Elementos tomados de distintas fuentes.
El
presbítero alemán Andreas Sturm, de 47 años, vicario general de la
diócesis de Espira, renunció el 13 de Mayo a su puesto y defeccionó de
la secta conciliar del Vaticano II para la comunidad veterocatólica. En
remplazo de Sturm, fue nombrado Markus Magin.
“Instalado”
presbítero con el inválido y protestante rito montini-bugniniano en
2002 (por tanto, NO ES SACERDOTE CATÓLICO ni recibió las gracias anexas a
este estado), Sturm había sido capellán de Santa María en Landau,
director espiritual de la Comunidad de Jóvenes Católicos de la diócesis, presidente de la Federación de la Juventud Católica
Alemana, y párroco de San Ingeberto y decano del Sarre-Palatinado,
antes de ser nombrado vicario general diocesano, puesto donde remplazó al obispón local Karl-Heinz Wiesemann en sus prolongadas ausencias por enfermedad.
Sturm, quien el 16 de Marzo de 2021 dijo que seguiría “bendiciendo” las uniones homosexuales a pesar del decreto contrario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dijo que abandonaba la Iglesia Conciliar porque «hacía años había perdido la esperanza y la confianza de un cambio en la Iglesia», y que el Synodale Weg de la Conferencia de Obispos Católicos de Alemania no iba a lograr tal. Además, dijo al diario local Mannheimer Morgen que incluso desde que era seminarista tuvo dudas que la Iglesia Católica
(que creía es tal) era “apropiada” para él, pero que en su puesto como
vicario le fue “más fácil” pensar en salir de ella, confesó que había
violado el voto de celibato que hizo en su “ordenación” y anunció que
sus experiencias las revelará en el libro Ich muss raus aus dieser Kirche. Weil ich Mensch bleiben will. Ein Generalvikar spricht Klartext
(Tengo que salir de esta Iglesia. Porque quiero seguir siendo humano.
Un vicario general habla un lenguaje sencillo), que será publicado por
la editorial modernista Herder el próximo 15 de Junio. Cuestionado sobre
por qué escogió el veterocatolicismo en vez del protestantismo, dijo:
«Aprecio mucho a los protestantes, pero echo de menos la estructura
litúrgica allí. No necesito mucho incienso, pero me gusta tenerlo de vez
en cuando. Soy muy católico».
[ACTUALIZACIÓN (22 de Septiembre de 2022): Andreas Sturm resume así su decisión:
«Yo siempre quise ser sacerdote. Sacerdote como pastor de almas para los seres humanos. Yo quería hablar de este Jesucristo, que redime mi vida y la enriquece en muchos aspectos. Yo siempre quise bautizar niños y prepararlos para recibir los sacramentos. Yo quería celebrar misa con una comunidad y poner en las manos amorosas de Dios lo que hemos experimentado y vivido, quería celebrar la redención e implorar fuerza y consuelo para la siguiente semana. Yo quería acompañar a las parejas en su amor y al inicio de su camino en común y concederles la bendición de Dios. Yo quería asegurarles, a aquellos que sienten que han cometido errores y han pecado, el perdón amoroso de Dios. Y yo quería acompañar a las personas en su último viaje, consolar a los que están de luto y enterrar a los difuntos. Pero yo no quiero seguir yendo contra mis convicciones, porque yo creo que todo esto también lo puede hacer una mujer como sacerdotisa. Yo no sólo quiero concederle la bendición a parejas heterosexuales, sino también a personas queer en sus relaciones. Yo ya no quiero seguir encontrándome con parejas en iglesias a puertas cerradas, sólo porque eventualmente uno de los dos ya está casado. Yo no quiero seguir poniendo mis fuerzas al servicio de una Iglesia en la cual sus empleados tienen miedo porque van contra un compromiso de fidelidad. Yo no quiero tener miedo de enamorarme y tampoco de vivir ese amor.Yo tengo que salir de esta Iglesia, en la cual los abusadores pueden cometer sus delitos durante demasiado tiempo y son encubiertos. Me repugna lo que leo en los informes de los afectados. No es su culpa y no es mi culpa, pero es tan lamentable la imagen que como Iglesia en su totalidad proyectamos. Casi nadie saca las consecuencias y renuncia; se atrincheran detrás delPapa. Esto es difícil de soportar y a duras penas de transmitir.Yo tengo que salir de esta Iglesia, en la cual no se ordena a mujeres, porque simplemente negamos su vocación y rechazamos su ordenación como imposible. En la que las personas queer no son aceptadas verdaderamente y que no permite que su amor del mismo sexo sea. Salir de una Iglesia que más bien se aferra al celibato obligatorio, el cual enferma a muchos sacerdotes y los deja en la soledad o representa una enorme carga emocional para sus compañeras o compañeros de vida».
En síntesis: su salida es porque para él los cambios del Synodalesweg (cambios que él quiere) irán a la nada, y prevé que la Iglesia Conciliar caerá].
No
es el primer caso de modernistas que, considerándose defraudados en sus
sueños de cambio (= presbiterado femenino, abolición del celibato
obligatorio, bendición a parejas homosexuales, co-determinacion –en alemán Mitbestimmung– de los laicos en la dirección de la Iglesia, mayor improvisación litúrgica, “lenguaje inclusivo” en las versiones de la Sagrada Escritura, et cœ́tera), se pasan a
los veterocatólicos. En el 2020, el ex-prior benedictino de Andechs, Anselm Bilgri (que recientemente volvió a los titulares alemanes al decir que Bergogio le había degradado al estado laical por simular los “sacramentos”
conciliares) se unió a los veterocatólicos después de serle negada la
incardinación en la archidiócesis de Múnich-Frisinga. Y Frank
Ewerszumrode, un ex dominico que fue vicepresidente de la cátedra de
Teología sistemática en la Universidad Europea de Flensburgo, fue admitido como párroco de la comunidad veterocatólica de Essen el 15 de Diciembre de 2021. Como Bilgri, Ewerszumrode se declaró homosexual.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)