Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
Los bebés y niños pequeños no deben ser llevados a la iglesia hasta que puedan permanecer tranquilos durante la misa.
Las familias pueden hacer arreglos para que uno de los padres se quede en casa con el bebé, tal vez alternando semanas en la misa o hacer arreglos para asistir a la misa en diferentes horarios, o conseguir una niñera o un familiar mientras los padres asisten a la Santa Misa.
«Queridos Padres de TRADITIO: ¿Qué se puede hacer con el llanto de bebés y niños pequeños en la Santa Misa? Me parecen perturbadores de la solemnidad y la meditación de la Misa. ¿Deberían estar allí a tan temprana edad?» (William).
RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO: Estamos de acuerdo en que los bebés y niños pequeños no deben ser llevados a la iglesia hasta que puedan permanecer tranquilos durante toda la Misa. No hay obligación de tenerlos allí, y cuando no están controlados, pueden arruinar el aspecto de oración que se supone que tiene la Santa Misa para la congregación.
Algunas iglesias pueden tener una schola o coro que se ha esforzado por preparar canto gregoriano u otra música sacra para la misa, solo para que su trabajo y la atención de la congregación se vean interrumpidos por el llanto de un bebé. El sacerdote puede haber dedicado tiempo a preparar un sermón fructífero, que luego no puede ser atendido adecuadamente por la congregación debido al llanto perturbador de un bebé.
Algunas iglesias cuentan con una “sala de llanto”, insonorizada para la congregación general. Sin embargo, esta configuración ya no es común hoy en día ni está disponible en capillas ni oratorios. Algunas familias se encargan de que uno de los padres se quede en casa con el bebé, quizás alternando semanas para asistir a misa, o de asistir a misas en diferentes horarios, o de contratar a una niñera o a un familiar para que cuide al bebé mientras los padres asisten a la Santa Misa.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)