EL ERROR DE LA TUMBA DE BERGOGLIO

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.

   

La lápida torcida de Francisco Bergoglio. El incompetente Vaticano la estropeó tanto que llegan quejas de todo el mundo.

Para hacer el nicho de yeso blanco, el Vaticano tuvo que destruir una mampostería renacentista en la venerable archibasílica de Santa María la Mayor en Roma, construida por primera vez por el papa San Celestino I (422-432).

   

La Iglesia Católica Romana solía ser la envidia del mundo por la excepcional capacidad administrativa de su Curia Romana, basada en los principios del primer y más grande emperador romano, Augusto César, quien administró todo el Imperio Romano, predecesor de la Iglesia Católica Romana, con la ayuda de tan solo tres hábiles libertos. Ahora, el Vaticano es incapaz incluso de realizar las labores diarias de la Iglesia Novusordita. Los museos del Vaticano están siendo vandalizados y saqueados. La Archibasílica de San Pedro está sucia. Los empleados del Vaticano están demandando a la Antiiglesia por robarles sus pensiones.

   

El funeral de Francisco Bergoglio resultó ser el esperado fiasco Novus Ordo, y aún peor. Tras unos ritos vulgares celebrados al aire libre, no en un espacio sagrado, el cadáver, que por orden del propio Bergoglio no debía ser enterrado en la Archibasílica de San Pedro, fue trasladado, según la práctica modernista, como un trozo de basura, en la parte trasera de una camioneta desde San Pedro hasta Santa María la Mayor. ¡Bueno, al menos el cadáver no fue quemado sacrílegamente en un crematorio!

Obviamente, el Vaticano no creía que Bergoglio fuera un verdadero papa. Durante el recorrido de tres kilómetros, no hubo procesión, ni crucifijo, ni ceroferarios, ni clérigos cantando letanías. En resumen, nada de católico había en ello. Finalmente, fue enterrado en un sencillo nicho de yeso blanco que albergaba únicamente la cruz pectoral modernista de Bergoglio, en la que no hay Crucificado. Para construir esta “tumba”, hubo que destruir la mampostería renacentista de la archibasílica.

   

  

Pero lo que parece estar volviéndose viral en internet es la lápida de Bergoglio, hecha en pizarra de Lavagna (Liguria). Antes de la llegada del Novus Ordo en 1964, la Iglesia era famosa por su trabajo caligráfico en edificios, documentos y lápidas. La lápida de Bergoglio, quizás reflejando el caos de su propia vida, está siendo denunciada por su aspecto “horrible” como un proyecto de primaria hecho en Times New Roman, con las mayúsculas espaciadas caóticamente. El interletraje, o espaciado entre las letras, era muy impreciso, incluso para un ojo inexperto, lo que la hacía parecer “FR A NCISC VS” [Parte de la información para este Comentario proviene del National Catholic Register].

  

Católicos tradicionales, lo irónico es que Bergoglio había visitado el taller de calígrafos en el Vaticano y menospreciado su hermoso trabajo de inscribir documentos oficiales para los archivos. Quizás el fiasco de la lápida fue la venganza de los calígrafos contra el apóstata Pseudopapa, conocido por sus groserías al denunciar a sus trabajadores de la Iglesia.