, como él imitó a vuestro
Unigénito, y logremos la dicha de ir a gozar,
después de este destierro, las inefables delicias de la gloria, y alabaros con él por toda la eternidad en el Cielo. Amén.
GOZOS
Gloria de Valladolid eres,
Pedro Regalado;
Para imitar tus virtudes,
Tu patrocinio imploramos.
Admiróte niño el pueblo,
Y al tiempo que niño, santo.
Pero después de Francisco
Fuiste serafín alado.
No pudo tu corazón
Para imitar tus virtudes,
Tu patrocinio imploramos.
Contenerse allí encerrado,
Y te fuiste al Abrojo
A fundar nido y descanso.
Desde allí a la Aguilera
Para imitar tus virtudes,
Tu patrocinio imploramos.
Los ángeles te llevaron
Porque el capítulo fuese
Con tu ayuda celebrado.
Sanaste una infinidad
Para imitar tus virtudes,
Tu patrocinio imploramos.
De enfermos de mil estados
Mancos, cojos y tullidos
A todos hicistes sanos.
Fuiste tan caritativo
Para imitar tus virtudes,
Tu patrocinio imploramos.
Que ya en el sepulcro estando
Para dar un pan a un pobre
Sacaste de tierra el brazo.
Para imitar tus virtudes,
Tu patrocinio imploramos.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Pedro Regalado.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Oh
Dios, que te dignaste llevar a las delicias de tu gloria a tu amado
siervo Pedro, mortificado en la carne: haz propicio que, por sus méritos
e intercesión, podamos llegar a las delicias sin fin que existen a tu
diestra. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 5 DE MAYO
Por la señal…Acto de contrición y Oración para todos los días.
LA ESPERANZA DE SAN PEDRO REGALADO
La
esperanza, aun en lo humano, es el
gran motor de las acciones del hombre. Y si la
esperanza de un bien terreno y caduco puede
tanto sobre el corazón humano, ¿qué será
cuando, persuadido el hombre de que en este
mundo solo está de paso, no aspire más que a
la conquista del Cielo, nuestra patria, y a obtener las gracias a este
objeto necesarias, las cuales, por la promesa de Dios, no le pueden
faltar? ¡Oh!, entonces no habrá cosa alguna que
le detenga. Ni la pobreza y miseria, ni las tentaciones y aflicciones de
espíritu, ni las calumnias y persecuciones, ni todas las calamidades
de esta vida juntas podrán hacer desfallecer
al que tiene la esperanza cristiana, basada en
estos motivos; promesa de Dios, gracia de Jesucristo y sus propios
méritos.
¡Qué
ejemplo
nos da el Santo de esta virtud! Por el Cielo
abandonó los bienes de la tierra, viviendo pobre y paciente por
conseguir el Reino eterno.
No queráis, decía a sus religiosos, poner vuestro corazón en la tierra
pues hemos sido criados para amar y poseer a un Dios infinito.
¿Qué
tal es nuestra esperanza? En las tribulaciones que Dios permite para
nuestro bien,
¿blasfemamos y nos quejamos de su Providencia amorosa y desconfiamos de
su misericordia, o somos de aquellos presuntuosos y vanos, que a pesar
de vivir una vida relajada esperan
conseguir su eterna salvación?
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Gloriosísimo
San Pedro Regalado, dulcísimo
protector mío, en quien fue tan maravillosa la
actividad sagrada y ardiente de la felicísima
esperanza que hermoseaba la esfera de vuestro espíritu, sirviendo de
consuelo a tantos
náufragos, enseñándoles a confiar siempre en aquel Señor Omnipotente, y
sumamente fiel en
sus promesas, pronto para los que le invocan
y rico en misericordias que derramó en vuestra alma avivando más y más
vuestra esperanza, y recurriendo vos a su infinita clemencia
como a puerto en que esperabais con humilde
y segura confianza quedar como quedabais superior a los peligros, y
encontrar como encontrasteis el remedio en lo sumo de la aflicción, y
cuando estaban al parecer cerradas todas las
puertas al consuelo y al alivio. Suplícoos, benignísimo protector mío,
que desconfiando de
mis fuerzas ponga en nuestro Dios y Señor
una firme y verdadera esperanza; y os pido
juntamente la gracia que espero conseguir por
vuestra intercesión en esta novena, si es para
gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros, Ave María y Gloria. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA TERCERO – 6 DE MAYO
Por la señal…Acto de contrición y Oración para todos los días.
AMOR ARDENTÍSIMO DE SAN PEDRO REGALADO A DIOS
El
primero y principal precepto, que Dios
intimó en la ley antigua y confirmó en la nueva, fue este: Amarás a tu
Dios y Señor con todo tu corazón, con toda tu mente y con todastus
fuerzas; esto es, dice San Agustín, con todo
ti mismo, de manera que no haya en ti parte
alguna que no tienda con toda su fuerza a
amar a Dios.
Admirable ejemplo nos da el Santo Regalado
del amor ardentísimo de Dios, pues este fuego
sagrado consumió en su corazón todos los demás afectos y amores; él fue el único móvil de
todos los pasos de su vida, la única aspiración
de su alma; deseaba ardientemente derramar
su sangre por Jesucristo, y muchas veces no
pudiendo contener dentro de sí los ímpetus
del divino fuego, despedía llamas de su amoroso pecho.
¿Es así nuestro amor hacia Dios? Hay en Él un poder infinito, una sabiduría infinita, una
bondad inmensa, una belleza incomprensible,
una santidad, una grandeza, una providencia
que superan todo concepto humano. Él es
nuestro Creador, nuestro Conservador, nuestro
Glorificador y nuestro galardón eterno, nuestro
todo. Todas las criaturas que nos rodean, con
su mudo lenguaje, nos predican siempre las
grandezas de Dios y sus inmensos beneficios,
y sin embargo nuestra alma vive lejos de Dios;
y nuestro corazón está lleno de afecto a las
vanidades mundanas, y por una bagatela, por
una fruslería perdemos a Dios sumo bien.
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Amantísimo
San Pedro Regalado, dulcísimo protector mío, sagrado fénix abrasado en
las llamas de la mayor caridad, en que ardíais como humano serafín
deshaciéndoos de un vivísimo y penetrante dolor al ver ofendido a Dios,
por cuya gloria padecisteis inexplicables fatigas, a cuyo obsequio a
todos llamabais con toda la eficacia de vuestro inflamado celo,
aumentando de innumerables modos el tesoro preciosísimo del amor santo,
en tantas y tan maravillosas obras como ejecutateis en la meditación
ardiente y continuada, en que se levantaba este incendio, trayendo
presente a aquel Señor infinito que os elevó tanto, absorto siempre y
pendiente de la hermosura incomprensible del Sumo Bien, centro de
vuestras ansias, juntándose con la caridad inefable a vuestros prójimos,
a quienes supiste y pudiste socorrer aun en el sepulcro, donde encontró
la necesidad el sustento, dándosele vos mismo por vuestra mano.
Suplícoos, amorosísimo Padre mío, me alcancéis que ame a Dios con un
amor ardentísimo, y a mis prójimos, y la gracia que os pido en esta
novena, si es para gloria de Dios y provecho de de mi alma. Amén.
DÍA CUARTO – 7 DE MAYO
Por la señal…Acto de contrición y Oración para todos los días.
LA POBREZA DE SAN PEDRO REGALADO
Sentado
un día el Salvador sobre aquel famoso monte comenzó a enseñar a los
hombres cen estas palabras: Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos. Los pobres de espíritu, dice
San Basilio son los que no por necesidad, sino por voluntad inspirada de
lo alto, se han hecho pobres por amor de Dios y perseveran en su
resolución. Son también pobres de espíritu los que poseyendo riquezas
terrenas, no ponen en ellas su corazón, y estarían prontos a
abandonarlas, si fuese necesario para su salvación eterna.Pedro
Regalado fue pobre no solo de bienes, sino también de espíritu; pobre
en el vestido, pues usaba el hábito más viejo; pobre en el comer,
sustentándose con solo pan y agua; pobre en su celda, pues todas sus
alhajas se reducían a la tarima que le servía de lecho, a una mesita, a
un tosco banquillo para asiento, y a una Cruz de palo rudamente labrada.
¡Y
cómo reprueba la conducta del Santo ese afán de riquezas, ese lujo
refinado que provoca la ira de Dios, esos banquetes donde tanto se falta
a la templanza, ese afeminado mundo de la época actual!
Tres Padre nuestros, Ave María y Gloria. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Dulcísimo
protector mío San Pedro Regalado, espejo de la pobreza seráfica, en que
fuistes perfectísimo retrato de vuestro incomparable Patriarca San
Francisco, poniendo vuestro corazón y tesoro en esta celestial virtud,
atrayendo a vuestros súbditos a un amor el más encendido de ella, para
que apartados de los bienes terrenos y perecederos, pusiesen su
confianza y riqueza en aquel Señor que, siendo tan rico, se hizo pobre
por nosotros, no solo huyendo de lo superfluo, como verdadero pobre
evangélico, sino también negándoos a lo preciso y practicando siempre la
suma perfección de vuestra Regla. Suplícoos, amoroso Padre y protector
mío, que me alcancéis de Dios un amor verdadero a esta virtud, y un
perfecto desasimiento de las cosas transitorias, y juntamente la gracia
que os pido en esta novena, si es para mayor gloria suya y provecho de
mi alma. Amén.
DÍA QUINTO – 8 DE MAYO
Por la señal…Acto de contrición y Oración para todos los días.
PUREZA ANGELICAL DE SAN PEDRO REGALADO
La
castidad, que tomada en un sentido riguroso, es una absoluta renuncia
de todo goce de la carne para servir a Dios con más libertad de corazón y
llegar más fácilmente a la eterna bienaventuranza, es una virtud del
todo celestial, traída á la tierra por el Lirio de los valles, por el
Cordero sin mancha. Es una virtud tan agradable a Jesucristo que para su
Precursor eligió a un virgen, para Padre putativo a un virgen, para
Madre a una Virgen y entre los apóstoles amó más a Juan porque era
virgen. Es una virtud que nos hace semejantes a los Ángeles, y nos
restituye en cierta manera al primitivo estado de inocencia paradisiaca.Una
de las almas más puras y angélicas fue la del Santo Regalado, y él no
descuidó, para conservar la santa pureza, ninguna de aquellas
precauciones que podían hacerle purísimo: Vigilancia y mortificación de
los sentidos, oración continua y fervorosa, continua recepción de los
santos sacramentos, fuga del mundo; he aquí de que se valió para tan
santos fines.
¿Qué
hago yo para conservar esta excelsa virtud? Vivo en un siglo tan
fementido y sensual que doquiera encuentro escollos contra la pureza;
lecturas, pinturas, escándalos, todo. ¿Imito yo al Santo en la
mortificación de la vista y en la huída de las ocasiones?
Tres Padre nuestros, Ave María y Gloria. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Purísimo
y dulcísimo protector mío, San Pedro Regalado, hermosa azucena de la
mayor castidad, que sobresalió tanto en vuestras estupendas virtudes,
adornándoos la divina bondad de una virginal pureza que os hizo tan
semejante a los Ángeles disponiendo que de la boca de los niños
inocentes fuese aclamada vuestra purísima alma como más pura, más santa,
más agradable al Señor, y juntando vos una suma y continua guarda de
potencias y sentidos, en que como en espejo hermosísimo se componían los
que miraban vuestra indecible modestia, trayéndolos al aprecio de esta
inestimable virtud, cuyo aumento solicitaste con las más ardientes
ansias, y con los ejercicios de rigurosa abstinencia, de perpetua
mortificación y de la más sangrienta aspereza. Suplícoos, suavísimo
padre mío, que intercedáis con Dios para que me conceda una castidad
perfecta en palabras, pensamientos y acciones, y juntamente me alcancéis
la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria suya y
provecho de mi alma. Amén.
DÍA SEXTO – 9 DE MAYO
Por la señal…Acto de contrición y Oración para todos los días.
OBEDIENCIA PERFECTÍSIMA DE SAN PEDRO REGALADO
Renunciar
para siempre, por amor de Dios, a la propia voluntad sometiéndola a la
de los Superiores, por medio del voto de la obediencia, es realmente el
sacrificio mayor, el máximo que el hombre puede hacer y por lo mismo el
más agradable a Dios. Toda la perfección de la Religión, dice San
Buenaventura, consiste en la renuncia de la voluntad propia; por eso el
mismo Jesucristo la inculcó a los suyos de palabra y de obra con todo
empeño; pues aunque era Rey supremo del Cielo y de la tierra, el Señor
de todos, no solo hizo siempre la voluntad del Padre Celestial, sino que
(y esto nos debe llenar de admiración y confusión), fue siempre
obediente a María y a José.Ejemplo
admirable nos dio nuestro Santo Regalado. Él obedeció a Dios y a todas
sus inspiraciones; su obediencia para con los Superiores fue universal,
pronta, humilde y sobrenatural, sujetándose a todas las criaturas, por
amor de Dios.
¿Es
así nuestra obediencia? ¿Obedecemos a Dios observando todos los
mandamientos, a la Iglesia sometiéndonos a las disposiciones del Papa,
de los Obispos, de los Superiores y de los Mayores? Aprende, oh hombre, a
obedecer, aprende puñado de tierra a sujetarte, aprende vil polvo a
someterte a la voluntad ajena, ante los ejempos de Jesucristo y los
Santos.
Tres Padre nuestros, Ave María y Gloria. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Dulcísimo
protector mío, San Pedro Regalado, ejemplar de la más perfecta
obediencia, en cuyas aras os consagrasteis a la Suprema Majestad como
víctima amorosa obedeciendo con entero rendimiento a cualquiera
insinuación de vuestros Prelados, y sujetándoos a vuestros iguales e
inferiores, en quienes mirabais a Dios como en su imagen, explicando
todas las perfecciones de una obediencia ciega, universal, pronta y
voluntaria, e ilustrada con prodigiosas obras de la mano del Señor, que
os hizo pisar sobre el elemento del agua para que no faltaseis a su
exacto cumplimiento. Suplícoos, benignísimo abogado mío, que
interpongáis vuestros poderosos ruegos con Dios, para que me consiga una
puntualísima obediencia a sus divinos preceptos, sujetándome a todos
por su amor, y también os suplico me consigáis la gracia que os pido en
esta novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
DÍA SÉPTIMO – 10 DE MAYO
Por la señal…Acto de contrición y Oración para todos los días.
HUMILDAD PROFUNDÍSIMA DE SAN PEDRO REGALADO
La
humildad cristiana puede definirse: El verdadero conocimiento de sí
propio, viviendo conforme al mismo. Si a la luz de la fe y de la razón
damos una rápida ojeada a nuestro ser, claramente comprenderemos cuán
racional y necesaria es esta virtud. ¿Qué somos en cuanto a nuestro
cuerpo? Un puñado de tierra; luego ¿de qué te engríes, polvo y ceniza?
¿Qué somos en cuanto al alma? Es cierto que poseemos dones naturales y
sobrenaturales; ¿pero son nuestros? ¿Qué tienes, dice el Apóstol, que no
hayas recibido de Dios? ¿Y si todo lo has recibido, de qué te glorias?Admirable
fue la humildad del Santo Regalado. Sentía tan bajamente de sí mismo,
que se consideraba como la criatura más despreciable; y no satisfecho
con esto, buscaba todas las ocasiones de humillarse a todos por amor de
Dios.
¡Qué
confusión para nosotros, que buscamos siempre lo que más halaga a
nuestro amor propio y satisface nuestra vanidad, y que procuramos por
todos los medios las honras y dignidades, y sobresalir en todo, y nos
causa confusión todo desprecio por mínimo que sea!
Tres Padre nuestros, Ave María y Gloria. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Amantísimo
protector mío, San Pedro Regalado, en quien resplandeció una humildad
profundísima, fundamento de vuestra gran santidad, explicada no solo en
palabras, sino en repetidos ejemplos, sujetándoos a vuestros súbditos y
mirándolos como a Superiores, desvaneciendo con nuevas trazas las honras
que os hacían por vuestras heróicas virtudes, teniéndoos por el menor
de todos, y siendo en vuestros ojos nada, cuando érais tan grande en los
de los otros, buscando continuamente los mayores ultrajes y desprecios
para ejercicio y aumento de esta divina virtud. Suplícoos, poderoso
Santo mío, que yo sea verdaderamente humilde de corazón, solicitando a
ejemplo vuestro el desprecio de mí mismo, y que me alcancéis lo que os
pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios y y provecho de mi
alma. Amén.
DÍA OCTAVO – 11 DE MAYO
Por la señal…Acto de contrición y Oración para todos los días.
PACIENCIA DE SAN PEDRO REGALADO
La
cosa más necesaria y útil a nuestra alma, que el Señor nos enseñó á
pedir al Padre, es esta: Hágase tu voluntad así en la tierra como en el
cielo… ¡La paciencia cristiana consiste en esto, en conformar nuestra
voluntad con la divina, tanto en las prosperidades como en las
adversidades, besando humildes y resignados aquella mano benéfica aunque
nos castigue! ¡Oh, cuántos méritos se adquieren con la paciencia!El
Santo Regalado fue un perfecto modelo de Cristo crucificado. En sus
enfermedades continuas y crueles, en los dolores y en las persecuciones
que sus émulos le levantaban, en la penuria y escasez, en las
tentaciones y apuros de la vida, levantaba su mirada al Cielo y repetía:
«Hágase en mí tu voluntad».
¡Oh,
cuántos motivos tenemos nosotros para reprendernos sobre el particular!
Una palabrilla, una mala cara, un descuido, una pequeña persecución, un
pequeño contratiempo nos inquieta, nos pone fuera de sí y llenamos la
casa de lamentos e inprecaciones; y ¿cómo cristianos soldados de Cristo
crucificado?
Tres Padre nuestros, Ave María y Gloria. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Pacientísimo
San Pedro Regalado, a quien enriqueció Dios con una conformidad
perfectísima con su voluntad sacrosanta, a cuyo divino norte mirabais
continuamente entre los furiosos embates y turbulentas olas de este
mundo, alegre en los dolores y enfermedades, angustias y tantas
persecuciones, como sufristeis en el prolijo espacio de tantos años,
recibiendo todas las adversidades con imponderable resignación y gozo,
como venidas de la mano de aquel Señor infinito con quien estabais unido
tan estrechamente, y a quien ofrecíais la práctica de toda esta sublime
perfección entre las luces y ardores de vuestra elevadísima
contemplación, en que fortalecida vuestra alma quedaba convertida en
templo de aquella admirable paz que vence todo sentido. Ruégoos,
amorosísimo Padre mío, me alcancéis de Dios parte de esta conformidad, y
la gracia que os pido en esta novena, si es para gloría suya y bien de
mí alma. Amén.
DÍA NOVENO – 12 DE MAYO
Por la señal…Acto de contrición y Oración para todos los días.
PENITENCIA Y MORTIFICACIÓN DE SAN PEDRO REGALADO
Estas
dos virtudes se completan una a otra, la mortificación sirve para
impedir el pecado, y la penitencia para castigarlo; y ambas son
necesarias y muy recomendadas por la Sagrada Escritura. Si no hacéis
penitencia, dice Jesucristo, todos pereceréis del mismo modo. ¿Porqué
esta amenaza? Dos solos son los caminos que conducen á la salvación: la
inocencia y la penitencia. A l que perdió la primera, solo le queda la
segunda.
¿Qué
diremos de la penitencia y mortificación del Santo Regalado? Él sujetó
todas sus pasiones desde su niñez, ayunaba a pan y agua, y
constantemente castigaba su cuerpo con disciplinas y cilicios, dormía en
duro suelo, caminaba a pie y descalzo, llegando a ser el asombro de la
penitencia.
¿Cómo
imito yo al Santo? ¿Puede compararse nuestra conducta con la suya?
¿Dónde están nuestros ayunos, dónde los castigos corporales? Y sin
embargo, ¿cuántos pecados no hemos cometido? Pecados de pensamiento,
palabra y obra, ¿y no temeremos el juicio terrible que nos espera?
Escuchemos, pues, ahora la voz de Dios que nos dice: Haced penitencia y
seréis salvos.
¿Qué
tal es nuestra esperanza? En las tribulaciones que Dios permite para
nuestro bien,
¿blasfemamos y nos quejamos de su Providencia amorosa y desconfiamos de
su misericordia, o somos de aquellos presuntuosos y vanos, que a pesar
de vivir una vida relajada esperan
conseguir su eterna salvación?
Medítese un poco sobre lo dicho, y pida cada
uno la gracia que desea conseguir.
ORACIÓN
Dulcísimo
protector mío, San Pedro Regalado, retrato de la más rigurosa y
formidable penitencia, con que por satisfacer y agradecer a la Majestad
soberana del Señor, os ensangrentabais contra el candor inculpable de
una vida inocentísima, como si castigárais graves y enormes excesos,
enseñándonos a nosotros a llorar amargamente los nuestros, juntando al
penoso martirio de vuestra interior mortificación, y de las asperezas
que encierra vuestra apostólica y seráfica Regla, otras innumerables que
pudo idear vuestro fervorosísimo espíritu, revestido de superior
fortaleza entre penetrantes espinas, golpes, prisiones y cruz, entre
arroyos de sangre que derramabais, despedazando con cruelísimas cadenas
de hierro vuestro exhausto y virginal cuerpo, renovando las llagas con
nuevas heridas y mezcladas las lágrimas con la sangre, como en la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo, que teníais muy presente. Suplícoos,
amantísimo Padre mío, me alcancéis de la bondad de Dios un aprecio
grande de esta virtud, y que la practique en castigo y aborrecimiento de
mis pecados, y me alcancéis también la gracia que os pido en esta
novena, si es para gloria de Dios y provecho de mi alma. Amén.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)